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por
Miguel Fernández Martínez
A nombre de sus hermanos de lucha estaba
presente René, representando la tenacidad y valentía de estos cinco hombres que
supieron -y saben- enfrentar al terrorismo que se fragua contra Cuba desde el Norte, y
con él, los familiares de Gerardo, Antonio, Ramón y Fernando, quienes
recibiendo el aplauso merecido de los periodistas cubanos.
Mientras Mirta recibía el diploma de su hijo
Antonio, Chavela el de su hermano Gerardo, Elizabeth el de su esposo Ramón, y
Magaly el de su hijo Fernando, al ver a René feliz alzando el suyo junto al
presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Antonio Moltó, se me
arremolinaron muchísimas imágenes, mudas, almacenadas durante
estos 16 años de cautiverio.
Recordé mi llegada a Miami, en febrero de
1999, apenas cuatro meses después del aparatoso arresto; de los titulares
manipulados en El Nuevo Herald y en el Diario Las Américas, de las atorrantes
acusaciones que descargaban los voceros de Radio Mambí.
Tengo vivos los recuerdos del juicio, los
estados de opinión que se formulaban a diario en la prensa, la radio y la
televisión, la satanización de aquel grupo de cinco hombres que se negaron a
plegarse a los pies de los enemigos de su Patria.
Disfruté compartir con mucha gente
solidaria, que silenciosamente y en un Miami hostil, aportaba su mínimo
esfuerzo para ayudar a las familias en sus visitas a las prisiones, o a otros
que se esmeraban en difundir la verdad del caso, en medio de aquella ciudad
politizada hasta el tuétano y donde el odio desenfrenado a todo lo que tenga
que ver con Cuba pulula en cada esquina.
No olvidaré la alegría de Holmes o de
Cándido cuando llegaban para ver a Ramón y René, sus hijos presos; o los
expresivos rostros de Aily, Laura y Lisbeth, las hijas de Ramón; o a Irmita e
Ivette, que visitaban a su padre René, o las charlas con el inolvidable Roberto,
tratando de encontrar un resquicio jurídico que los librara del cruel castigo.
Recordaré siempre los muros de ladrillo de
la cárcel de Terra Haute, en Indiana, donde estaba preso Fernando y hasta donde
viajaba Rosa Aurora para ver a su esposo encarcelado. Las esperas, el frío, la
impaciencia por tener noticias de los héroes.
Mientras René respondía en la mañana de este
20 de septiembre las preguntas de Pepe Alejandro, Luis Sexto o Marta Rojas, me
vinieron a la memoria aquellas horas de incertidumbre en la madrugada del 7 de octubre de 2011, cuando al fin lo
liberaron. Las llamadas telefónicas de los amigos, las primeras fotos del
encuentro con sus hijas y su padre, la llegada a Miami.
Tampoco olvido el viaje improvisado a la cima del Turquino, el 14 de marzo del 2010, -Día de la Prensa Cubana-, con
aquel grupo de jóvenes periodistas –Dayán, Elaine, Roberto Miguel, Sergio Abel,
Alain, Sahily y Marisol- que me acompañaron en la escalada para hacer suyo el
reclamo mundial de libertad desde el techo de Cuba y colocar la primera bandera
para exigir la libertad de los Cinco hermanos.
. Todas esas y muchas otras historias se me unieron
en la conciencia, mientras René alzaba su diploma, digno, valiente, patriota
hasta la médula, reconociendo con sencillez que un héroe está “debajo de
cualquier piedra”, listo para defender la Patria cuando más lo necesite.
En ese Premio a la Dignidad a los Cinco
Héroes, va todo el reconocimiento de más de cuatro mil periodistas cubanos que,
como el mismo René decía, los reconocemos como hombres de carne y hueso, que
supieron –y saben- sobreponerse a cualquier sufrimiento y que siguen
representando la dignidad de un pueblo que hizo una Revolución precisamente
para eso, para elevar la dignidad humana.
Este 20 de septiembre fui feliz y me
convencí que con el esfuerzo de todos, Gerardo, Antonio y Ramón, muy pronto
estarán de vuelta en casa, para unirse a René y Fernando, los Cinco Héroes
antiterroristas de toda Cuba.
por
Miguel Fernández Martínez
A nombre de sus hermanos de lucha estaba
presente René, representando la tenacidad y valentía de estos cinco hombres que
supieron -y saben- enfrentar al terrorismo que se fragua contra Cuba desde el Norte, y
con él, los familiares de Gerardo, Antonio, Ramón y Fernando, quienes
recibiendo el aplauso merecido de los periodistas cubanos.
Mientras Mirta recibía el diploma de su hijo
Antonio, Chavela el de su hermano Gerardo, Elizabeth el de su esposo Ramón, y
Magaly el de su hijo Fernando, al ver a René feliz alzando el suyo junto al
presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Antonio Moltó, se me
arremolinaron muchísimas imágenes, mudas, almacenadas durante
estos 16 años de cautiverio.
Recordé mi llegada a Miami, en febrero de
1999, apenas cuatro meses después del aparatoso arresto; de los titulares
manipulados en El Nuevo Herald y en el Diario Las Américas, de las atorrantes
acusaciones que descargaban los voceros de Radio Mambí.
Tengo vivos los recuerdos del juicio, los
estados de opinión que se formulaban a diario en la prensa, la radio y la
televisión, la satanización de aquel grupo de cinco hombres que se negaron a
plegarse a los pies de los enemigos de su Patria.
Disfruté compartir con mucha gente
solidaria, que silenciosamente y en un Miami hostil, aportaba su mínimo
esfuerzo para ayudar a las familias en sus visitas a las prisiones, o a otros
que se esmeraban en difundir la verdad del caso, en medio de aquella ciudad
politizada hasta el tuétano y donde el odio desenfrenado a todo lo que tenga
que ver con Cuba pulula en cada esquina.
