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Por Luisa María González / Prensa Latina
Gema es más que nuestra hija, es el símbolo de la victoria,
expresó hoy el antiterrorista cubano Gerardo Hernández en Portugal, al hablar
de una bebé que ha sido el mejor final para una lucha de muchos en el mundo.
El padre, prisionero en Estados Unidos, y la madre, Adriana
Pérez, esperando en La Habana, pero uno y otro estaban condenados a la
separación por distancias mucho más complejas que el mar: la hostilidad de un
país que lo castigaba y “se ensañaba” -como explica Gerardo-, al sentenciarlo a
más de más de dos cadenas perpetuas.
Desde los primeros años del encarcelamiento se resaltó lo
injusto del caso, pues Washington apresó al antiterrorista por monitorear a
grupos extremistas radicados en Miami que planean y ejecutan actos contra el
pueblo de la isla caribeña. Así lo hizo con Hernández, y Antonio Guerrero,
Ramón Labañino, Fernando González y René González, un grupo conocido
internacionalmente como los Cinco.
En los inicios había mucha confianza respecto a que pronto
se lograría la libertad, pero los años pasaban sin conseguirlo, los recursos
legales se agotaban, y para Adriana y Gerardo se desvanecía la esperanza de
poder concebir un hijo.
“He sido padre cuando ya casi pensaba que esa posibilidad
estaba perdida. Casi que me había preparado psicológicamente para no ser padre
nunca, y recordaba a mis sobrinos con el consuelo de ser al menos tío”, confesó
a Prensa Latina.
Tras más de 16 años prisionero, Gerardo finalmente salió en
buena medida gracias a una campaña internacional sin tregua en la que se
involucraron cientos de miles personas que defendieron su inocencia.
Según cuenta el antiterrorista, la liberación fue
sorpresiva, pues incluso días antes, lo mantenían encerrado en una celda de
castigo en la cárcel de Oklahoma, como tantas veces antes habían hecho pese a
que nunca cometió indisciplinas.
El regreso fue un vuelco radical: de una celda incomunicada
a Cuba, a su esposa, a su familia, al nacimiento de Gema, al regocijo de un
país que lo aguardaba hacía mucho tiempo.
“Sin dudas el cambio ha sido tremendo, pero lo más
impactante es la llegada de Gema”, aceptó en referencia a una niña que “se ha
robado el show”, bromeó la madre.
Ahora la familia agradece a los muchos amigos que entregaron
sus esfuerzos a la causa, porque “nunca olvidaremos que esta felicidad que
tenemos es el fruto del trabajo de muchos hombres y mujeres que se
sacrificaron”, sostuvo el Héroe de la República de Cuba.
En la Fiesta de Avante en Portugal, Gerardo llegó una tarde
para conocer a esos viejos amigos y la alegría explotó: risas, lágrimas,
abrazos, personas que decían estar viviendo un sueño y lo miraban maravillados
como quien no consigue creer en lo que ve.
“Ha sido increíble, aquí me encontré con caras que durante
años solo conocí por fotos y de tanta comunicación constante uno los siente
como amigos de siempre, pero ahora fue la primera vez que nos vimos”, comentó.
Cada dos pasos aparecía alguien que le escribió cartas,
organizó mítines o recogió firmas, y el cubano no se cansó de reiterarles a
todos su gratitud, su infinita gratitud.
Fuente Mi Cuba por Siempre