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Fernando González ante la prensa cubana a su llegada a la Patria. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate
Fernando González Llort echa por tierra ciertos mitos acerca del héroe. O quizás existe para probarnos que el heroísmo no es asunto de apariencias. Cuando salió por las puertas del salón de protocolo de la terminal 1 del aeropuerto “José Martí” para hablarle por primera vez a los medios, tenía el sencillo aspecto de un cubano común y corriente, ajeno por el completo a los micrófonos y las cámaras.
Serenamente emocionado, preguntó si acaso él debía hablar primero y se mantuvo a una discreta distancia, arropado por su esposa, Rosa Aurora, su madre Magali y sus dos hermanas, Lourdes y Marta, con sus respectivos compañeros.
Para quienes hemos seguido periodísticamente el caso, la parquedad de Fernando resulta casi legendaria. Él es ese poeta de las acciones –como alguna vez definió Cintio Vitier a los Cinco- que se excusa por no escribir poemas y del que debimos conformarnos con saber algo a través de muy escasas entrevistas y solo algunos textos personales suyos que alimentaron nuestro trabajo en estos años.
Pocos pero contundentes, sus análisis transparentan un pensamiento claro, profundo, coherente, principista, que ahora se confirma en la mirada limpia, como la de un niño, recta como la de un hombre honesto, cuando habla a los micrófonos, al fin en la Patria.
Las primeras palabras son para sus hermanos. Y para Cuba, donde más las esperan:
DECLARACIONES A LA PRENSA DE FERNANDO GONZÁLEZ LLORT (Transcripción de Cubadebate)
Yo creo que en medio de estos momentos que son realmente bien emocionantes para mí, se impone decir algunas palabras y agradecer a varias personas. Hay tres personas que no están aquí y son las primeras a las que le quiero agradecer, que son mis hermanos Gerardo, Ramón y Tony. Cuando no existía movimiento de solidaridad todavía verlos a ellos y compartir con ellos los momentos difíciles fueron siempre una fuente de energía para nosotros en la lucha, y por lo tanto mi primer agradecimiento es para ellos que no me están escuchando, no me van a escuchar, no me van a ver, pero me van a leer y yo quiero hacerles llegar el mensaje de agradecimiento. Porque es un tema del cual ni siquiera hablamos entre nosotros cuando tuvimos la oportunidad de vernos juntos, pero no saben ellos ni siquiera cuánta fuerza y cuánta energía nosotros obtuvimos en aquellos momentos de verlos a ellos, de ver la actitud de ellos, de ver la manera en que ellos enfrentaron las situaciones y después de conocer, durante los años en prisión, cómo ellos enfrentaban las situaciones individuales en las que se encontraban. Por lo tanto mi primer agradecimiento es para mis tres hermanos y eso incluye también a René que está aquí porque fuimos parte todos de aquel momento.
Yo creo que se impone agradecer también al pueblo de Cuba a todos nuestros compatriotas que durante tantos años nos han acompañado en esta lucha y que nos van a seguir acompañando, estoy convencido de eso hasta que Gerardo, Tony y Ramón estén aquí de regreso.
Yo quiero aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas a todas aquellas personas que nos escribieron mostrándonos su apoyo, su solidaridad, especialmente a los niños y a los jóvenes que nos hicieron llegar muchísimas cartas y que materialmente nosotros no teníamos tiempo para responder todas y cada una de ellas.Yo sé que algunas personas se pueden haber sentido en algún momento quizás defraudada porque no recibieron una respuesta personal a su correspondencia; les quiero pedir disculpas, les quiero pedir que nos comprendan, que materialmente no había posibilidades de escribirles a tantas personas individualmente, pero que todas esas cartas, especialmente la de los niños y las de los jóvenes fueron siempre un estímulo tremendo, un estímulo sin comparación ninguna para enfrentar cualquier situación a las que nos vimos sometidos.
Agradecer a todo el pueblo por la solidaridad, agradecer a las autoridades cubanas, a todos los compañeros y las compañeras que por tantos años han estado trabajando por sacar a delante la campaña y la lucha por la liberación de todos nosotros.
A los compañeros del Ministerio de Relaciones Exteriores, de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, que estuvieron pendientes en los últimos meses a todo este proceso del regreso mío, a todos los detalles de cómo se iba a producir y estuvieron luchando porque se produjera de la manera más expedita posible y de la manera más natural posible.
Agradecerles a todos, a la prensa que ha hecho un trabajo muy bueno para dar a conocer la verdad del caso y llevar la verdad lo más lejos posible. Hay mucho por hacer todavía, yo creo que todos lo sabemos y todos están en la mejor disposición de hacerlo, no me cabe la menor duda de eso.
Yo sé que la felicidad hoy es compartida por todos, es una felicidad que es difícil de describir, estar aquí en Cuba, estar aquí con la familia, es una felicidad que es inmensa y a la misma vez le falta un pedazo, y es el pedazo que queda reservado para que cuando en este mismo lugar estén Ramón, Gerardo y Tony, entonces la felicidad será completa.
Mientras tanto el papel nuestro será hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esa realidad llegue lo más pronto posible y podamos entonces reunirnos los Cinco, y reunirnos todos con nuestras familias y con ustedes, y entonces disfrutar realmente de la verdadera felicidad total cuando estén los cinco aquí.
Pregunta sobre el impacto de salir de la cárcel y llegar a Cuba: El impacto de salir de la cárcel en el caso mío específico, yo no puedo decir, a ver, no es la misma condición de René, que René salió y fue inmediatamente para la cárcel, o sea, yo salí de la prisión y a mí me estaba esperando un grupo de personas de inmigración que me retuvieron, me arrestaron prácticamente, entonces, yo no experimenté la salida de la prisión como la salida hacia la libertad, yo experimento la salida hacia la libertad cuando me bajé de la escalerilla del avión, porque incluso hasta ese último momento yo venía esposado en el avión, y las esposas me las quitaron en el momento en que el avión tocó tierra aquí. Yo no sentí la sensación de la libertad al traspasar la puerta de la prisión, que es posible la experiencia que sientan otros, la sensación de la libertad mía es cuando el avión aterrizó aquí y me bajé por la escalerilla, esa es la verdadera sensación de libertad para mí.
Sobre su encuentro con Raúl:
Primero que nada es un honor para mí, y honor que agradezco además, un gesto que agradezco que el compañero General de Ejército, Raúl, se haya tomado el trabajo de venir hasta acá a recibirnos a saludarnos, realmente es un gesto que agradezco y que me llena de gratitud y que me compromete también a la misma vez, en la lucha y a darlo todo por el regreso de mis otros hermanos,. Es realmente un gesto que lo llena a uno de humildad y de gratitud.
Cuando se retira junto a su familia, sin darnos tiempo para otras preguntas, nadie protesta. Qué más quisiéramos todos que llevárnoslo para un programa en vivo, sacarle una exclusiva sobre lo que no llegamos a conocer de su mundo en esos injustos años de encierro, de los sentimientos que lo acompañaron en el regreso, de lo que quisiera hacer en el primer minuto en su tierra y con gente.
Pero todos entendemos que Fernando merece decidir cuándo lo hará. Y ahora no es el tiempo de responder cuestionarios. Es la hora, su hora, de absorber los olores de la Patria, de la familia y de la casa, de sus amigos y compañeros.
Quien haya leído aquel libro del español Marcos Ana, que permaneció largos años en una cárcel, recordará que lo más difícil es acostumbrarse a la libertad, al vértigo que les provocan los espacios abiertos y el bullicio de la vida que corre por las calles, a quienes han permanecido muchos años presos. Y ya sabemos que los de Fernando, como los del resto de sus hermanos, fueron y aun son, crueles, injustos, demasiados.
Ya habrá tiempo de contar y cantar la libertad. Primero es preciso que le dejemos gozarla libremente.
(La Transcripción del Mensaje fue realizada por Cubadebate Más fotos aquí)
Fernando González ante la prensa cubana a su llegada a la Patria. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate
Hoy logró la libertad nuestro hermano Fernando González. ¡Gran alegría y regocijo sentimos por él!
Para nosotros Cinco, esa experiencia la vivimos cada uno como propia. Y es que en verdad es así. Un día dichoso decidimos unirnos para jamás dejarnos vencer, lo cual es y será ya para siempre. Recuerdo
a Fernando en aquel hueco duro de Miami. lo que más me impactó de él
fue el rostro fruncido y su firmeza ante los intentos de doblegarnos y
hacernos cooperar. Otros en cambio, más altos (nunca más grandes) y más
fuertes (no de valor), flaquearon y se vendieron. Esa experiencia de vida es un tesoro que recordaré eternamente. Con Fernando regresamos todos de alguna manera. En él está también, como en René, la esencia de todos, Nuestra energía y nuestra forma de pelear y de vencer. Es una alegría a medias, pues en verdad terminó hasta el último segundo de una sentencia injusta que jamás debió cumplir. No
podemos permitir que ninguno cumpla más esta sentencia injusta. Se lo
debemos a Gerardo y a la historia hermosa de nuestro pueblo. ¡La pelea se ha reforzado, el triunfo es cierto! Hoy Fernando regresa a la amada patria con la frente en alto y el decoro limpio. Nosotros le seguiremos. Con el abrazo y cariño de pueblo y familia recibe también el nuestro, querido hermano. ¡Hasta la victoria siempre! Ramón. FCI Ashland, Kentucky. Febrero 28, 2014. 11:38 a.m.

Queridos amigos: Todo
me indicaba que nuestro hermano Fernando estaría hoy en la patria, pero
ya me he acostumbrado a tomar las cosas con objetividad y calma, por lo
tanto decidí sentirme optimista sin exceso. Cerca
de las 11 de aquí llamé a mi mamá al celular. Me respondió mi hermana.
Iban rumbo al aeropuerto. Mami andaba en gestiones de su visado.
