Queridos amigos
Por
estos días, ha hecho un tremendo calor por el mediodía y ha llovido a
cantaros en las tardes. Sin embargo, los pichones resistieron y
crecieron, en casi un abrir y cerrar de ojos. Acabo de ver a los dos
fuera de su nido, junticos en una rama, convertidos en hermosas
palomitas. Aun no pueden volar, pero muy pronto lo harán y comenzaran a
conocer el mundo, su mundo, el mundo de nosotros, que es el mundo de
todos, el mundo que tenemos que salvar y hacer mejor con menos egoísmo y
un amor como el que ha demostrado la paloma madre cuidando sus críos.
Me
han llegado muchos mensajes y algunos no los he podido responder como
quisiera, mas personalmente. Siempre leo con alegría cada línea y queda
en mi el cariño que nos envían y el aliento que nos dan.
El
futbol sigue acaparando la mayor atención por estos días. Se acercan
los partidos de vida o muerte. Para la final, lo que ya se sabe es que
habrá un nuevo campeón. Los equipos de nuestro continente han jugado con
gran calidad y esperamos esta vez la Copa quede en manos de uno de
ellos.
Pasará
la fiebre futbolística. Seguirán en pie los acuciantes problemas de
nuestro planeta, que pudieran resolverse con un juego limpio y un
intercambio equitativo, como el intercambio de camisetas de los
jugadores, gesto hermoso de amistad.
Ojalá hayan podido encontrar y leer el escrito de Maggie sobre la visita que me hicieron ella y sus familiares.
Cinco abrazos fuertes.
Tony Guerrero R
25 de junio de 2014
VISITANDO A ANTONIO EN LA PRISION DE MARIANNA
Antonio
dijo algo que tanto él como yo hemos sentido otra vez, el fenómeno de
la desaparición, incluso el olvido de ese tiempo que dos personas han
estado separadas, pero con una constante conexión del corazón y de la
mente (algunos quizás le llamen “alma”), la cual trasciende al tiempo
cuando se encuentran otra vez.
Habían
pasado 4 años desde la última vez que pude visitar a Tony en la
penitenciaría de máxima seguridad de Florence, Colorado. Muchísima vida
ha volado a toda velocidad en ese período, incluyendo mi mudanza a San
Petersburgo, Florida y la de Antonio a la prisión de mediana seguridad
de Marianna, permitida por el cambio a una menos draconiana sentencia.
Para
mí, la visita anterior había sido una “caminata en solitario” desde los
Cayos de la Florida hasta Atlanta, de ahí a Colorado Springs hasta
Palmer Lake (donde amigos de los Cinco gentilmente me acogieron y me
hospedaron) y finalmente el arribo a un apartado lugar del desierto
rocoso donde está ubicada la metrópolis carcelaria de Florence.
Y
así, otra vez, me invadió, en esta última visita, ese sentimiento de
que el tiempo no ha pasado. Esta vez vine acompañada de mi hermana Joan,
su esposo Lou y nuestro hermano Richard, quienes viajaron unos desde
Seattle, Washington y el otro desde Oakland, California. Creo que fue en
el segundo día de la visita que Tony comentó que se sentía como si
conociera a Richard, Joan y Lou mucho más de lo que pudiera sugerir el
tiempo que había pasado junto a ellos, cuando se conocieron.
Las horas volaron. Cada día nos quedábamos sorprendidos cuando las 6 horas que permiten de visita llegaban a su fin.
La
primera cosa que todos notamos fue lo bien que lucía Antonio (Lou hizo
la comparación de cómo se veía ahora con respecto a las fotos que ha
recibido a lo largo de estos años en las cartas de Antonio). Si no en la
más perfecta condición física (debido a que los estragos del estrés de
una terrible experiencia necesariamente graban sus marcas), Antonio
irradiaba una salud más firmemente tomada en sus propias manos, a pesar
de los 16 años de prisión acumulados. Uno está saludable, primeramente,
porque cree que lo está y actúa acorde con ese pensamiento. La calidad
de la energía que Tony proyectó hacia nosotros en su animada y generosa
conversación sobre los hilos más significativos de su periplo fue algo
que nos deleitó ver y escuchar.
Al
tiempo que él nos hablaba, sus gestos y su humor, marcas de su
personalidad juvenil y jovial, brillaban y a mí se me pareció al Tony
que sé es él, más relajado y más en paz que en las visitas previas,
aunque él siempre ha sido optimista, con una mente clara y fuerte.
