Los
recibí el sábado 28 de febrero, 73 días después que pisaron tierra
cubana. Tres de ellos habían consumido 16 largos años de su más plena
juventud al respirar el aire húmedo, maloliente y repugnante de los
sótanos de una prisión yanki, después de ser condenados por jueces
venales. Otros dos, que igualmente trataban de impedir los planes
criminales del imperio contra su Patria, fueron condenados también a
varios años de prisión brutal.
Los
propios organismos de investigación, ajenos por completo al más
elemental sentido de la justicia, participaron en la inhumana cacería.
La
inteligencia cubana no necesitaba en absoluto seguir los movimientos de
un solo equipo militar de Estados Unidos, porque esta podía observar
desde el espacio todo lo que se movía sobre nuestro planeta a través de
la Base de Exploración Radioelectrónica “Lourdes”, al sur de la capital
de Cuba. Este centro era capaz de detectar cualquier objeto que se
moviera a miles de millas de nuestro país.
Los
Cinco Héroes antiterroristas, que nunca hicieron daño alguno a Estados
Unidos, trataban de prevenir e impedir los actos terroristas contra
nuestro pueblo, organizados por los órganos de inteligencia
norteamericanos que la opinión mundial sobradamente conoce.
Ninguno
de los Cinco Héroes realizó sus tareas en busca de aplausos, premio o
gloria. Recibieron sus honrosos títulos porque no lo buscaron. Ellos,
sus esposas, sus padres, sus hijos, sus hermanos, y sus conciudadanos,
tenemos el legítimo derecho a sentirnos orgullosos.
En
julio de 1953, cuando atacamos el Moncada, yo tenía 26 años y mucho
menos experiencia que la que ellos demostraron. Si estaban en Estados
Unidos no era para hacer daño a ese país, o tomar venganza por los
crímenes que allí se organizaban y abastecían de explosivos contra
nuestro país. Tratar de impedirlos era absolutamente legítimo.
Lo
principal a su llegada era saludar a sus familiares, amigos y al
pueblo, sin descuidar un minuto la salud y el riguroso chequeo médico.
Fui
feliz durante horas ayer. Escuché relatos maravillosos de heroísmo del
grupo presidido por Gerardo y secundado por todos, incluido el pintor y
poeta, al que conocí mientras construía una de sus obras en el aeródromo
de Santiago de Cuba. ¿Y las esposas? ¿Los hijos e hijas? ¿Las hermanas y
madres? ¿No los va a recibir también a ellos? ¡Pues también hay que
celebrar el regreso y la alegría con la familia!
Ayer,
en lo inmediato, quería intercambiar con los Cinco Héroes. Durante
cinco horas ese fue el tema. Dispongo desde ayer, afortunadamente, del
tiempo suficiente para solicitarles que inviertan una parte de su
inmenso prestigio en algo que será sumamente útil a nuestro pueblo.
Fidel Castro Ruz
Marzo 1 de 2015
10 y 12 p.m.
Fidel recibe a Los Cinco, 28 de febrero de 2015. Foto: Estudios Revolución
Fidel recibe a Los Cinco, 28 de febrero de 2015. Foto: Estudios Revolución
Fidel recibe a Los Cinco, 28 de febrero de 2015. Foto: Estudios Revolución
Fidel recibe a Los Cinco, 28 de febrero de 2015. Foto: Estudios Revolución
Gerardo Hernández habló en nombre de sus compañeros. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Lo que más admiro de los Cinco
antiterroristas cubanos, además de su valor y resistencia, es el amor y
respeto que sienten por su Patria, a la cual todos los días dan las
gracias, como hacen los hijos dignos con sus madres.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio
Guerrero, y René González, han reiterado desde su regreso a la Isla
caribeña, luego de permanecer injustamente largos años en cárceles de
Estados Unidos, el cariño que tienen por la tierra que los vio nacer,
por su pueblo, y por los líderes históricos de la Revolución,
especialmente por Fidel es Fidel y por el presidente Raúl Castro.