Converse con René, lo cual siempre es un alegrón tremendo. Le dije: Dale un abrazo a Fernando de parte mía. Pero, qué va, antes de irme para mi trabajo, 12 y 25 pm de acá, no me pude aguantar y volví a llamar. Desde que escuché las voces detrás de la de mi madre me dije: el hombre está ahí. Y, en efecto, me dice mi madre: Está conversando con Alarcón. Y le digo: Pues, dile a Alarcón que me dé un chance. No
hay manera de describir lo que sentí al escuchar la voz de nuestro
hermano y saberlo en suelo patrio. Eran muy pocos minutos los que tenía
para hablar, porque a las 12 y 30 pm cortan las comunicaciones hasta las
4 y 30 pm. Sin embargo, hablamos de muchas cosas. Le comenté sobre mis
líneas de ayer, recordando el reencuentro en Miami y estuvo de acuerdo
en que no podía escribir literalmente lo que él dijo aquel día cuando
reflexionábamos sobre los años que tendría aun que servir. Sólo me dijo:
Ya ves, cumplí con mi palabra. Vaya sorpresa cuando me preguntó cómo iba el proyecto de las flores. Le dije: Va viento en popa, me quedan 10 por hacer.
Le agregué que tenía ya los bocetos para otras 15 acuarelas sobre los 7
meses del juicio y le expliqué que iba a necesitar la ayuda suya y de
René. Y me respondió raudo: Tira pa'ca. Ya terminando le increpé: Ven acá, René te dio el abrazo que te envié? Y respondió: "Bueno, me dio un beso y un abrazo, y me dijo que el abrazo era el suyo". Ese es Fernando, cubano 100% y fiel hasta el más allá. Hoy se respira mucha felicidad y más libertad. Cinco abrazos fuertes. ¡Venceremos! Tony Guerrero Rodríguez 28 de febrero de 2014 2 y 40 pm.

A
cada uno de Los Cinco nos toca ser -obviamente- el más o el menos
'algo' entre nosotros. De la misma manera en que Ramón es el más alto,
seguido muy de cerca por René, a Fernando le tocó ser el de menos
estatura física, mientras que el segundo lugar en esa categoría se lo
quité a Tony por un pelo. (Aunque eso del pelo sea un decir). Ese
"título" de Fernando le valió que, en parte por cariño, y también por la
arraigada costumbre profesional de evitar los nombres, a veces, entre
nosotros, le llamáramos "el pequeño". Lo
anterior podría parecer inmaterial, y hasta algo frívolo, pero en estos
días de alegría y ansiedad, cuando lo separan apenas unas horas de su
libertad, (y ojalá también de su regreso) mientras recuerdo tantas
muestras de grandeza que ha dado nuestro hermano, he reparado en la
ironía que encierra el llamar "pequeño" a ese gigante. Cuando
nos arrestaron, Fernando tenía razones extra para sentir angustia,
dolor, frustración... En términos del béisbol que tanto le gusta: él
lanzaba también juegos completos, pero su misión en Miami aquella vez,
era de relevo corto. Debía regresar a Cuba pronto. Su boda estaba casi
lista. La novia, esa Rosa guerrera que por él sacrificó todo en la vida,
quedó casi vestida. Aun así, del gigante jamás escuchamos un lamento. Presencié
cuando su abogado del juicio, Joaquín Méndez, le advirtió con toda
razón profesional que, dada la menor gravedad de los cargos que a él se
le imputaban, cualquier defensor de respeto optaría por separarlo de los
demás como estrategia. La respuesta de Fernando, como la de René ante
similar sugerencia, fue tajante e inequívoca. Quince
años y medio después, Fernando, como René, saldrá de la prisión con la
frente en alto. Tampoco a él le regalaron nada. Su sentencia fue la
máxima posible, y el tiempo descontado por buena conducta se lo ganó, y
por ley tenían que dárselo. Quienes
lo queremos y admiramos, hoy celebramos. Convencidos de que nuestra
lucha se refuerza con otro abanderado, le hacemos llegar un fuerte
abrazo, y le decimos: ¡Felicidades gigante! ¡Gracias por tu ejemplo! Gerardo Hernández Nordelo Prisión Federal de Victorville California, Febrero 25, 2014.
Por Nyliam Vázquez García La
casa vive un ambiente inusual. Lauren Gabriela Saker Monzón intuye que
pasa algo importante. Sigue a su padre con la mirada. No se aguanta y le
pregunta. Homero Saker Rivero le explica por qué se sienta en el patio
con ese álbum de fotos… «¿Tú te acuerdas de tu tío Fernando?» Y la niña
no lo deja terminar la frase: «Sí, mi tío que “cumple” mañana», y se va
para dejar a su padre compartir recuerdos entrañables.
Para
Homero hoy es un día muy importante. Su amigo Fernando González Llort
cumple íntegramente la condena y es normal que le llegue a la memoria
mucho de tanto tiempo compartido. Se conocieron en el preuniversitario,
pero fueron los seis años de la Universidad, en el Instituto de
Relaciones Internacionales Raúl Roa (ISRI), el grupo de amigos que se
juntó allí, y luego los años en Angola, lo que cimentó una relación
mantenida más allá de los silencios, más allá de casi 16 años del
injusto encierro de Fernando. Nos
devela a un Fernando de pocas palabras, pero de análisis muy profundos.
Como si no hubieran pasado tres décadas, recuerda los trabajos de
finales de curso, la inclinación de su amigo por la economía —Fernando
se graduó con diploma de Oro del ISRI, en la especialidad de Relaciones
Económicas Internacionales—, la admiración por Fidel, las fiestas en las
que compartieron, el tiempo de misión internacionalista, que los hizo
madurar a todos… «En
aquella época, Fernando nos sorprendía a todos con sus análisis de los
procesos económicos que vivía América Latina; el llamado milagro
chileno, por ejemplo», comenta quien reconoce que en ese grupo fue uno
de los que tenía siempre la máxima puntuación. Como
si ahora no estuviera en el patio de su casa, como si hubiera regresado
al aula, a las discusiones de aquella época, fija su mirada en un punto
lejano y sentencia: «Tú tienes que buscar a Fernando en lo que lleva
análisis, en lo que se necesita profundizar». Cuando
habla, su amigo no está viviendo las últimas horas en la prisión de
Arizona, está frente él: «Fernando es un hombre tal y como se ha
comportado en estos casi 16 años de prisión; un hombre que te mira así y
ahí está (…) un hombre de pocas palabras pero cuando te decía, era lo
exacto… Ese es “el Fernan”…».
El grupo de los fakires
Mil
historias flotan mientras cae la noche, mientras Giselle da vueltas
para que su esposo se sienta apoyado, mientras Lauren anda cerca,
pendiente; y Kiara, la mascota, no se está quieta. Del
grupo del ISRI, Homero recuerda que se creó un subgrupo por afinidad,
por criterios políticos, por ideas compartidas de cómo se debían hacer
las cosas. Ese subgrupo que siempre andaba junto, que coincidió en
Angola, fue bautizado allá por Andrés, uno de los compañeros —fallecido
prematuramente—, como «los Fakires». El hombre que conversa con JR
sonríe y uno puede adivinar que se acuerda de muchas travesuras.
