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Cinco Héroes Cubanos
Qué sabes sobre estos valientes hombres?

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Entradas por tag: adriana
Mostrando 1 a 10, de 14 entrada/s en total:
06 de Abril, 2016 · Cinco Prisioneros en USA

Cuando creímos armado el número 7 –número afortunado que dicen da buena suerte– se apareció Gerardo en nuestra oficina. Así, sin avisar. Encendimos la grabadora, colocamos la cámara en su lugar y conversamos durante una hora y media más o menos. Para todo el equipo de Pensar en Cuba, tanto para los que estábamos como para los que no, su presencia allí significó mucho. Una inyección de energía, de patriotismo; también una lección de humildad. Nos apuramos a transcribir sus palabras –gracias a Sandra, Claudio, Analay y a Ana Carla– y pusimos el punto final a esta edición.

Gerardo habla de ella y los ojos le brillan. Su mirada tiene 21 años. En la niña de sus ojos, se ve otra niña de 16 años. La historia la ha contado muchas veces, pero sentado en la redacción de Pensar en Cuba, Gerardo parece viajar en el tiempo y volver a aquel día, en aquella parada.

Mi papá tenía un carro y trabajaba cerca de Zapata y A. Todas las mañanas le «cogía botella» para ir hasta Miramar, porque yo estudiaba en el Instituto Internacional de Relaciones Internacionales (ISRI) quedaba en 22, entre 1ra y 3ra. Hubo un domingo en que no quise fregar el carro. Me dijo: «para montarte nunca tienes problemas»; o algo así que no me gustó y al otro día para darle en la cabeza, me levanté como a las 4: 00 a.m. Primero cogí la ruta 21, después la 68 hasta la Rampa, y luego la tercera guagua que me llevaría hasta Playa. Justo ahí veo a Adriana, en la fila, con su uniforme amarillo, porque ella estudiaba Química en ese entonces. Me impactó.

Subimos a la guagua y me paré al lado de ella, que iba con tremendo piquete de su escuela. Me le acerqué y le dije: «que mala educación, que ni le llevan los libros a uno». Ella no habló, pero le di la maleta y me la llevó. Ese día en el ISRI, durante el primer turno de Derecho Internacional que era con Miguel de Estefano, una eminencia, ya fallecido, escribí «Poema a la muchacha de la parada». Lo pasé a máquina y al otro día me volví a levantar a las 4:00 a.m. y me aparecí en la parada.

El poema decía más o menos así: «la muchacha de la parada / cuya mirada agiganta / los amaneceres de la Rampa, / que cuando monte la guagua, / quizás me lleve gentilmente los libros, / y sepa que un desconocido, / admirador de su belleza, / desatendió una clase, / por escribirle este poema». Subo, me paro al lado de ella, me pide los libros y cuando me voy a bajar le doy el poema. A partir de ese día seguí levantándome a las 4:00 a.m. Mi papá ajeno a todo, creyendo que yo seguía molesto por lo del carro, me dice un día: «Oye compadre, no fue para tanto lo que te dije, no te lo cojas tan a pecho». (Se ríe a carcajadas).

Ahí comenzó la conspiración con las amiguitas de ellas. Siempre llegaban dos o tres y marcaban delante en la cola. Entonces todas las que iban llegando, se iban sumando. Recuerdo que había un profesor de la cátedra militar del ISRI, el Coronel Barroso, que también subía a la guagua. Al principio decía: «Mira eso, mira eso, tres muchachitas habían cuando llegué aquí y ahora hay como veinte». Cuando nosotros empezamos a noviar, ella me marcaba a mí también y el Coronel gritó un día desde el fondo de la cola: «¿¡Ah, pero tú también, tú también!?». (Se ríe).

¿Cómo era tu relación con Adriana antes de 1998?

Siempre tuvimos una relación muy unida. Adriana es una mujer a la que admiro muchísimo como compañera, como persona, como revolucionaria. Desde que me fui para esta misión, en 1994, no nos veíamos con mucha frecuencia. En todo ese tiempo solo pude venir en dos oportunidades de vacaciones, por alrededor de un mes. Un mes que incluía los contactos con los compañeros del trabajo y los despachos para los análisis de las diferentes operaciones. Ella no sabía en lo que andaba, para ella yo era un diplomático que estaba en Argentina.

Los compañeros del correo le traían las cartas escritas a computadora, enviadas supuestamente desde el fax de la embajada; un cuento de esos. La cosa es que le daban las cartas cada cierto tiempo, cuando se podía, y así fuimos llevando la relación.

Cargábamos las pilas cuando yo venía de vacaciones. Ella siempre hace una anécdota de la última vez que nos despedimos. Mis últimas vacaciones fueron en enero de 1998. Adriana percibió algo, cuando ya me había montado en el taxi, me bajé y volví para atrás para abrazarla. Ella dice que sintió algo, que algo estaba mal, y después vino lo del arresto. Pero siempre tuvimos una relación muy sólida, muy especial.

¿Estabas preparado para que la misión fracasara? ¿Para caer preso?

Uno siempre sabe que esa es una posibilidad, pero por supuesto, tú esperas que nunca te pase a ti. Cuando a nosotros nos ocurre, mi angustia mayor de aquellos primeros tiempos no era por la cuestión personal, –a pesar de que a uno le agobiaba pensar en su familia, cómo reaccionarían a la noticia y esas cosas–, sino por el hecho de que se había abortado la operación. De cierto modo había fracasado y lo que eso representaría operativamente me preocupaba. ¿Qué habría sido de las otras personas que no estaban ahí arrestadas? ¿Qué pasaría con el trabajo? ¿Qué pasaría con tal o más cuál agente que eran parte de la operación? Ese tipo de cuestiones a mí me agobiaban más que la cuestión personal, te lo digo honestamente. Después, cuando esas dudas se fueron clarificando y el tiempo comenzó a extenderse, ya las preocupaciones y las angustias fueron otras, pero en esos primeros tiempos pensaba más en la misión, que en la cuestión personal.

¿Qué siente uno cuando le proponen una misión como la que le propusieron a ustedes?

Después que me gradué del ISRI, nosotros nos fuimos para Angola. Como no éramos militares de carrera, nuestra labor era estar de adjuntos a alguien. En mi caso debía ser adjunto del jefe del pelotón de exploración del Onceno Grupo Táctico en la Décima Brigada de Cabinda, que era una brigada de tanques. De ese compañero, Primer Teniente Roger Peña Consuegra, aprendí mucho. También de su interacción con los soldados que eran reclutas, que se pasaban allí al menos dos o tres años, en esas condiciones, lejos de la familia. Eran diferentes historias, diferentes problemáticas con las que había que lidiar. Aprendí mucho con él. Llegó un momento en que tuve que quedarme al frente del pelotón. Cuando regresé de Angola para incorporarme al MINREX, me plantearon la misión y estuve varios años preparándome.

Para uno es un orgullo grande. Sabes que alguien tiene que hacer ese tipo de trabajo. Uno conoce los riesgos, pero al mismo tiempo uno saca cuentas y sabes que es un privilegio el hecho de que te estén planteando una misión así, precisamente a ti. Sabes lo importante que es para el país, para tu pueblo.

¿En qué momento de la vida empiezas a formarte como revolucionario?

La familia juega un papel muy importante en eso y mi papá, a pesar de no haber sido combatiente de la Revolución, siempre fue muy revolucionario. Él era de clase media baja y mi mamá, emigrante canaria que vino de España con quince años. Se conocieron siendo muchachos y se casaron. En 1959, el viejo se incorporó muy rápido a la Revolución, en una fábrica, y empezó «a subir»; era una persona adicta al trabajo.

No tengo un recuerdo de mi infancia en el que el viejo mío me dijera: el domingo vamos a pasear. Los domingos eran para levantarse tempranito y hacer algo como chapear el patio. Creo que si no había nada roto, mi papá lo rompía para tener que hacer algo los domingos. Mi mamá me despertaba muchas veces temprano, a las 7:00 a.m.: «Gerar, levántate, tu papá te está llamando para que lo ayudes». Gracias a eso, lo mismo me defiendo con un serrucho que con cualquier otra cosa, aunque eso no sea mi fuerte. Aquello fue parte de mi formación, ese carácter de mi papá, y el hecho también de que él haya sido revolucionario y militante del Partido desde muy temprano.

