Después
de la liberación de René, uno de los Cinco, los otros cuatro Héroes,
Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando, han visto desfilar durante dieciséis
años los últimos y primeros días de ellos, así como todos los de
quince, en cárceles de los Estados Unidos. El día 12 de septiembre de
1998 en que fueron sorpresivamente detenidos ha ido quedando atrás, y
con cada día que pasa sin que la justicia asome su rostro indulgente y
reparador, aumenta el lacerante castigo que han infligido a sus vidas.
Muchas preguntas pudieran hacerse en torno a este asunto que contiene
en sí aspectos esenciales de política, justicia, derechos humanos y
penales, principios fundamentales de ética y moral, y valores
relacionados con el bien y el mal.
¿Por qué?, y ¿por qué?, y muchos porqués interminables pueden lanzarse a
los cuatro vientos para que penetren las conciencias más
recalcitrantes? ¿Por qué fueron detenidos y condenados tan atroz y
arbitrariamente? ¿Por qué la Corte Suprema desestimó la solicitud de
revisión de esta causa? ¿Por qué la clemencia presidencial reclamada
desde todos los confines no se ha ejercido como demanda un acto
honorable de justicia y humanidad?
¿Qué hicieron esos hombres en territorio estadounidense sino demostrar
que el amor en todas sus dimensiones humanas puede cultivarse aún en un
medio hostil en que el servilismo y las riquezas corroen lo mejor del
alma y conciencia del ser humano? ¿Qué hicieron, sino estar dispuestos a
resistir todas las amenzas, los rigores y el aniquilamiento por el
compromiso de vivir abrazados a la verdad?
En la primera sentencia del tribunal de Miami los cinco fueron
sentenciados en total a 4 cadenas perpetuas más 77 años. A partir de la
resentencia, la condena final total de los Cinco se redujo a 2 cadenas
perpetuas más 98 años y 9 meses. ¿Por qué tanta cárcel para todos?
Después que René hubo de cumplir la condena de 15 años de prisión y
parte del periodo de libertad supervisada en los Estados Unidos, se le
autorizó a viajar a Cuba bajo la condición de renuncia de su ciudadanía
norteamericana. Antonio, Fernando y Ramón fueron resentenciados
respectivamente a condenas injustas y desproporcionadas de 21 años más 5
años de libertad supervisada, a 17 años y 9 meses y a 30 años de
prisión. La condena de Gerardo de 2 cadenas perpetuas más 15 años
permaneció inalterable. ¿Por qué tanta cárcel para cada uno de ellos?
Las razones que les guiaron en sus actos, las circunstancias de su
presencia en territorio de EE.UU., la saña y maltratos a que fueron
sometidos, la violación de sus derechos, la misión noble de defensa de
la patria y la lucha contra el terrorismo, la evitación de daños y
muerte de personas inocentes, la prevención de posibles conflictos entre
Cuba y EE.UU., la responsabilidad del gobierno estadounidense en
asuntos de la causa, y muchas otras facetas, fueron expuestas por los
Cinco en sus alegatos. Hay tal carga de verdades en los mismos que, en
estos tiempos signados por la lucha contra el terrorismo, valdría la
pena que todos los hombres del mundo pudieran recibirlos como el más
valioso legado de carácter espiritual, moral e ideológico.
En
este nuevo año 2014 hay muchas razones para seguir pidiendo y exigiendo
la liberación de estos hombres nobles y excepcionales. En febrero
tendremos la alegría de recibir a Fernando después de extinguir su pena.
Este hecho debe ser el estímulo para reafirmar la lucha por la libertad
de los otros tres, que siguen siendo cinco indefectiblemente.
Ha
pasado mucho tiempo de un encierro injusto rudo y horrible. Y a veces,
usando las palabras de Antonio en su alegato, “me he preguntado, ¿qué es
el tiempo? Y como San Agustín me he respondido: "Si me lo preguntan no
lo sé. Pero si no me lo preguntan, yo sí lo sé." Horas de soledad y de
esperanzas; de reflexión ante lo injusto y ruin; eternos minutos donde
arden los recuerdos”. Por eso, siempre será una ocasión propicia para
preguntar, ¿por qué pusieron en sus vidas tanta cárcel?
Texto
elaborado y leído por su autor, el licenciado Carlos Guillermo
Maldonado, en la conmemoración de los 15 años de cautiverio injusto a
los Cinco Héroes cubanos, realizada en el Auditorium Aura Marina Vides,
de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Estuvieron presentes el Embajador de Cuba en Guatemala, Lic. Roberto
Blanco, la cónsul Yulieth Dávila, la diputada Kenia Serrano, Presidenta
del ICAP y miembros de las misiones cubanas en Guatemala, junto a
miembros de la Escuela de Historia y del Grupo de Solidaridad con Cuba y
los Pueblos del Mundo, al cual pertenece, así mismo, el autor.
Guatemala, 09 de octubre de 2013.
El presidio político en el imperio
Por Carlos Maldonado*
La
privación de libertad es la respuesta de un Estado hacia una o varias
personas como castigo por la comisión de delitos, con diversos grados de
rigor y tiempo. Una pena basada en la impartición de justicia con el
fin de mantener la paz y la armonía en una sociedad democrática moderna.
Por lo menos esa es la intención más intuida.
No
obstante, esta propuesta, generalmente aceptada por la comunidad
internacional, existen Estados que utilizan desde las estructuras
jurídicas hasta los procedimientos más anómalos y violatorios de los
derechos humanos, o un híbrido de ambos, para perseguir y someter a sus
oponentes.
Dichos
entes, que se creen investidos de suprema potestad para ejercer
autoridad sobre los demás, se encumbran como consejeros/jueces/ejemplos a
seguir para los otros. Sean estos, personas individuales e incluso,
naciones.
¿Será
muestra de arrogancia, destino manifiesto, miedo, debilidad, racismo,
al tratar de callar a quien es diferente, por tanto, inferior para
esconder su brillo? ¿Una manera de salirle al paso a las voces que
molestan y hacen peligrar el estatus de quien dirige ese Estado?
La
libertad, un concepto inacabado por siempre estar el ser humano en su
búsqueda constante y al no alcanzarla plenamente, lo lleva a su
persistente perfección, yo la considero una utopía. Por ello, en las
presentes circunstancias, todos tenemos ataduras y todos atamos,
consciente o inconscientemente. Sin embargo, hay algo que nos pone
zancadilla para saltear las barreras en esta empresa: el concepto
erróneo de propiedad.