Él
comenzó su conversación ofreciéndonos detalles del arresto, aquel 12 de
septiembre de 1998. En su narración intercaló otros aspectos de su vida
en Miami y de su traslado a los Cayos. Nos contó de su primera etapa en
Key West, donde el azar o la sincronización, así como las amistades que
fue forjando lo condujeron a varios trabajos para poder mantenerse. Con
cada paso, incluso a través del horror y del estrés del aislamiento, a
través del trato cruel y de la colosal injusticia, Tony se mantiene fiel
a su causa y a sí mismo. Yo veo su trayectoria como la de un héroe, en
el sentido clásico de la palabra (lo cual cada uno vemos en nuestras
propias vidas). Él es para mí el guerrero pacífico, de corazón bravo y
verdadero, resuelto e idealista, alguien que lucha contra el dragón, que
es a la larga nuestro propio miedo. Al final, su objetivo es sanar, es
hacer más integro (y más hermoso) a sí mismo y al mundo.
Antonio
nos describió las condiciones del “hueco”, del juicio; nos explicó
sobre las sentencias, la apelación; nos habló de Leonard Weinglass y de
los abogados que lo precedieron; nos narró sobre sus traslados a través
de Oklahoma y la atroz caja negra que le ponían sobre las esposas
durante la transportación; nos dio a conocer detalles de los primeros
días en Florence, nos explicó sobre la audiencia de re sentencia.
Conversamos sobre temas políticos y sobre el estado actual del caso.
Comentamos sobre René, Gerardo, Ramón y Fernando. Hablamos sobre Cuba y
el presente momento que vive su pueblo. Tony nos ofreció su filosofía
sobre la política y la vida. Le preguntamos su opinión sobre la
situación en Ucrania y nos ofreció detalles de las noticias que le ha
dado Manuel (que vive allí). Nos platicó sobre sus familiares y sobre
muchos otros amigos.
A
modo de entretenimiento jugamos a las barajas, al parecer es el único
juego disponible a los visitantes. Nos unimos todos en un entusiasta
tope de Casino, juego que mi hermano Rich “tiburón a las barajas” y yo
aprendimos cuando éramos muy jóvenes, de nuestro abuelo Elías. En otra
ocasión, tras Richard explicarnos cómo se jugaba, nos enfrentamos en lo
que se conoce como “Vueltas de Corazones”.
Tony
nos comentó sobre el proyecto del libro en que trabaja sobre el ajedrez
en las prisiones y nos habló sobre los lazos que ha establecido con
estudiantes en Cuba amantes del ajedrez y sus maestros.
Debido
a la ausencia de un cake de nata en las máquinas de comida, celebramos
el cumpleaños de mi hermano, el lunes 9 de junio, con 5 chocolates
Reese, dispuestos en un plato como un cake y adornados con palillos de
pretzel que hacían de velitas. Ese día, más temprano, en el área donde
los visitantes esperan ser autorizados para entrar a la prisión, una
madre y sus dos hijos le cantaron a Richard un Feliz Cumpleaños en la
lengua Cherokee, apto seguido un señor mayor de una pareja de California
le ofreció su versión en inglés del Happy Birthday. En el salón de la
visita, nosotros nos unimos con Antonio y le cantamos un Cumpleaños
Feliz.
Y,
entonces, Antonio nos habló sobre el arte. Es una alegría ver el
artista en que él se ha convertido, producto de la convergencia de
muchos elementos, pero sobre todo debido a su amor y dedicación al arte.
Yo conozco que sus dibujos con grafito y sus trabajos de caligrafía lo
condujeron a los lápices de colores y de ahí a los pasteles; luego vino
la acuarela y más tarde el óleo. Yo conozco cómo sus poemas fueron
escritos para dar a otros todo lo que podía dar de él, lo que ellos le
significaron para sobrevivir y más aún para crecer.
Él
nos habló de su decisión de no cambiar su arte por dinero, en aquella
etapa temprana en la cual se convirtió en un prolífico retratista, una
decisión congruente con la verdadera naturaleza de Antonio.
Después
de la última visita el lunes, nos dirigimos al moderno edificio del
Departamento de Salud del Condado Jackson, que está localizado cerca de
la prisión, y allí pudimos ver un óleo de Tony que es la imagen de un
hombre inclinado consolando a una niña que está abrazada a una de sus
piernas. Esta obra cuelga en el Salón de Reuniones adyacente a la
Oficina del Director de este centro.
Para
nosotros este encuentro con Antonio ha sido algo verdaderamente
significativo e inspirador, y con certeza fue lo más destacado de la
visita de mis familiares “al este”.
Margaret L. Becker
Junio 2014