Mi hermana mayor también desempeñó un papel importante en mi formación de valores. Ella estudió como cadete en el Instituto Técnico Militar (ITM). Cuando falleció en un accidente de aviación, era Jefa de Cátedra y Teniente Coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Además de la influencia de la familia en mi formación, mi entrada al ISRI abrió un poco más mi visión. Empecé a sentir los problemas del mundo como míos. Llegar al ISRI me hizo conocer a un grupo de compañeros con una larga trayectoria como dirigentes de la FEEM (Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media), de la Organización de Pioneros, algunos eran vanguardias nacionales. Yo había sido dirigente, pero a nivel de escuela. En esa época el ISRI estaba abierto a compañeros para la Facultad Obrera y que habían interrumpido sus estudios por determinadas razones. Es decir, que de conjunto, habían compañeros que ya venían con una formación importante. Algunos eran del Partido. Ese intercambio en sentido general, el contacto, la interacción con esos compañeros, que incluso formaron su núcleo del Partido allí, fue muy importante para nosotros. El ISRI fue una escuela muy importante para mí, no sólo desde el punto de vista de las Relaciones Internacionales, sino desde el punto de vista de mis valores y mi formación como revolucionario.

¿Cuán difícil es pasar tantos años injustamente en prisión?

Hay muchas cosas malas. Lo peor es la lejanía de la familia, que mueran familiares tuyos –en mi caso mi madre, sin poder estar con ella en sus últimos momentos–, que nacieran mis sobrinos –a los que vine a conocer cuando tenían ya como quince o catorce años–, no estar en los últimos años de mi madre, la angustia de mi madre, eso para mí fue lo peor.

Lo demás son experiencias que uno ve en prisión para las que nunca nadie te había preparado. Ver a alguien ser asesinado a puñaladas prácticamente delante de ti; estar conversando con una persona ahora, como estamos conversando tú y yo, y diez minutos después verlo salir muerto, son cosas que ni siquiera las viví en Angola. Los otros presos cuando se enteraban que había estado en Angola me decían con cierta admiración: «¡Tú estuviste en una guerra!». Y les decía:«sí, pero no vi ningún muerto en Angola y aquí ya perdí la cuenta de cuántos he visto». Son cosas para las que uno no se prepara.

Con el paso del tiempo uno se va adaptando, pero tener que convivir con personas que, la mayoría, no tienen valores; son narcotraficantes, asesinos, drogadictos, y tener que convivir con ellos; incluso, compartir cuartos con ellos, convivir en todo el sentido de la palabra, el comedor, las duchas, todo, es algo bien difícil. Es un medio donde hay mucha energía negativa todo el tiempo, por llamarlo de alguna manera. Date cuenta que es una concentración de personas cuyas vidas han sido frustradas, personas llenas de negatividad, de amargura, de toda una serie de sentimientos negativos con los cuales hay que convivir el día entero.Tú estás en el medio de todo eso y son personas con las que tú no tienes nada que ver, pero tu vida tienes que desarrollarla ahí, tienes que adaptarte a ese medio. Realmente no es fácil.

No solo era estar preso injustamente, sino las condenas que les impusieron. ¿Qué sentías al saber que tenías que cargar con más de dos cadenas perpetuas?

Te seré honesto. Al verme envuelto en esa situación, para mí era un alivio ser el que más sentencia tenía. Te explico. Yo tenía ahí mis responsabilidades y tú conoces el dicho: «El capitán se hunde con el barco». Por esa razón para mí constituía un alivio ser el que más sentencia tenía. Me sentí muy contento cuando Ramón y Tony lograron quitarse la cadena perpetua en una apelación y tener fecha, porque aunque la sentencia que le pusieron era una «salvajada» de todos modos, tener fecha en una prisión representa mucho.

Hasta los otros presos, conversando, te dicen: «Fulano está embarcado, no tiene fecha». Y a lo mejor el que te lo dice tiene una fecha de aquí a 40 años, pero tener eso lógicamente representa mucho. Siempre, y lo reconozco aquí, tuve muchísima consideración y muchísimo apoyo de mis otros hermanos, incluso en las últimas etapas donde se estuvieron valorando variantes y se escuchaban posibilidades de solución, de negociaciones, siempre ellos dejaron claro, al igual que nuestros familiares, que el caso mío era el que había que resolver, que había que darle la prioridad, por no tener fecha, con dos cadenas perpetuas, más quince años.

¿En la prisión hubo momentos alegres, felices, si es que pudiéramos llamarlos así?

Para nosotros los mejores momentos eran las visitas de nuestros familiares, de amigos que podían llegar, sortear todos los obstáculos y llegar a vernos en prisión. Y hubo momentos claves relacionados con nuestra lucha, con nuestra campaña como el «¡Volverán!» de Fidel. Hace unos días estaba escuchando ese discurso. Hay un momento en que él dice, no lo cito textual, pero él dice: «Esos hombres tal vez me estén escuchando en este momento». Creo que él sabía que lo estábamos escuchando porque para aquel entonces nos habíamos comprado unos «radiecitos» que vendían en prisión. Efectivamente nosotros estábamos en nuestras celdas escuchando el discurso.

El librito de esta profesión dice que si te cogieron, te chivaste. Porque tú nunca puedes comprometer a tu país, nunca puedes reconocer que tú estás trabajando para tu país. Y en el caso de nosotros, que teníamos identidad falsa, tú tenías que morirte diciendo que eres Manuel Miramontes, puertorriqueño, o Rubén Campas, mexicano, o Luis Medina, puertorriqueño. Ese era el plan nuestro y así nos mantuvimos alrededor de dos años durante la etapa de preparación del juicio. Esa era la orden que teníamos desde que asumimos la misión. Entonces escuchar a Fidel haciendo público el caso, diciéndole al pueblo los nombres de nosotros y por qué estábamos allí, qué era lo que hacíamos y encima de eso decir: «Solo les digo una cosa, ¡volverán!». Eso te da un ánimo y un valor quepa´ qué…

Desde ese mismo día nosotros sabíamos que no había nada que pudiera hacer el imperio que a nosotros nos rindiera o nos doblegara. Ese fue uno de los momentos claves.

Otro fue cuando escuchamos la noticia de que se nos había otorgado la condición honorífica de Héroes de la República de Cuba. También nos llegaban informaciones de que iba creciendo el Movimiento de Solidaridad con los Cinco, personalidades que conocíamos, presidentes que comenzaron a mencionarnos, a hablar de nosotros.Todos esos fueron momentos muy importantes y muy alentadores en nuestros años en prisión.

¿Cómo recibiste la noticia de que René primero, y después Fernando, habían sido puestos en libertad?

Por un lado nos alegraba, pero por otro nos entristecía el hecho de que René y Fernando tuvieron que cumplir su sentencia completa. Algunos compañeros del Movimiento de Solidaridad nos expresaron en aquel momento que sentían que de cierto modo habían fallado. Pero por otra parte sabíamos que el plan del imperio siempre fue doblegarnos y el hecho entonces de que René hiciera trece años y que Fernando hiciera quince, sin doblegarse, es una victoria. Ellos querían que desde el primer momento se «partieran», como se dice, y que cooperaran, y el hecho de que ellos se hubieran mantenido firme– «y qué es lo que tienen para mí, quince años, te voy a hacer los 15 años»− fue una victoria para nosotros también.

Recuerdo que escribí algo cuando René salió y mencionaba que desde ese día los cinco éramos un poco más libres y así fue, porque nosotros sentimos como que parte de nosotros estaba ya en Cuba con ellos, primero con René y después con Fernando. Fue un alivio grande saber que ya finalmente ellos estaban reunidos con su familia y con nuestro pueblo.

Tú me preguntabas hace un rato de las angustias, de los momentos más difíciles, de cuando nos arrestan.Una de las cosas que más me angustiaba a mí era el caso de René, porque los otros tres teníamos a toda nuestra familia del lado de acá. Pero René tenía una niña de apenas cuatro meses cuando lo arrestan. Una parte de la justificación que usaron los que decidieron cooperar con las autoridades norteamericanas era esa: «Tengo un niño chiquito, yo no puedo…». Y René desmintió eso. Él tenía una niña de cuatro meses que le hubiera permitido decir: «No puedo continuar en esta lucha, tengo que rendirme porque mi esposa está sola en la calle con mi hija de cuatro meses y la otra de doce».Sin embargo, no lo hizo y fue una actitud muy valiente que siempre admiramos, pero al mismo tiempo te creaba a ti una angustia adicional estar allá (se le aguan los ojos), arriba en el piso 13 del Centro de Detenciones de Miami, en «el hueco», y mirar para abajo y ver a Olga… (llora), se emociona uno todavía acordándose de aquellos tiempos. La cabecita chiquitica y René le hacía señas con el mono…(hace una pausa), porque todas las ventanas son iguales, tú no sabes, ella miraba para arriba y veía cuarenta ventanas, no sabes en cuál está el familiar tuyo, y René sí estaba viéndola a ella, pero ella no lo veía… (hace otra pausa). Entonces René cogía y le hacía seña, y nosotros en la celda de al lado mirando, por un huequito, era el único contacto con la calle…

Vamos a hablar de un momento más feliz para ti. Les dicen que vienen para Cuba…

Muchacho, eso fue tremendo. La gente nos pregunta: «¿y ustedes sabían?». En realidad no sabíamos, pero uno tampoco es bobo. En los últimos meses habían pasado cosas y nosotros siempre fuimos muy optimistas. Aun cuando no había nada, nos imaginábamos cosas en el mejor sentido de la palabra; siempre teniendo en cuenta no crearnos falsas expectativas ni hacernos ilusiones, pero éramos muy observadores, muy estudiosos de los acontecimientos. En los últimos meses habían estado ocurriendo cosas que a uno le llamaban la atención. Salió una editorial en The New York Times que habla de un posible intercambio de prisioneros que pudiera ocurrir, ya cuando tú ves el río sonando, tú sabes que piedras trae.