Cada
uno, en su fuero interno tenemos la noción de que somos dueños de algo o
de alguien. De mis bienes, de mi pareja, de mis hijos, de mi mascota,
lo cual no es más que la distorsión que nos dicta la forma de producir y
el lugar que ocupamos en dicha producción. Si somos propietarios de
bienes de capital, o sea la relación desigual entre los que tienen y los
que no, la reproducimos al creernos dueños del trabajo de los demás. De
su vida, su tiempo, sus cuerpos que es lo que prevalece en nuestras
relaciones cotidianas tanto entre personas, instituciones, países. Si
somos obreros, o una variante de ellos, minimizados al punto de
sentirnos propiedad de alguien. Por tanto, en nosotros cuaja el discurso
de colaborador, de buen empleado, de intelectual bienpensante. El que
no molesta, el que aguanta, el que permite, el que acepta las cosas
porque así son y así serán por siempre. Esa esencialidad que la
religión, en general, pinta de excelente forma.
Con
esa premisa, los grupúsculos que poseen la propiedad de capital y los
Estados que los representan han arruinado, degradado, envilecido la vida
de millones de semejantes y del planeta también. Creyendo que tienen el
derecho por destino manifiesto de apropiarse de vidas, propiedades
individuales, recursos de otros países, van por el mundo despojando,
acumulando, derrochando, desperdiciando en detrimento de la vida. Pero a
su vez, en muchas ocasiones, sin encontrar resistencia ya que los
explotados consideran también que los invasores llegan a sojuzgarlos por
destino manifiesto. No por casualidad, la cruz y la espada son caras de
la misma moneda. Las ideas sublimes del dios cristiano, para poner
ejemplo, encontró eco en las profecías de los originarios de estas
tierras recién descubiertas. Aunque habría que tener cuidado con las
interpretaciones que estuvieron a cargo de los ideólogos del invasor,
porque queriendo y sin querer se ponen palabras en bocas ajenas.
Esa
ha sido la historia de la humanidad a través del tiempo. Sin embargo,
si en algo hemos avanzado en el trato a las personas y el respeto a sus
derechos, es por la lucha de los que no se han dejado deshumanizar,
vender cuentas de vidrio y aceptar las imperiosas razones del invasor.
Empero, hoy siguen existiendo cadenas de hierro y rejas de acero, a las
cuales las acompañan otras invisibles y sutiles como las que atan a
través de la necesidad, el hambre, el chantaje, la ignorancia y el
engaño. Las promesas en una vida supraterrenal donde el sufrimiento será
un olvido total se mezclan con las de la fluorescente propaganda del
consumismo de lo tangible e intangible del mercado.
Por
ello, el vocablo libertad en comunidad de patronos, suena vacua; es un
fantasma en sus discursos cuando de sus manos pende el látigo y las
cadenas. Cuando el humano se libere de propiedad privada y ésta sea
entendida como un medio más para desarrollarse plenamente, podrá cantar
manumisión. Entonces vendrán sus hermanas la igualdad, la fraternidad a
sentarse en el trono de la historia donde seremos dioses. Ya no
tendremos necesidad de poseer para ser, sino desenajenándonos de la
propiedad pondremos nuestro mayor esfuerzo en vivir, en conocernos para
encontrar que a pesar de nuestras diferencias somos iguales y que cada
uno posee esa chispa divina que nos permite crear y transformar.
Mientras
ese conocimiento no se interiorice en cada uno de nosotros, muchos en
distintos partes del mundo, seguirán sufriendo cárcel y prisión.
Muchos, se degradarán y deformarán en la vivencia de sistemas que priman
la desigualdad, como la esclavitud, la servidumbre, el mísero salario.
Optarán entonces como hasta el momento, por el crimen; otros, por la
resistencia. Pero ambos, a pesar de caer en gran mayoría y abonar las
tumbas y las mazmorras de los propietarios han y seguirán cambiado con
su sangre y sus lágrimas la historia.
La
idea de libertad, avanza entonces. Idea que no tiene nada en común con
la de los traidores que dicen ser de liberación cuando son de retroceso,
de deseos de sentir en sus cuellos la bota del amo y para los
considerados por ellos inferiores, el látigo del verdugo. Porque hay que
ser lúcidos y enfáticos: no todos los que pregonan libertad, igual que
los que gritan en los montes patria, son sinceros. Unos quieren libertad
para enseñorearse sobre otros, quieren patria para sí mismos. No, o la
libertad es para todos, incluyendo a los actuales amos y verdugos, o no
es acorde con humanidad. O se anhela patria, como se espera el sol y la
lluvia, o ese deseo no es genuino.
Hoy,
miles sufren prisión por sus ideas, vejámenes e incluso son asesinados
en la más completa soledad, espectros que deambulan en el anonimato de
las cárceles clandestinas, sucumben sin conocer justicia y redención.
Aberraciones de un sistema mundial que se pudre y no repite el eco de
los nobles principios de los que nació.
De
esa cuenta, en las bartolinas de los que ensucian con sus bocas los
vocablos libertad y patria, se mantienen secuestrados, en limbos
judiciales, a reos que han tenido la entereza de defender la vida y la
paz para sus pueblos. Otros muchos más, yacen en las fauces frías y
negras de los mausoleos o en yermos anónimos, por soñar con naciones
felices y prósperas para sus hijos.
Este
es el ejemplo de millones de seres desconocidos e ignorados alrededor
del globo, presos por la deformación que provoca el sistema opresor de
la mercancía o por resistirse a aclamarlo, a los cuales hoy representan
cuatro héroes cubanos que permanecen, desde hace 15 años, en las
cárceles del Imperio y, otro, René González Sehwerert quien fue
sentenciado a 15 años de prisión, y a pesar de que fue liberado a los
12, en octubre del 2011, afirma categóricamente que, mientras sus
hermanos sigan en esa situación de injusticia, seguirá junto a ellos,
preso. De ahí, que a estos se les conozca como Los Cinco Héroes, por
Antonio Guerrero Rodríguez, ingeniero en Construcción de aeródromos,
poeta, con dos hijos, sentenciado a 22 años de prisión; por Fernando
González Llort, casado, graduado del Instituto de Relaciones
Internacionales (ISRI), del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y
el Ministerio del Interior, sentenciado a 18 años de prisión; por
Gerardo Hernández Nordelo, casado, graduado del ISRI, caricaturista,
sentenciado a dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión y por Ramón
Labañino Salazar, casado, tres hijas, graduado de Licenciatura en
Economía en la Universidad de La Habana, sentenciado a 30 años de
prisión.
Quince
años de cautiverio y torturas, donde la injusticia ha prevalecido sobre
la razón de su inocencia, por parte de la nación que pretende ilustrar
al mundo sobre la democracia y respeto a los derechos fundamentales del
ser humano, nos obligan a reafirmar el llamado del Apóstol de Nuestra
América, José Julián Martí Pérez, en una de las estrofas de su “El
Presidio Político en Cuba”, escrito durante su confinamiento en la isla
por parte de los españoles en 1871 por atreverse a querer su patria
liberada: “Volved, volved por vuestra honra: arrancad los grillos a los
ancianos, a los idiotas, a los niños: arrancad el palo al miserable
apaleador: arrancad vuestra vergüenza al que se embriaga insensato en
brazos de la venganza y se olvida de Dios y de vosotros: borrad,
arrancad todo esto, y haréis olvidar algunos de sus días más amargos al
que ni al golpe del látigo, ni a la voz del insulto, ni al rumor de sus
cadenas ha aprendido aún a odiar”.
