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De cómo Bill Clinton perdió una elección a causa de una oleada
migratoria de cubanos; de unas negociaciones entre Cuba y los Estados
Unidos dirimiéndose de una manera que escandalizaría a los más
homofóbicos; o de cómo Joaquín Méndez, cuyo padre era un enemigo jurado
de la Revolución, resolvió su disyuntiva de defender a un agente cubano.
Bastan estas historias para calificar de imprescindible Los últimos soldados de la Guerra Fría,
un delicioso libro salido de la pluma del escritor, político y
periodista brasileño Fernando Morais, quien de paso venció mi inicial
escepticismo con una obra que había, erróneamente, prejuzgado como “más
de lo mismo”.
Especialmente porque lo anterior es apenas el contexto de la trama
principal concentrada Los Cinco luchadores antiterroristas cubanos:
Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y
Fernando González.
¿Cómo fue la vida de los Héroes cubanos en EEUU? ¿A qué dilemas
sentimentales tuvieron que enfrentarse para realizar su misión? ¿Se
conocían entre ellos? Estas preguntas probablemente muchos de nosotros
nos las hemos hecho desde que salió a la luz pública el caso de los
Cinco, y ahora leemos sus respectivas respuestas, bien vale notarlo, por
boca de un autor no cubano.
Morais elude con acierto la retórica y el discurso panfletario para
mostrar simple y llanamente los hechos, unos más conocidos y los más no
tanto.
Casi sin quererlo el autor deja entrever las duras condiciones en que se
desarrolló el trabajo de estos hombres, bien distantes, por cierto, del
cuadro que pintan los films de James Bond.
Ellos subordinaron sus vidas totalmente a la causa. Esa es una frase que
hemos escuchado más de una vez; pero que ahora adquieren una exacta
dimensión al tener de frente los mensajes que ellos enviaban a su Centro
de Mando, en los cuales consultaban aspectos tan sensibles como la
pertinencia o no de casarse y divorciarse, siempre teniendo en cuenta el
objetivo supremo por el cual fueron comisionados en EEUU u otros
países.
¿Fue en vano su esfuerzo? Para demostrar lo contrario ahí están los
datos reveladores aportados por Morais: “La red de cubanos, 12 personas
en total, permitieron que las autoridades del Archipiélago abortaran al
menos 20 atentados contra su territorio y capturasen explosivos, armas y
dinero. Se apresaron 30 terroristas entre los cuales había
norteamericanos de origen cubano y ciudadanos centroamericanos”.
Además “con base a los informe de la red dirigida por Gerardo, el MINREX
(Ministerio de Relaciones Exteriores) logró que la guardia costera
instruida por el Departamento de Estado interceptase, al menos en tres
ocasiones a embarcaciones cargadas de armas que se dirigían al litoral
cubano a realizar atentados. Lo que redundó en la detención de 19
mercenarios casi todos luego liberados por el juez Lawrence King”.
Aun cuando pueda parecer un tanto impreciso el título escogido por el
escritor por cuanto el conflicto de los círculos de poder de EE.UU., con
las legítimas aspiraciones de autodeterminación del pueblo cubano
sobrepasa los estrechísimos esquemas de la Guerra Fría; no cabe duda que
el texto viene a llenar un vacío informativo e histórico importante
sobre el caso de Los Cinco, también para los lectores cubanos. Si no,
pregúntenle a mi madre quien no ha soltado el libro desde que cayó en
sus manos hace casi un mes.
Fuente: Cuba Izquierda, el Blog de Istvan Ojeda