El día 4 de diciembre me sacan de mi prisión de una forma muy rara, no me dijeron ni empaca tus cosas, absolutamente nada. Nadie sabía que me iba. Fue una sorpresa para todo el mundo. Hasta para los guardias que me estaban sacando y me llevan para otra prisión en Oklahoma. Me tiran en un hueco once días sin decirme para dónde voy ni a qué.Todos los presos saben más o menos –a los presos nunca se les dice para que prisión van, pero sí les dicen si van para la costa este, oeste–, pero a mí no me dijeron nada.

Los guardias que estaban en esa prisión, revisaron en la computadora y al no ver nada me preguntaron: «¿Para dónde tú vas?». ¡Qué iba a saber! Fueron once días en el hueco. El día 15 sacan a Ramón y a Antonio de sus prisiones y los llevan para una prisión en Carolina del Norte.Ese mismo día me sacan a mí del hueco y me llevan para esa prisión. Los tres dormimos esa noche en el mismo lugar sin saberlo. Al otro día por la mañana me dicen que alguien quiere verme. Me quitan las esposas, que eso es algo súper raro, y cuando llego las personas que estaban allí se identifican como del Departamento de Estado y me dicen que voy a tener una video-conferencia con Cuba.

En ese momento siento un murmullo y en eso venía Antonio y más atrás Ramón. Entonces ahí nos abrazamos, y tuvimos una video−conferencia con un compañero que nos dio la noticia. Recuerdo que como me había pasado 11 días en un hueco, no sabía ni a cómo estábamos. Los papeles que debíamos firmar decían que estaríamos llegando a Cuba el 17 de diciembre. Le pregunto a Ramón: «¿a cómo estamos hoy?». Me dice que a 16. «¡Coñó, eso es mañana!».

Fue una alegría tremenda. El recibimiento aquí en Cuba. Vi el video y es difícil no emocionarse cuando uno mira las imágenes de ese día. Es una mezcla de emociones tremenda. Apenas unas horas antes estabas sentado en una prisión de máxima seguridad y de pronto, en unas pocas horas, la vida te hace así «chiu-chiu-chiu», y estás rodeado de gente y todo el mundo quiere abrazarte y todo el mundo quiere decirte algo, tirarse fotos contigo.

Háblame del encuentro con Fidel…

Fue algo inolvidable, uno de los días más especiales de nuestras vidas, cumplir ese sueño de todo cubano de estrecharle la mano a nuestro Comandante. Cuando era muchacho quería ser deportista porque me gustaba el deporte y por aquella escena en que el deportista regresaba con la medalla y el Comandante se la ponía en el pecho y le daba la mano; desde que era niño tenía esa aspiración.

En un par de oportunidades lo tuve cerca, en los Juegos Panamericanos de 1991, donde estábamos trabajando en apoyo al evento, después en una Feria de La Habana; pero nunca había tenido la oportunidad de estrechar su mano. Hacerlo ahora, de esta manera, que no es casual, sino en una visita tan especial, para nosotros fue muy importante. Compartir con él en un ambiente tan reducido, tan íntimo; conocer a su familia, conversar. Fueron cinco horas las que estuvimos con él y fue una experiencia de las más importantes de nuestras vidas.

Enseguida que llegaron, toda la gente en Cuba pensaba en Adriana, en el reencuentro de ustedes. Verla embarazada fue una sorpresa. ¿Por qué no se hicieron públicas las gestiones para que ustedes pudieran tener a Gema?

Si se hacía público antes de que ocurriera, podía ponerlo todo en peligro. Eso fue fruto de concesiones que se hicieron totalmente en secreto. Pero te confieso algo que creo no he dicho en ningún lugar, cuando ya se conoce que Adriana está embarazada, la intención o la idea original era hacerlo público. Incluso, pretendíamos hacer una carta de los dos a algunos amigos para circularla, sabiendo que eso se haría público rápidamente. Llegué a hacer la carta, pero alguien nos dijo que la aguantáramos un poco, ese fue otro elemento que me hizo pensar que algo más se estaba cocinando. Para ese entonces las negociaciones se estaban desarrollando a cierta velocidad y entonces alguien pensó, con toda razón, que si se daba a conocer lo del embarazo, podría poner en peligro otras cosas que se estaban desarrollando. Ahí viene la decisión de esconder a Adriana y de no hacer público el embarazo.

Tener un hijo o una hija, siempre fue una aspiración nuestra. Primero yo estaba terminando mis estudios en el ISRI y después ella estaba terminando sus estudios en la CUJAE. Estuve un tiempo en Angola. Siempre había momentos claves que nos hacían tomar la decisión de aplazarlo. Incluso, cuando voy a partir para esta misión, le dije: «mira, este sería un buen momento para tener un hijo, podríamos aplazarlo o tenerlo, pero si lo tenemos ahora, tú tendrás que criarlo los primeros años sola», y entonces decidimos aplazarlo, claro, uno no pensaba que la misión fuera a extenderse tanto.

Cuando caí preso, fue una de las primeras cosas en las que pensé: «si esto se complica, nos quedaremos sin hijos». Llegó un momento en el que ya habíamos perdido la esperanza. Incluso en las cartas, jocosamente, a veces en serio, valoramos la posibilidad de adoptar un niño o cualquier otra variante, pero ya estábamos seriamente viendo la posibilidad de que no pudiéramos ser padres.

Todo el proceso fue una angustia tremenda, porque primero yo estaba muy pesimista. Cuando pedí la posibilidad de que Adriana quedase embarazada lo pedí por joder, por subirles la parada, vamos a pedir esto, pero estaba convencido de que no lo iban a aceptar.

Después no nos dijeron que no. Las cosas siguieron desarrollándose y dijeron que lo estaban valorando, hasta que hubo un momento que dijeron que sí, que lo aceptarían. No lo creía. Hasta que un día me llaman en la prisión con mucho misterio para hacerme unos análisis de sangre que nadie sabía quién había ordenado. Me dije: «esto va en serio».

Entonces vino la parte angustiosa de saber si iba a funcionar o no. La primera vez que se le implantaron los embriones no los retuvo, eso fue un golpe: saber que no había funcionado después de un proceso de meses. Incluso valoramos, «seguimos o no seguimos». Adriana al principio me decía «vamos a dejarlo», y le insistí un poco, y seguimos.

Cuando tuvimos la alegría tan grande de saber que estaba embarazada, venía la otra parte: « ¿Algún día la voy a ver o podré criarla? ¿Qué edad tendrá cuando la vea?, si es que la veo». Era una cuestión agridulce. Por una parte una alegría muy grande y por otra, nuevas interrogantes que se habrían y nuevas angustias, hasta que finalmente ocurrió lo que ocurrió.

Gema se ha convertido en hija de todos y de todas en Cuba. ¿Cómo los hace sentir eso como padres?

Nosotros tuvimos que sentarnos varias veces a hablar sobre eso, porque al principio, hubo cosas que nos sorprendieron. Una vez una señora por la calle nos dice con tremendo carácter: «¿y por qué ustedes no han enseñado más fotos de Gema?» (se ríe), y al darse cuenta de la sorpresa en nuestras caras,nos dijo:«Gema no es hija de ustedes nada más, es hija del pueblo de Cuba». Cosas de ese tipo nos hicieron sentarnos a decir, bueno, qué hacemos. Para nosotros es algo nuevo y es una línea estrecha la que uno tiene que caminar entre hacer de esto una telenovela, que no es algo que queremos, o virarle la espalda a la gente y decir que no vamos a enseñar más fotos porque esa es nuestra vida privada. No creemos que ningún extremo sea el correcto.