GRACIAS.
*Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala, Colectivo “La Gotera”
Más
de treinta activistas del Comité Nacional Ucraniano "Por la libertad de
los Cinco Héroes Cubanos" se reunieron frente a la embajada de EE.UU.
en Kiev el miércoles 9 de octubre de 2013, para participar en la
manifestación "Ata una cinta amarilla al árbol por la libertad de los
Cinco Cubanos”.
Dichas acciones son iniciativa del Héroe de la
República de Cuba, René González Sehwerert, y se han desarrollado
durante el mes de septiembre de este año, no sólo en todos los rincones
de la Isla de la Libertad, sino también en todo el mundo.
La idea
de estas acciones están enmaradas por la popular canción norteamericana
“Tie a Yellow Ribbon Round the Ole Oak Tree” (Ata una cinta amarilla al
viejo roble). La letra de la canción
narra la historia de un prisionero que espera ser liberado, que le
pide a su amante, si ella aun lo está esperando que le diera una señal
atando una cinta amarilla alrededor del viejo roble. En la tradición
norteamericana atar cintas amarillas significa un signo de solidaridad
con los presos.
Por ello, los manifestantes en Kiev ataron más de
350 cintas amarillas en todos los árboles alrededor de los cuatrocientos
metros de perímetro de la embajada de EE.UU. , con el fin de llamar la
atención de los estadounidenses hacia la causa de los Cinco
antiterroristas cubanos, y para exigir al gobierno de Obama la libertad
de Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando, los cuales por más de 15 años
sufren injusta prisión en cárceles de Estados Unidos, y devolverlos a
Cuba. De hecho, no quedó ni un árbol ni un arbusto alrededor de la
Embajada de Estados Unidos, al cual no fuese atada al menos una cinta
amarilla. Y sepan Amigos que la de Kiev es la embajada de EE.UU. más
grande en toda Europa, y cubre nada menos que 11 hectáreas del antiguo
parque Komsomol Leninista.
Durante
la manifestación se escucharon por los altavoces famosas canciones
cubanas, y los discursos del obrero Denis Levin, del dirigente
sindicalista Vyacheslav Karpenko, del profesor Vill Romashenko, y del
ciudadano cubano Manuel López. Repetidas veces se escuchó la famosa
canción norteamericana "Ata una cinta amarilla al viejo roble" en inglés
(se puede escuchar la canción aquí: http://www.cubadebate.cu/opinion/2013/09/12/lazos-para-unir-en-la-ceiba-de-la-habana/),
bajo las tonalidades de la cual y de forma espontánea la pareja
compuesta por el mayor retirado Yuri Zaboiko y la profesora Lesia
Ivashkeviche bailaron ante la misma entrada de la embajada.
El
Comité Nacional Ucraniano "Por la Libertad de los Cinco Héroes Cubanos"
expresa su AGRADECIMIENTO a todos los participantes EN LA
MANIFESTACIÓN; un AGRADECIMIENTO ESPECIAL Al Comité del Partido
Comunista de Ucrania en la Provincia de Kiev y a su primer secretario
Andrei Medvedev por su ayuda en la organización del evento, así como a
la Organización del Partido Comunista de Ucrania en la ciudad de
Boryspil y a su primer secretario Dmitry Benderskiy por su activamente
participación en la manifestación.
El 12 de septiembre fueron varias las personas en el metro de Moscú y
en las calles de la ciudad que prendieron a su ropa una cinta amarilla,
o simplemente se la ataron a la mano para protestar por la prolongada
encarcelación de cinco ciudadanos cubanos en EE UU.
Fuente: Photoshot / Vostock-Photo
Estas cintas también se podían ver en los
coches y atadas a los árboles cerca de la embajada de Cuba en Moscú. Las cintas
amarillas son un signo de esperanza para la liberación de cinco luchadores
antiterroristas cubanos, cuatro de los cuales aún permanecen entre rejas en
Estados Unidos. Curiosamente, la cinta amarilla es un símbolo de esperanza para
el pueblo estadounidense. Su significado viene de una legendaria canción de amor
que fue todo un éxito en la década de 1970 titulada Tie a yellow ribbon
round the old oak tree (Ata una cinta amarilla al viejo roble). En esta
canción un preso que saldrá pronto de la cárcel le pide a su amada que, si
todavía lo ama y lo espera, ate a un roble cerca de su casa una cinta amarilla:
“Si no veo una cinta amarilla alrededor del viejo roble me quedaré en el
autobús…”. Y, al acercarse a la casa, ve centenares de cintas de ese color
alrededor del viejo árbol y regresa a casa.
El pasado 12 de septiembre se cumplieron 15
años desde el día en que fueron detenidos en Miami cinco patriotas cubanos:
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René
González. Éstos se infiltraron en organizaciones cubano-americanas que planeaban
actos terroristas en Cuba y entregaron la información recabada a La Habana. En
1998, todos ellos fueron detenidos y condenados a pasar muchos años en prisión.
René González fue el sentenciado a la pena más baja, 15 años. En su país son
reconocidos como héroes nacionales. En todo el mundo se ha emprendido una lucha
por la liberación de los ‘Cinco Cubanos’, se han creado más de 288 comités para
su liberación en más de 97 países, incluidos 106 comités en 30 países de
Europa.
El comité internacional por la liberación de
los cinco cubanos invitó a grupos solidarios de todo el mundo y a los amigos
del pueblo cubano a llevar cintas amarillas, prendidas o atadas, como símbolo
de la esperanza de que los héroes puedan regresar en un breve plazo a casa. El
autor de esta iniciativa en Cuba es el único miembro del grupo de los cinco que
se encuentra ya en libertad, René González. Pasó doce años en la cárcel y salió
en libertad condicional en 2011. En una intervención en la televisión cubana,
René González pidió que el 12 de septiembre el país se llenara de cintas
amarillas, de modo que todo aquel que visitara la isla viera que Cuba aguarda
con esperanza el regreso de sus hijos. Este día, no sólo en Moscú (donde se
realizaron piquetes informativos cerca de la Embajada de Estados Unidos) sino
en toda Rusia, desde Vladivostok a Kaliningrado, cientos de personas exigieron
la liberación de los ‘Cinco Cubanos’.
Además, en la Embajada de la República de Cuba
en Moscú se celebró una conferencia dedicada a conmemorar el 15º aniversario de
la detención de los cinco cubanos, a la que asistieron embajadores de casi
todos los países del ALBA,
incluidos Venezuela, Bolivia, Nicaragua, el vicepresidente del Consejo de
Defensa, representantes del movimiento ruso para la liberación de los cinco
héroes, ‘Venceremos’ y ‘Sociedad de Amistad Rusa-Cuba’. En la inauguración del
acto, Elena Lozhkina, coordinadora del Comité Ruso por la Liberación de los Cinco
Patriotas Cubanos, declaró que en la actualidad el movimiento por la puesta en
libertad de los ‘Cinco’ era uno de los más avanzados a nivel internacional. A
continuación reproducimos una breve charla que Lozhkina concedió a Rusia Hoy.