Precisamente ellos eran los encargados en Lubango de las actividades
deportivas y culturales. Fernando se sumaba y siempre aportaba ideas e
inteligencia. Como
si previera la sospecha, porque estamos hablando de un ser humano, pero
esencialmente de su amigo, del Fernando que el conoció, Homero apunta:
«Disciplinado implacable, no porque sea Fernando del que estemos
hablando hoy, es que es la verdad. Si estuviéramos hablando de Andrés,
te diría que era un desastre (de los buenos), pero era el que nos hacía
reír, era otro tipo de persona…» Vuelve
al álbum de fotos. ¡Se ven tan jóvenes! Busca a Fernando y ahí está,
sonriendo con sus amigos «los Fakires». Homero recuerda cada detalle de
las instantáneas. Habla del mismo ser del que escribí hace unos días y
al mismo tiempo es otro, porque este nos lo cuentan desde la complicidad
del hermano. Desde esa perspectiva, tal como intenta hacernos ver, el
hijo de Magali Llort ciertamente se engrandece aún más, si eso es
posible. Expresión profunda de su generación Aunque
siente que es muy merecida la condición de Héroe de la República de
Cuba, algo que lo enorgullece a él y a todos los del grupo, habla de
Fernando con esa cercanía y lealtad que solo es posible desde los
sentimientos verdaderos, desde la vivencias que te marcan en la
juventud, desde la memoria cierta. Fernando ante los ojos de Homero, un
hombre de 1,80 que recuerda exactamente la estatura del Fernan y marca
la diferencia en su cuerpo, se ha hecho aún más inmenso. «La
gente de nosotros, con la que trabajo en el Minrex, imagínate… Nosotros
cuando empezamos a hablar de Fernando, el hombre, el amigo que estuvo
con nosotros durante tantos años y de momento te lo quitan, te lo sacan
del aire, te lo meten preso…». Homero respira, le duele la suerte de su
amigo y al mismo tiempo se enorgullece de su sacrificio. Como
si adivinara que su padre vive un trance difícil, la pequeña Lauren
llega con un vaso de agua salvador, lo pone sobre la mesa y deja un beso
en su mejilla, como si le dijera: «Yo puedo entender lo que significa
el tío Fernando». Vuelve a desaparecer y Homero continúa: «… Y entonces
Fernando se convierte en una expresión muy profunda de lo que
representa nuestra generación en este proceso». «No
te imaginas el orgullo que siente uno, como amigo cercano, de haberlo
visto resistir, porque hay gente que no resiste, hay gente que se raja,
que se dobla, que no mantiene la defensa de lo que piensa. Sin embargo,
él hizo ese sacrificio, que le dio la oportunidad, el privilegio de
demostrarle al mundo, a Cuba y a nosotros, su calidad humana y de la
formación que recibió», y sus ojos estrenan un brillo de humedad, sin
que su corpulencia o las precauciones por su reciente operación de la
vista puedan contener la emoción. Vuelve
a la descripción, como si quisiera que para cuando Fernando llegue, aún
no se conoce cuándo, los cubanos sepan más del héroe, pero sobre todo
del amigo. «Un
hombre muy valiente… y los amigos también tienen divergencias y
discuten, porque si no, no son amigos…», asegura y comenta un hecho que
no sabe si Fernando se acordará, pero para él, aquel encontronazo en
Angola fue importante. «Él
no entendió algo que yo hice y no esperó ni dos minutos y me llamó:
“Oye, Homero, tengo que hablar contigo. Me pasó esto… no entendí por
qué”, recuerda y esa actitud valiente, de ir enseguida a conversar, fue
imborrable. «Yo
le expliqué… le di la razón. Un hombre que defiende a los amigos de
forma valiente, que no está escondiéndose (…) Yo no pensé que él se
fuera a contrariar. ¿Después?: más amigos todavía», sonríe y tal vez
piense en que quizá pronto puedan revivir aquel instante. Fernando está vivo y me dice algo Por
esos azares de la vida resulta que las madres de ambos hombres también
fueron muy amigas sin saber que sus hijos llegarían a serlo de un modo
tan profundo. Resulta que Fernando se sintió muy cercano al padre de
Homero, alguien con quien se identificó y que los educó a todos. En un punto siente la necesidad de comentar que hay un grupo de valores comunes para los Cinco. «Si
para mí son admirables los valores políticos del Che o Camilo, a
quienes yo no conocí, entonces qué te puedo decir de Fernando, que es mi
amigo (…) A través de su sacrificio quedan reflejados los valores de mi
generación, que tenemos 50 años; son valores que me reconfortan y me
hacen pensar, reflexionar sobre cuál debe seguir siendo mi papel… y
Fernando es lo que es y está vivo y me está diciendo algo», asegura y se
queda sin aliento. Su
rostro se ensombrece con un cálculo simple, una cuenta que le duele,
pero que es tan cierta como que este 27 de febrero Fernando habrá pasado
inmerecidamente 15 años, cinco meses y 15 días en prisiones
estadounidenses. «En lo que él estaba preso yo cumplí tres misiones diplomáticas, yo tuve a mis dos hijos… Fernando no ha podido». Se hace el silencio, que rompe con un «quiero aprovechar para aprender de sus experiencias en los últimos 16 años». Y
en medio de la emoción suelta una de las frases que más se parece al
ser humano dibujado por su voz: «Después que llegas a entenderlo y
disfrutar de su amistad y su entrega a la Revolución, Fernando es el
hombre que tú siempre quieres tener a tu lado como amigo, como
combatiente». Homero
se queda con su álbum de fotos, con el brillo húmedo en los ojos, con
los recuerdos que espera pronto poder revivir juntos. Homero Saker
Rivero, se puede adivinar, como la familia, como el resto de sus amigos,
como Lauren Gabriela, como el alma de esta tierra, está contando las
horas. Tomado de Juventud Rebelde
Fernando
es uno de los cinco cubanos miembros de la red de inteligencia Avispa
que han estado presos en los Estados Unidos por más de quince años. Es
ese, el del bigote negro, el que parece salido de una de las fotografías
que miro y re miro en los álbumes familiares; como si se hubiera
escapado de alguna de esas imágenes que me devuelven a mi mamá y mi papá
con la juventud de sus veinteitantos años en los años ochenta.
Algo
así recuerdo cuando veo a Fernando y sus ojos bien abiertos, límpidos.
Lo veo en las fotografías y me pasan en flashazos algunos de los
momentos “clásicos” de Algo más que soñar, o los fragmentos de aquella canción de Pablo tan íntimamente interpretada por una jovencísima Beatriz Valdés, ¿recuerdan? …ya
se va, aquella edad,/ Qué lindo fue/, que despertar, /fue sentir la
inmensa sensación /de vivir en algo más /que en sueños ir. / Fue crecer,
saber, dudar, /hacer, buscar, pedir, brindar, /recorrer el último
camino/ que te lleva hacia tu propia identidad… Sí,
Fernando me transporta a las imágenes inconexas que me llegan desde los
años ochenta; a mis padres, a Angola, a una manera de vivir y de asumir
riesgos que veo con la envidiosa nostalgia de quienes ven el escenario
solo desde la distancia, solo desde los cuentos de terceros, solo desde
lo evidente, lo superficial. Pero
Fernando también es mi presente, un presente que le debemos a muchos
como él, a gente desconocida, anónima que, sin pestañear apenas, es
capaz de decirte -de una manera que lo crees, no te queda otra que
creerle- que ellos se sacrifican por la felicidad de los otros, por la
felicidad de nosotros. Fernando
es, de los Cinco, tal vez el menos conocido, del que menos “insiding”
tenemos. Dicen que le gusta hablar poco de sí mismo, que es un poco
introspectivo y tal vez hasta tímido. Dicen, yo no sé. Por eso comparto esta entrevista que ha dado, a través del correo, pocos días antes de su liberación este 27 de febrero…
¿Podrías
mencionar las cinco palabras que más han venido a tu mente en los años
de prisión injusta? Si deseas comenta alguna o todas. Cuba, Familia, Gratitud, Lucha, Libertad. Este
14 de febrero será el último tuyo tras las rejas sin tu Rosa. ¿Cómo
piensas organizar el próximo, cuando al fin podrás pasarlo entre los
brazos de tu amada? Muchas
gracias por tu pregunta que está dirigida al ámbito humano y de los
sentimientos, lo cual contribuye a que los lectores nos conozcan mejor
como seres humanos. Cuesta trabajo en estos momentos en que se acerca
vertiginosamente la fecha de mi salida de prisión y regreso a Cuba
después de tantos años de encierro, pensar en cómo quisiera organizar
algo de tanta significación, pero para lo cual falta un año. Son muchas
las cosas que en estos días finales en la prisión pasan por mi mente
sobre la experiencias que me esperan en los próximos días, todas
seguramente muy intensas. Hay muchas incógnitas y muchos deseos por
llevar a la realidad. Esto hace difícil pensar en algo que ahora se
observa distante, como es el 14 de febrero del 2015. Sé que me vas a
comprender aunque mi respuesta no es la que deseabas o esperabas. Pero
te puedo asegurar que, teniendo un año para pensar en cómo celebrar ese
día, haré todo lo que este a mi alcance para que sea uno bien especial.
Eso es lo que me propongo desde ahora.
Si pudieras hablar con el presidente Barack Obama qué le dirías sobre tu caso y el de tus compañeros.
Un
saludo a Iroel Sánchez. Soy un lector asiduo de sus trabajos y de otros
que se publican en La Pupila Insomne, y me parece un blog de mucha
calidad por el contenido de los trabajos que publica y una contribución
muy importante en la batalla en el campo de las ideas y la información. Si
pudiera hablar con el presidente le pediría que como ex profesor de
Derecho Constitucional mirara sin prejuicios la evidencia sobre nuestro
caso y las opiniones que importantes y prestigiosos juristas
norteamericanos y de otros países han emitido sobre el mismo. Que lea
sin prejuicio, por ejemplo, los Amicus Briefs que se presentaron a la
Corte Suprema por más de diez ganadores como el del Premio Nobel. Le
pediría que como ex activista comunitario tratara de ver de una manera
desprejuiciada la realidad cubana. Estoy seguro que vería allí
solucionadas muchas de las dificultades por las que trabajó para
solucionar en las calles de Chicago durante su juventud. Vería los
esfuerzos de nuestro pueblo por tener una sociedad cada vez más justa, y
que eso era lo que defendíamos Los Cinco. Le
pediría que como político revisara la historia; esa que nos ha
propuesto repetidas veces olvidar, y que vea como Cuba ha tenido que
enfrentar más de 50 años de agresiones, muchas de ellas violentas, y
como desde Miami se organizan estas sin ser debidamente combatidas por
los organismos que deberían hacerlo. De ahí la necesidad del trabajo que
Los Cinco hacíamos. Después
de ver esos tres ángulos del asunto, que llegue a sus propias
conclusiones. Si logra hacerlo sin prejuicios, estoy seguro de que al
siguiente día estaríamos los cuatro en La Habana junto a René. Fernando,
tuviste el honor de participar, como internacionalista, en la lucha por
la independencia de Angola, que ayudó a descolonizar África y puso fin
al régimen del apartheid, ¿qué experiencias puedes compartir con los
blogueros cubanos respecto a esa etapa?
Sobre
mi participación en Angola puedo decirte que fue una de las
experiencias determinantes en mi formación. Yo era muy joven entonces,
recién graduado de mi carrera universitaria con 24 años cuando tuve esa
experiencia. Y coincidió que fue una etapa decisiva de la participación
cubana en Angola. Yo estuve allí entre 1987 y 1989 , cuando se
desarrollaba la Batalla de Cuito Cuanavale, en donde no estuve
físicamente. Pero si fui testigo del avance hacia el sur, en dirección a
la frontera con Namibia, de las tropas cubanas y angolanas que se
encontraban estacionadas en el suroeste.
