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Cinco Héroes Cubanos
Qué sabes sobre estos valientes hombres?

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Mostrando 1 a 10, de 22 entrada/s en total:
10 de Abril, 2016 · Cinco Prisioneros en USA
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Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón, Elizabeth y los intelectuales argentinos Adolfo Pérez Esquivel y Stella Calloni. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Por: Beatriz Parra González/ Fotos: Kaloian Santos Cabrera

Las palabras a veces sobran. Este fue un momento de esos. Una sonrisa y un fuerte abrazo fue su mensaje de agradecimiento inicial. Luego sí fluyeron las palabras. Ramón Labañino entró estrechándose a cada uno de los intelectuales y artistas que se acercaron a saludarle este viernes en Buenos Aires.

Un ambiente de emociones primó en un encuentro que se narró en versos y música, pero también en discurso apasionado, como todo cuanto se hizo desde el arte en solidaridad con cinco cubanos encarcelados por el odio a una Revolución. Y es que allí se congregaron exponentes argentinos de las más disímiles manifestaciones artísticas y culturales, artífices de iniciativas que dieron a conocer de este modo, el caso de los Cinco.

Con esa humildad propia de los grandes, y tras recalcar que vino a agradecer por tanto acompañamiento, Ramón aseguró que año y medio atrás habría sido un sueño compartir con figuras tan notables como las allí presentes, entre ellas, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, a quien conocía por sus cartas a Obama pidiendo la libertad de él y sus compañeros. “Los verdaderos Premios Nobel de la Paz jamás nos abandonaron”.

Café por medio y cargado de energías, compartió numerosas reflexiones sobre la América Latina de hoy y los peligros que la acechan, pero también del futuro de la Patria. “Nosotros tenemos bien claro lo que ellos quieren con Cuba, pero no renunciaremos jamás a todo cuanto la Revolución ha conquistado”.

Junto a él estuvieron además, los intelectuales Stella Calloni y Vicente Battista, los trovadores Paula Ferré y Gabo Sequeira, la locutora y actriz Betty Reiter, el escritor y entrañable amigo de la infancia de Ernesto Guevara, Carlos “Calica” Ferrer, y el politólogo Jorge Kreyness, entre muchos otros. También los anfitriones. El Presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina, Francisco Lores, entregó a Ramón una fotocopia de la carta que les enviara el líder cubano, Fidel Castro, en 1958, por su apoyo a los esfuerzos del Ejército Rebelde. Desde siempre, fue esta una casa de Cuba y sus causas justas, como la de los Cinco, llevado a obras de artes y espectáculos múltiples que presentó en estas salas.

Propio de todo espacio bohemio, no tardó la música en llegar, con “Canciones Confidenciales” basadas en poemas de su compañero Antonio Guerrero, musicalizados por trovadores argentinos. Música de fondo que quedó para traslucir la nostalgia y el amor entre un héroe y su eterna compañera, Elizabeth Palmeiro, quien recostada en su hombro y con su mano entrelazada, le acompañó largo rato durante su recorrido por los duros años de encierro.

Del Comandante en Jefe también habló, casi al final. De mágico e inolvidable describió ese encuentro de ellos con Fidel, porque “es ese líder nuestro tan querido, esa persona única y especial”. Delineó cada recuerdo y sonrió. “Sabíamos que la Revolución no abandona a sus hijos, porque Fidel regresó en el Granma por un compañero caído en alta mar. Y nosotros sabíamos que el Granma volvería por nosotros, y hoy estamos en libertad”.

De nuevo agradeció. “No habría sido posible sin las voces y el arte de todos ustedes”. Pérez Esquivel, Vicente, Calica y Stella coincidieron en que fue la estirpe de una identidad negada a renunciar a los principios, y de la voluntad inquebrantable de Cinco dignos cubanos que hoy son un ejemplo al mundo. Se escuchó “El Necio” y emocionado cantó en voz baja. Como lo hacen los grandes, se despidió, “gracias hermanos” y antes de partir, nuevamente, los abrazó con humildad.


Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y Elizabeth en el encuentro con los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Adolfo Pérez Esquivel y Stella Calloni. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Calica Ferrer y Vicente Battista.Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Adolfo Pérez Esquivel. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Ramón y los intelectuales argentinos. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

Estuvo también presente el poeta y trovador Alejandro Jusim, en la foto  guitarra en mano. Cantó su tema CINCO DEDOS, inspirado en la injusticia que se cometía con los HÉROES presos, y recitó su poema dedicado al Comandante, LOS SURCOS DE TU ROSTRO. El compañero Ramón le pidió copia del poema asegurando que se lo haría llegar a FIDEL. Foto: Kaloián Santos Cabrera / Cubadebate

publicado por rcbaez a las 20:07 · Sin comentarios  ·  Recomendar
01 de Diciembre, 2015 · Cinco Prisioneros en USA
Por


Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. A veces es mejor llegar a tiempo que ser invitado, así que estar en la sede de la Delegación del ICAP al final de esta tarde fue una excelente oportunidad para hacerme el mejor de los regalos. Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Fernando González llegaron con sus familiares para iniciar la visita prometida a la Provincia.

En un ambiente informal, con amplias muestras de cariño e incontables fotografías, nuestros héroes compartieron con los presentes y conocieron del programa que vivirán en esta ciudad hasta el venidero 4 de diciembre.

Ahora me disculparán que solo pueda compartir algunas fotos porque a las 9 de la noche comenzará la bienvenida popular en la base de la Loma de la Cruz. Allí podrán disfrutar de la presentación de la Compañía Infantil “Ronda de los sueños” y que incluye muchos de los temas que prepararon para sumarse al reclamo mundial de justicia y libertad que durante varios años se lanzó desde el Coloquio Internacional que sesionó en Holguín.

Esto apenas comienza. No se pierdan.

 (+Fotos en Visión desde Cuba)


publicado por rcbaez a las 00:11 · Sin comentarios  ·  Recomendar
24 de Noviembre, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

Pinar del Río.- Un revolucionario nunca termina su obra, pues siempre tiene que ser útil, y la de Los Cinco comienza ahora, aseveró Ramón Labañino Salazar, Héroe de la República de Cuba, en un intercambio con pobladores del municipio de San Juan y Martínez, en Pinar del Río.

Durante una visita a la provincia más occidental de Cuba y junto a su esposa Elizabeth Palmeiro, Ramón agradeció la lucha incansable del pueblo por su regreso a la Patria, abanderado de la causa de los antiterroristas.

Si ocurrió un 17 de diciembre fue debido a los cubanos- remarcó-, en tanto se refirió a la rebeldía de los hermanos Saíz, jóvenes asesinados en la flor de la juventud por la tiranía de Batista, y de los hombres de las guerras independentistas y del Movimiento 26 de Julio, cual incentivos encontrados por los Cinco para no amilanarse ante las condiciones adversas en las cárceles de Estados Unidos.

Anécdotas de sus días en presidio marcaron parte de la jornada de Labañino en Pinar del Río, que considera una provincia mágica, y a la cual anhelaba llegar desde su salida de la prisión en 2014.

Emotivo resultó el diálogo con Esther Montes de Oca, madre de Sergio y Luis Saíz, en la casa- museo que atesora las pertenencias de esos combatientes, y en la cual ambos compartieron poesías y canciones, mientras conoció la historia de la institución.