¿Cuáles son las medidas recientes más
importantes que ha organizado el Comité Ruso por la Liberación de los Cinco?
El 1 de enero de 2011, por petición del Comité
Internacional de Solidaridad, dio inicio una campaña el día 5 de cada mes para
los cinco cubanos pidiendo a la gente de todas las partes del mundo que escriba
cartas exigiendo la liberación de los presos cubanos a la administración del
presidente Barack Obama. El mismo enero de 2011, el comité tomó la decisión de reforzar esa medida con un
piquete informativo cada mes junto a las puertas de la Embajada de EE UU en
Moscú. Desde entonces, cada día 5 de cada mes llevamos a cabo un piquete en la
misión diplomática de Estados Unidos en Moscú. Para cada piquete se escribe una
declaración que se entrega a la Embajada de los Estados Unidos y al mismo
tiempo se envía por carta a la dirección postal de la Casa Blanca. Desde
octubre de 2011 se organizan vuelos solidarios por los ‘Cinco’ en globos
aerostáticos, tras sumarse al movimiento por la causa el piloto Ígor Naimilov.
También organizamos periódicamente caravanas de solidaridad en las calles de
Moscú. El año pasado efectuamos una campaña que, creo, es un punto de
referencia para todos los movimientos solidarios mundiales.
Antes de realizar la petición de liberar a los
‘Cinco’ sonaba en cinco continentes y, una vez llevada a cabo, se amplió a los
seis continentes, pues, en el invierno de 2012, Vladímir Koshelev y sus
compañeros situaron una pancarta en la Antártida al viajar allí como parte de
una expedición ruso-ucraniana-bielorrusa. También tratamos de informar de los
actos más significativos en el mundo, de los informes del comité internacional
y de las cartas de los héroes. Nos dirigimos a los partidos y a las
organizaciones con la petición de apoyar y suscribir las declaraciones.
Organizamos exposiciones con dibujos de los héroes y participamos en la publicación
y en la promoción de libros.
¿Cuál es la envergadura de este movimiento en
Rusia?
El proceso judicial contra los ‘Cinco’ provoca
indignación en diferentes capas de la sociedad de nuestro país. Quizá el abuso
judicial contra los cinco cubanos sea uno de los pocos temas con los que se
muestra solidaria la sociedad rusa casi al completo.
En la clausura de la conferencia, el Embajador
de la República de Cuba, Emilio Losada García, destacó que “condenando a los
miembros del ‘Cinco Cubano’, la justicia estadounidense es consciente de que
estos patriotas no tenían intención de causar perjuicios a la seguridad
nacional de los Estados Unidos, sino que intentaron detectar e informar a su
país de los preparativos de actos terroristas en territorio de Estados Unidos
por parte de grupos de ultraderechistas cubanos en el Estado de Florida”.
También señaló que la actividad de los ‘Cinco’ no sólo tenía como objetivo
proteger a su patria sino contribuir asimismo a la lucha contra el terrorismo a nivel mundial.
El
amor de los Cinco Héroes cubanos, su dedicación y esfuerzo es el idioma
universal con el cual es necesario combatir el odio por el que fueron
encarcelados...
Cuando
has protegido la vida de cientos de personas sin importar el lugar del
mundo, dudo mucho que a alguien le interese en primera instancia de
dónde eres, cuáles son tus afiliaciones políticas o si eres religioso o
ateo; en ese momento todo lo que emana de ti son tus cualidades de
sacrificio y humanidad. El agradecimiento sería la reacción lógica de
quienes te conocen o fueron beneficiados por tus acciones, lo
universalmente correcto éticamente…, a menos que seas cubano y todo se
haya desarrollado en los Estados Unidos. Esa, es otra historia.
Proteger
puede ser un instinto, reacción o acto pensado con serenidad y
objetivamente; puede ser por amor, o sentido del deber, pero siempre
conlleva entregar una parte de ti en favor de los demás. Esas personas
que arriesgan sus vidas por otras tienen la grandeza y el respeto de
todos aquellos que los conocieron; sin embargo, las leyes aplicadas
desde un punto de vista cegado por el odio del hombre pueden transformar
las más sublimes acciones en meros hechos criminales.
Los
Cinco Héroes cubanos dedicaron su amor y esfuerzos también al pueblo
norteamericano, ese, que tal vez confió en un juicio imparcial en el
“mejor país del mundo”, porque su verdad omite la historia de agresiones
contra Cuba y aún cree en los principios de los padres fundadores de su
nación.
Gerardo Hernández, en su alegato de defensa, mencionaba: “Quienes
desconocen cómo se ha comportado históricamente el sector más radical
de la comunidad cubana de Miami, quienes no ven la televisión en español
ni escuchan la llamada “Radio Cubana”, tal vez pudieran haber pensado
honestamente que nosotros podríamos tener un proceso imparcial y justo
en esta ciudad. Lamentablemente hay muchas realidades que el pueblo
norteamericano aún desconoce”. Todo asunto referente a Cuba será
manipulado mientras sigamos el camino que comenzamos en 1959. Los
ciudadanos norteamericanos, abrumados de información contradictoria, que
a flashazos se les cuela en sus hogares, despiertan poco a poco de la
bruma que cubre nuestro territorio y nuestras relaciones.
“Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria”.
Así declaró Gerardo, inspirado en la frase del héroe de Connecticut
Nathan Hale. Tal expresión cobró fuerza en el banquillo. No es una frase
de Martí ni de Maceo, es de un estadounidense; de uno de los héroes de
la guerra de independencia de las 13 colonias que la historia recuerda
por su valentía al infiltrarse en líneas enemigas. Entonces, ¿por qué
erigir monumentos y condenar a aquellos hombres que realizan las mismas
acciones años después? El sentimiento de patriotismo no puede estar al
servicio de la política y la mentira de cobardes.
“¡Si
por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a
nuestros países del terrorismo, y evitar una invasión inútil a Cuba es
por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea!”. Palabras
exactas de Ramón ante una corte prejuiciada, que demuestran el interés
de proteger a los estadounidenses inocentes tanto como a los cubanos.
Esas acciones fueron silenciadas porque sería imposible condenar a
quienes protegen a sus acusadores, imposible enfrentar una mirada que se
sabe digna.
Eso nos lo recuerda René. “Es
realmente triste ser educado para odiar a algo que uno ni conoce
(Cuba). Y si se me permitiera la licencia, como descendiente de
norteamericanos laboriosos y trabajadores, con el privilegio de haber
nacido en este país y el privilegio de haber crecido en Cuba, le diría
al noble pueblo norteamericano que no mire tan al sur para ver el
peligro a los Estados Unidos”.