Tuve
el privilegio de ser designado a trabajar en el Estado Mayor de la
Agrupación de Tropas del Sur, en Cahama, y ser testigo del espíritu de
los cubanos y de los angolanos que habían sido parte de ese avance de
las tropas en dirección sur, una operación que decidió la contienda y,
junto a la resistencia en Cuito Cuanavale, abrió el camino al fin del
conflicto, a la independencia de Namibia y, como reconoció Mandela, al
fin del Apartheid en Suráfrica. Más
adelante regresé a Lubango, el punto desde donde habían salido las
tropas en su movimiento al sur, donde fui parte del Grupo Operativo que
allí estaba destacado, y trabajé más directamente con los compañeros de
las FAPLA que tenían en esa ciudad del sur de Angola su Estado Mayor
para las tropas en esa región. Fue una experiencia muy enriquecedora
trabajar con ellos día a día y ser parte del espíritu de camaradería
que nos imbuía a todos, del espíritu de lucha que los caracterizaba. Fui
parte del regreso honroso de nuestras tropas victoriosas y recibir el
reconocimiento de nuestro pueblo al llegar al vecindario es una de las
cosas más emocionantes que he vivido. Fue
muy instructivo ver a un pueblo que había sido víctima del colonialismo
luchar por preservar su independencia y contribuir nosotros en ese
esfuerzo, a la vez que ellos hacían el mayor esfuerzo por salir
adelante. A la vez, pude constatar los efectos de siglos de
colonialismo, el atraso y el subdesarrollo al que habían condenado a
Angola hasta ese momento y los efectos de más de diez años de guerra
impuesta desde el exterior. Aprendí más de esa experiencia que de todos
los libros que pudiera haber leído hasta entonces sobre el capitalismo y
los efectos del dominio colonial sobre nuestros pueblos. Fue
bonito y aleccionador ver a los angolanos resistir y esforzarse por
salir adelante a la vez que brindaban su territorio a la SWAPO de
Namibia que luchaba por la independencia de su país. Respuesta sobre el tema a una entrevista anterior: Angola fue otro hito importante en mi vida. De
los cubanos y angolanos que me rodeaban aprendí mucho. Constatar el
espíritu de camaradería y solidaridad en condiciones difíciles, la
sencillez de unos y otros, el esfuerzo colectivo y en equipo a pesar de
las diferencias culturales. La riqueza que aportaban precisamente esas
diferencias, aprender los unos de los otros. Yo
tenía entonces 24 o 25 años, pero la mayor parte de los soldados
cubanos y muchos de los angolanos eran aún más jóvenes que yo. En esos
dos años vi a muchos cubanos llegar a Angola con las características
físicas y psicológicas de quienes aun están saliendo de la adolescencia y
transformarse en hombres jóvenes, forjados por la disciplina, la
responsabilidad y la conciencia revolucionaria. Yo no era ajeno a ese
proceso de maduración que también se producía en mi persona. Yo
era un joven graduado de la universidad, joven de la ciudad, que creía
saber mucho. Pero allí aprendí, de angolanos y cubanos, que además de
instrucción que uno pueda tener hay otras cosas que tienen que ver con
la formación del carácter, con la sensibilidad humana, con el espíritu
solidario, que son tan o más importantes. Ver
con mis propios ojos el resultado del colonialismo. Las consecuencias
para los pueblos, en este el angolano, me enseño más que todos los
libros que pudiera haber estudiado. Ver el espíritu de lucha de ese
pueblo y la voluntad de superar ese pasado, rechazando la agresión
externa y enfrentando a las fuerzas de la contrarrevolución interna
apoyadas desde el exterior, fue también una lección. Aun
cuando la prisión ha resultado una dura prueba, ¿cómo nos explicas el
respeto y el reconocimiento que Los Cinco han generado en las cárceles
norteamericanas? ¿Cuáles han sido las principales muestras de
solidaridad de los presos en EE.UU? El
respeto y el reconocimiento que Los Cinco hemos generado en las
cárceles norteamericanas lo atribuyo a una conjunción de factores. En
primero lugar, las otras personas observan a un preso que es un
individuo serio, que no entra en dinámicas tan típicas de la prisión que
son el caldo de cultivo para los conflictos entre presos. Observan
también la serenidad que uno mantiene y la madurez para aconsejar o
dar un criterio a alguien que lo solicita y la discreción y la reserva
cuando entra en conocimiento de alguna situación, personal de otro preso
que la comparte con uno o de otro tipo. Eso va creando un criterio de
respeto entre los presos hacia uno, aun sin que conozcan la naturaleza
del caso nuestro. Por
otra parte, las personas que hemos retado a las autoridades en un
juicio siempre son, en general, vistas con cierto respeto. Se les
reconoce la actitud cuando no son muchos los que lo hacen. Ya
cuando hay cierto conocimiento, aunque no sea en detalles, del caso
que nos mantiene en prisión, entonces entran a jugar otros factores que
contribuyen a ese respeto al que te refieres. Ya la gente sabe, no solo
que fuiste a juicio, que como te decía, por si solo genera cierto
respeto, sino que eres un preso que enfrentó todo el odio que el
gobierno de este país suele vertir contra quienes considera sus enemigos
políticos. Aquí
entra a jugar también, y está en la base de todo, que muchas personas,
aun sin conocer detalles de la historia de las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos, y sin tener casi ninguna conciencia política, por
instinto, saben que Cuba se enfrenta y ha resistido, al poder del
gobierno estadounidense. Ven en nosotros, pues, un reflejo de esa
resistencia, somos parte de ella, nos asocian a ella, y eso genera
respeto. Todos
esos factores se van juntando. Y entonces adicionas el apoyo que ven
que recibimos tanto del pueblo cubano como de tantos amigos alrededor
del mundo. Y, aunque no conozcan los detalles, notan el correo que
recibimos y que enviamos. Saben que eso significa apoyo. Como
te decía, son factores que se van juntando. Unidos, conforman una
circunstancia que hace a los otros presos percibirnos como personas
serias y dignas, y mostrar hacia nosotros ese respeto al que te
refieres. ¿Cuánto ha influido en su resistencia los mensajes y muestras de apoyo de los cubanos y amigos alrededor del mundo? Los
mensajes y muestras de apoyo de los cubanos y de los amigos alrededor
del mundo han tenido una influencia significativa en nuestra
resistencia. No se trata de que sin ellos no se hubiera resistido. Pero
sin dudas, hacen la resistencia más llevadera, más fácil. El saber que
uno tiene la comprensión y el apoyo de todo un pueblo que lucha y de
cientos de miles de amigos alrededor del mundo le da a uno más confianza
en la victoria y aprende uno también de quienes luchan por nosotros en
condiciones tan desventajosas como pueden ser las que enfrentan nuestros
amigos en otros países en los que sacar adelante los temas de nuestro
caso requiere mucho esfuerzo, iniciativa y perseverancia. Por
otra parte, el recibir tantos mensajes de solidaridad y apoyo también
tiene una repercusión práctica, concreta. Ya me referí en la respuesta
anterior a un ángulo de esa repercusión, pero también las autoridades de
la prisión, y muchos otros presos, llegan a conocer quiénes somos y el
apoyo que recibimos. Eso influye hasta cierto punto en el cuidado que
aplican ante ciertas circunstancias en el tratamiento que nos dan, sin
que eso implique que recibamos ningún tratamiento diferenciado. Solo que
hay cuidado en cuanto a cómo nos tratan. Fernando,
todos sabemos que los héroes cubanos son de carne y hueso, nos gustaría
conocer ¿qué prefieres bailar, comer, leer o hacer en tus ratos de
ocio? Mira,
prefiero bailar la música cubana, y en general, lo que se conoce como
“Salsa”. No soy un gran bailador, pero me divierto. La comida preferida
es la criolla. Un buen congrí con carne de cerdo y un buen plato de yuca
con mojo. En
cuanto a la lectura, me gusta la historia, los temas de economía
internacional, los temas de ciencia, la información política y la
científica, así como la buena ficción. En los ratos de ocio me gusta disfrutar del deporte. Tanto practicarlo como verlo por la televisión. Cada
generación tiene un papel que jugar en la Historia de su país. En la
época que te correspondió, supiste ser consecuente con esto. ¿Cómo te
sientes al respecto? ¿Cuáles son, a tu entender, los retos actuales de
la juventud cubana? Puedo decirte que me siento satisfecho de cumplir con lo que considero mi deber y hacerlo con dignidad y con honor. Estoy
consciente de la razón histórica por la que estoy preso, se trata de
castigar a Cuba y de ahí las serias injusticias cometidas en nuestro
caso. Esa conciencia me proporciona serenidad y tranquilidad. Sé que
estoy preso por una causa honorable y eso me permite ser un preso
optimista y hasta feliz, en el sentido de la satisfacción del deber
cumplido. No
me siento en capacidad de definir los retos concretos de la juventud
cubana actual. Son muchos años fuera de Cuba y, aunque me mantengo
informado sobre la realidad nacional, no tengo el contacto sistemático
con esta que creo sería necesario para hacer tal valoración y ofrecer
una opinión. En general, me parece que los jóvenes deben prepararse lo
mejor posible en el ámbito de los conocimientos pero también, y
fundamentalmente, en el ámbito de los valores, para hacer el mayor
aporte posible hoy y en el futuro a dar continuidad a la obra de la
Revolución, en un mundo cada vez más complejo y lleno de retos y
peligros. El conocimiento profundo de la historia de nuestro país y de
las tradiciones de lucha de nuestro pueblo es fundamental en ese
sentido, en mi opinión. De todo este tiempo en prisión, cuál ha sido el (o los) libros que más le han impactado, los que mejor recuerda? Hay
dos libros que me han impactado más que ningún otro, aunque hay muchos
que han sido muy interesantes. El primero de ellos lo leí por primera
vez al comenzar a servir mi sentencia y es el libro de Cintio Vitier
“Ese Sol del Mundo Moral”. Un libro que todo cubano debería leer por la
interesantísima interpretación de la historia de Cuba que se hace en el
mismo y el exquisito estilo literario que caracteriza la obra de Cintio,
en mi opinión, el ensayista cubano más profundo de los que he leído. El
segundo libro al que hago referencia lo he leído casi al terminar de
cumplir mi sentencia porque es de reciente aparición y espero que en el
futuro cercano pueda ser traducido al español porque también creo que
todo cubano debería leerlo. Se titula “Visions of Freedom. Havana,
Washington, Pretoria, and the Struggle for Southern Africa, 1976-1991″.