Trabajadores del despalillo La Caridad también recibieron al Héroe, y la vega Quemado del Rubí constituyó el último sitio de su estancia en tierra sanjuanera, donde el campesino Héctor Luis Prieto, nominado Hombre Habano en el 2007, y representantes de la Empresa de Tabaco del territorio explicaron características del cultivo, además de proyecciones con vistas a incrementar la producción.

La sede del proyecto sociocultural Con amor y esperanza, en la ciudad pinareña, le abrió sus puertas para compartir con niños que sufren el síndrome de Down, que cada día crean obras de la plástica mediante el grabado, con el objetivo de desarrollar sus habilidades artísticas y la integración a la comunidad.

Ramón confeccionó su propio grabado y disfrutó de una actividad cultural que le regalaron integrantes de la iniciativa.

Hasta el miércoles el Héroe de la República de Cuba recorrerá lugares de interés histórico y cultural en el municipio de Viñales, intercambiará con grupos de solidaridad y estudiantes del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Federico Engels, para culminar su estancia con la participación en el acto por el aniversario 55 de la creación del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. (acn)

 

Publicado por Siempre con Cuba

publicado por rcbaez a las 20:27 · Sin comentarios  ·  Recomendar
16 de Noviembre, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

Por Enrique Ojito

“Le debemos mucho a la solidaridad internacional”, destaca. Foto: Vicente Brito.

“Le debemos mucho a la solidaridad internacional”, destaca. Foto: Vicente Brito.

 

Lunes, 15 de diciembre del 2014. En la prisión, antes de irse a descansar, Ramón Labañino Salazar hojea el álbum de fotos, ventana por donde se escapa cuando quiere encontrarse con los suyos, aunque exista un abismo entre Ashland, Kentucky, Estados Unidos, y La Habana, Cuba.

—Coloca el reloj en la taquilla y ponte los tenis. Ven conmigo, le apremia el guardia.

La celda queda atragantándose la injusticia. Ágil de marcha, Labañino casi le pisa los talones al uniformado. Primero van al ropero; luego, a otro sitio para ponerle las cadenas. Las rejas abren y cierran, y su rechinar metálico recuerda al cubano que no camina por el Vedado capitalino

—Hay que sacar a esta persona hacia el aeropuerto más cercano y trasladar las propiedades.

Claro, bien claro lo escucha Ramón y comienza a pensar que algo bueno está por suceder. Esposado, sube a una camioneta Vans; al llegar al aeropuerto, oye: “Apúrate, que el otro viene atrás”. El destino: un hospital carcelario en Carolina del Norte.

Las escenas se suceden como en una película al estilo hollywoodense, con la sustancial diferencia de que se trata de una historia real, protagonizada ese día también por Antonio Guerrero y Gerardo Hernández. Ni asomo de idea tenían de la ronda secreta de conversaciones oficiales entre funcionarios de La Habana y Washington iniciada en el 2013.

La premonición de Ramón está por consumarse, aunque nada le aclaran aquellos guardias de caras ceremoniales que lo llevan de un lado a otro. Desde su arribo al hospital, solo tiene ojos para buscar a Gerardo y Antonio; sin embargo, ni la menor señal de ellos. Alrededor de las ocho de la mañana del 16 de diciembre, un guardia le advierte:

—Vas para el área de visita.

Precipitadamente lo sacan por el pasillo; de improviso, frente a él, sus hermanos. Olvida la molestia aferrada a la rodilla desde hace tiempo y corre hacia a ellos. Abrazo viril, pecho contra pecho; tres hombres, igual épica. Más tarde conocerán que a las 8:10 a.m. del siguiente día tendrán a Cuba, cálida y venerable, bajo sus pies.

Por segunda vez, he vuelto a la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos en la habanera calle 17, antigua mansión del marqués Avilés, construida bajo los códigos del BeauxArts parisino. He vuelto al mismo salón de altos espejos, a la misma butaca de rojo púrpura. Delante, otro Héroe: Ramón —primero había sido René González—. A su lado, Elizabeth Palmeiro Casado, atenta a alguna fecha descarriada en los más de 16 años de encierro en cárceles de los Estados Unidos de su esposo, quien se establece desde febrero de 1992 en la Florida como agente de la Seguridad Cubana bajo el seudónimo de Oso.

“Mi familia estaba ajena a todo. Como soy economista, dije que era gerente de una supuesta firma en España que se encargaría de traer mercancías para Cuba debido al bloqueo”, señala.

- ¿Cuál fue el itinerario que siguió para llegar a Estados Unidos?

- Varios países y México finalmente. Cuando puse un pie allá me dije: pude cruzar. Para nosotros, entrar a otro lugar es el momento más difícil porque lo haces con identidad falsa. Toda tu preparación se va ahí. Si cruzas, eso demuestra que fue un trabajo muy fino.

- A partir de ese momento usted sería el puertorriqueño Luis Medina. ¿Podría decirse que conocía más San Juan que La Habana?

- Teníamos los elementos para representar ese personaje. Viajé a Puerto Rico; en mi leyenda tenía hasta el color de la casa donde vivía, donde estudié, la parada de la guagua de enfrente. Me moría siendo Luis Medina.

En Tampa, localizada en la costa oeste de Florida y cuyo nombre significa astillas de fuego —en referencia a los relámpagos que azotan el área en verano—, se asienta Ramón, quien permanece inicialmente en un hotel; pero enseguida sale a buscar un sitio más económico.

- Escogí la parte sur de la ciudad, zona de recursos bajos. Empecé a caminar cuadra por cuadra, hasta que detecté una casa que tenía un cartelito a flor de césped que decía: Forrent. La casita al final tenía un garaje, convertido en vivienda. Conversé con la dueña, de origen haitiano, muy humilde. Me presenté como un estudiante universitario. Por suerte, no pidió ningún documento. Me mudé; hay una foto por ahí donde aparecen la casa y una bicicleta; en esa comencé a hacer el trabajo operativo.

Nacido el 9 de junio de 1963, Labañino reconoce la contribución de los medios cubanos a la causa de los Cinco. Foto: Vicente Brito.

Nacido el 9 de junio de 1963, Labañino reconoce la contribución de los medios cubanos a la causa de los Cinco. Foto: Vicente Brito.

- ¿A qué se dedicó para sobrevivir?

- Repartí periódicos en viviendas, vendí zapatos de cuero por catálogo. El trabajo en casa nos permitía tener mucha autonomía y no dejar tantos rastros documentales. En el 96 me orientan que me mudara para Miami; allí manejé un camioncito Vans y distribuía mercancías, medicinas… en diferentes farmacias. Fue el trabajo más estable.

- ¿Cuándo acontece su primer encuentro con Gerardo, jefe de la red, en Estados Unidos?

- Una aclaración: en realidad, Gerardo no era el jefe de la red completa; él era de un grupo y yo de otro. Pienso que la Fiscalía, en el afán de cruzarse con Gerardo, lo puso como jefe de la red. Contra Gerardo se formó una insidia descomunal. Querían buscar un chivo expiatorio para el asunto de las avionetas (el 24 de febrero de 1996 Cuba derribó dos aeronaves del grupo terrorista Hermanos al Rescate por violación de su espacio aéreo).

Ramón y Elizabeth se casaron el 2 de junio de 1990. Foto: Vicente Brito.

Ramón y Elizabeth se casaron el 2 de junio de 1990. Foto: Vicente Brito.