”Aférrense
a los valores reales y genuinos que motivaron las almas de los padres
fundadores de esta patria. Es la falta de esos valores pospuestos ante
otros, menos idealistas intereses, el peligro real para esa sociedad”.
Recordando
los cimientos de la misma nación que hoy los mantiene encarcelados, el
padre de René le envió una carta previa al juicio donde tenía la
esperanza de que se pudiera hallar un jurado donde afloraran los valores
de Washington, Jefferson y Lincoln. Pero cuando los mafiosos y
contrarrevolucionarios controlan el sistema de justicia es demasiado
difícil que la luz entre a la sala del tribunal, excepto la que traían
consigo nuestros compatriotas.
Mostrarles
la verdadera causa del encierro a los norteamericanos no basta
solamente. Recordarles la necesidad de su labor y la angustia de
millones por su regreso es lo que se impone. Lazos amarillos para
solidarizarnos por todo el mundo y pedir su regreso es un símbolo que se
aprecia en cada calle cubana desde que René convocara al pueblo en su
alocución, pero sobre todo debemos tener presente un idioma universal
para enviar este mensaje, uno que combata el odio por el que fueron
encarcelados: su amor por todos los que los rodean.
Tony no pudo ser más claro en su alegato sobre nuestros pueblos, cuando en un mensaje universal afirmó: “Yo
amo la isla donde crecí, me eduqué, y en la que viven mi madre, uno de
mis idolatrados hijos y muchos otros de mis seres queridos y amigos;
también amo a este país, donde en los últimos 10 años de mi vida he dado
y recibido verdaderas muestras de amor y solidaridad. Tengo la certeza
de que es inevitable, no solo un puente de amistad entre ambos pueblos,
sino entre todos los pueblos del mundo”.
El poeta brasileño Thiago de
Mello, autor de Los estatutos del hombre, ha escrito un poema dedicado
a los Cinco, tras recibir los versos que Antonio
Guerrero escribiera desde la cárcel a
propósito de los 15 años de encierro que han padecido él y sus
compañeros.
El
12 de septiembre próximo se cumplen 15 años del encarcelamiento en Estados
Unidos de cinco antiterroristas cubanos: Gerardo Hernández, Antonio Guerrero,
Ramón Labañino y René González. Uno de ellos, René, regresó a Cuba después de
cumplir toda su condena. Como sugiere Thiago en este poema escrito desde su
Amazonas natal, sería una crueldad extrema aplicar a los otros cuatro la misma
regla, siendo que sus condenas son mucho más largas y uno de ellos, Gerardo
Hernández, moriría en prisión.
Cubadebate comparte con sus lectores el poema que
en exclusiva nos ha hecho llegar desde Brasil, a través de una amiga.
UN CANTO DE CINCO NIÑOS A LOS QUINCE DE
LOS CINCO
Tu
poema, Antonio, me llega como um pájaro mojado, parece herido, que
posa en el silencio sonoro de mi floresta, cantando: Son los quince de
los cinco. Quince años serán mañana De los cinco mis hermanos heridos
por la tiniebla pero fuertes de esperanza y verdad, por tu poema, me
abrazan, llenos de luz.
Para contestarte, Antonio, llamo a cinco niños ,
llegan contentos bajo lalluvia, les digo vamos cantar de manos dadas,
rodando, uma cantiga de amor bien fuerte para que llegue al profundo
corazón de cinco lindos hermanos que están presos, van a hacer quince
años, porque pelean - ciertos de que vencerán- Por el reinado, en el
mundo, de la aurora y la infância.
Ciranda, cirandazinha, vamos todos cirandar, cantando: Los
cinco hermanos Vencerán, ay, vendrán.
Thiago de Mello Madrugada del 10 de sepiembre, Floresta
amazõnica
A
quince años de la lucha por la libertad de los 5 habrá que remover
tierra y cielo para lograr la libertad que merecen los 5 Héroes cubanos.
Quince
años puede ser un suceso festivo y memorable para la vida de una
quinceañera de ahora, de muchos años atrás, del futuro o de siempre.
Sin
embargo, quince años –pudieran ser menos o muchos más- vividos en una
prisión a causa de un castigo injusto y vengativo por defender una
verdad y una causa noble, sin un minuto de duda, de deserción ni
traición, siempre será memorable y digno, pero siempre será también el
símbolo del sufrimiento causado a las personas presas cuando la sinrazón
impera.
La
historia de la humanidad, en su larga sucesión de episodios, hechos y
acontecimientos variados, ha ido dejando su estela memorable con el
decurso del tiempo.
Si
en el poema épico griego La Odisea, Homero inmortalizó la lealtad y
paciencia de Penélope durante su espera por Ulises durante diez años,
las esposas y familiares de los Cinco han sobrepasado ese tiempo y
todavía esperan que la justicia o el indulto les permitan el regreso a
su casa y a su país. Sólo en el caso de René esto fue posible el año
pasado.
Y
el tiempo y las circunstancias que rodean la vida determinaron que las
madres de Gerardo y Ramón ya no podrán abrazarles en libertad, ni
tampoco el padre y el hermano de René pudieron verle plenamente libre y
en su patria.
Si
en Francia, Dreyfus fue acusado y condenado injustamente como espía a
cadena perpetua, y gracias a la defensa pública de Zola con su artículo
Yo Acuso y otras evidencias aparecidas posteriormente, fue reivindicado y
liberado diez años después, los 5 Héroes cubanos aún esperan que en
Estados Unidos llegue la rectificación y la liberación consiguiente.
Si
en Sudáfrica, Nelson Mandela permaneció en prisión durante 23 años,
acusado y condenado injustamente, y, además, calificado como terrorista,
para finalmente ser liberado y llegar a ser reconocido como Premio
Nobel de la Paz y ser electo el primer presidente de la nueva Sudáfrica,
los 5 cubanos presos en los Estados Unidos, igualmente condenados cruel
e injustamente, ya han sido reconocidos con el título honorífico de
Héroes de la República de Cuba, en fecha temprana de su prisión, y
durante estos quince años han recibido el reconocimiento y el apoyo
solidario y el cariño de millones de personas de prácticamente todos los
países del mundo, que aspiran a que la injusticia no sea tan
prolongada, en el caso de Ramón y Gerardo, como lo fuera en el caso de
Mandela, y ya que René está en libertad y en Cuba, puedan ser liberados
Fernando, Antonio, Ramón y Gerardo mediante un indulto conjunto otorgado
por el presidente.
Si
el sistema judicial norteamericano permitiera evaluar nuevas evidencias
del caso de los 5 y, a la luz de éstas, reevaluar otras que fueron
soslayadas u ocultadas durante el proceso anterior, agotando así, en el
terreno jurídico, las últimas posibilidades de los 4 que permanecen en
prisión, podría ocurrir, a pesar de la oposición del gobierno, tal como
sucedió en el caso Dreyfus, que quedaran al descubierto las falencias de
los cargos delictivos contra los 5 y, por lo tanto, obligarían moral y
jurídicamente a la rectificación de las sentencias y a la liberación de
los acusados, tal como aconteció en el caso Dreyfus.