Es un libro de un académico norteamericano que se llama Piero
Gleijeses. Profesor de la Universidad John Hopkins. El había escrito ya
un primer libro sobre la participación cubana en Angola y ahora, después
de 15 años de investigación y acceso a documentos nunca antes
publicados, ha escrito lo que considero una obra maestra. Siendo un
libro académico, me emociono más que cualquier novela porque recoge el
esfuerzo cubano en Angola hasta la victoria final. Hay largas y
abundantes citas de documentos desclasificados por Cuba, incluidas
transcripciones de reuniones en las que se tomaron decisiones
trascendentales y decisivas, reuniones de la más alta dirección del
país, del Comandante en Jefe, de altos mandos políticos y militares,
tanto de conversaciones entre ellos como con sus contrapartes angolanas y
soviéticas de entonces. Y
lo que transpira en el libro y el autor lo captura muy bien en base a
las fuentes documentales no solo cubanas sino también estadounidenses,
surafricanas y de otros países, es la política exterior de principios de
la Revolución cubana, su altruismo, el de nuestro pueblo, la firmeza en
los principios y la delicadeza y el respeto con que se trataron cada
una de las contradicciones que se presentaron en los anos de misión
internacionalista cubana en Angola, a la vez que se mantenía la
independencia de criterios y se defendía con firmeza las opiniones
políticas y militares de Cuba sobre cómo actuar. Opiniones que a la
postre fueron las que predominaron y solucionaron el conflicto. Cuando
uno lee el libro se llena de orgullo de ser cubano y de ser
revolucionario, de la dirección de la Revolución, y de haber sido parte
de ese esfuerzo internacionalista. Fernando:
El heroísmo para muchos solo es cosa de las películas de Hollywood o
los libros de historia. ¿Se ve Fernando a sí mismo como un héroe? Yo
no me veo como un héroe. Yo simplemente hice y he hecho lo que estoy
seguro que millones de cubanos habrían hecho. Yo lo que puedo decir es
que, en todo caso, yo fui privilegiado con la oportunidad de hacer lo
que millones hubieran deseado tener la oportunidad de hacer, y ante una
circunstancia adversa, un momento definitorio, asumí una posición que
creo que está acorde con la historia de nuestro pueblo, su espíritu de
lucha y de resistencia. Y esos valores inculcados que nos llegan a
través de la historia de luchas de nuestro pueblo son los que llevamos
en nuestros corazones la inmensa mayoría de los cubanos, no solo
nosotros cinco. Por eso digo que lo que nosotros podamos haber hecho lo
harían millones de cubanos al igual que lo hicimos nosotros. Por eso la
Revolución está ahí y continúa adelante. ¿Qué
te ha aportado la MUSICA y como la has vivido desde allá dentro? ¿Qué
evolución destacas y cuales son para vos los logros de la revolución
cubana en la música de hoy? Con
respecto a la música estoy desactualizado, especialmente en cuanto a la
música que se hace hoy en Cuba. Durante la mayor parte de mi tiempo en
prisión no he tenido acceso a música cubana. En el ultimo año y medio
he tenido un acceso a ella parcial y limitado a la música producida en
nuestro país hace quince o veinte años, nada más reciente que eso. No
puedo, por tanto, hacer comentario alguno sobre la evolución de la
música en nuestro país. No me puedo referir a lo que en tu pregunta
defines como “la música de hoy”. Si
te puedo decir, en referencia a la otra parte de tu pregunta, que
escuchar la música, sobretodo la nuestra, aunque no sea la actual, a lo
cual he tenido acceso como te decía en el ultimo año y medio, es
transportarme mentalmente a Cuba, recordar las amistades, mi juventud,
recordar la ciudad en la que he vivido toda mi vida, la cultura
cubana, etc. Son momentos en que, como decimos en la prisión “nos vamos
en un viaje”. ¿Cuál
es el principal reto que tiene el movimiento de solidaridad
internacional en la causa de los Cinco y en qué acciones debemos
enfatizar todo el esfuerzo? Yo
trato de ser muy cuidadoso al emitir una opinión sobre el movimiento de
solidaridad internacional y mucho más tratándose de identificar cual es
el trabajo que creemos que hay que hacer. En primer lugar, ese
movimiento es un esfuerzo de ellos y no dirigido por nosotros cinco.
Además, son personas que hacen un gran esfuerzo, con pocos recursos y
sobreponiéndose a muchas dificultades. A ellos le debemos mucho y siento
una gratitud inmensa hacia todos los que forman parte de ese
movimiento. Aclarado
eso, me parece que el reto principal, y no estoy descubriendo nada
nuevo en esto, es conocido por quienes conforman el movimiento de
solidaridad, se puede identificar de la siguiente manera: llegar cada
vez con más insistencia a los círculos en los que se toman las
decisiones políticas, fundamentalmente en Estados Unidos. Si
revisamos la historia veremos que en las luchas sociales y en casos de
injusticia, las autoridades norteamericanas solo han tomado las
decisiones favorables a esas causas cuando ha sido conveniente
políticamente para ellas, o cuando el costo de mantener la situación ha
sido mayor que el de corregirla. El movimiento de solidaridad
internacional, conformado por personas con experiencia en las luchas por
otros temas de justicia, en tratar de cambiar ciertas condiciones
sociales, conoce muy bien esto. La cuestión es como llegar a que esas
sean las condiciones, a que, por ejemplo, el costo político de mantener a
nuestros hermanos en prisión supere a lo que la autoridades
políticamente consideran el beneficio de no liberarlos. La movilización
de conciencias en esa dirección, el trabajo para educar a sectores
políticos y hacer que se sienta con más fuerza aun la demanda de
liberación de nuestros hermanos, de que se haga palpable para los
centros de toma de decisión el costo político de no hacerlo, me parece
que es el reto principal del movimiento de solidaridad. Repito,
es algo que nuestros amigos conocen. No digo nada nuevo. El reto está
en cómo lograrlo cuando no se trata de personas con influencia política o
con recursos económicos para lograr esa influencia política de la
manera que funcionan las cosas en este país. Y sé muy bien que los
amigos están constantemente ideando como mejorar el trabajo y cómo
hacerlo más efectivo. Apoyar el evento de Londres a inicios de marzo y
la jornada “Cinco días por Los Cinco” en junio, precisamente en la
capital estadounidense, serian formas concretas de contribuir a lograr
ese objetivo. ¿Qué le diría a los jóvenes, como actores imprescindibles en esta lucha? Los
jóvenes, con su iniciativa y su energía, con su entusiasmo y su
capacidad de comunicación con otros jóvenes, con su dominio de las
nuevas tecnologías de la comunicación, pueden y deben jugar un rol
fundamental en esta lucha. Hay
trabajo de base, en las comunidades, educando sobre el caso, o
contactando oficiales electos (en el caso de Estados Unidos) para el
cual se requiere de tiempo, de energías, en las que la juventud puede
hacer una contribución fundamental. El
uso de Twitter, Facebook, y otros medios digitales de comunicación con
iniciativa, es otro campo en el que la juventud puede aportar mucho.
Tanto la juventud norteamericana, o de otros países, como la cubana de
las formas en que le sea factible y con los recursos a sus disposición.
La capacidad creadora de la juventud, con mensajes y códigos
correspondientes a las formas de comunicación de las nuevas generaciones
puede contribuir mucho a hacer llegar la verdad de nuestro caso a
cientos de miles de jóvenes en todo el mundo que no conocen del caso, o
también para hacer llegar a oficiales electos ( otra vez me refiero a
Estados Unidos) el mensaje con la petición de nuestra liberación o
elementos de interés sobre el caso. Yo
les diría a los jóvenes que se sumen con entusiasmo y con dedicación a
la lucha. Sin ellos, se haría mucho más difícil lograr los objetivos. ¿Qué
o que cosas le ayudaron a cumplir su sanción íntegramente sin doblegar
sus principios? Si tiene alguna anécdota o “consigna” (hablo de
elemento de reafirmación) que le ayudó en este empeño. El
elemento principal que me ayuda a cumplir la condena sin doblegar los
principios es la conciencia de que defendemos una causa justa. Esa
conciencia confiere serenidad y comprensión de la situación personal
por dura que sea. Permite poner en contexto nuestra situación y lo que
sucede. Sabemos que lo que se castiga, o lo que se pretende castigar en
nosotros es a Cuba por la herejía de tratar de construir una sociedad
justa y hacerlo muy a pesar de la hostilidad del país más poderoso del
planeta que no acaba de aceptar la idea de que Cuba es un país
independiente y soberano. Esa comprensión nos permite darle poner en
perspectiva histórica a la situación personal por la que pasamos y
asumirla con honor y con dignidad. Permite tener una visión más
abarcadora, un cuadro más general, sobre qué representa nuestro caso en
un proceso histórico más amplio de hostilidad de las autoridades de
Estados Unidos hacia la Revolución cubana. Y sin pretender
considerarnos símbolos de nada, espero que la lección que saquen las
autoridades norteamericanas es que así como no pudieron doblegarnos a
nosotros cinco, no podrán nunca destruir la Revolución. Los
principios no los hubiéramos doblegado nunca, como se comprobó durante
los años iniciales aún en el más absoluto aislamiento, y sé que tampoco
nuestros hermanos que permanecen en prisión doblegarán sus principios
aún en las más difíciles condiciones. No obstante, la solidaridad y el
apoyo que recibimos tanto del pueblo cubano como de tantos amigos y
amigas alrededor del mundo, hacen más llevadero el cumplimiento de la
condena. A la vez, se convierte en un compromiso para nosotros. Un
compromiso de resistencia y de lucha.