Después de estar yo establecido en Miami, me dieron la instrucción de verlo. El primer encuentro fue muy formal entre dos oficiales. Nos vimos detrás de una librería. Yo debía llegar con cierta vestimenta, y él, igual; le dije una contraseña y me respondió con otra. Fue un intercambio breve. Luego es que conozco a Gerardo con la forma jocosa de él.

- Entre sus misiones, dio seguimiento a un terrorista como Orlando Bosch, uno de los autores intelectuales del crimen de Barbados.

- Es duro seguir a terroristas, son gentes con deudas tremendas con tu pueblo. Era duro tener tan cerca a Orlando Bosch y pensar que causó tanto daño. Una de las misiones era seguirlo cuando él iba a Tampa, sobre todo a Ybor City; también lo hicimos a personajes de la Fundación Nacional Cubano Americana. Mi trabajo era hacer un levantamiento de toda esa parte y tratar de poner un agente nuestro al lado de ellos para buscar las informaciones acerca de sus planes para agredir a Cuba. Fuimos a Estados Unidos para evitar que pusieran bombas aquí, incluso allá. No fuimos a buscar el secreto de la bomba atómica. Cuba tiene derecho a defenderse.

- ¿Qué ejemplos podría citar de las acciones terroristas que evitó?

- Nuestro trabajo es de muchos hombres y mujeres. Los Cinco representamos a muchos. A través de los compañeros que atendía, detectamos la preparación del disparo de un cohete a un avión de Fidel, que iba a cruzar por cierto lugar; también, una pluma con explosivo para hacérselo explotar al Comandante en determinado espacio. En otra ocasión trataron de pasar explosivos por el aeropuerto en un pomo de champú con el objetivo de poner bombas en centrales eléctricas en Cuba.

Para nosotros, lo más gratificante es saber que lo que hicimos tuvo una utilidad final: se evitó una persona herida, una muerta, un ataque a tu Comandante. Esa es la cúspide. Ninguno de los Cinco buscaba la publicidad; nuestro éxito hubiera sido seguir en el anonimato toda la vida.

- Por cierto, debido al desconocimiento de la verdadera misión de usted y su constante ausencia de la casa, la familia llegó a cuestionarlo. ¿Qué sucedió aquel día ante la tumba de su mamá?

- Mi mamá falleció tres meses antes de yo ser descubierto sin saber mi misión; no le di el dolor de verme preso. Ella también me reclamaba: ‘Ramoncito, tienes que sentar cabeza, hijo’. Aquel día frente a su tumba, mi papá me preguntó: ‘¿Hasta cuándo va a ser esto? Tienes tres hijas y una mujer…’. Mira, papá, te voy a ser honesto, esto va a ser hasta que yo no sirva para mi trabajo, me muera o hasta que me cojan preso.

El 12 de septiembre de 1998, Ramón Labañino debía volver a su ritual mañanero: saldría de un tirón de la cama en su pequeño apartamento en Hollywood Beach y luego recogería su Vans en la base; lo abastecería de aceite y gasolina, de ser necesario; montaría los medicamentos e insumos para lanzarse a vencer, semáforo a semáforo, la ciudad de Miami y distribuir la carga a una lista inacabable de farmacias.

Esa debía ser la rutina de aquel sábado, que se vio cortada alrededor de las 5:30 a.m. El agente cubano apenas sintió los golpetazos contra la puerta, que cedió como un limón ante un hachazo. Cuando vino a reaccionar ya tenía encima a los uniformados; intentó forcejear con uno, pero de poco le valió su cinta negra en kárate do con tal desventaja.

—FBI, FBI. Tírate en el piso, tírate en el piso.

Afuera, las hélices del helicóptero despertaban la vecindad y las luces intermitentes de los carros patrulleros anunciaban los dramáticos episodios por acontecer. En el Cuartel General del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), en Miami, lo sometieron a una entrevista de “convencimiento” para traicionar; de ahí lo condujeron al Centro de Detención Federal. Por similar trance, pasaron otros nueve agentes cubanos, llevados también al edificio de la Corte Federal el 14 de septiembre. En el trayecto, otro reo, al saberlos cubanos, les gritó: “¡Resistan, co…! ¡Resistan porque Fidel nunca los va a abandonar!

Con sus hijas y Elizabeth, a su arribo a Cuba el 17 de diciembre del 2014. Foto: Estudio Revolución.

Con sus hijas y Elizabeth, a su arribo a Cuba el 17 de diciembre del 2014. Foto: Estudio Revolución.

- Pero cinco del grupo traicionaron. ¿Cómo supo la noticia?

- Antes de entrar a la Corte, nos pusieron como en una celda de espera. Allí nos dimos cuenta de que había gente floja. Hablamos de que esa era La historia me absolverá nuestra; pero ya veías a uno por allá en una esquinita recostado; el otro no te miraba a la cara.

Conversé con René —yo no lo conocía por la compartimentación— y me dijo: ‘Aquí nadie se puede partir’. Él habló con otro y me di cuenta de que la respuesta del otro no era tan así. ‘Sí, pero hay que pensar en la familia’. ¡Ahhh! Esto está complicado, me dije. Con posterioridad, los mismos abogados nos alertaron que dentro del grupo había quienes estaban colaborando. El impacto de la traición fue tremendo, honestamente.

En esas circunstancias, los Cinco hicieron suya una frase muy gráfica de Simón Bolívar: “A la pi…”, que los lectores no deben tomarla ahora como un irrespeto.

Nosotros conocíamos la historia de Bolívar; era el eslogan que empleaba en misiones complejas, al iniciar un combate. Cuando la cosa se puso difícil, dijimos: Aquí, a la pi… Hay un momento en la vida que uno tiene que definirse, y si te toca morir, te toca.

- ¿Cuánta incertidumbre le asaltó a sabiendas de que sería defendido por un abogado estadounidense?

- Mi primer abogado, cuyo nombre no voy a mencionar, no me satisfizo; no me gustó cómo me defendió en la presentación de los argumentos iniciales para que me dieran la fianza. Lo vi un poco ambiguo. Tuve una conversación con él: con todo respeto, yo necesito que usted me diga si está dispuesto a defenderme con valor, porque si no tiene valor… Necesito a alguien que demuestre la verdad. Vamos a denunciar a terroristas, a la gente que controla esta ciudad. Él poco a poco se fue retirando del caso.

Después entró el abogado William Norris, y desde el primer momento cuando lo vi —fue durante los 17 meses en el ‘hueco’—, me causó buena impresión y le manifesté: me alegra mucho que entienda el trabajo nuestro, secreto. Le prometo a usted que le diré lo que realmente le puedo decir; nunca le diré una mentira. Le pedí que no le hiciera caso a la prensa. ¿Te imaginas que cinco hombres sin dinero en el bolsillo podían destruir la democracia y la Seguridad Nacional de Estados Unidos, como salía en la prensa? En verdad, los abogados se fajaron como fieras por nosotros.

El 6 de diciembre del 2000 se inició realmente la vista oral del juicio con la presentación de los argumentos por la Fiscalía y la Defensa, la cual reveló en ese contexto los verdaderos nombres de Manuel Viramontes (Gerardo Hernández), Rubén Campa (Fernando González) y de Luis Medina (Ramón Labañino). Ni el FBI pudo descubrirlo.

Minutos antes del alegato de Norris, Ramón le aclaró: “Sí soy un agente extranjero no registrado, sí tengo documentos falsos; pero no soy un espía. No vine aquí a buscar secretos militares.