Por eso cuando fue el cumpleaños enseñamos algunas fotos. Hace un tiempo me enteré de que hay un sitio que se llama «Gema de Cuba». La gente pensaba que era de nosotros; pero yo no sé ni quién lo hizo. Creo que ni siquiera se hizo desde Cuba, y hay muchas fotos de ella ahí.

Es una situación difícil para nosotros que somos padres primerizos y padres de una niña que tantas personas quieren y se interesan por ella. Créeme que hacemos el mayor esfuerzo por navegar ahí, sin pasarnos ni para un lado ni para el otro.

En estos momentos, ¿cuáles son tus planes inmediatos? ¿Tus prioridades?

Hasta ahora hemos viajado por Cuba y respondiendo a algunas invitaciones en otros países. Quiero ir con urgencia a las Tunas, a Pinar del Río, a Sancti Spíritus. Me quedan muchísimos lugares claves (me gustaría ir a toda Cuba, claro), donde hay personas que jugaron un papel importante en la lucha por nuestra liberación. Son historias bonitas, como el caso de Andy Daniel, un niñito con un defecto de nacimiento en la mano que me escribía desde que era chiquitico y ganó un concurso de dibujo; hoy es un muchacho de 14 años. Por eso quiero ir a muchos lugares de la geografía de nuestro país donde hay historias relacionadas con los Cinco Héroes. No hemos podido hacerlo desgraciadamente por el ritmo que hemos llevado de actividades, pero lo queremos hacer.

Hemos estado en contacto también con diferentes sectores de nuestra población, centros de estudio, de trabajo. Donde se nos pide que estemos, ahí estamos, en la medida de las posibilidades porque son muchas cosas.

Desde el punto de vista personal, por supuesto, quiero dedicarle el mayor tiempo posible a la crianza de Gema y a la familia, recuperar un poco el tiempo (no me gusta decir el tiempo perdido), que no estuve con ellos, sobre todo con los sobrinos que no conocía, con Adriana, en fin, con la familia en sentido general.

Como revolucionario, siempre que me preguntan, digo que mi único plan o mi plan más importante es seguir sirviéndole al pueblo, a nuestra Revolución

«Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz», dijo Fidel. ¿Será que la humildad es uno de los rasgos característicos de los Cinco?

Cuando asumimos esta tarea, lo que estaba en el programa era que nosotros íbamos a dedicar a esto cierta cantidad de años y que íbamos a ser combatientes anónimos. O sea, si hay un poquito de vanidad en ti, esta no era la profesión que tenías que haber escogido. Desde el mismo momento en que asumimos la tarea, sabíamos que iba a ser para eso. No nos hubieran seleccionado si supieran que nosotros éramos vanidosos.

Los Cinco siempre hemos sido conscientes de que no somos nada especiales. Hay muchísimas compañeras y compañeros en Cuba que, primero, estaban haciendo lo que nosotros y nadie los conoce; segundo, lo están haciéndolo todavía y lo seguirán haciendo siempre que sea necesario, con la premisa de que lo que ocurrió con nosotros fue algo raro que respondió a determinadas y muy específicas circunstancias. Posiblemente esa no se va a repetir. Cumplen su misión con la premisa de que van a ser héroes y heroínas anónimos de este país y no van a tener el reconocimiento directo, ni siquiera de su familia.

Eso es algo que los Cinco siempre hemos tenido muy presente. Si nosotros estamos aquí hoy, es por el ejemplo de otros que lo hicieron antes y que se sacrificaron como nosotros; y nadie los conoce. ¿Qué mayor ejemplo que ese? ¿Cómo tú crees que nosotros podamos sentir algún tipo de vanidad o presumir de algo? Nos tocó que se nos conociera, pero somos conscientes de que lo que hicimos, ni lo inventamos nosotros, ni fuimos los primeros en hacerlo, ni mucho menos seremos los últimos.

Si tuvieras que mandarles un mensaje a los jóvenes cubanos ¿qué les dirías?

Nosotros siempre hemos insistido en la importancia de conocer la historia de nuestro país. Hace poco, al inicio de la entrevista, tú me preguntabas sobre mi formación y recuerdo algo que a mí me marcó para toda la vida. Fue cuando, siendo un niño, mi papá tenía un buró con llave y un día se le quedó una gaveta abierta, la abrí y saqué una colección de las primeras revistas Bohemia después del triunfo de la Revolución. En ellas venían las fotos que les habían prohibido publicar durante los años de la dictadura. Venían fotografías de lo que se encontró en las estaciones de policía cuando fueron ocupadas por el Ejército Rebelde, los implementos de tortura; fotografías de cadáveres, de jóvenes asesinados, acribillados a balazos. Todo eso a mí me marcó de una manera tal que me propuse dar todo lo que pudiera de mi vida para que ese pasado no volviera a Cuba. Un muchacho que no conozca eso, no puede tomar una resolución así. Tú no puedes crearte determinadas convicciones si tú no conoces determinados elementos de tu propia historia.

A mí me preocupa que algunos jóvenes no se interesen por estudiar la historia de este pedacito de tierra donde están parados. A veces uno se acostumbra a caminar por las calles y a pasarle por el lado a una tarja que está en una pared y ni se detiene a leerla. O estamos esperando una guagua en la acera sobre la que estuvo muerto un joven que fue asesinado; uno no se detiene a pensar en eso.

A veces hay jóvenes de 23 o 24 años, que dicen que les interesa el destino de su país, pero no ahora: «cuando sea mayor, a lo mejor»… No se detienen a pensar en la edad que tenía Frank País cuando murió asesinado, o la edad que tenía José Antonio Echeverría. A mí me parece que hay muchos jóvenes que se subestiman y siempre ven ese escalón inferior, se ven en ese escalón cuando hablamos de los destinos de Cuba y del futuro de la Revolución. Piensan que eso es tarea de otros que están más arriba en términos de edad o preparación. Quizás un poco de responsabilidad sea nuestra, por no haberles enseñado a esos jóvenes que ellos son los protagonistas de este proceso, de esta Revolución; no el futuro, sino el presente de la Revolución.

Les diría a los jóvenes, como dice el pensamiento de Nikolai Ostrovsky, que si mal no recuerdo tenía Tania la guerrillera en su diario: «la vida es una sola y hay que vivirla de manera tal que cuando uno llegue al momento de mirar atrás, pueda sentir la satisfacción que la vivió por una causa, que la vivió por un propósito». No hay nada más triste que llegar a viejo y que un hijo o un nieto le pregunte a uno: ¿Y qué tú hiciste con tu vida, a qué te dedicaste, qué legado positivo nos vas a dejar…? y no tener nada que decir.

Les diría que se preocupen por su legado, que la responsabilidad que tienen en sus manos es inmensa. A nosotros, los Cinco, muchas personas nos ven como paradigmas, como ejemplos, pero a nosotros no nos hicieron en un laboratorio, somos cinco hombres a los que nos tocó la responsabilidad de defender a la Revolución desde estas filas, y lo asumimos. Hay muchísimas personas en este país, muchos héroes y heroínas anónimos que han sacrificado sus vidas por la Revolución y han dejado una huella, aunque sus nombres nunca se conocerán.

Poema: «La muchacha de la parada»

Ante mí apenas distingo una silueta

que se empeña en dibujar ademanes didácticos,

y a mis oídos casi llegan detalles

de conceptos jurídicos y conflictos internacionales;

pero en mi mente solo está aquella muchacha

de la parada,

la estudiante de Química

cuyo nombre ignoro,

aunque conozco su tímida mirada

porque día a día agiganta el hechizo

de los amaneceres en La Rampa.

Esa muchacha tal vez mañana,

cuando al sentarse tome cortésmente mis libros,

se entere que un desconocido,

admirador de su belleza

desatendió una clase

por escribirle este poema.

Gerardo Hernández Nordelo (20–10–1986 8:35 a.m.).

En un turno de Derecho Internacional

Este poema llegó a manos de Adriana al día siguiente de haber conocido a Gerardo en la parada del ómnibus de la ruta 32 en la céntrica calle 23, conocida por La Rampa en el Vedado, donde se citaron desde entonces cada día hasta que en noviembre de ese mismo año se hicieron novios y comenzó una preciosa historia de amor.