¿Qué
ha significado para usted su amistad con Oscar López Rivera? En este
sentido, mantengo comunicación con Oscar y me ha hablado con afecto de
Fernando. Yo
tuve el privilegio de compartir algo más de cuatro años de mi
encarcelamiento con Oscar. Él es una persona de principios a la cual
respeto y admiro. Fue con su ayuda, por ejemplo, con quien di los
primeros pasos en el dibujo. El lleva muchos años pintando, y me ayudó
mucho cuando decidí introducirme en el dibujo. Es
una persona de la cual aprendí muchas cosas. Él tiene la experiencia de
las luchas en Estados Unidos en los años 60 y 70. Vivió la experiencia
de Viet Nam, y antes de eso, de la emigración boricua a Estados Unidos
en los años 50 del siglo pasado donde enfrentaron la pobreza y la
discriminación racial. Hay una parte de la historia de Estados Unidos de
la cual no se habla en los libros de texto: la de las luchas de grupos
revolucionarios de afroamericanos, de Chicanos, de puertorriqueños y
hasta de anglosajones. Grupos que enfrentaron la represión más feroz del
sistema. La década del 70 del siglo pasado fue muy activa para esos
grupos. Oscar conoce mucho de las luchas en esa época y a través de él
pude conocer de experiencias, pude leer libros escritos por
participantes en aquellas luchas. Hay, por ejemplo, presos políticos
afroamericanos que llevan más de cuarenta años en prisión como resultado
de aquellas luchas y son prácticamente desconocidos por sus propias
comunidades. Con él también conversé mucho sobre Puerto Rico y la realidad de esa Isla colonia de Estados Unidos en pleno siglo XXI. El
lleva más de treinta años preso y ha sido verdaderamente maltratado,
sobretodo en sus primeras dos décadas en prisión, por las autoridades
que vertieron sobre él todo el odio que que suelen verter sobre aquellos
a quienes considera sus enemigos políticos. Así que de la realidad de
la prisión también aprendí de él. Es
una persona bien informada, ideológicamente bien definida, con la cual
pude sostener conversaciones sobre la realidad política del país, sobre
la actualidad, sobre la historia, etc, que de otra manera no hubiera
tenido la oportunidad de tener pues lo que predomina en la prisión es la
apatía sobre esos temas, la desinformación y la falta de conciencia. Oscar es un gran ser humano e hizo más productivo en cuanto a mi preparación y mi educación, mi paso por la prisión. A
él le deseo lo mejor, y que la lucha de su pueblo y de los amigos que
le apoyan conduzca a su libertad. Aunque bien sé que él está dispuesto a
hacer el sacrificio que sea necesario y lo asume con ecuanimidad, con
dignidad y con honor. Pero se merece ser libre y disfrutar de sus
hermanas, de su hija y de su nieta, así como de su pueblo. Un abrazo
para él. ¿Qué piensa hacer a su llegada a la isla? Lo
principal a mi regreso, en los primeros momentos y días, será disfrutar
de mi familia y compartir con Rosa Aurora, de los cuales he estado
separado por tantos años. Saludar a los familiares de mis hermanos,
compartir con amigos a quienes no veo hace tanto tiempo y tratar de
llenarme de la isla, de la vida a la que estamos acostumbrados y que
tanto extraño, bañarme en el mar si el clima lo permite, caminar La
Habana. Después habrá tiempo para planificar otras cosas, esas son las
de los momentos más inmediatos a mi regreso. En
términos más generales, en cuanto al futuro, unirme a la lucha por el
regreso de mis otros hermanos y tratar de contribuir a esta de la mejor
manera posible. Tomado del Blog Supón
Por Nyliam Vázquez García
Fernando González cumplirá íntegramente su condena el próximo 27 de
febrero. Aunque no se sabe cuánto tardará el proceso de deportación al
que será sometido, la familia ya siente más cerca la posibilidad del
abrazo y él también
Ha
sido un día muy agotador, pero está feliz. Como siempre, ha hecho mil
planes, pero no siente que ha adelantado mucho: cobró la jubilación,
conversó con varias personas, esperó a Juventud Rebelde para un diálogo.
¡Ha sido un día!, dice al abrir la puerta. De
todas formas, como siempre, puede con todo; no solo porque es una
guerrera, sino porque acaba de regresar de ver a su hijo en la prisión
de Safford, Arizona, y su hijo está de buen ánimo, y ese detalle para
una madre se convierte en fuerza renovadora. Fue una visita diferente. Por
primera vez en 15 años, Magali González Llort mira el almanaque y
descuenta el tiempo con esperanzas de que ciertamente quede poco. Aún no
se sabe cómo será ese día, ni los siguientes; cuándo por fin podrá ver a
Fernando en Cuba, pero ella se muere de ganas de abrazarlo de verdad y
no regida por las reglas de los carceleros; ponerle el brazo por encima,
tocarlo a su antojo. Fernando
González Llort cumplirá íntegramente su condena el 27 de febrero de
2014. Su disciplina, como la de los Cinco, ha sido intachable, ni una
sola queja, ni un solo reporte disciplinario en ninguna de las prisiones
por las que ha transitado desde que el 12 de septiembre de 1998 fuera
arrestado en Miami, junto a Gerardo, René, Antonio y Ramón. Ha sido un
ejemplo y, por eso, en vez de los 17 años y 9 meses, previstos en la
resentencia de 2009, a partir de la reducción de condena por buen
comportamiento que reciben los presos federales, Fernando habrá pagado
injustamente por haber evitado actos terroristas, con 15 años, cinco
meses y 15 días de su vida. Todavía no se sabe cómo será su salida, el tiempo que tardará el proceso de deportación. Solo
una cosa es cierta: el hijo de Magali, el hermano de Marta y Lourdes,
el esposo de Rosa Aurora, habrá cumplido la condena impuesta a finales
de mes. Más allá del proceso de deportación, la fecha que se avecina
coloca a la familia en una perspectiva nueva. Podría ser que sentarse
todos alrededor de la mesa no sea más un sueño recurrente. En la estratósfera El
apartamento de Magali en la Víbora será de las tantas novedades que
Fernando encontrará a su regreso. A pesar de su trabajo, estuvo al tanto
de la permuta que quería hacer su madre para que él pudiera vivir
independiente. Pero demoró demasiado y se dio cuando a él y a sus
hermanos ya los habían arrestado en Miami. Magali lleva más de una
década viviendo en ese barrio, pero su hijo apenas lo conoce por fotos.
Ahora mismo, esta mujer que hemos visto de un lado a otro defendiendo la
libertad de los Cinco, no encuentra ni un par de vasos en su cocina
para ofrecer agua. «Estoy
en la estratósfera», confiesa y se le ve el brillo feliz, el miedo
agazapado, porque la incertidumbre acecha como una espada de Damocles.
Sin embargo, se le nota la energía después de sopesar, como solo saben
las madres, el ánimo de Fernando en los últimos días de este enero. «Estaba
con gripe, había estado con fiebre el día anterior. Había bastante
frío. Tenía puesto dos pulóveres de mangas debajo y la camisa del
uniforme que usan allí», es lo primero que comenta y enseguida salta
para lo que la tiene flotando. «Con
muy buen ánimo, porque dice que esta visita lo hacía ponerse en la
realidad de que ya estaba para salir, que le quedaban pocos días…»,
confiesa. Para ella y sus hijas —Marta y Lourdes la acompañaron— también este encuentro con Fernando tenía un sabor especial. «Eso
fue... imagínate, pensar que esa sería la última vez que nos íbamos a
tener que encontrar en esa situación… uno se da cuenta de que a nosotros
y a él lo tratan con bastante respeto y no hemos tenido problema,
siempre hemos sido disciplinados, tratando de no crearle conflictos. Él,
como siempre, recordando lo habido y por haber; toda la historia de su
vida, de fulanita si vive aquí, si menganito sigue viviendo allá, porque
sigue la huella de todo el mundo…», cuenta Magali y el brillo en sus
ojos es contagioso. «Con
ustedes aquí yo me siento que voy a salir», dijo Fernando, quien tal
vez frente a los suyos se dejó llevar por esa idea feliz, aunque él está
preparado para cualquier cosa. De hecho, le contó a su familia que
fueron otros presos quienes lo pusieron sobreaviso con las cuentas.
«Oye, Cuba, te quedan 31 días…», «Oye, Cuba, te quedan 28», le dicen al
pasar. Él trata de no pensar e intenta seguir su rutina, pero con su
familia allí no pudo contenerse y hablaron de muchas cosas sin poder
evitar el tono de resumen, de recapitulación de lo que han sido los
últimos 15 años. «Nos
alegramos de ver que aunque tenía mucha tos, no tenía fiebre. Ahora
está esperando la visita del abogado que tiene conocimiento de la
situación migratoria, para que lo oriente de cómo puede ser la salida,
porque para todos nosotros y para él esa es una interrogante. Desconoce
para dónde lo llevarían, qué tiempo tendría que permanecer ahí para el
regreso, pero estaba contento de que esa fuera la última visita que
tendríamos que hacer allí», comenta Magali. Dice
la madre que se la pasaron dándose consejos los unos a los otros para
estos días. Ella sabe el hijo que tiene, pero no puede evitar, cuando
pone la cabeza en la almohada, pensar en que Fernando está en una
cárcel, y en una cárcel siempre está en peligro. «Él
tiene bien puestos los pies en el piso y trata de no buscarse ningún
problema, nosotros nos damos cuenta de que hay cierto respeto hacia él,
creo que se lo ha ganado con su comportamiento, su disciplina…»,
asegura. Cuando pregunto qué le contó sobre las más pequeñas de la familia… «Él
está loco por conocer a sus sobrinas-nietas. Vio unas fotos que le
mandó Laura, su sobrina; pero está loco, por conocerlas. Fernando dejó
de ver a mi nieta cuando estaba como en la secundaria, la vio de nuevo
cuando ella estaba embarazada y él estaba en la prisión de Terra Haute.
Esa fue la única ocasión, y Laura es madre por segunda vez… quiere saber
qué está haciendo ella, cómo se las arregla en la casa, con las dos
niñas, con el círculo infantil, todo con detalles, la vida diaria, como
si estuviera aquí», dice la madre y se ríe de las cosas de su hijo, ese
hombre que ha envejecido en una prisión estadounidense por cometer un
«delito»: salvar vidas tanto cubanas como estadounidenses. Cuenta regresiva Magali
piensa que su hijo no mereció estos años de cárcel y recuerda que por
los mismos cargos impuestos a Fernando (Agente extranjero no
identificado y documentación falsa), otros en Estados Unidos fueron
condenados a menores penas o devueltos a sus países de origen, incluso
con acusaciones probadas aún mayores. Pero Fernando, Gerardo, Ramón
Antonio y René son cubanos y fueron juzgados en Miami. Además, la verdad
es que ahora ella no piensa en nada que no sea la cuenta regresiva.