Ellos son Héroes de la República de Cuba, y así fueron titulados por
el mandatario Raúl Castro en acto público el pasado martes, pero sobre
todas las cosas son hijos humildes de su Patria, la que defendieron de
continuas agresiones terroristas, y honraron con su coraje desde las
prisiones de alta seguridad del norte brutal y revuelto.
No cedieron ni un solo ápice en sus convicciones y principios, y
cuando pisaron territorio de la mayor de las Antillas lo primero que
manifestaron fue el agradecimiento a sus compatriotas, y a todos los
que en el mundo lucharon incansablemente por su liberación.
Visitaron sus barrios de origen, donde cientos de cubanos los
regocijaron, y rindieron tributo a sus seres más queridos que se fueron
físicamente durante el tiempo que ellos estuvieron encerrados en las
mazmorras norteamericanas. Pero, además, subrayaron no sentir odio
alguno, sino todo lo contrario, hacia el pueblo estadounidense, que
batalló igualmente por sus causas.
Gerardo dijo gracias, una y otra vez, el pasado 17 de diciembre, y en
su discurso en nombre de sus compañeros, tras ser condecorados este 24
de febrero, expresó que el título Honorifico de Héroes de la República
que generosamente se les otorgó no tiene otro merito que el de “haber
cumplido con nuestro deber”.
Dejó claro que los Cinco, junto a su pueblo, continuarán luchando por
la independencia, la soberanía y la Revolución de la nación caribeña,
al señalar que “nuestra misión no ha terminado”, e invitó a sus
compatriotas a sumarse.
Afirmó que “hay y habrán muchas maneras de defender a Cuba, y Cuba necesitará siempre que hijos leales velen por ella”.
La Patria para Gerardo, Ramón, Fernando, Antonio y René es esa madre a
la que nunca se le puede reprochar nada, por el contrario, siempre
darle las gracias por las enseñanzas, y mimarla eternamente.
Chapó** para los Cinco Héroes, dignos herederos del Apóstol de la
Independencia José Martí, y de los máximos líderes históricos de la
Revolución cubana Fidel es Fidel, y Raúl.
*Periodista español, corresponsal de Cubadebate en Madrid
**Expresión que sirve para manifestar admiración o respeto
Los Cinco recibieron la Distinción a la Humildad Dora Alonso en la sala Nicolás Guillén de La Cabaña.
Foto:Juvenal Balán
La Distinción a la Humildad Dora Alonso fue conferida
este martes a René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio por la editorial
Gente Nueva en la sala Nicolás Guillén de La Cabaña. En el marco de las
celebraciones por el aniversario 88 del natalicio de Juan Almeida
Bosque, los Héroes disfrutaron además del panel ¡Aquí no se rinde nadie!
Periodismo y literatura en defensa de los Cinco, con las intervenciones
de la periodista Arleen Rodríguez Derivet, Víctor Casaus, presidente
del Centro Pablo de la Torriente Brau, Eduardo Heras León, Premio
Nacional de Literatura 2014, Juan Carlos Rodríguez, director de la
editorial Capitán San Luis y Javier Salado, periodista de Resumen
Latinoamericano.
A partir de la publicación de los alegatos de defensa de los Cinco,
traducidos a cerca de diez idiomas hasta la fecha, comenzó una campaña,
también desde las letras, para dar a conocer al mundo la injusticia. En
muchísimos países, Cuba a la vanguardia, se editaron textos relacionados
con el caso y la lucha contra el terrorismo.
En nuestro país, la editorial Capitán San Luis, lanzó en el 2003 Cicatrices en la memoria,
para el cual convocaron a artistas y escritores cubanos a pronunciarse
en defensa de los Cinco, y el resultado fue maravilloso, dijo Juan
Carlos Rodríguez.
Asimismo se conformó Desde la soledad y la esperanza,
una serie de relatos sobre el terrorismo, en el cual participaron,
entre otros escritores, Eduardo Heras León cuyo relato se titulaba Un cuento por encargo,
aseguró que el libro no pretendía hacer propaganda política, sino
humana, mucho más efectiva a la larga porque impactaba directamente en
la sensibilidad de los lectores.