Con una cadena perpetua más 18 años de privación de libertad, se abismó en su itinerante vida de reo, que lo llevó a las cárceles de Beaumont, Texas, y a McCreary, Kentucky. Resentenciado a 30 años en el 2009, lo trasladaron para Jesup, Georgia, y luego hacia Ashland, Kentucky.

Raúl recibe a Gerardo, Ramón y Antonio a su llegada a Cuba el 17 de diciembre del 2014. Foto: Estudio Revolución.

Raúl recibe a Gerardo, Ramón y Antonio a su llegada a Cuba el 17 de diciembre del 2014. Foto: Estudio Revolución.

- ¿Cuántas veces en la cárcel se vio precisado a advertirle a otro preso: no cruces esa línea?

- A nosotros nos respetaban en las cárceles, pero sí hubo momentos en que intentaban faltarte el respeto. Uno se relacionaba con personas criminales y si no respondías a la altura de los acontecimientos podían después abusar de ti. Se lo advertía a la gente: somos cordiales, pero no nos busquen porque enseguida sacamos el machete de Maceo, y lo decía gráficamente. A uno lo metí en el cuarto: no sé por qué me faltas el respeto, si te trato superbién. ‘No, porque yo soy preso de una pila de años’. No me interesa esa pila de años. Me tienes que respetar. No cruces la línea conmigo y si la cruzas, aquí estoy.

Muchos de los problemas en la prisión son porque la gente no sabe hablar, son por cosas mínimas. Por ejemplo, para ver televisión tienes que marcar el piso donde va tu silla; si la sacas un poco para al lado, es causa hasta de puñalada. Siempre me querían coger de líder de los cubanos, no solo porque soy grande y fuerte, sino, también, por la forma de hablar, la forma de comportarme ante los demás. Ellos se daban cuenta de que tú eras una persona decente, recta; pero que le decías a cualquiera: eres un descara’o.

Estoy escribiendo un diario sobre la cotidianidad de la prisión. No quería que lo leyeran mi esposa y mis hijas; tiene escenas de asesinato, droga, prostitución, de todo lo visto en una cárcel en Estados Unidos.

- No obstante ello, usted aseguró que dejó allá a otra familia.

- En la prisión uno conoce a personas humanas también, que cometen errores. Nosotros no lo haríamos porque somos incapaces de robar. La vida en Estados Unidos es muy difícil; si no tienes dinero, te mueres de hambre. Había uno que robaba bancos… Son personas que sienten por Cuba y son capaces de defender la Revolución. Uno convive con ellas y hace amistad. Por eso, hoy me llaman, me escriben por correo. He tratado de ver a sus familiares y así cumplir con mis hermanos de la prisión.

- ¿Por qué recurrió a la poesía?

- La poesía constituyó una forma de combatir la soledad, nos ayudó a sobrevivir. La escribo desde el alma, como los poemas que le dediqué a mi mamá. Tenía deudas con ella que nunca pude cumplir y traté de hacerlo a través de los versos. En Carta a una madre ausente y Deuda le expresé cosas que me quedaron por decirle.

- Otro poeta, Silvio Rodríguez, nos legó El dulce abismo, canción que simboliza la historia de amor de los Cinco. Amada, (…) yo parto, tú guardarás el huerto, escribió. ¿Y cómo Ramón encontró el suyo? El calificativo de heroína para su esposa, ¿cortesía?

- ¿Mi huerto? Hermosísimo. Encontré una familia amorosa. No me canso de decir que Eli es la heroína. Imagínate, sola, con dos niñas en medio del período especial, cuando no había comida ni medicinas. Laurita está en el último año de Relaciones Internacionales y Lisbeth empezó Psicología. Ailí (hija del primer matrimonio) es otro ejemplo. Mejores niñas no puede haber. Eli supo inculcarles a mis hijas que yo no las había abandonado.

Por encima de eso, la campaña internacional. Como el resto de las esposas, no solo fue fiel como Penélope. Ellas no se pusieron a esperar, fueron las primeras en recorrer Cuba; después, se reunieron con presidentes de países, parlamentarios. Yo leía las noticias. ¡Esa es mi mujer! Mira, cómo se ha crecido. Ese crecimiento espiritual, humano, solo lo tienen las heroínas como ella. Nosotros no somos los héroes, son ellas.

El Presidente cubano lo condecoró con el título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.

El Presidente cubano lo condecoró con el título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.

- Usted se declara como el más optimista de los Cinco.

- Soy optimista por naturaleza; el optimismo ayuda a vivir y a vencer y tiene que ver con la riqueza interior de uno, con los recuerdos. Por ejemplo, siempre soñaba bonito. Estando preso soñaba que era libre, lo soñaba nítidamente, y cuando despertaba me decía: no puede ser que esté preso, si ya yo estaba en Cuba. Cuando eres optimista, dices: hoy no soy libre, pero lo seré mañana. Cuando llega mañana, ya has pasado otro día.

Si te metes en la negatividad de la cárcel, te destruyes; ahí estás rodeado de crímenes, de cercas… El optimismo parece algo anacrónico en esas circunstancias. Si te tomas lástima… Vi a personas deprimidas que se ahorcaron. Conocí a un hombre que mató a 12 miembros de su familia. ‘Yo soy un monstruo; sé que voy a morir en esa cama’, me dijo una vez. Cuando uno oye hablar así a una persona en la cárcel… Por eso, creé un concepto: sobrevivo la prisión, pero vivo fuera de ella. Vivía la cotidianidad de mi familia. El 90 por ciento de mi mente era para eso; el 10, para la problemática interna de la prisión, que trataba que no se me metiera en la sangre, aunque para sobrevivir a veces tuvieras que meterte en la cárcel.

Para sobrevivir, también me refugié mucho en el deporte, hacía ejercicios, pesas; jugaba ajedrez, handball, que fue el que me afectó la rodilla; tuve un trauma ahí, se me inflamó. Fui al médico, pero la atención en la prisión es terrible. Me dijeron: ‘Tómate dos aspirinas. Pon los pies en alto, ponte hielo y mañana estarás bien’. En la cárcel te atienden cuando ya estás a punto de morir.

- ¿Ha rebasado la dolencia?

- No tengo dolores. Me siento mucho mejor. Después que subí el Turquino, me siento más ágil. El médico puso la pauta: si me duele en extremo, tengo que operarme. Al estar mucho tiempo de pie, sí me canso porque trabajo mucho la parte muscular. Fuera de eso, estoy entero.

- Cuando mencionamos las gaviotas blancas, ¿qué le recuerda?

- En el otoño, la prisión en Beaumont, Texas, se llenaba de gaviotas blancas; algo poético. Imagínate una cárcel violenta, donde todo lo que hay es alambrada, muros altísimos, gente odiándose los unos a los otros, matándose allá adentro, y que veas aquella imagen. Tremendo simbolismo. Piensas, entonces que, a pesar de todos los desmanes, existen la paz, el amor. Para mí, las gaviotas blancas eran la esperanza.

publicado por rcbaez a las 01:21 · Sin comentarios  ·  Recomendar
24 de Mayo, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

 


Ramón Labañino recibió la distinción Alma Mater en nombre de la FEU de Holguín. Fotos: Elder Leyva 

 

La Universidad de Ciencias Médicas de Holguín nos cobijó bajo su techo. Sin embargo, a pesar del resguardo y el calor humano... allí sentimos la angustia del 12 de septiembre, el diluvio de propaganda mal intencionada y fraudulenta sobre el caso, la condena arbitraria, el encierro injusto y horrible, los gorriones que alimentaban las misivas… y aquella convicción profunda, que lo hizo resistir y volver dispuesto y comprometido con la Patria.