El
aprisionamiento en Miami el 12 de septiembre de 1998 fue el inicio de
esta historia de los 5. Muchas preguntas y respuestas se han acumulado a
lo largo de estos quince años. Si bien muchas, en menor o mayor medida,
son conocidas por millones de seres humanos, la mayoría de ellas son
desconocidas por otros muchos millones de personas, principalmente
norteamericanas.
¿Por
qué durante tanto tiempo ha imperado en los Estados Unidos la mentira
de los “espías cubanos” y se ha instaurado un manto inextricable de
silencio en los grandes medios de comunicación? Una de las causas
judiciales más largas y trascendentes de la historia judicial en aquel
país, y con una connotación internacional indudable, tuvo el raro
privilegio de enmudecer a la gran prensa mientras escandalizaba a la
prensa mercenaria de Miami, cuyos periodistas tarifados cobraban jugosas
sumas de dinero de parte del gobierno por contribuir al clima de
intolerancia contra los acusados y justificar las descomunales cargos y
condenas. Se creó así, en el medio hostil de Miami, “la tormenta
perfecta”, según reconociera el panel inicial de jueces de la Corte de
Apelaciones de Atlanta, que por esas razones anuló las sentencias y
dictaminó celebrar un nuevo juicio en otra sede imparcial.
¿Por
qué se encontraban los 5 en aquel escenario que era cuna matriz de la
furibunda mafia cubano-norteamericana que poseía un nefasto historial
como responsable de cientos o miles de acciones terroristas contra Cuba,
acrecentadas en el período en que llegaron a aquel territorio? René,
piloto; Antonio, ingeniero civil; Ramón, economista; Gerardo y Fernando,
Licenciados en Relaciones Exteriores, estaban allí simplemente,
sacrificando la trayectoria de sus carreras y los planes de vida
individuales y familiares respectivos, para infiltrar a terroristas
anticubanos peligrosos que vociferaban sus amenazas a los cuatro
vientos, a la vez que planificaban y ejecutaban sus actos terroristas
con la delectación de consumados y contumaces artesanos del terror.
Prevenir y neutralizar tales planes protervos contra Cuba era un acto de
necesidad superior a cualquier infracción legal menor y una misión
legítima, noble y heroica en las circunstancias de aquel momento
histórico.
¿Por
qué fueron condenados tan severamente inicialmente y durante la
resentencia? Gerardo Hernández a dos cadenas perpetuas más 15 años:
Ramón Labañino a: una cadena perpetua más 18 años; Antonio Guerrero a:
una cadena perpetua y 10 años (más 5 años de libertad supervisada en
territorio estadounidense); Fernando González a 19 años y René González
a: 15 años (más 3 años de libertad supervisada en territorio
estadounidense).
Luego
de la apelación a la Corte, ésta dictaminó ratificar las condenas en
los casos de Gerardo y René, e indicó al tribunal de Miami modificar las
sentencias de los otros tres. La resentencia de Ramón, Antonio y
Fernando, fueron las siguientes: Ramón, 30 años de prisión; Antonio, 21
años y 10 meses de prisión más 5 años de libertad supervisada; Fernando,
17 años y 9 meses.
A
quince años de iniciado este proceso, está en marcha el último recurso
judicial de habeas corpus por parte de los cuatro prisioneros en
cárceles de los Estados Unidos, a pesar de la oposición de la fiscalía o
gobierno al respecto. Esperemos que la sensatez de la jueza Lenard no
les niegue este recurso legítimo, justo y razonable. Los argumentos para
tal solicitud sobre evidencias nuevas son simplemente irrefutables
desde el punto de vista jurídico según las normativas del derecho
estadounidense.
En
este tiempo -¡oh, tiempo inmisericorde!- muchas cosas han cambiado,
como ha sido evidente para todo el mundo. Relatar todas aquellas cosas
que tienen relación con la causa de los 5, llevaría mucho espacio. Por
ahora baste recordar que aún está vivo Gabriel García Márquez, premio
Nobel de Literatura, y portador del mensaje de Fidel para el presidente
Clinton sobre los planes terroristas contra Cuba procedentes de los
Estados Unidos; está vivo el ex presidente Clinton, quien sabe que
recibió el mensaje a través de su Consejo de Seguridad Nacional y que
envió una delegación del FBI a La Habana para conocer de primera mano
las informaciones pertinentes sobre el asunto; están vivos los que desde
la Casa Blanca o desde Miami conocieron y tuvieron que ver con las
bravuconadas y violaciones graves de la soberanía cubana por parte de
las avionetas de los Hermanos al Rescate, organización dirigida por el
terrorista José Basalto; deben estar vivos los que conservan las
imágenes satelitales sobre el derribo de las avionetas por la aviación
cubana y las coordenadas precisas donde ocurrió el incidente ¿por qué se
han negado y niegan a mostrarlas ante el tribunal?; está vivo Posada
Carriles, disfrutando de su acogida en territorio norteamericano, y
autor y organizador confeso de actos terroristas que serían condenables
así en la tierra como en el cielo y en el infierno; está ahí el pueblo
norteamericano, conmovido aún por los actos terroristas contra las
Torres Gemelas del 11 de septiembre, viviendo por experiencia propia lo
que significan las acciones terroristas en uno u otro día, pero carente
de la experiencia sufrida por el pueblo cubano en que sus hijos han
vivido durante más de 50 años sometidos a las mismas tanto dentro del
país como en otros países, y a lo que se hizo mención en el alegato de
defensa de los 5 durante el juicio.
Si
todo esto es lamentable que esté ahí y, a la vez, no esté ahí para
exonerar de penas a los cubanos prisioneros, duele entrañablemente que
el tiempo y las circunstancias de la vida se hayan llevado la presencia
física de gigantes defensores de los 5. Ya no están –aunque sigan
estando en el corazón y el recuerdo- Leonard Weinglass, abogado defensor
de los 5; ni Lucius Walker, pastor y hermano de lucha de los 5, y desde
el lunes 9 de septiembre, tampoco está Saúl Landau, intelectual y
hermano de los 5. Todos conocimos por una carta de Gerardo Hernández
Nordelo de la enfermedad y el estado grave de Saúl Landau. ¡Qué manera
más hermosa de dirigirle unas palabras al amigo y hermano en un trance
tan difícil!
Conmovido
por aquel mensaje de Gerardo, le dirigí a Landau unas breves líneas en
un Email enviado a las 11.29 pm. del 30 de agosto del presente.
Presentía que el mensaje no podría tener una respuesta.
He
aquí este mensaje que hoy quiero compartir con los lectores como un
homenaje a quien por su vida y obra merece honor en una fecha tan
significativa para nuestros 5 Héroes.:
“ESTIMADO SAÚL LANDAU:
Estimado
compañero y hermano: Perdona que sin conocerte personalmente te trate
de este modo íntimo, pero conociendo lo que has hecho por acercar a
nuestros pueblos, cubano y estadounidense, y con el amor, pasión y
dedicación con que lo has hecho, creo que mereces esta estima.