No olvidaré la alegría de Holmes o de
Cándido cuando llegaban para ver a Ramón y René, sus hijos presos; o los
expresivos rostros de Aily, Laura y Lisbeth, las hijas de Ramón; o a Irmita e
Ivette, que visitaban a su padre René, o las charlas con el inolvidable Roberto,
tratando de encontrar un resquicio jurídico que los librara del cruel castigo.
Recordaré siempre los muros de ladrillo de
la cárcel de Terra Haute, en Indiana, donde estaba preso Fernando y hasta donde
viajaba Rosa Aurora para ver a su esposo encarcelado. Las esperas, el frío, la
impaciencia por tener noticias de los héroes.
Mientras René respondía en la mañana de este
20 de septiembre las preguntas de Pepe Alejandro, Luis Sexto o Marta Rojas, me
vinieron a la memoria aquellas horas de incertidumbre en la madrugada del 7 de octubre de 2011, cuando al fin lo
liberaron. Las llamadas telefónicas de los amigos, las primeras fotos del
encuentro con sus hijas y su padre, la llegada a Miami.
Tampoco olvido el viaje improvisado a la cima del Turquino, el 14 de marzo del 2010, -Día de la Prensa Cubana-, con
aquel grupo de jóvenes periodistas –Dayán, Elaine, Roberto Miguel, Sergio Abel,
Alain, Sahily y Marisol- que me acompañaron en la escalada para hacer suyo el
reclamo mundial de libertad desde el techo de Cuba y colocar la primera bandera
para exigir la libertad de los Cinco hermanos.
. Todas esas y muchas otras historias se me unieron
en la conciencia, mientras René alzaba su diploma, digno, valiente, patriota
hasta la médula, reconociendo con sencillez que un héroe está “debajo de
cualquier piedra”, listo para defender la Patria cuando más lo necesite.
En ese Premio a la Dignidad a los Cinco
Héroes, va todo el reconocimiento de más de cuatro mil periodistas cubanos que,
como el mismo René decía, los reconocemos como hombres de carne y hueso, que
supieron –y saben- sobreponerse a cualquier sufrimiento y que siguen
representando la dignidad de un pueblo que hizo una Revolución precisamente
para eso, para elevar la dignidad humana.
Este 20 de septiembre fui feliz y me
convencí que con el esfuerzo de todos, Gerardo, Antonio y Ramón, muy pronto
estarán de vuelta en casa, para unirse a René y Fernando, los Cinco Héroes
antiterroristas de toda Cuba.
Por Miguel Fernández Martínez
Video en Youtube
El Premio a la Dignidad, que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), fue entregado hoy a los cinco luchadores antiterroristas cubanos, encarcelados injustamente en Estados Unidos desde 1998.
A nombre de más de cuatro mil periodistas afiliados a la UPEC, su presidente nacional, Antonio Moltó, entregó la alta distinción a René González, y a familiares de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González.
La vicepresidenta primera de la UPEC, Aixa Hevia, dio lectura a la resolución del Consejo Nacional de la organización, donde se reconoce la valiente actitud de estos hombres, que "renunciaron al disfrute de sus vidas personales por defender las de todos los cubanos".
La entrega de tan alta distinción se efectuó en la Casa de la Prensa, en el marco de la tradicional reunión mensual conocida por Catalejo, que organiza la organización ramal de la Prensa Escrita de la UPEC.
El Héroe de la República de Cuba, René González, a nombre de sus cuatro compañeros, tres de ellos aún en prisión cumpliendo largas condenas por monitorear a grupos extremistas anticubanos radicados en Miami, agradeció la distinción.
"Me parece pertinente que se haya recordado aquí que somos hombres de carne y hueso, porque si no, no haría falta un premio a la dignidad, y yo digo que la dignidad implica sobreponerse a ese sufrimiento", subrayó René.
En un ameno diálogo con los participantes, entre los que se encontraban numerosos Premios Nacionales de Periodismo, directores de medios nacionales y periodistas de diferentes órganos de prensa, René repasó momentos de su encarcelamiento y del amañado juicio a que fueron sometidos en Estados Unidos.
"Siempre que hablo del caso, la palabra dignidad sale a relucir, porque yo diría que la meta fundamental de los fiscales en un caso como este, es degradar la dignidad del acusado, y al final, más allá que convergen motivaciones patriotas, humanas, termina siendo una lucha por rescatar la dignidad de uno, por mantenerla, por conservarla", comentó.
"Esto termina siendo una lucha -agregó-, en que nosotros sabemos que estamos representando la dignidad de un pueblo que hizo una Revolución precisamente para eso, para elevar la dignidad humana".
Entre los variados temas que se discutieron durante el encuentro, René contestó preguntas relacionadas con el futuro de Gerardo, Antonio y Ramón, quienes se mantienen encerrados en prisiones estadounidenses, a pesar del clamor internacional de solidaridad.
"Hay que llenar todo resquicio para que (Barack) Obama le llegue y le resuene el mensaje de que hay muchas personas en el mundo, mirando el caso de Los Cinco", enfatizó. Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, junto a René González y Fernando González, fueron arrestados el 12 de septiembre de 1998 en la ciudad de Miami, y sometidos a un juicio sin las garantías procesales correspondientes.
Los dos últimos ya se encuentran en Cuba, después de cumplir íntegramente las injustas condenas impuestas.
En el acto estaban presentes además Enrique Villuendas, del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y Ernesto Vera y Tubal Páez, presidentes de honor de la UPEC.
Tomado de Prensa Latina
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