Ramón Labañino, uno de los cinco cubanos encarcelados por más de 15 años en Estados Unidos, se dio cita este viernes, para intercambiar un maratón de anécdotas, contagiosas sonrisas y francas lágrimas, con ojos estudiantes ávidos de historia y, del diálogo rostro a rostro con quien hoy se viste de modestia y cotidianidad, pero que para siempre será: NUESTRO HÉROE.

Con la espontaneidad propia de los hijos del caimán y tras un aguacero de preguntas, Ramón relató los últimos días en la cárcel, el dolor de las cadenas, el añorado encuentro con la familia, sus ideas sobre la juventud de hoy y las conversaciones actuales con el gobierno estadounidense, además del honor y el orgullo por haber compartido junto a sus hermanos con el Comandante, tan diáfano y jovial como un padre.

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Así… poco a poco, entre vivencias, la curiosidad a flor de piel de los futuros galenos y de esta imberbe periodista, transcurrió el encuentro. El mensaje estaba claro: “la juventud cubana siempre ha estado a la par de su tiempo, y como relámpago, lo ha enfrentado todo”.

Un brillo en la mirada le delató el nudo en la garganta y el coraje de aquellos años… de solidaridad y patriotismo. Por ello, regaló besos y abrazos.

¡Que lástima que no participaron todos los holguineros! ...pero gracias, mil gracias por tanta lealtad, la dignidad infinita, por permitirnos su ejemplo, sus principios y ese amor… por la patria, Fidel y el Socialismo.

 

Fuente Ahora

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24 de Abril, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

Por Gilda Vega Cruz

 

Ya los Cinco estuvieron en su casa, la Cujae.
Ayer se realizó la tan anhelada visita de Gerardo y Ramón a la Cujae  y con esta ya son 6 los encuentros realizados en la Casa de los Cinco con nuestros Héroes.


Fue una tarde de lujo, ellos acompañados de Adriana, Elizabeth, Ailí y la periodista Eva Golinger llegaron a las 2 de la tarde y en una reunión intima con los coordinadoras de la Red, activistas, representantes del Buro Sindical y del Comité del PCC a la que se incorporó después la Rectora y un vicerrector y la directora de Recursos Humanos  hicimos un recuento del trabajo realizado por la Red durante los 16 años de encierro.


Más tarde a las 3 se realizo el encuentro con trabajadores y estudiantes a los que se sumaron otros compañeros de la Red que siempre están presentes María Clara, Carmen, Concha, Luisa, Santiago “Rony” Feliu, Paul Evrad de Bélgica y otros que seguro se nos escapan.
Las preguntas a los Héroes vinieron fundamentalmente de los estudiantes que con interesantes e inteligentes reflexiones permitieron a Gerardo y Ramón profundizar en sentimientos y convicciones que los llevaron a resistir las condiciones de la prisión.


No faltaron la poesía y la canción y la iniciativa de nuestros hermanos de firmar los marcadores de la Red para que todos tuvieran un recuerdo.


La grabación completa de lo que allí ocurrió estará muy pronto en el sitio de la Red y esperamos que la disfruten.


Quedaron cosas pendientes y vendrán tareas futuras así que la oportunidad de estar con nuestros hermanos y sus familias nos brindaran nuevas oportunidades de aprender y participar en la elaboración de esta parte de la historia de Cuba.

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07 de Febrero, 2015 · Cinco Prisioneros en USA
Por Adalys Ray Haynes


Ramón Labañino Salazar. (Foto/Ismael Francisco)

Ramón Labañino Salazar. (Foto/Ismael Francisco)

Estoy desmontando el archivo de audio y textos que tengo sobre el espacio radial que mantuve 10 años por la libertad de Los Cinco cubanos antiterroristas que estuvieron prisioneros en Estados Unidos.

La Emisora Provincial Radio Victoria en su revista estelar informativa Hablemos de… abría los micrófonos para mi, y en ocasiones para otras colegas,  a las 7:15 de la mañana y desde ahí compartimos con la audiencia cuanto desde este oriental territorio se hizo  por el regreso de los héroes.

René, Fernando, Antonio, Gerardo y Ramón, regresaron a casa, los dos primeros cumplieron su condena; y luego de una lucha solidaria mundial acompañada por decisiones políticas de los gobiernos cubanos y estadounidenses,  el 17 de diciembre del 2014 regresaron los tres cubanos que aún estaban detenidos con largas condenas.

Descubro que no todo es como pasar una página. Hoy desmontando el archivo me encuentro con el poemario Gaviotas Blancas, de Ramón Labañino Salazar, unos de los cubanos prisioneros que llegó a Cuba hace unos días, estaba condenado a 30 años y llevaba más de la mitad de este tiempo en la cárcel.

El libro lo publicó Ediciones Holguín en el 2006, en el contexto del II Coloquio Internacional por la liberación de Los Cinco y en contra del terrorismo, que se desarrolló en la vecina provincia.

Estoy preguntándome si Ramón recuerda estos poemas, yo ahora descubro que el texto que poseo está dedicado por su hija mayor Ailí Labañino Cardoso y dice: “Para Adalys por todo el cariño que nos ha dado cada vez que nos vemos y por tanto luchar junto a nosotros con tanta abnegación”.

Aquí estoy frente a Gaviotas Blancas, recordando que  estaba ahí como reportera cuando ocurrió el acontecimiento.

A la presentación asistieron Miguel Diaz-Canel, para entonces, primer secretario del Partido en la oriental provincia de Holguín; Sergio Corrieri, ex presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), familiares de Los Cinco,  víctimas del terrorismo y amigos de 37 países que participaron en el Coloquio.

Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón, agradeció el esfuerzo por la publicación de Gaviotas Blancas. Fue la primera obra de este tipo de su compañero.

Cuando regresé a Las Tunas compartí con las personas que nos escuchaban cada mañana fragmentos del texto dedicado por el escritor-héroe a sus cuatro hermanos, a sus cinco familias, al pueblo de Cuba y a todos los hombres y mujeres que luchan por un mundo mejor.

Son 33 poemas con versos rimados, la portada tiene la ilustración —El Guerrero— del artista plástico Cosme Proenza y la edición costa de 1000 ejemplares, que se agotaron en pocos días.

La dedicatoria de Ramón dice:

“Cada una de mis inspiraciones nace de la necesidad urgente e imperiosa de expresar, de descubrir un sentimiento, una pasión, una idea, incluso una soberbia. Muchas veces desperté a las tres de la mañana para esbozar una rima, un verso libre, un concepto, y solo después pude conciliar el sueño. De alguna forma ya había echado a volar aquella paloma lírica que desesperada y ansiosa revoloteaba en mi pecho, y solo entonces podía descansar en paz”.

Pidió perdón a los lectores por no entregar una poesía fina y culta, y declaró que lo escrito era una parte de su alma virgen y desnuda.