Apenas
he intercambiado contigo, en particular en ocasión de la excelente
entrevista que le hiciste en prisión a Gerardo, y (sobre la cual hube de
escribir dos artículos). Por la carta de Gerardo me enteré, nos
enteramos, de tu lamentable enfermedad. Creo que nadie como Gerardo
puede expresar palabras de mayor consuelo, pero quiero que sepas en este
momento lo mucho que se te aprecia y quiere, y en esta hora quiero que
te llegue esa fuerza y ese espíritu que te reconforte y contribuya a
curar o mitigar tus penas y dolores.
Así
que recibe un abrazo fuerte y un aliento que contribuya a levantar tu
ánimo. Recuerda que para combatir la enfermedad y luchar por la vida, se
requiere de esas fuerzas volitivas y espirituales. Te lo expresa un
fisiólogo de profesión y un poco filósofo de vocación. Hermano, lucha,
vive y recuerda que vivirás más allá de la partida, pues cuando se cae
en brazos –un poco remedando a Martí- de la humanidad agradecida, la
prisión se rompe y empieza con el morir la vida.
Landau,
tú has vivido para el deber noble, y continuarás viviendo en los
hombres nobles del presente y del futuro. Muchos afectos, Saúl para ti y
familia”.
Hoy
que René González nos acompaña en la lucha por la libertad de los 4
compañeros restantes, propongo como iniciativa particular solicitar a
cuantos periodistas o individuos puedan tener acceso a entrevistas del
presidente Obama o dirigentes influyentes del gobierno, efectuadas
dentro o fuera de los Estados Unidos, que pregunten por qué no han
otorgado el indulto a the cuban five, como son conocidos
internacionalmente, o cuándo por justicia o razones humanitarias les
otorgarán el indulto, o por qué no tramitan con el gobierno cubano un
arreglo humanitario de intercambio de prisioneros.
A
quince años de la lucha por la libertad de los 5 habrá que remover
tierra y cielo para lograr la libertad que merecen los 5 Héroes cubanos.
*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
Con tristeza conocimos este miércoles la noticia de la muerte del amigo
de Cuba, Saul Landau. Este destacado profesor, periodista y cineasta
norteamericano fue conocido en la Isla, sobre todo, por su apoyo a la
causa de los antiterroristas cubanos encarcelados injustamente en los
Estados Unidos. Pero fue con Gerardo Hernández con quien entabló una
relación especial.
En
enero de este año, Saul visitó por décima y última vez a Gerardo en la
prisión de Victorville, en California. Ya estaba enfermo y meses después
le confesó al amigo cubano que iba a morir. Días antes de su
fallecimiento Gerardo le escribía: “Es solo un viaje, Saúl, lo otro no
es cierto”.
Imagino
el dolor de Gerardo al conocer que Saul comenzaba ese viaje hacia la
eternidad. En estos quince años de arbitrario confinamiento en cárceles
norteamericanas Gerardo sufrió, entre otras, la pérdida de su madre
Carmen Nordelo, y a cada minuto que pasa se le escapa la posibilidad de
realizar el sueño de tener un hijo con su mujer Adriana, a quien no ha
visto desde 1998.
Quince
años, como recordaba René González, es mucho tiempo en la vida de un
ser humano. En este periodo él perdió a su hermano y a su padre. Ivette,
su hija menor, contaba solo cuatro meses de nacida cuando la separaron
de su lado, y ahora que tiene quince años es que pueden al fin estar
juntos.
Las
hijas de Ramón Labañino se transformaron de niñas en adolescentes y
jóvenes, los de Tony, también; en tanto, a Fernando le truncaron la
ilusión de convertirse en padre desde los primeros años de encierro,
cuando le impidieron por mucho tiempo recibir la visita de su esposa
Rosa Aurora.
Quince
años es demasiado tiempo porque tras esos miles de días y noches hay
muchas lágrimas, tanto dolor, soledades, desasosiegos, distancias,
abrazos y besos que se perdieron en el viento, risas sin compartir,
paseos pendientes, conversaciones incompletas, sueños a medias.
No
obstante, los Cinco mantienen en un sitio invulnerable del alma las
alegrías y las esperanzas que los hacen perseverar en el regreso. Y es
que, desde aquellos primeros días de encierro en Miami, tuvieron el
acierto de creer en la esperanza. Entonces, ni siquiera se conocían
entre ellos, ni sospechaban que se transformarían en héroes, ni que le
nacerían en lo adelante millones de hermanos, madres, hijos y amigos en
todo el mundo, como el desaparecido Saul Landau.
Quince
años es demasiado tiempo. Lo saben bien quienes pretendieron
encerrarlos en el hueco del olvido. Pero a estas alturas, deben haberse
percatado también de que a estos hombres podrán ensuciarle la libertad,
pero jamás se la quitarán.
*Periodista
cubana, trabaja en la emisora Radio Jaruco, y es una de las fundadoras
del Comité “Alas de Libertad” de esa emisora, por la Libertad de los 5
Palabras
pronunciadas por René González Sehwerert, Héroe de la República de
Cuba, en el concierto: ¡Por nuestros Cinco Héroes, 15 años de injusticia
basta! en la Tribuna Antiimperialista José Martí, el 12 de septiembre
de 2013, “Año 55 de la Revolución”.
Cubanas y cubanos; personas de buena voluntad de todo el mundo:
Cuatro
hijos de esta tierra languidecen en prisiones norteamericanas por el
crimen de defender la vida humana, por resguardar nuestro derecho a la
tranquilidad y a la existencia. Sus voces nos llegarán hoy desde sus
encierros y los harán libres de odios y rencores. Nos traerán esa
alegría de vivir que les hizo asumir este sacrificio en primera
instancia. Nos recordarán que sus espíritus no pueden ser quebrados por
todo el encono que el gobierno más poderoso de la historia humana ha
dejado caer sobre ellos. Se les castiga con tal saña porque
-parafraseando a un poeta- emiten una luz que para sus acusadores
resulta insoportable.
Ellos
no vinieron de otro planeta. En estas calles dieron sus primeros pasos
y disfrutaron de la maravilla de sus primeras letras. Absorbieron aquí
de sus padres el alma y la historia de nuestros antepasados. Aquí
amaron y fueron amados.
Fueron, como muchos de ustedes, jóvenes que
aquí gustaron de un concierto. Sólo que, cuando fue preciso, dieron el
paso para proteger todo eso, y cuando fue aún más preciso dieron a sus
fiscales una lección moral imperdonable. Y ha sido por eso todavía más
preciso que soporten todo ese rencor; pero lo han hecho con altura, con
el corazón ligero, con una sonrisa en los labios en los momentos más
difíciles.