En cuanto a la labor del Centro Pablo en ese sentido, Víctor Casaus destacó la publicación de Enigmas y otras conversaciones,
de Antonio Guerrero, texto que contiene el diálogo de Tony, poemas o
cartas mediante, con artistas cubanos o personas de todo el mundo que
respondieron a sus Enigmas. Un libro que encierra, además, la firmeza y el coraje de 16 años de prisión injusta.
Por su parte, Javier Salado, quien forma parte además del Comité por
la Solidaridad con los Cinco, aseguró que la literatura, como arma para
la liberación fue, a pesar de su modestia, arma afilada para dar a
conocer las ideas. La literatura, una vez más, responde a los intereses
de todo un pueblo, agregó.
Ahora, con los Héroes en casa, el desafío es quizás mayor, “el
desafío es ahora que el periodismo cubano no se congele y que los Cinco
sigan inspirando a la literatura”, dijo Arleen Rodríguez.
La sala Nicolás Guillén acogió además la exposición de acuarelas de Tony Guerrero titulada Absueltos por la solidaridad y la presentación de otros títulos relacionados con el tema.
He recibido de mi hermano Antonio Guerrero una contribución para el
blog en la forma de un poema. Fue uno de aquellos con que en los
primeros momentos de encierro, en el área de castigo de la prisión,
espantábamos los demonios del confinamiento en solitaria y buscábamos
los recursos para crecer en aquellas circunstancias.
Los fiscales habían decidido ubicarnos en el SHU (Special Housing
Unit), conocida coloquialmente como “El Hueco”. Cada uno en una celda,
incomunicados del resto, nos las arreglábamos para comunicarnos de
varias maneras ingeniosas, una de ellas el utilizar la rejilla de
ventilación que compartían dos celdas contiguas mediante el conducto
común de extracción de aire.
Para “celebrar” el primer mes de encarcelamiento el Flaco convocó a
un concurso de “poesía”. Cada uno leyó –o mejor, pregonó – la suya a
través del resquicio que dejaba la puerta de hierro laminado de su
celda. Luego Tony seguiría hilvanando versos y construyendo estrofas. La
rejilla del aire era el mejor medio de compartirlas.
Fue así que “revisamos” su primer poemario “Desde mi altura”. Era una
referencia al doceavo piso en que estaba ubicada la unidad, y desde la
cual se podía observar el “downtown” de Miami. Con el paso del tiempo, a
medida que los fiscales se rebajaban, se tornó en triste recordatorio
del abismo moral que se abrió entre nosotros y nuestros acusadores.
Les dejo con la poesía de Tony.
Hermano
Mis impresiones sobre el lanzamiento de tu blog y sobre el primer
intercambio que tuviste te las pude dar, en breves minutos, por
teléfono. De tu inmenso corazón revolucionario nada me sorprende, pero
“apretaste”, te comente.
Me quiero sumar a “Soy un espía, dicen” con uno de aquellos poemas
que un día te leí de “rejilla a rejilla”, en aquel hueco del que salimos
más fuertes y más necios. Tras escucharme aquel día me dijiste: Ese
poemita me gusta.
LA VERDAD
De frente a tu mirada he vuelto a amanecer.
Sin miedo a mi dolor sano mi herida
Tomado en tu jardín la más querida
Flor llena de tu aroma y de tu ser.
De frente a ti hoy sigo caminando,
con paso firme el sol cubre mi huella.
Cuan hermoso es poder seguirte amando,
Multiplicar mi amor por cada estrella.
Bien sabes tú que hay días de dolor
Cuando el aliento se hace más profundo.
Solo la vida es vida si hay valor
De llevar la verdad de frente al mundo.
Abril, 1999. El Hueco, Centro Federal de Detenciones Miami.
Stephen Kimber es un escritor, periodista y profesor
universitario canadiense, que viajó a Cuba como turista en la primavera
de 2009. Su propósito: Escribir una novela de época inspirada en la
geografía, historia y cultura de la isla.