Gaviotas Blancas es el poema de la página 65, firmado el 3 de marzo de 2004 en la prisión de Beaumont en Texas, Estados Unidos. Lo comparto:

Gaviotas blancas vienen
como florecillas mensajeras
de que una verdad venidera
a la libertad me lleven
Y no es que resuenen
en el aire sus pícaras sonrisas,
es que llegaré yo a las brisas
de la libre mar de donde ellas vienen.
¡Libres ellas son,
libres ellas me tienen!

Ramón Labañino declaró que  finalmente sus gaviotas blancas echaron a volar, y yo aquí frente al texto y  mi archivo me pregunto si él recuerda estos poemas. Se lo voy a preguntar.



Fuente Tiempo 21

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07 de Noviembre, 2014 · Cinco Prisioneros en USA

Por Ricardo Alarcón de Quesada

 

 

En mí artículo que aparece en la Nueva Réplica actualmente circulando reproché al New York Times que no hubiese planteado el caso de Gerardo, Ramón y Antonio en su Editorial del pasado octubre en el que se pronunció por la eliminación del bloqueo norteamericano contra Cuba.

 Cuando lo escribí no imaginaba que con ese documento el diario neoyorquino iniciaba un importante debate, que dura ya un mes, e incluye varios editoriales abogando por un cambio sustancial en las relaciones entre ambos países. El más reciente del domingo 2 de noviembre, propone que los tres sean liberados a cambio de que Cuba por razones humanitarias ponga en libertad a Allan Gross sancionado aquí por participar en actividades ilegales destinadas a derrocar al Gobierno revolucionario.

 Se trata de una posición justa y razonable. Tiene razón el periódico cuando define la liberación de los tres Héroes cubanos como un paso indispensable para avanzar hacia la convivencia civilizada entre dos países que son y serán siempre vecinos.

 Debería agregarse a los argumentos del Times que ninguno de los Cinco fue acusado de realizar espionaje y por tanto no eran “espías”. Como se demostró en el juicio de Miami ninguno de ellos accedió o buscó informaciones secretas relacionadas con la seguridad nacional de Estados Unidos. Tampoco recibieron orientaciones para buscar ese tipo de informaciones. Así lo reconoció, bajo juramento, el General James R. Clapper quien fue testigo del Gobierno y cuyo testimonio aparece entre las páginas 13089 a 13235 de las Actas Oficiales del Tribunal. Es el mismo Clapper que hoy es el Director Nacional de Inteligencia de la Administración Obama.

 También es necesario recordar que la misión de los Cinco era tratar de frustrar los planes terroristas contra Cuba que más de una vez han causado muerte y daños también a personas residentes en Estados Unidos.

 Pero, en todo caso, este Editorial del New York Times debe ser saludado como un hecho de importancia trascendental. El muro de silencio que rodeaba el caso de los Cinco ha recibido un golpe demoledor que ojalá sea definitivo.

 

Publicado en Democracy Cuba

Montaje fotográfico RCBáez

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03 de Noviembre, 2014 · Cinco Prisioneros en USA
Comité Nacional EEUU por la Libertad de los Cinco Cubanos


 
En un editorial publicado en The New York Times, de lunes, 3 de nov. 3, 2014, inglés y español (en el sitio web de domingo), el Comité Editorial hace un llamado para un canje de presos, entre los tres miembros de los Cinco Cubanos todavía encarcelados en EEUU, y Alan Gross, encarcelado en Cuba.

Esto es un importante desarrollo. El editorial comenta que conmutar la sentencia de los Cinco "sería justificable si se tiene en consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría representar para lograr un acercamiento bilateral." Urgen una resolución rápida para Alan Gross a través de un canje humanitario.

El artículo detalla el caso de Gerardo Hernández, y la opinión disidente de la jueza federal Phyllis Kravitch, que insistió que la fiscalía del gobierno "no tenía fundamentos" para condenar a Gerardo por el cargo de conspiración para cometer asesinato. Ella formó parte del panel de 3 jueces de apelaciones que revocó las condenas de los Cinco en 2005. Los casos de Gerardo y de Ramón Labañino y Antonio Guerrero están en apelación activa de Habeas Corpus. (La importancia del proceso de apelaciones por Andrés Gómez).

Urgimos a todas las personas a publicar este editorial del New York Times, como señal del movimiento creciente por la libertad de los Cinco, y un avance en la visibilidad mediática de su caso y lucha. Aunque todos los elementos no fueron incluidos, por ejemplo la misión anti-terrorista de los Cinco, no obstante, es un desarrollo importante.

Y más importante, tenemos que seguir organizando, organizando, organizando para esta gran batalla por la liberación de Gerardo, Ramón y Antonio!

TAMBIEN lean el afidávit de Gerardo Hernández (español y inglés) de marzo, 2011, parte de su apelación Habeas Corpus, detallando los datos de su inocencia en el falso cargo de conspiración para cometer asesinato. Es importante explicar la verdad de la misión de los Cinco. No eran espías conspirando contra los EEUU, estaban trabajando para detener los ataques terroristas contra Cuba. Deben ser liberados inmediatamente! 
 

THE NEW YORK TIMES
Un canje de presos con Cuba 
El Comité Editorial, Nov. 2, 2014 
Hace casi cinco años, las autoridades en Cuba detuvieron a Alan Gross, un subcontratista del gobierno estadounidense que estaba trabajando en un sigiloso proyecto para expandir el acceso a Internet en la isla. Aunque un creciente número de líderes en Washington y La Habana parecen estar ansiosos por comenzar a normalizar la relación entre los países, el caso de Gross se ha convertido en el principal obstáculo para lograr un avance diplomático.

Solo hay una manera viable de retirar a Gross de una ecuación suficientemente compleja. La administración Obama debe canjearlo por tres espías cubanos que llevan más de 16 años tras las rejas en Estados Unidos.

En la Casa Blanca, la posibilidad de un intercambio de presos con La Habana genera ansiedad, debido a las críticas que surgieron en mayo, cuando Estados Unidos negoció la liberación de un soldado secuestrado en Afganistán a cambio de cinco líderes del movimiento Talibán. El gobierno estadounidense, sensatamente, suele rehusarse a negociar con terroristas o gobiernos que detienen a sus ciudadanos en busca de dinero o concesiones políticas. En circunstancias excepcionales, vale la pena hacerlo. El caso de Gross es una de ellas.

Gross viajó a La Habana cinco veces en 2009, bajo la dirección de Development Alternatives Inc., que tenía un contrato con la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos. Fingiendo ser turista, transportó furtivamente equipos de comunicación como parte de una iniciativa para proveerles a más cubanos acceso al Internet. El Gobierno cubano, que lleva años protestando los proyectos encubiertos para promover reformas democráticas en la isla, condenó a Gross en 2011 a 15 años de prisión por actos que atentan contra la integridad del Estado.

Durante los primeros meses de su detención, funcionarios en la isla sugirieron que estarían dispuestos a liberar a Gross si Washington suspendía los proyectos cuyo fin es destituir al actual Gobierno cubano. Esas negociaciones no prosperaron, y la postura de la isla se ha endurecido. Funcionarios norteamericanos han concluido que para lograr la libertad de Gross, es necesario repatriar a tres espías cubanos que fueron condenados en un juzgado federal en Miami, en 2001.

Para efectuar un canje, el Presidente Obama tendría que suspender el resto de la condena de los reos. Esa acción sería justificable si se tiene en consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría representar para lograr un acercamiento bilateral.