Gerardo,
Ramón, Antonio y Fernando son esta noche los presos de nuestra
felicidad; pero pudieron ser hoy cualquiera de ustedes tal y como
cualquiera de ustedes pudo estar en su lugar. Ellos vibrarán con cada
nota de este concierto. Junto a los corazones de ustedes los suyos
palpitarán a la magia de la música. La felicidad de ustedes será la
felicidad de ellos, porque ha sido y es esa felicidad alimento de sus
almas, fuente de su resistencia y razón primera de su sacrificio.
Pero
siguen presos. Privados de todo lo que es suyo. Arrancados de entre
nosotros por un odio irracional. Y, aunque ellos nos convocan a la
felicidad, no debemos olvidarlo porque de ella siguen siendo los presos.
Y
cuando la música cese y regresemos a la cotidianeidad, no podemos nunca
dejar de pensar que les debemos y nos debemos el traerlos de vuelta a
casa, y nos debemos, todos, el regalo de ese enorme concierto con que
habremos de celebrar su regreso a la libertad.
A la conciencia del mundo y al pueblo norteamericano:
Hace
hoy 15 años, el 12 de septiembre de 1998, que la brutalidad de cinco
arrestos simultáneos irrumpió en nuestros hogares para dar comienzo a
uno de los capítulos más bochornosos de la historia legal
norteamericana: El juicio contra quienes hoy somos conocidos por Los
Cinco.
El
arresto y juicio de Los Cinco quedará para la historia como uno de los
más ignominiosos y viles episodios de las relaciones entre los Estados
Unidos y Cuba. Meses antes, tras la intermediación del premio Nobel de
Literatura Gabriel García Márquez, se habían abierto las puertas a una
significativa cooperación entre ambos países en la lucha contra el
terrorismo. En junio de ese año, una delegación del FBI visitó a Cuba y
tras recibir copiosa información sobre las actividades terroristas
organizadas impunemente contra la isla desde Miami, prometió a su
contraparte cubana que tomaría acciones al respecto.
Dando
un golpe bajo el gobierno de William Clinton, en lugar de arrestar a
los terroristas, arrestó y llevó a sus tribunales a quienes estábamos
recogiendo información para evitar el daño que estos hacían a la
población cubana. El sistema judicial norteamericano fue utilizado
abiertamente como un medio para proteger a los terroristas y en una
atmósfera de linchamiento fuimos llevados frente a un jurado
amedrentado. Crueles condiciones de confinamiento se utilizaron para
quebrarnos, y para impedir que preparáramos una defensa adecuada. La
mentira se adueñó de la sala.
Evidencias
fueron adulteradas, dañadas o suprimidas. Las órdenes de la jueza
fueron abiertamente burladas. Los terroristas citados como testigos por
la defensa fueron amenazados en público con la cárcel si no se acogían a
la Quinta Enmienda contra la autoincriminación. Expertos y oficiales
del gobierno norteamericano justificaron o desdeñaron abiertamente el
daño que los terroristas hacen a Cuba. Todo esto frente a una prensa que
optó por mantener en la más absoluta ignorancia al pueblo
norteamericano, mientras la sede del juicio era bombardeada
inmisericordemente con un barraje de propaganda en contra de los
acusados.
El
8 de junio de 2001 un jurado que llegara al punto de quejarse de su
miedo al acoso de la prensa local —que, luego se revelaría, había sido
pagada profusamente por el gobierno norteamericano— nos declaró
culpables de todos los cargos, incluyendo uno respecto al que los
fiscales, en moción de emergencia al tribunal de apelaciones de Atlanta,
habían reconocido que a la luz de las pruebas aportadas no sería
posible lograr un veredicto de culpabilidad.
La
deplorable conducta de los fiscales, jueces y del gobierno
norteamericano en este caso no son un accidente. Es imposible
comportarse éticamente cuando, por un fin en que se mezclan el odio
político con la arrogancia personal y la venganza, se levantan cargos
cuya defensa sólo puede hacerse con la burla a las leyes, la
prevaricación y el abuso del poder. El círculo vicioso que se iniciara
con la decisión política de abrumarnos de acusaciones —las más serias
totalmente fabricadas— para obligarnos a transigir, no podría sino
redundar en una conducta cada vez más despreciable por parte de los
fiscales.
Pero
no transigimos, porque un despliegue de fuerza bruta no implica la
posesión de la moral por parte de quien la ejerce. No transigimos,
porque el precio de mentir para satisfacer las expectativas de los
fiscales nos pareció demasiado degradante. No transigimos, porque el
implicar a Cuba —la nación a la que estábamos protegiendo— en
acusaciones falsas para engrosar un expediente del gobierno
norteamericano contra la isla hubiera sido un imperdonable acto de
traición al pueblo que amamos. No transigimos, porque aún los valores
humanos, para nosotros, son algo preciado sobre lo que descansa la
transformación del hombre en una criatura mejor. No transigimos, porque
implicaba renunciar a nuestra dignidad, fuente de autoestima y amor
propio para cualquier ser humano.
En
lugar de transigir optamos por ir al juicio. Un juicio que de haber
sido reportado hubiera puesto en cuestión no solo este caso, sino al
sistema federal de justicia de los Estados Unidos. Si el conocimiento de
lo que ocurrió en esa sala de justicia no hubiera sido escamoteado al
pueblo norteamericano al que nunca causamos, o intentamos causar, el más
mínimo daño, hubiera sido imposible montar el circo romano en que se
tornó esa parodia de juicio.
Han
transcurrido ya quince años en los que el gobierno norteamericano y el
sistema de justicia de ese país han hecho oídos sordos al reclamo de los
organismos de las Naciones Unidas, Amnistía Internacional, varios
premios Nobel, parlamentarios o parlamentos en pleno, personalidades e
instituciones jurídicas y religiosas. Solo el levantamiento de ese otro
bloqueo, el que se ha impuesto al pueblo de los Estados Unidos para que
lo desconozca, haría posible la esperanza de que se ponga fin a esa
injusticia.
Hoy
la isla de Cuba amanecerá colmada de cintas amarillas. Será el pueblo
cubano el protagonista de este mensaje, que apela a un símbolo que se ha
hecho tradición para el pueblo de los Estados Unidos. Será un enorme
reto para quienes se han empeñado con tanto éxito en silenciar este
caso, en negarse ahora a informar al mundo de este hecho probablemente
inédito: que un pueblo entero ha engalanado su país para pedir a otro
que exija de su gobierno la liberación de sus hijos injustamente
encarcelados.
Entretanto,
Los Cinco seguiremos siendo merecedores de este masivo despliegue de
cariño; seguiremos siendo dignos hijos del pueblo solidario y generoso
que lo protagoniza, y del apoyo de quienes alrededor del mundo se han
unido a nuestra causa; seguiremos denunciando esta injusticia que dura
ya 15 años y nunca cederemos, ni un ápice, en la ventaja moral que nos
ha permitido resistir y aun crecernos mientras soportamos todo el peso
de un odio vengativo por parte del gobierno más poderoso del planeta.