Quizás su hermana Lourdes tenga bloqueado por estos días ese recuerdo
que la sobrecoge y todavía la hace llorar. Ese que la devuelve a su
primera visita, a la soledad de las afueras de la prisión después de
verlo. Vuelve a mirar alrededor, como si hoy fuera ayer, se detiene en
las alambradas, los muros, los guardias y pregunta con un dolor intenso
en el pecho: «¿Qué hace mi hermano aquí?». Pero, no. La
familia ahora está inmersa en la dinámica de los preparativos y hace un
extra para espantar malos recuerdos. La esposa de Fernando, Rosa
Aurora, lo tiene claro, porque con ella también dialogó JR. «Han
sido 15 años de mucho sufrimiento, pero nosotros hemos estado en
libertad, Fernando ha estado en condiciones muy hostiles. Tiene que
adaptarse a esa condición de libertad, que va a llevar un proceso
psicológico importante». Deuda En
medio del tropel de su mente, Magali no puede dejar de mencionar a
todos aquellos que han tendido una mano en todos estos años. Han sido
muchas personas buenas y de ello conversó con Fernando esta vez. «No
es fácil, todo el mundo está trabajando y se separan de sus familias el
sábado y el domingo, los días de las visitas, para llevarnos a la
cárcel», comenta, y ella sabe que son dos horas y pico de carretera y
que los controles de la prisión son muy incómodos. Por otra parte,
asegura, nunca sabes qué tanto puede perjudicar a un solidario el hecho
de que esté apoyando, ayudando. «Tienes
que dar la marca, la chapa, el color del carro que te llevará… un grupo
de datos de esas personas que te están dando solidaridad», reconoce. «Hemos
tenido suerte al conocerlos, porque no es fácil en un lugar que es tan
apartado, tan gris… aquello es un desierto. Rocas, muchas montañas, pero
de rocas. Muy áspero todo. Sin embargo, la gente con un corazón
tremendo», comenta Magali, y por un momento vuelve al panorama desolador
de Arizona, donde está la penitenciaría donde Fernando ha pasado los
últimos años. Vuelve a los amigos, regresa la luz. «Tenemos muchísimo
que agradecer», sentencia. Preparativos Las
hermanas le compraron algunas cosas que creyeron él pueda necesitar,
con los colores que ellas saben que le gustan. Rosa también le tiene sus
detalles. Magali ya anda buscando para hacerle la yuca con mojo que
hace tantos años él no come. Madre y esposa desean que haga lo que
desee, una vez que llegue. «Los planes los iremos haciendo en la medida de sus deseos, lo que él quiera hacer», apunta Rosa Aurora. «Yo
no sé qué va a pasar cuando nos encontremos… Quiero que sea él quien
decida. Me da mucha alegría pensar que por primera vez él pueda pedir
algo que pueda disfrutar, no añorarlo y que sea algo lejano. Yo estoy
esperando nada más que llegue y me diga: Voy a la Víbora, voy para el
Vedado, para Playa…», dice Magali. De
todas maneras, hay algunas cosas que parecen más o menos seguras
mientras pasan los días… Tiene que adaptarse de nuevo a todo, incluso a
la libertad. «A
ver cómo va a ser su inserción, porque para ellos es un cambio brusco.
Está acostumbrado a caminar dos pasos y se tiene que parar si pasa
alguien, a una alimentación bien distinta, a pararse ante las puertas,
con horas y restricciones. Yo sé que va a ser difícil», dice su madre,
sabia, como todas. Su
esposa Rosa Aurora, que a causa de su enfermedad no ha podido ver a
Fernando en un año y medio, tiene su mirada azul más transparente por
estos días, aunque con el susto de que puedan alargarle el abrazo. No se
sabe. «Me
gustaría poder compartir tiempo juntos, porque hemos estado separados
muchos años. Me gustaría poder pasear con él por La Habana, para que vea
todas las cosas lindas que se han hecho en La Habana Vieja, las que se
han recuperado en estos 15 años. Sé que lo va a disfrutar, a Fernando le
gusta mucho esta ciudad», sigue Rosa. Ya
piensa en buscarle libros de su interés: de Historia, de Economía. Pero
reserva, para cuando puedan ir juntos, de la mano, una visita por las
librerías para llevarse a casa algunas de las novedades editoriales. En
prisión, Fernando tiene claro qué es lo que quiere esencialmente y se
lo dijo a su madre: «Él quiere trabajar, incorporarse enseguida en el
trabajo que le den». «Está
loco por empatarse con Rene, ver la gente aquí y mi casa, disfrutar el
calor de la familia, porque nos sentemos a la mesa todo el mundo juntos,
conocer personas, sentirse que ya está en lo suyo», continúa Magali. Dice la esposa que René está esperando a Fernando para trabajar juntos en todo lo relativo a la campaña. «Fernando
está consciente de que esa es una de sus tareas principales: unirse a
la lucha de sus tres compañeros que todavía están en prisión», asegura
Rosa. Cuando Magali comenta sobre los tres hijos que aún le quedarían en prisión, se le apaga la sonrisa. «Con
Rene, ya son dos para luchar por los tres que quedan… una situación
difícil, porque uno se pone a analizar y hay que luchar mucho. A Ramón y
a Tony le quedan años, pero los años pasan; Gerardo no tiene otra
salida, y por eso considero que no podemos conformarnos. Tenemos que
echar el resto, pero Gerardo tiene que venir también en un avión y que
no tenga que cumplir esa condena. Ya bastante desgracia tuvo al no poder
ver a su madre cerrar los ojos, al no poder tener hijos que pudieran
disfrutar de cómo es él, de campechano, alegre…». Con
una mueca y una fuerza telúrica, Magali asegura que a ella Gerardo le
preocupa sobremanera. Para las familias de los Cinco la alegría nunca va
a ser completa, mientras todos no estén disfrutando del cariño de los
suyos. «Ese es otro plan de Fernando, seguir luchando porque hay que traer a los otros para acá», apunta Magali. Con un ancla en la tierra Mientras
todos se debaten entre hacer y no hacer planes, por si surge algún
imprevisto, Fernando trata de mantener la calma. Claro, ya nota que por
más que se esfuerza, la mente se escapa con ciertos pensamientos. Siente
que le cuesta concentrase en la lectura. Sin embargo, se impone hacer
sus días normales. «Ha
mantenido sus salidas, temprano en la mañana a correr, excepto esos
días de fiebre. Pero el espíritu se le veía de otra forma, no veía esta
visita como una más para esperar otra, dentro de un tiempo, cuando
dieran visa. Ya estaba con su cabeza aquí», dice su madre. Ella,
Magali Llort, sabe que después de este primer impacto vendrán las cosas
normales: analizar, ver cómo puede ayudar, de rearmar su vida. Pero
antes piensa en el momento en el que todo comienza de nuevo para su
pequeña familia, el momento esperado por otras tres y que habrá que
seguir en el intento de acercar, de hacer definitivo, para que cuando
René y Fernando se acuesten al final del día, Adriana duerma acurrucada
en los brazos de Gerardo, Ramón ande por ahí jugando a lanzarse
almohadas con sus cuatro mujeres (el amor de su vida y sus tres hijas), y
Tony esté abrazando a Mirta o tirando un pasillo con sus hijos o tal
vez tratando de dormir al nuevo sobrino-nieto de la familia. Magali
sigue en las estratósfera, pero con un ancla en la tierra. «No quiero
ni tomar refresco de cola, para que no me vaya a subir la presión en
estos días». Ahora susurra. Sabe que hay que hacer las cosas muy bien,
mantener la calma en lo posible y eso vale para todos. Regresa a las
nubes y lo hace llevándose las manos al pecho. «No
sé cuántos latidos marcará mi corazón cuando yo lo vea bajarse de un
avión, un barco o una cigüeña… (risa), no sé en qué lo traerán, pero
deseo verlo llegar y ver reflejado en su cara el encuentro con este
país». Tomado de Juventud Rebelde
Por Wilkie Delgado Correa* Herederos
de estos padres fundadores son millones de cubanos, entre los cuales
los 5 Héroes son parte de la vanguardia. Precisamente, el día 27 de
febrero, al conmemorarse el 140 aniversario de la caída en combate del
Padre de la Patria, será liberado Fernando González Llort. ¡Bienvenido,
Fernando, que la Patria te contempla y espera orgullosa!
Si
a veces los analistas del presente no pueden explicarse determinados
asuntos pasados o recientes de la historia cubana; si los enemigos se
han equivocado una y otra vez por tratar de destruir a la Revolución
cubana, su obra más acabada; si reaccionarios de toda laya en diferentes
países esgrimen su odio fascista, su xenofobia cavernaria contra los
cubanos, es porque los patriotas cubanos de estos tiempos han sabido ser
fieles a los principios, han sido hermanos solidarios con otros pueblos
y no han cedido ante las amenazas, el chantaje, las agresiones y la
política de las zanahorias de sus enemigos naturales e históricos.
Si vendepatrias, traidores y desertores han desempeñado el triste y
vergonzoso papel de rastreras verdolagas frente a la dignidad y altivez
de nuestra palma real, simbólica insignia de la cubanía; si personajes y
personajillos del pasado y del presente siempre serán despreciables por
el abandono de su deber de servir en forma desinteresada, por haberse
prosternado ante el altar del dios dinero, desvivirse acuciados por una
avaricia primitiva y por una idolatría servil al poder del imperio; es,
sin duda alguna, porque los cubanos son herederos de un acervo de
virtudes que se ha cultivado en una marcha jalonada por el sacrifico y
el heroísmo, sin dejar de reconocer que aquí, como en cualquier parte,
vuelan a ras de tierra las aves de rapiña y se arrastran bajo tierra los
gusanos.