El espía que más le importa al Gobierno cubano, Gerardo Hernández, fue condenado a cadena perpetua. Hernández, el líder de la Red Avispa, una agrupación que infiltró grupos de exiliados cubanoamericanos en el sur de Florida durante la década de años noventa, fue hallado culpable de conspiración para cometer asesinato. La fiscalía acusó a Hernández de conspirar con autoridades en La Habana para derribar aviones operados por un grupo de exiliados que solían repartir folletos sobre la isla, incitando a una revolución contra el gobierno. A sus cuatro asociados se les declaró culpables de delitos no violentos. Dos han regresado a Cuba, y los otros dos van a ser liberados relativamente pronto.

Un panel de tres jueces del Juzgado de Apelación del Distrito 11 revocó los fallos en agosto de 2005, habiendo determinado que un conjunto de factores impidieron que los acusados tuvieran un proceso justo. Los jueces establecieron que, en vista de la enorme hostilidad contra el gobierno cubano en Miami, y de cobertura periodística vilipendiando a los espías, el jurado no podía ser imparcial. Al revisar el caso posteriormente, todos los jueces de la corte de apelación dieron revés a ese fallo y restituyeron los veredictos. Sin embargo, jueces de esa corte señalaron otras deficiencias en el proceso judicial, que llevaron a una reducción en la condena de tres de los presos. La jueza Phyllis Kravitch escribió una opinión disidente, argumentando que la acusación de conspiración para cometer asesinato imputada contra Hernández no tenía fundamentos. Los fiscales, según la jueza, no establecieron que Hernández, quien le proveyó a La Habana información sobre los vuelos, había acordado con autoridades en la isla que los aviones serían derribados sobre espacio aéreo internacional. Si los aviones hubieran sido derribados sobre espacio aéreo cubano, el acto no habría constituido un delito bajo la ley de Estados Unidos.

El regreso de Hernández a la isla es una prioridad primordial para el Presidente de Cuba, Raúl Castro. Los líderes cubanos han celebrado a los presos como héroes y han protestado que el proceso legal fue injurioso. Entidades independientes, incluido un panel de Naciones Unidas que evalúa detenciones arbitrarias, y Amnistía Internacional, han sido críticas del proceso judicial. La percepción del caso en Cuba, donde los espías son vistos como víctimas, desafortunadamente ha incentivado a que el gobierno de la isla trate a Gross como una pieza canjeable.

A través de los años, funcionarios estadounidenses han dicho que no están dispuestos a intercambiar a los espías por Gross, dado que alegan que los casos no son equivalentes.

Sin embargo, un canje podría abrir el camino para reanudar lazos diplomáticos, lo cual permitiría que Estados Unidos tuviera mayores oportunidades de fomentar cambios positivos en la isla mediante la expansión de comercio, turismo y mayor contacto entre cubanos y norteamericanos. De lo contrario, se perpetuará la enemistad que ha reinado durante más de 50 años, continuando así un ciclo de desconfianza y actos de sabotaje por ambos lados.

Más allá de los méritos estratégicos de un canje, la administración tiene un deber de hacer más por lograr la liberación de Gross. Su arresto se llevó a cabo como consecuencia de una estrategia irresponsable, mediante la cual la agencia de ayuda internacional estadounidense ha enviado a contratistas privados para llevar a cabo misiones secretas en un estado policial que está rotundamente opuesto a la agenda pro-democrática de Washington.

Gross ha bajado más de 45 kilos de peso durante su detención. Está perdiendo la vista en el ojo derecho. Tiene dolencias en las caderas. En junio, su madre falleció. En mayo, luego de cumplir 65 años, Gross dijo que este año será el último que pasa en cautiverio, amenazando estar dispuesto a quitarse la vida si no recobra la libertad. Sus seres queridos han tomado sus palabras literalmente, considerándolas como una advertencia de un hombre desesperado. Si Gross muere estando en custodia, la posibilidad de establecer una relación más saludable con Cuba desaparecerá por varios años. Obama tiene que reconocer que esto es enteramente evitable, pero hay que actuar pronto.

Imagen agregada RCBáez

Mijo, yo sé que eres tú



Gerardo Hernández y Carmen Nordelo
Nyliam Vázquez García.― Un día a Carmen comenzaron a borrársele los recuerdos. Fueron tiempos difíciles para la familia y aún más para el hijo que le faltaba a su regazo. Tan lejos, él no podía hacer lo que más ansiaba: llevarla al médico, buscar sus medicinas, acompañarla, velar su sueño… no sé. Peor aún, esa nueva circunstancia le negó, desde unos años antes, la visita de su vieja. Ella ya no pudo cerrar las puertas del hogar en Arroyo Naranjo, La Habana, cruzar el océano, desandar carreteras para llegar a la prisión de máxima seguridad en Victorville, California.

¿Cuánto atormenta el dolor de una madre? ¿Cuánto pesa el sufrimiento de un hijo? Han pasado cinco años desde que Gerardo Hernández Nordelo recibió en prisión la fatal noticia. Su Mamucha no había aguantado. Él no pudo despedirse y todavía a la tumba de Carmen Nordelo le faltan las flores de su hijo y esas palabras que él habrá de decirle allí donde debió estar aquel 2 de noviembre.

Uno puede adivinar la lucha silenciosa de una mujer, de una madre, por no perder la batalla, por no faltarle a su muchacho. Ahora Mirta, la madre de Antonio Guerrero, nos da todos los días una lección de lo que solo pueden hacer ellas. Seguro Carmen se aferró a esa fuerza vital materna para guardar lo más cierto de su vida: sus hijos y él, quien más la necesitaba. Para el libro Retrato de una ausencia, Adriana contó que en momentos en que su suegra no reconocía a nadie, la voz de su niño siempre fue un bálsamo.

 Él le hablaba con toda ternura, quizá le contaba algún chiste y seguro le repetía mil veces que estaba entero, que no se preocupara. La única señal de que ella sabía a quién pertenecía esa voz llegada a través del teléfono era la lágrima caprichosa que le surcaba el rostro. Esa, su forma de decir, ya sin poder hablar: «Mijo, yo sé que eres tú».

¡Cuánto habría dado Carmen por ver a Gerardo libre, junto a la mujer que ama, rodeado de sus sobrinos, en familia! ¡Cuánto habría dado Gerardo por abrazar a su madre aunque fuera una vez más…!

Cualquiera, más allá de argumentos legales, podría entender tal dolor alojado en el pecho. Quizá, también, podría quedar rendido ante la valentía del hijo de Carmen. Cuando a la prisión solo le llegaban malas noticias del deterioro de la salud de su madre, a él le preocupaba la noticia, el momento en que fuera definitivo que ya no pudiera dar el abrazo final. «Quería que fuera Adriana o alguien de su familia quien le contara, y no los guardias de la prisión», recordó Alicia Jrapko hace poco en un diálogo con JR. No quería darles a sus carceleros el gusto de verlo triste o abatido. Ese día, hace cinco años atrás, fue una jornada aparentemente normal en Victorville, pero en el pecho de un prisionero había un motín.

Con el alma deshecha, Gerardo hizo lo impuesto por la rutina de una cárcel sin que nadie supiera que su mundo se movía bajo sus pies, que en La Habana se despedía a Carmen y que su presencia hacía falta en el reparto Alcázar para llorar unidos.
¡Cuánto habrá añorado su hermana Chabela los brazos de ese muchacho, cuánto le habrá apretado el pecho a su Adriana pensar en todos los sentimientos que estaba experimentado su esposo el día de la muerte de su madre…!