Tomado de Pensar en Cuba

Imagen agregada FOTO Bill Hackell

publicado por rcbaez a las 20:11 · Sin comentarios  ·  Recomendar
22 de Diciembre, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

La entrega de los premios correspondientes a la XV edición del Salón Internacional de Humor Gráfico Santa Clara 2015 contó con la presencia del Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo

Muchos años debió esperar Gerardo para culminar esta obra iniciada por el colectivo de Melaíto. Foto: Foto del Autor

SANTA CLARA.—El esperado reencuentro de Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la Re­pública de Cuba, con los caricaturistas de Me­laíto, se concretó este domingo durante la entrega de los premios correspondientes a la XV edición del Salón Internacional de Humor Gráfico Santa Clara 2015, que este año estuvo dedicado a Brasil como país invitado.

Hoy he cumplido el sueño de compartir con mis colegas de Villa Clara, a quienes agradezco por tanta solidaridad durante nuestro injusto en­cierro, declaró emocionado el antiterrorista cubano, quien entregó a Alfredo Martirena, director del suplemento humorístico del periódico Van­guardia, el logotipo que identificó la campaña por la liberación de los Cinco.

Antes de participar en la premiación de los ganadores, Gerardo completó un mural gigante que se alza en un céntrico lugar de Santa Clara, donde el colectivo le reservó una parte, la cual se terminaría una vez concretado su regreso a la Patria, acción calificada por el creador del personaje de Pepino como una recompensa por tanto amor.

Entre los ganadores del certamen figuraron, en la categoría de Humor Erótico, Bernard Bouton, de Francia, quien se alzó con el primer premio; mientras los otros galardones fueron a parar a manos de Miroslav Gerencer, de Croacia, y Ra­miro Sardoya, de Cuba, como segundo y tercer lu­gar, respectivamente.

En cuanto al Humor General, los premiados resultaron Arístides Hernández (Ares), primer premio; Michel Moro, segundo; y Ángel Orestes González, tercero. Como parte de la visita, Ge­rardo fue recibido por el comité provincial del Par­tido y su buró provincial, encabezado por Ju­lio Lima Corzo, miembro del Comité Central y su primer secretario en este territorio, quien le entregó varios reconocimientos en nombre del pueblo de Villa Clara.

Otras imagenes tomadas de uno de los albumes de facebook de CMHW La Reina Radial
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12 de Julio, 2015 · Cinco Prisioneros en USA
 
Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 

El reverendo Raúl Suárez acababa de hablar sobre la fe y la esperanza en las sesiones de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento cubano, cuando entró al salón –suponiendo ya habían dado el receso– un padre con su pequeña niña en un brazo y en la otra un bolso cargado con todo lo necesario para atender a un bebé de un poco más de seis meses.

 

Gerardo Hernández Nordelo, uno de Los Cinco Héroes cubanos, sorprendió este sábado a todos los diputados con su presencia; nadie lo esperaba, apareció de improviso con la pequeña Gema, que nació en enero pasado. Sobrevinieron expresiones de cariño, afecto, el bullicio típico de la alegría desbordada.

Muchos de los parlamentarios que hoy constituyen esta Comisión, trabajaron por la liberación de Los Cinco durante más de 15 años, fundaron grupos de solidaridad en el mundo, discursaron, dieron todo su apoyo en pos de la excarcelación de ellos.

 

Ahora, mientras unos aprovecharon para el apretón de manos, el abrazo, la foto con Gerardo, Gema y Adriana, otros le preguntaron por la recién concluida gira por África.

 

La reunión del grupo de trabajo parlamentario se trastocó en reunión familiar y el Héroe Cubano, enfundado en un pullover rojo con la mítica imagen del Che que inmortalizó Korda, aprovechó el momento para, en nombre de Los Cinco, agradecer a todos por el trabajo realizado durante tantos años a favor de su liberación de las cárceles estadounidenses.

 

El que Gema esté aquí es también un triunfo de la Comisión de Relaciones Internaciones de la Asamblea, subrayó Gerardo, y confesó sentir un gran orgullo porque Adriana Pérez, su esposa, sea diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 

Apenas éramos dos periodistas en la sala y la tentación por entrevistarlo muy grande; no queríamos importunarlo, pero la ocasión era de oro. Accedió gustoso y en medio del bullicio, casi arrinconado en un extremo del salón y asediados por los flashazos de las cámaras comenzamos a dispararle preguntas.

El regreso a África

Gerardo contó sobre lo agotadora que fue la reciente gira de Los Cinco por África, en especial por Sudáfrica, porque fueron 13 días intensos. Desde antes del amanecer salían a las actividades y regresaban tarde en la noche, pero “valió la pena, porque fue muy emotivo”, señaló.

 

Dijo que fue muy emocionante regresar a Angola, donde tres de ellos cumplieron misión internacionalista en décadas diferentes y ahora tuvieron la oportunidad de estar en esos mimos lugares.

René y yo en Cabinda, en décadas diferentes y Fernando en Lubango, con la oportunidad de encontramos a gente con la que luchamos en aquella época en las mismas unidades donde habíamos estado, narró.

En Sudáfrica se reunieron dos veces con los cinco gobernadores y el Presidente, a quienes conocen como los seis grandes del país. La gente bromeaba que no sabían qué tenían Los Cinco porque en años no habían visto que por ningún visitante tuvieran en el mismo lugar a los seis grandes y dos veces, contó.

Fue una gira extraordinaria, positiva, recibimos mucho cariño, tanto del pueblo de Sudáfrica, y de Namibia, como de Angola, y estamos conscientes de que no es solo por Los Cinco, sino por el pueblo de Cuba y la Revolución, apuntó Gerardo.

Para el Héroe, el contacto con el pueblo africano y las múltiples muestras de afecto y orgullo le reafirmaron que el extraordinario esfuerzo que hizo la Isla en aquellas tierras lejanas y la sangre derramada no fue en vano.

En los tres países donde estuvimos existe un gran agradecimiento por el sacrificio que hizo Cuba y por el aporte a la liberación de los pueblos africanos, dijo.

En el Parque de la Libertad, en Sudáfrica, donde una pared recuerda a los héroes y mártires de la lucha contra el apartheid, fue muy conmovedor ver que allí también están los nombres de los cubanos, incluso algunos conocidos de Los Cinco.

Un momento muy especial en Sudáfrica fue la visita a la celda donde Nelson Mandela estuvo encerrado por décadas en la prisión de Robben Island.

Según Hernández Nordelo, al asomarse por la pequeña ventana de la celda le tomaron varias fotos y una de ellas fue portada al día siguiente en un diario de esa región, y pensó en cómo habría podido resistir Mandela todos esos años en aquel espacio tan reducido sin un baño o un cubo para hacer sus necesidades.

Pensé en cuánto nos inspiró a Los Cinco Mandela con su ejemplo de resistencia, reveló.

Más de seis meses después del 17D

Casi siete meses después de regresar a Cuba, Gerardo Hernández declaró que se siente muy bien.

Los Cinco no tienen ningún trauma a causa de la cárcel, ya lo había dicho, que con los primeros tres o cuatro abrazos que recibimos al llegar ya comenzamos a olvidar la injusta prisión y estamos muy contentos, dijo.

Gerardo confesó que cada vez que salía a la calle se aturdía un poco, pues durante 16 años en una prisión de máxima seguridad el contacto humano fue muy reducido, el solo hecho de que alguien caminara muy cerca disparaba una alarma interna; al llegar a Cuba fueron múltiples los abrazos, pero como él mismo dice: “a las cosas buenas uno se acostumbra rápido”.

En cuanto al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, dijo que su mensaje es que una vez más se demuestra que Los Cinco estuvieron siempre en el lado correcto de la historia.

Nos sentimos orgullosos de habernos mantenido firmes como nación, fieles a nuestros principios, y eso nos ha traído esta victoria y el restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Gerardo, quien vivió durante varios años en el país norteño, considera que el egoísmo, el individualismo y las divisiones raciales y sociales son los mayores lastres de la sociedad norteamericana.

El sistema está diseñado para que las personas piensen en sí mismas y no en la sociedad en su conjunto; te educan para que te preocupes por cómo tener más y pisotear a cualquiera para lograrlo, apuntó.

Historia de encuentro con Fidel

Ante una pregunta de la AIN sobre las historias que le contaron a Fidel, Gerardo señaló que el líder histórico de la Revolución Cubana se emocionó mucho con las anécdotas de la prisión.

Le conté a Fidel una que sucedió al principio de estar encarcelados: nos transportaban desde el edificio de la prisión hasta el de la corte y pasamos frente a un preso con cara de loco que supimos era marielito, quien al sabernos cubanos gritó: ¡Resistan…! y una mala palabra, ¡Resistan porque Fidel nunca los va a abandonar a ustedes!

Recordó que en medio de tantas mentiras sobre Los Cinco en aquellos días, tildándolos de espías, que ese hombre dijera eso fue conmovedor.