Al conocer, casi accidentalmente, de la relación entre un viaje
de Gabriel García Márquez a los Estados Unidos y el posterior arresto de
los Cinco; su propósito cambió y la novela se convirtió en el libro “Lo
que acecha del otro lado del agua”. Es el libro que cubre más veraz y
completamente la historia del caso. Es el resultado de un minucioso y
profundo estudio de los documentos legales y de un rigor ejemplar en la
búsqueda de los hechos.
Hasta el día de hoy no he conocido la filiación política de
Kimber. Sólo sé que lo considero un amigo, un hombre muy honesto, y uno
de los que mejor conoce del caso de los Cinco. De su conocimiento de la
historia se valió para escribir este artículo.
Stephen Kimber
Debería ser fácil hacer un
trato. Un contratista norteamericano de la USAID, de 65 años, llamado
Alan Gross, está sirviendo una sentencia de 15 años en una prisión
cubana por entrar de contrabando sofisticado equipo de
telecomunicaciones en Cuba. Los oficiales cubanos dicen que están
preparados para discutir su suerte sin precondiciones como un gesto
“humanitario”. Pero es también claro que lo quieren canjear por tres
miembros la red de inteligencia de los Cinco todavía en prisión en los
Estados Unidos.
Existen precedentes para tal canje.
En 2010, Washington actuó rápidamente para intercambiar a 10 agentes
encubiertos rusos por cuatro hombres a quienes el gobierno de Rusia
había apresado por “contactos ilegales” con Occidente. También está el
ejemplo de Israel. En 2011, Israel liberó a más de 1000 prisioneros
palestinos para lograr la liberación de Gilad Shalit, un soldado israelí
capturado por Hamas cinco años antes.
Y más – todavía tras una carta en noviembre de 2013 firmada por un
grupo bipartidista de 66 senadores urgiendo al presidente Obama para que
“actuara expeditamente para tomar cualquier paso en el interés nacional
para obtener la libertad de Gross”- la administración se niega a
negociar.
¿Por qué? Tres palabras: Castro, Cuba, asesinato.
Aun para aquellos que pueden sobreponerse a los dos primeros, el tercero es a menudo, comprensiblemente, un freno al cambio.
En 2001 Gerardo Hernández, el líder de los Cinco, fue acusado y
convicto de “conspiración para cometer asesinato” en conexión con el
derribo en 1996 de dos aviones civiles sobre el estrecho de La Florida,
que resulto en las muertes de cuatro hombres. Fue sentenciado a dos
cadenas perpetuas más 15 años en prisión.
¿Cómo pueden los Estados Unidos intercambiar a un hombre convicto por
conspiración para cometer asesinato por alguien sobre quien el
Departamento de Estado continúa insistiendo en que no hizo nada malo?
Vale la pena desempacar ambas partes de tal noción convencional.
Comencemos por el caso de Gerardo Hernández.
El derribo.
El 24 de febrero de 1996, Migs de la Fuerza Aérea cubana derribaron
dos aviones de Hermanos al Rescate, matando a cuatro civiles a bordo.
El derribo disparó no solo un incidente internacional entre los dos
países, sino también una oleada de rabia y demandas de venganza de la
comunidad exiliada cubanoamericana de Miami.
Se puede argumentar si los aviones estaban en aguas cubanas o
internacionales cuando fueron derribados. O se puede debatir si el
derribo fue una razonable respuesta a las provocaciones de Hermanos al
Rescate.
Pero ninguno de esos legítimos debates tiene nada que ver con el asunto central: ¿Qué
papel, si alguno, jugó Gerardo Hernández en el derribo de los aviones?
¿Pudo él haber sabido a priori que los militares cubanos estaban
planeando derribar los aviones? ¿Tendría el algún control sobre, o
influencia en, o papel en el plan de los militares cubanos para derribar
los aviones?
Hernández y el derribo.