Han pasado cinco años y seguramente cada nuevo noviembre se agolpan los recuerdos. Vuelve la ansiedad. Gerardo tiene una deuda. Entre las muchas cosas que tendrá pendiente, está ese diálogo silente e íntimo con su vieja y esas flores germinadas en sus manos que aún le faltan a la tumba de Carmen. Pero para que Gerardo cumpla, para que viva lo que debe vivir, para que no le falte más a su familia, a su esposa, hay que traerlo a casa, hay que seguir en la batalla por el regreso de esos hombres que han pasado 16 años tras rejas que no les corresponden.

Cuando logremos que Gerardo esté aquí, con sus flores para Carmen, tal vez con el rostro surcado de humedad, Cuba entera sabrá que no habrá madres más felices, ni en el cielo ni en la tierra, que las madres de los Cinco, mientras las hojas de los frondosos árboles del camposanto le devuelvan un susurro: «Mijo, yo sé que eres tú».
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03 de Noviembre, 2014 · Cinco Prisioneros en USA

the new york times
Solo hay una manera viable de retirar a (Alan) Gross de una ecuación suficientemente compleja (con Cuba), afirma este lunes un nuevo editorial de la edición impresa del diario norteamericano The New York Times: La administración Obama debe canjearlo por los tres cubanos que llevan más de 16 años tras las rejas en Estados Unidos.

El diario, que en octubre publicó tres editoriales a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU, reconoció que  ”hace casi cinco años, las autoridades en Cuba detuvieron a Alan Gross, un subcontratista del gobierno estadounidense que estaba trabajando en un sigiloso proyecto” para extender una red ilegal en la Isla.

“Aunque un creciente número de líderes en Washington y La Habana parecen estar ansiosos por comenzar a normalizar la relación entre los países, el caso de Gross se ha convertido en el principal obstáculo para lograr un avance diplomático”, asegura el diario en el editorial que se publicó simultáneamente en inglés y español, y se adelantó en la edición digital en la noche de este domingo.

Añade que “en la Casa Blanca, la posibilidad de un intercambio de presos con La Habana genera ansiedad, debido a las críticas que surgieron en mayo, cuando Estados Unidos negoció la liberación de un soldado secuestrado en Afganistán a cambio de cinco líderes del movimiento Talibán”.

Sin embargo, el diario reafirma que “en circunstancias excepcionales, vale la pena hacerlo. El caso de Gross es una de ellas”.

Gross viajó a La Habana cinco veces en 2009, bajo la dirección de Development Alternatives Inc., que tenía un contrato con la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos. Fingiendo ser turista, transportó furtivamente equipos de comunicación, añade el rotativo.

“El Gobierno cubano, que lleva años protestando los proyectos encubiertos para promover reformas democráticas en la isla, condenó a Gross en 2011 a 15 años de prisión por actos que atentan contra la integridad del Estado”, dice.

Reconoce que “durante los primeros meses de su detención, funcionarios en la isla sugirieron que estarían dispuestos a liberar a Gross si Washington suspendía los proyectos cuyo fin es destituir al actual Gobierno cubano. Esas negociaciones no prosperaron”.

The New York Times asegura categóricamente que funcionarios norteamericanos han concluido que para lograr la libertad de Gross, es necesario repatriar a los tres agentes cubanos que fueron condenados en un juzgado federal en Miami, en 2001.

Sugiere que “para efectuar un canje, el Presidente Obama tendría que suspender el resto de la condena de los reos. Esa acción sería justificable si se tiene en consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría representar para lograr un acercamiento bilateral”.

El diario asegura que preso que más le importa al Gobierno cubano, Gerardo Hernández, “fue condenado a cadena perpetua. Hernández, el líder de la Red Avispa, una agrupación que infiltró grupos de exiliados cubanoamericanos en el sur de Florida durante la década de años noventa, fue hallado culpable de conspiración para cometer asesinato. La fiscalía acusó a Hernández de conspirar con autoridades en La Habana para derribar aviones operados por un grupo de exiliados que solían repartir folletos sobre la isla, incitando a una revolución contra el gobierno. A sus cuatro asociados se les declaró culpables de delitos no violentos. Dos han regresado a Cuba, y los otros dos van a ser liberados relativamente pronto”.

Añade del The New York Times:

Un panel de tres jueces del Juzgado de Apelación del Distrito 11 revocó los fallos en agosto de 2005, habiendo determinado que un conjunto de factores impidieron que los acusados tuvieran un proceso justo. Los jueces establecieron que, en vista de la enorme hostilidad contra el gobierno cubano en Miami, y de cobertura periodística vilipendiando a los espías, el jurado no podía ser imparcial. Al revisar el caso posteriormente, todos los jueces de la corte de apelación dieron revés a ese fallo y restituyeron los veredictos. Sin embargo, jueces de esa corte señalaron otras deficiencias en el proceso judicial, que llevaron a una reducción en la condena de tres de los presos. La jueza Phyllis Kravitch escribió una opinión disidente, argumentando que la acusación de conspiración para cometer asesinato imputada contra Hernández no tenía fundamentos. Los fiscales, según la jueza, no establecieron que Hernández, quien le proveyó a La Habana información sobre los vuelos, había acordado con autoridades en la isla que los aviones serían derribados sobre espacio aéreo internacional. Si los aviones hubieran sido derribados sobre espacio aéreo cubano, el acto no habría constituido un delito bajo la ley de Estados Unidos.

El regreso de Hernández a la isla es una prioridad primordial para el Presidente de Cuba, Raúl Castro. Los líderes cubanos han celebrado a los presos como héroes y han protestado que el proceso legal fue injurioso. Entidades independientes, incluido un panel de Naciones Unidas que evalúa detenciones arbitrarias, y Amnistía Internacional, han sido críticas del proceso judicial.

El diario reconoce que a través de los años, funcionarios estadounidenses han dicho que no están dispuestos a intercambiar a los cubanos por Gross, dado que alegan que los casos no son equivalentes.

“Sin embargo, un canje podría abrir el camino para reanudar lazos diplomáticos, lo cual permitiría que Estados Unidos tuviera mayores oportunidades de fomentar cambios positivos en la isla mediante la expansión de comercio, turismo y mayor contacto entre cubanos y norteamericanos. De lo contrario, se perpetuará la enemistad que ha reinado durante más de 50 años, continuando así un ciclo de desconfianza y actos de sabotaje por ambos lados”, asegura.

Y remata: “Más allá de los méritos estratégicos de un canje, la administración tiene un deber de hacer más por lograr la liberación de Gross. Su arresto se llevó a cabo como consecuencia de una estrategia irresponsable.

El diario asegura que Gross ha bajado más de 45 kilos de peso durante su detención. Está perdiendo la vista en el ojo derecho. Tiene dolencias en las caderas. En junio, su madre falleció. En mayo, luego de cumplir 65 años, Gross dijo que este año será el último que pasa en cautiverio, amenazando estar dispuesto a quitarse la vida si no recobra la libertad. Sus seres queridos han tomado sus palabras literalmente, considerándolas como una advertencia de un hombre desesperado.

“Si Gross muere estando en custodia, la posibilidad de establecer una relación más saludable con Cuba desaparecerá por varios años. Obama tiene que reconocer que esto es enteramente evitable, pero hay que actuar pronto”, concluye.

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