Hablamos con Fidel de muchas cosas, la situación actual del mundo, la escasez de alimentos que provoca el cambio climático, de los cultivos prometedores de la moringa y la morera, y el Comandante nos planteó que todavía no hay una conciencia generalizada sobre la importancia que pueden tener estos cultivos, relató.

Al final del diálogo apuramos una pregunta ante el reclamo de Adriana que cargaba a Gema al otro lado de la sala: “¡Niño, vamos!”.

¿Qué proyectos tiene Gerardo en lo laboral? Mi único plan es seguir sirviendo al pueblo de Cuba donde se considere necesario, mi formación es en la esfera de las relaciones internacionales pero no tiene que ser necesariamente allí.

El día que vengan a plantearme una tarea va a ser porque consideraron que voy a ser útil y pa’ lante, donde sea, iré, concluyó, no sin antes bromear: “Eso de que sea donde sea que Adriana no lo oiga”.

(Tomado de la AIN)

Gema de brazo en brazo

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema. Con el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés.  Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Con el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Con el reverendo Raúl Suárez. Gema y Adriana comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su mamá Adriana Pérez, diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema Hernández Pérez Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.


Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema, Adriana y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema, Adriana y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.


Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema y Adriana Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 
Gema y su papá Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, comparten con los diputados, diputadas e invitados durante un receso de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su reunión ordinaria, en La Habana, Cuba, el 11 de julio de 2015. Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Gema  Foto: Tony Hernández Mena/ Facebook de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 

Más fotos en Cubadebate 
publicado por rcbaez a las 19:34 · Sin comentarios  ·  Recomendar
16 de Mayo, 2015 · Cinco Prisioneros en USA



No sé de dónde la sacó mi Reina. Tal vez la extrajo del interior de su corona. Lo cierto es que por intermedio de su sensibilidad me llegó esta tiernísima imagen. 

Felicidades para el privilegiado ser que la captó. 

Con el permiso de él, o de ella, le he dado un toque distinto con herramientas del Photoshop. La esencia, sin embargo, sigue intacta ahí: en el semblante de El Gera, pero sobre todo -y multiplicadamente- en la "increíble" expresión que llena el rostro de Gemita.

¿Cuántas veces, a lo largo de 16 años de cruel encierro y en medio de la pesadilla circundante, Gerardo habrá soñado con un placer así? Solo él lo sabe. Y apuesto a que la cifra no dista en nada de la cantidad de sueños similares sobre la almohada de su Adriana.

Los héroes no piden premio. Es la vida quien se los concede.


Los héroes no piden crónicas. No creo que esto lo sea en el sentido estrictamente técnico. De cualquier modo no soy yo quien escribe... lo hace la fuerza del modo en que se miran, conversan, "conspiran" y se adoran Gera y Gemita: captados por un mágico lente y reenviados hacia mí desde el interior de la corona que cobija los sueños de esa Muñeca Reina que siempre mira, busca y encuentra ternura humana en lo más alto.

Publicada por Pastor Batista
publicado por rcbaez a las 13:00 · Sin comentarios  ·  Recomendar
10 de Mayo, 2015 · Cinco Prisioneros en USA
Por Berta Mojena, exclusivo desde Venezuela
Con Gema y Adriana: por el día de las madres 
Gema y Adriana, los rostros de la felicidad.
 

Hace mucho tiempo quería entrevistarla. Muchos colegas cercanos lo habían hecho y había leído tantas cosas sobre ella, la había observado de cerca en tantas marchas, actividades, encuentros de solidaridad a lo largo de esta lucha de 16 años por la liberación de Los Cinco, que inevitablemente la admiraba en toda su dimensión de mujer, de esposa, fiel amante y amiga, de luchadora incansable.

Sufrí junto a ella  —como millones de cubanos— por las lágrimas que derramaba cada vez que hablaba de su amor, de su Gerardo, encerrado tras las rejas durante demasiado tiempo y condenado quizás a estar allí toda su vida, de manera injusta y despiadada. Sentí como propio el sufrimiento cada vez que contaba que le impedían verlo, estar con él y, sobre todo, cumplir el sueño preciado de multiplicar el fruto de ese amor en un hijo o hija.

Disfruté después desde la distancia verla embarazada recibiendo a su compañero aquel 17 de diciembre mágico, abrazar a su amigo y esposo, después de tanto tiempo, mientras aquellas primeras imágenes de caricias, lágrimas, miradas inconfundibles daban la vuelta al mundo para hacer realidad algo casi impensable.

Después nació Gema y se convirtió en la niña de todos, en la pequeña de los cubanos y la de millones en el mundo. Pero nunca pensé que podría celebrar junto a ella y en tierras bolivarianas, su cuarto mes de nacida y mucho menos, poder compartir con Adriana y Gerardo desde los primeros momentos que arribaron a Venezuela, mostrando a su más grande tesoro como símbolo de resistencia, lucha, felicidad y vida.

Unas horas antes de la celebración de este día de las madres, nuestro equipo de prensa en Caracas, volvimos a estar junto a ellos y fue inevitable entonces conocer más sobre Gema, sobre esa relación especial que los embarga y que hoy todos disfrutamos con cada sonrisa, cada gesto y la unión sin límites entre los tres.

Los dejo entonces con ellos, para que sean sus palabras, sus confidencias, el mejor de los regalos a todas las madres cubanas y a las personas de buena voluntad que este día celebrarán la dicha de la vida y pensarán en la familia, en el amor, por encima de todo, sin importar donde estén o adonde vayan.

Gema generó muchas expectativas…

"Las expectativas comenzaron desde mucho antes de ser concebida, desde que por primera vez hablamos de la posibilidad real de ser concebida. No sabíamos siquiera qué sexo tendría, esperábamos cualquiera de los dos y fue una enorme satisfacción cuando se confirmó.

"Yo viví el embarazo con mucha alegría aunque siempre quedaba aquello de que Gerardo no estaba para acompañarme, pero esa era una decisión de los dos y tenía que asumirla, de lo contrario no podíamos cumplir ese sueño de tener a nuestra bebe. Gerardo ya estaba aquí para su nacimiento, llegó para coronar ese momento y, por supuesto, eso fue lo más grande que hemos vivido.

Yo le había dicho hace poco a Gerardo que yo había tenido tres grandes decisiones en mi vida: estudiar mi carrera que me gusta muchísimo, casarme con él, haberlo esperado y haber tenido a nuestra pequeña.

—¿Cómo esperaron a Gema? ¿Cómo la imaginaban?

La imaginaba y la sentía de muchas formas. Desde las primeras imágenes de ultrasonido en las que estaba ya más formadita vi que tenía mucho parecido con su papa, sobre todo en la boca y la forma de los pies, aunque las manos se parecían un poco a mí. Pero hasta que uno no la ve no tienes la magnitud de lo que se siente, es algo que quien ha sido madre sabe de qué hablo.

Gerardo y yo estábamos inquietos hasta el último momento y cuando la vio me dijo: “es bella”. Él tuvo el privilegio de verla antes que yo porque estuvo en el Salón de parto y hasta que no me la mostraron a mi yo no tuve esa dicha, pero todo el que la vio pasar cuando iban al cunero decía que era preciosa. Y entonces ahora vemos las imágenes y no decimos que estaba preciosa al nacer, linda está ahora. (Sonríe) Y nos reímos porque realmente somos muy felices.

Gema se ha convertido en centro de atención, es admirada, querida….

"Yo no me imagine que iba a ser así. Sabía que iba a ser querida por todos, anhelada, pero no tuve realmente la imaginación para percibir, visualizar lo que iba a pasar y Gema se ha convertido de la llegada de los Cinco, de los lugares donde estamos y de cierta manera es una forma de agradecer también a las personas que nos piden que la mostremos más, nos piden que enseñemos fotos. Y no teníamos la idea de hacerlo porque es nuestra vida privada pero después interiorizamos que Gema les pertenece a todos. Es nuestra bebé, no se la regalamos a nadie, pero sí la compartimos con todos".

—Es tu primera celebración por el día de las madres…

—Si, este es mi primer día de las madres porque en mayo pasado era muy reciente que había sido transferida a mi útero y todavía no se había confirmado el embarazo e imagínate qué dicha poder compartirlo con Gerardo y con mi mamá que está viva y muy bien.

—¿Cómo es Gema?

—Es sin dudas una niña feliz, muy vital, muy activa, pero muy sedada. Es una niña que se comparta, que socializa sin dificultades, lo cual para nosotros es una dicha. Se adapta muy bien, toma su leche, duerme excelente, no tenemos quejas la verdad.