A quienes, sean individuos o instituciones u organizaciones regionales,
hoy como ayer -quizás también mañana- han formado escarceos mediáticos
por quítame allá esta paja, se rasgan las vestiduras de marionetas
políticas mientras escenifican comedias truculentas y se convierten en
hazmerreir de los pueblos, con argumentos y pretextos diferentes, reales
o ficticios, para justificar y darle “credibilidad” a sus campañas
prejuiciosas y malintencionadas contra los cubanos fieles a su país,
debemos responderles con las ideas de Martí al respecto:
“Las malas acciones me entristecen, como si las cometiera yo, y las
buenas me dan bríos para pelear. Son algunos los vendidos y muchos los
venales, pero de un bufido del honor puede echarse atrás a los que, por
hábito de rebaño, o el apetito de las lentejas, se salen de las filas en
cuanto oyen el látigo que los convoca, o ven el plato puesto. Hay que
cargar los barcos de esos insectos dañinos, que les roen el hueso a la
patria que los nutre. ¡Para todo hay en este mundo imbéciles y viles!.
Unos hombres piensan en sí más que en sus semejantes, y aborrecen
los procedimientos de justicia de que les puedan venir incomodidades o
riesgos.
Otros hombres aman a sus semejantes más que a sí propios, a sus hijos
más que a la misma vida “y se exponen a la muerte por dar vida a la
patria”.
Y finalmente, para que lo sepan todos, Cuba patentiza con las palabras de Martí que
"Nada piden los cubanos al mundo, sino el conocimiento y respeto de sus
sacrificios, y dan al universo su sangre (..) Y al mundo preguntamos,
seguros de la respuesta, si el sacrificio de un pueblo generoso, que se
inmola por abrirse a él, hallará indiferente o impía a la humanidad por
quien se hace".
Herederos de estos padres fundadores son millones de cubanos, entre los
cuales los 5 Héroes son parte de la vanguardia. Precisamente, el día 27
de febrero, el día en que se conmemora el 140 aniversario de la caída
en combate del Padre de la Patria, será liberado Fernando González
Llort.
Preso desde 1998, Fernando fue sancionado, el 18 de diciembre del 2001,
a 19 años de reclusión, y luego resentenciado a 17 años y 9 meses. Ha
permanecido en prisión 15 años, 5 meses y 15 días de su vida.
Al leer su alegato en el juicio, subrayó: "Mi
país y mi pueblo fueron obligados hace más de cuarenta años a despertar
al peligro y llamados a defender su libertad. Yo me siento orgulloso de
haber sido uno de los que previno a mi pueblo de esos peligros.
Sinceramente, confío en que algún día Cuba no tenga necesidad de que
personas como yo voluntariamente y por amor a su país y a su pueblo,
vengan a este país a luchar contra el terrorismo. Todo hombre que se
respete así mismo se debe antes que nada a su Patria. En los años de
presidio me acompañará siempre la dignidad que he aprendido de mi pueblo
y de su historia". Gerardo
Hernández, en entrevista a Saúl Landau, ante la pregunta de si nunca se
le ocurrió traicionar para escapar de la pesadilla vivida en prisión,
recalca esa fidelidad de los Cinco a la herencia histórica de los hijos
verdaderos de esta tierra: “Muchas personas no entienden
eso, personas que se han criado con la idea de que el dinero es todo en
la vida... La idea de traicionar nunca me pasó por la mente. Es tan
obvio que hasta me cuesta trabajo explicarlo. Pero sería traicionar no
solo a mi mismo como persona, como revolucionario, sino sería traicionar
a un país completo, a mi familia. Sería traicionar a todos los cubanos
que enciento y tantos años de revolución, desde 1868, han muerto, han
dado sus vidas porque ese país sea libre, sea independiente y conserve
su soberanía”. Regresa
Fernando, el segundo de los 5 Héroes liberados después de cumplir la
condena injusta, con la misma consecuencia que expresara en su alegato:
“En los años de presidio me acompañará siempre la dignidad que he aprendido de mi pueblo y de su historia". Y lo hace también, tal como lo expresara Ramón Labañino en su alegato, después de llevar, durante los años en prisión, “el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias!”. ¡Bienvenido, Fernando, que la Patria te contempla y espera orgullosa! *Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
Por Alain Valdés Sierra Denunciar
las irregularidades judiciales y el matiz político que rodea el caso de
los Cinco antiterroristas cubanos, y su relación con el contexto
internacional actual es el principal objetivo de Y si el sol está
apagado... qué culpa tenemos nosotros, de los profesores universitarios e
investigadores italianos Rita Martufi y Luciano Vasapollo, texto que
sus autores presentaron en el marco de la 23 Feria Internacional del
Libro Cuba 2014. Con
la Sala Alejo Carpentier de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña
como escenario, la presentación discurrió entre una serie de tópicos que
ponen sobre relieve la indisoluble relación de la crisis económica
global con el terrorismo de Estado, sus diversas manifestaciones, y cómo
estas han matizado las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Vasapollo,
profesor de la Universidad La Sapienza de Roma, una de las más antiguas
del mundo y considerada la mayor de Europa, explicó que Y si el sol...
no hace más que poner sobre la mesa una serie de aspectos que están
mediando en las relaciones internacionales hoy día y las diferentes
maneras en que se manifiestan: incursiones militares bajo el velo de
coaliciones internacionales en la lucha contra el terrorismo, y la
llevada adelante por los centros de poder y las instituciones
financieras a través del chantaje económico, como el caso del bloqueo a
Cuba. Todo
esto tiene una gran relación con la situación de Gerardo Hernández,
Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González,
dijo el académico italiano, porque ellos son víctimas de las políticas
de doble rasero de Estados Unidos, nación que le declaró la guerra al
terrorismo y sin embargo, los condenó a injustas penas carcelarias por
evitar actos de esa naturaleza contra su país. "Es
muy importante en este contexto tener en cuenta la incapacidad
demostrada del capitalismo para dar solución a la crisis económica
global, lo que le ha convertido en un sistema más agresivo en la
búsqueda de recursos para resolver sus problemas inmediatos. En esa
línea tenemos el caso de las agresiones a Libia, Iraq, Afganistán, los
planes desestabilizadores organizados por la CIA y la derecha de
naciones latinoamericanas como Honduras, cuando el golpe de Estado al
presidente Zelaya, y ahora mismo en Venezuela contra el mandatario
Maduro, a quien expresamos nuestra más profunda solidaridad". Y
si el sol... recoge en cinco partes varias maneras de sensibilizar al
lector con el caso de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René por la
naturaleza de su causa, las arbitrariedades cometidas durante el
proceso, en el que se violaron las propias leyes norteamericanas, y
sumar así a más gente y nuevos sectores a esta cruzada por la justicia
que solo puede terminar con su liberación. También
poner en evidencia, una vez más, el silencio de los grandes medios de
comunicación y cómo esta situación no es más que otra expresión de los
ataques de Washington al derecho a la autodeterminación de Cuba y su
pueblo. El
texto de Rita Martufi y Luciano Vasapollo, de la editorial Ideali, se
inserta dentro de la Campaña Internacional por la Liberación de Los
Cinco, que en marzo próximo vivirá un nuevo capítulo con la sesión en
Londres de una Comisión Internacional de Investigación, que analizará
aspectos judiciales del caso de los antiterroristas cubanos. Tomado de Granma
Foto Internet
Fernando González, Héroe de la República de Cuba, saldrá de prisión el próximo 27 de febrero de 2014:
Fernando
saldrá de la prisión federal de Safford, en Arizona, después de cumplir
su injusta condena de 15 años, 5 meses y 15 días, resultado de un
amañado procesamiento y juicio por parte del gobierno estadounidense.
Fernando, al igual que sus otro cuatro hermanos: Gerardo, Ramón,
Antonio y René, los Cinco Cubanos, sacrificaron sus vidas para defender
al pueblo cubano de una infame campaña terrorista llevada a cabo por
terroristas de la extrema derecha cubanoamericana radicados
principalmente en Miami, con el conocimiento y la protección de
Washington. Ya
que Fernando no es ciudadano estadounidense, las leyes, según nos
explica su abogado, Richard Klugh, requieren que al finalizar su condena
Fernando pase a la jurisdicción de las autoridades de Inmigración. Según
explica su abogado: ¨Para facilitar su pronto regreso a Cuba, Fernando
ha desistido de continuar siendo parte del proceso de apelación
extraordinaria, llamado de Habeas Corpus, junto con sus otros tres
hermanos que permanecen en prisión, Gerardo, Ramón y Antonio. Como
también ha renunciado a impugnar su deportación a Cuba. Fernando tiene
todos los trámites en orden y hay negociaciones con las autoridades
pertinentes para lograr su inmediato regreso a Cuba y a su maravillosa
familia." En
2009, por orden del Tribunal de Apelaciones del Onceno Distrito, su
condena original de 19 años fue reducida a 17 años. De acuerdo a las
regulaciones del sistema federal de prisiones, los presos en sus
cárceles reciben una reducción de un 13% del total de las mismas por
buen comportamiento. Su abogado Klugh mantiene que "Fernando ha sido un
preso ejemplar en todo, nunca tuvo ningún tipo de incidente". Continúa
Klugh, "Todos los abogados que hemos participado en la defensa de los
Cinco siempre hemos tenido un fuerte sentimiento de afinidad con
Fernando. Es una persona extremadamente sensible, gentil, fuerte y
honorable." Nos
sentimos aliviados con el regreso de Fernando a su familia y a Cuba.
Reconocemos su entereza y compromiso con la libertad y la seguridad de
su pueblo al igual que siempre lo han hecho sus otros cuatro hermanos.
Nos mantendremos luchando hasta lograr que se haga justicia y que
Gerardo, Ramón y Antonio también puedan regresar lo antes posible a su
familia en Cuba.
Tomado de Comité Nacional EE.UU. por la Libertad de Los Cinco
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