—Un mensaje final

—Yo le agradezco muchísimo a todas las personas que hicieron posible que hoy Gerardo y yo podamos vivir esta felicidad, que hoy le podamos entregar la Gema a Cuba, porque no es solo de nosotros, es de todo nuestro país, de todas las personas  fuera del nuestro que hicieron posible este sueño y, por supuesto, esto es para nosotros una gran satisfacción, una gran felicidad cuando día a día la observamos, la cuidamos y nos parece que todavía sigue siendo un gran sueño.

Felicidades a todas las madres, que pasen su día en familia, las que no lo puedan estar porque están cumpliendo misiones de cualquier índole, nuestras felicitaciones igualmente.

(Gerardo interrumpe) Quiere también enviar su felicitación…

Se trata de un día especial este segundo domingo de mayo, el día de las madres es especial para las madres biológicas y las de alma que hay muchas también. Queremos compartir con ellas esta dicha que estamos viviendo hoy. Un fuerte abrazo y gracias por toda la solidaridad y toda la felicidad que hoy compartimos con ustedes.

 

Fuente CubAhora

publicado por rcbaez a las 20:27 · Sin comentarios  ·  Recomendar
14 de Febrero, 2015 · Cinco Prisioneros en USA


Queridas hermanas y hermanos: 

Hoy fue nuestro primer Dia del Amor y la Amistad juntos, despues de 21 anos, y queremos dar las gracias a quienes con sus esfuerzos solidarios, y con su continuo apoyo, hicieron posible la felicidad que ahora vivimos. 
Felicidades a todos!

Un fuerte abrazo:

Adriana y Gerardo.

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09 de Enero, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

Por César Gómez Chacón*

 

Los días van pasando. Las fiestas también. Ya nos fuimos este lunes al trabajo y a las escuelas, con más entusiasmo y alegría que nunca. El 2015 está de rápida arrancada y promete ser un año de grandes acontecimientos, porque el mundo sigue más de cabeza, y la ley de gravedad de la historia y de los seres humanos ya está haciendo y hará lo suyo inexorablemente. Pero seamos optimistas: los milagros sí existen… O los hacemos nosotros.

 Los cubanos tuvimos un fin de 2014 tan positivamente sorprendente, que todavía cuesta trabajo creer que los Cinco, ¡todos! ya duermen en casa, y que cantaron a coro El Necio con Silvio en una esquina del Latinoamericano; que vimos a Raúl anunciar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos; y a un Obama casi sonriente, junto a un John Kerry seriamente reflexivo, reconocer a dúo la necesidad del cambio de política hacia Cuba. Que conste que sólo después descorchamos las botellas.

 Y uno piensa que la alegría es algo que no debiera explicarse. Restituir los vínculos oficiales con el Gobierno norteamericano fue, claro está, una excelente noticia para todo el mundo. Después de medio siglo de terca y heroica resistencia por parte de nuestro pueblo, el acercamiento diplomático o de cualquier otro tipo con los Estados Unidos era, más que un anhelo, la convicción de que más temprano que tarde debía enmendarse tamaña injusticia.

 La voluntad política de ambos gobiernos está dicha desde entonces. Pero no será, y no está siendo ya, un camino expedito para las actuales autoridades norteamericanas. Los días, los meses y ¿los años? subsiguientes dirán la última palabra.

 Sin embargo, y si de inmensa alegría lloramos y reímos los cubanos, con la sensación de placidez que produce cuando te quitan un inmenso peso de encima, fue por el regreso de los tres hermanos, que completaba el fin de la agonía de los Cinco y de todo este pueblo que no los concebía en prisión ni por un mes y mucho menos por 16 demasiados largos años.

 Para la mayoría de nosotros ese era el mayor milagro y el gran gozo que hemos y seguiremos festejando, porque constituye también la confirmación, una vez más, del inmenso poder de las ideas, aún desde el fondo de cinco celdas.

 “Estamos viviendo horas tremendas”, me comentó el día siguiente a aquel 17 interminable uno de esos hombres que atesora en sí mismo la virtud de ser exquisito intelectual, dirigente de alto nivel y puro jodedor cubano, una mezcla necesarísima en estos tiempos. Lo vi eufórico, luego, en el concierto de Silvio con los Cinco, y comprendí aún mejor sus palabras.

 Los milagros sí existen y son lo más normal del mundo. Por eso cada vez que vemos a uno de los Cinco decir y hacer algo notoriamente cubano, jocoso y natural, volvemos a reír y a secarnos las lágrimas de la emoción. “¡Coño, nunca había llorado tanto, ni tan seguido, yo que me pasé la vida diciéndole a mi hijo que los hombres no lloran”, me decía también por aquellos días uno de esos buenos amigos que irradian alegría por los cuatro costados, otro criollo cien por ciento, que aún en los momentos más difíciles (que a veces vienen demasiado seguidos) siempre le saca lasca a lo adverso y te pone a reír de tu propia (o de su propia) fatalidad.

 El nacimiento de Gema, la hija tan esperada y concebida por “control remoto” de Gerardo y Adriana se inscribe, desde este 6 de enero de 2015 como otro prodigio, no tanto de los viejos Melchor, Gaspar y Baltasar, como de la amistad y la solidaridad del pueblo norteamericano con Cuba, y de la labor muchas veces anónima de nuestra medicina revolucionaria, que no por gusto repite este año el 4,2 por mil nacido vivos del pasado año, una de las tasas mortalidad infantil más bajas del mundo.

 Ver a Fernando ya trabajando como vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, es otra de esas maravillas que alegran los corazones de quienes sabemos que lo hará bien, porque es un hombre bueno, y será el mejor regalo para los amigos de Cuba, que, sin pedir nada a cambio, tanto hicieron por su regreso y el de sus cuatro hermanos de lucha.

 Tienen razón quienes comentan que Los Cinco, tan cubanísimos y jocosamente ocurrentes, como los hemos visto en cada tribuna o calle donde se han parado, recuerdan a ese otro héroe criollo y bromista sin par, el legendario comandante del sombrero alón y la sonrisa eterna. Sin el humor que nos permite reírnos hasta de nosotros mismos, no hubiésemos sido nunca el pueblo libre y soberano que hoy somos. ¡Gracias a los Camilos de todos los tiempos! ¡Gracias a los muertos y a los héroes vivos de nuestra felicidad!

 En este enero de victorias escuché por ahí, de buena tinta, que una persona también muy querida en nuestro país llamó por teléfono a Gerardo, pocos minutos después de su llegada, y aquel le salió con una de sus bromas: “Hermano, todavía huelo a celda”. A lo que ese otro excelente exponente de la cultura y la política cubanas (que no me deja decir su nombre) le respondió algo así como: ¡Compadre, conserva y traslada ese humor y esa frescura tuya a cualquier nueva tarea que te den, que Cuba lo necesita tanto como tu heroísmo”.

 Los días van pasando demasiado rápido, y todos seguimos pensando en Fidel y aquel “¡Volveran!” que no fue profecía, sino profunda convicción. Hoy, cuando su pueblo enérgico y viril ríe y canta con lágrimas en los ojos, es porque vive una inmensa emoción y una alegría largamente luchada, que a él le pertenece por derecho propio.

 Es difícil explicarla, y tal vez nadie lo hizo mejor que el poeta y escritor uruguayo Mario Benedetti, que por varios años vivió en Cuba después de salir de presidio y verse obligado al destierro. Él escribió por aquellos día de 1983 su cuaderno “Canciones del desexilio”. Años más tarde el cantante argentino Juan Carlos Baglietto musicalizó e hizo famoso uno de aquellos bellos poemas, que luego en Cuba nos los cantó mil veces emocionada esa gorda querida, jodedora y cubanísima, que responde al nombre de Sara González.

 Aquí van algunos fragmentos que parecen escritos para cantarse en estos días, porque Mario y Sara (que tanto hizo también por la causa de los Cinco), dondequiera que anden, de seguro están cantando y festejando con nosotros.

(…)

Si los nuestros quedaron sin abrazo,

 la patria casi muerta de tristeza,

 y el corazón del hombre se hizo añicos

 antes de que estallara la vergüenza

Usted preguntará por qué cantamos…

Cantamos porque el río está sonando,

 y cuando el río suena suena el río.

Cantamos porque el cruel no tiene nombre

 y en cambio tiene nombre su destino.

Cantamos porque el niño y porque todo

 y porque algún futuro y porque el pueblo.

Cantamos porque los sobrevivientes

 y nuestros muertos quieren que cantemos.

Si fuimos lejos como un horizonte,

 si aquí quedaron árboles y cielo,

 si cada noche siempre era una ausencia

 y cada despertar un desencuentro

Usted preguntará por qué cantamos…

Cantamos porque llueve sobre el surco

 y somos militantes de la Vida

 y porque no podemos, ni queremos

 dejar que la canción se haga cenizas.

Cantamos porque el grito no es bastante

 y no es bastante el llanto, ni la bronca.

 (…)

Cantamos porque el Sol nos reconoce

 y porque el campo huele a primavera

 y porque en este tallo, en aquel fruto

 cada pregunta tiene su respuesta…

 

 *Periodista Cubano. Colaborador de Cubadebate, La Jiribilla y otras publicaciones.

 

Tomado de Cubadebate


publicado por rcbaez a las 18:20 · Sin comentarios  ·  Recomendar
08 de Enero, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

Por Marlene Caboverde Caballero*

 

Hay historias difíciles de escribir porque la mano tiembla al tener que reinventar las palabras para construirlas y compartirlas con el brillo y la fuerza que merecen.

 Corro el riesgo de repetirme y reiterar lo que casi todo el mundo dice, cuenta y canta desde este 6 de enero, cuando se supo de la llegada de Gema, la niña de Adriana Pérez y Gerardo Hernández, pero es importante para mí correr el riesgo.

 Pienso, en primer lugar, que Gema ya existía y desde hace años revuelve las gavetas de Adriana para reír con las cartas y los dibujos de su padre, y oler la canastilla que su mami atesora para ella en el armario.

 Gerardo conocía a su hijita desde La Habana de los ochenta, la había visto rondar en la parada de ómnibus de la Rampa, en el malecón y en el instante del beso robado que le aseguró desde aquel entonces la llegada a este mundo, un día posible y de cualquier manera.

 Gema se había colado como rayo de luz y soplo de aire en todas partes: en las tribunas, las consignas, las canciones, los discursos, las prisiones.

 Y aseguran que se la pasó todo este tiempo en las escuelas entre juegos y lecciones, cantando en los conciertos, gritando en las marchas en mil idiomas diferentes, juntando manos, clamando voces, fundando amor.

 Tengo la certeza que cuando Adriana y Gerardo tuvieron a Gema entre los brazos este 6 de enero, ambos sabían que no se trataba de la primera vez, más bien de un reencuentro soñado desde siempre.

 Casi puedo asegurar que también a ellos se les perdieron las palabras en un enjambre de besos y para decir algo, simplemente le susurraron algunos versos de Silvio: "Te conozco, desde siempre, desde lejos, te conozco"… 

 

*Periodista de Radio Jaruco, donde lleva desde hace algunos años el programa Alas de libertad, dedicado a los Cinco Héroes cubanos

 

 

publicado por rcbaez a las 21:13 · Sin comentarios  ·  Recomendar
07 de Enero, 2015 · Cinco Prisioneros en USA

Gema (+ Fotos)

Por Nyliam Vázquez García
 
Desde este 6 de enero el Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández, y su esposa Adriana Pérez, ven cumplido un sueño con el nacimiento de su hija Gema
 

Unas manitos pequeñitas, unos pies que caben en un beso, un rostro que embelesa a sus padres, un llanto que anuncia la vida… Nació Gema. Mamá está adolorida, pero con esa sonrisa que parece tatuada en su rostro desde el 17 de diciembre y que este martes, si acaso eso es posible, se habrá hecho más amplia aún. Es fácil imaginar a papá pendiente de sus preciosas, intentando acomodar en su pecho de héroe tanta felicidad, una felicidad no imaginada.

La pequeña de Gerardo y Adriana se asoma al mundo y con cada latido de su corazón realiza un sueño largamente acariciado, un deseo que en algún momento parecía imposible. Gema llega para poner fin a 16 largos años de «soledad acompañada», para borrar con su existencia las huellas del dolor y completar de la mano de sus padres una historia de amor de casi tres décadas. Ella, así pequeñita, abrazable, se suma al bálsamo sanador con que sus padres  se curan todas las heridas y reescriben el tiempo.

Hace unos años Gerardo le escribió una carta a los hijos por nacer, una carta con un dibujo para esta Gema que ya nació: «…después que ustedes lleguen a este mundo y aprendan a leer, sepan por qué su papá no es tan joven como muchos de los padres de sus amiguitos, y conozcan de los años que papi y mami tuvieron que vivir separados a pesar de quererse mucho».

En 2012 Adriana dudaba. Se sobreponía al dolor, sobre todo a la incertidumbre cotidiana y asumía con una entereza conmovedora una realidad que parecía iba a marcarles la existencia: «Ese capítulo está escribiendo sus últimas etapas. Porque el reloj biológico está ahí y hay cosas que no me gustarían cuando tenga 50 años… es un costo, pero es un costo que vamos a asumir, y no tirada por un rincón, porque entonces no lo estaría asumiendo, me estaría aplastando… El momento en que me toca asumir que no voy a poder tener hijos está por llegar».

Pero no llegó y ahí está Gema acurrucada en su pecho para que ella olvide que una vez tuvo miedo. Que muchas veces sostuvo en brazos a los hijos de otros preguntándose cuándo podría abrazar a los suyos. Ahí está Gema, quien con el sonido acompasado de su respiración hace magia y lo transforma todo en sonrisas.

Ahora papá tendrá dos roperos de los que ocuparse, una obsesión más… Uno no puede más que imaginarse a un hombre feliz, pero feliz con mayúsculas como todos los padres el día del alumbramiento y aun más.

Mamá ahora tiene una bebita y un niño grande, querido, tantas noches añorado. Todavía recuerdo ese instante fugaz en que ella respondía al teléfono y al vuelo le escuché con una ternura infinita, con esa sonrisa que delataba la voz que escapaba de prisión por el túnel del auricular: Mi niño, ¿cómo tú estás?

Nunca vi a Adriana reírse con más ganas que contando las ocurrencias de Gerardo: el día que él casi se ahoga para darle una sorpresa o los secretos detrás de las postales con animales. Nunca la noté más radiante que en el concierto 62 de Silvio por los barrios. Siempre con la mano de su Gera entre las suyas, disfrutando de esas «pataditas» con las que la niña se anunciaba, secando a besos esas lágrimas incontenibles de su hombre. Estoy segura de que no hay mujer más luminosa desde este 6 de enero, y en los días que están por venir, que la madre de Gema, el amor de Gerardo.

Esos pies que caben en un beso habrán de caminar en un país conmovido ante el sacrificio y valentía de sus padres, de sus cuatro tíos, un país que como dijera su papá deberá ser mejor que este que él comienza a redescubrir. Hoy la gente común se felicita, escribe comentarios en la noticia y la comparte: «¡Viste, ya somos tías!», se saludan dos jóvenes… Este es un nacimiento entrañable, la felicidad de dos que celebran millones en Cuba y en el mundo.

Y cuando uno escucha la oración que lo cambia todo: «Ya nació Gema», en la voz de uno de los cuatro tíos héroes, esa alegría tangible, ese algo distinto en su tono de voz, esa emoción contenida, entonces se eleva la certeza: a este 6 de enero de 2015 le han tatuado una sonrisa, una felicidad no imaginada, un nombre: Gema.

 

Más fotos en la fuente, Juventud Rebelde

publicado por rcbaez a las 19:31 · Sin comentarios  ·  Recomendar
31 de Diciembre, 2014 · Cinco Prisioneros en USA

Hemos vivido unos días muy intensos desde el pasado 17 de diciembre. Las horas no nos han alcanzado para responder tantos mensajes recibidos por diferentes vías, y muy pronto, con la llegada de Gema, puede que dispongamos aun de menos tiempo para comunicarnos. Pero deben saber que no ha habido un solo día en el que no pensemos en todos ustedes, quienes hoy disfrutan también esta victoria que ha representado el regreso de los Cinco a nuestra Patria.

 Todos y cada uno de sus esfuerzos solidarios contribuyeron para hacer posible este triunfo. Por más de 16 años los Cinco soñamos con esta felicidad que ahora vivimos. Ustedes lucharon por hacerla posible. Y hoy, con cada muestra de amor que recibimos de nuestro pueblo, se multiplica la gratitud hacia las hermanas y hermanos que nos apoyaron durante tanto tiempo.

 En nombre de los Cinco y de nuestros familiares, les deseamos un feliz y muy exitoso 2015, y los felicitamos por el 56 Aniversario de la Revolución Cubana.

 Un fuerte abrazo,

 Adriana, Gerardo (y Gema).

publicado por rcbaez a las 20:55 · Sin comentarios  ·  Recomendar
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