Durante mucho del tiempo que precedió al derribo
(Desde octubre de 1995 hasta enero 26, de 1996), Gerardo Hernández
estuvo de vacaciones en Cuba. Otro agente, identificado en los
documentos del juicio como Manny Ruiz, tomó su lugar y permaneció en
Miami hasta al menos mediados de marzo. Ruiz, un Mayor y superior a
Hernández en la inteligencia estructura de la inteligencia cubana,
controlaba los programas de decodificación requeridos para comunicarse
directamente con los jefes en La Habana hasta después de marzo 14 de
1996 -17 días después del derribo.
En enero 29 de 1996, La Habanaenvió un mensaje de alta frecuencia a
Ruiz: “El mando superior”, decía, “aprobó la Operación Escorpión para
perfeccionar la confrontación a las acciones contrarrevolucionarias de
Hermanos al Rescate.” El mensaje decía que La Habana necesitaba conocer
“sin duda” cuando el líder de Hermanos José Basulto estuviera volando y
“si hay o no actividad de lanzamiento de volantes o violaciones del
espacio aéreo”.
Aunque los fiscales luego argumentarían que estos documentos
mostraban que Hernández jugó un rol en la Operación Escorpión –la base
para el cargo de conspiración para cometer asesinato- los documentos
claramente indican que el mensaje estaba dirigido a Ruiz, no a
Hernández.
Dos semanas después, en febrero 12, un segundo mensaje concerniente a
la Operación Escorpión fue enviado al agente de campo René González y
firmado usando los seudónimos de ambos, Ruiz y Hernández. Hernández
dice que “yo no escribí o envié ese mensaje de febrero 12”. Hay un
número de razones para creerle. Para comenzar, el mensaje adopta casi
precisamente la misma fraseología del mensaje de enero 29, incluyendo la
repetición de dos errores que Ruiz puede no haber detectado, pero
Hernández seguramente sí.
El mensaje crípticamente instruye a González a “encontrar excusas
para no volar” en futuras misiones de Hermanos. La realidad es que
González había dejado de volar con Hermanos más de dos años antes.
Hernández habría sabido eso.
El mensaje también se refiere a González como Iselin, uno de sus dos
seudónimos, pero el cual Hernándeznunca usó en alguno de sus mensajes a
él.
¿Y qué significaba “perfeccionar la confrontación”? La Jueza Phyllis
A. Kravitch –en su disenso respecto de la corte de apelaciones del 11no
Circuito- señaló” “Hay muchas maneras en las que un país puede
‘confrontar’ aviones extranjeros. Aterrizajes forzados, disparos de
aviso, y regresarlos bajo escolta hasta fuera de las aguas territoriales
del país están entre ellas- tal y como un derribo”.
¿Le habría dicho la Seguridad del Estado cubana a Hernández a priori
que planeaba un derribo de los aviones? Eso es muy poco probable. La
inteligencia cubana es increíblemente compartimentalizada; la
información es compartida solo bajo el principio de “necesidad de
saber”. Hernández, un agente de inteligencia de campo en niveles medios,
no necesitaba saberlo.
Durante este tiempo, Hernández tenía otras misiones de importante
responsabilidad. Estaba a cargo de la Operación Venecia, un plan sin
relación con el derribo para ayudar a otro agente dentro de Hermanos,
Juan Pablo Roque, a redesertar de vuelta a Cuba. La Operación Venecia
fue exitosa –Roque voló de Miami en Febrero 23 de 1996.
El primero de marzo, la Dirección de Inteligencia cubana envió un
mensaje de congratulación a sus agentes en Miami: “Todo ha resultado
bien”, decía. “El Comandante en Jefe lo visitó [a Roque] dos veces, e
intercambiaron detalles de la operación. Le hemos dado un duro golpe a
la derecha de Miami, en la cual su rol ha sido decisivo”.
El mensaje no se refiere ya sea a la Operación Escorpión o a la
Operación Venecia. En su lugar ofrece su “profundo reconocimiento” por
la Operación Germán. Basándonos en el contexto de este mensaje y el
hecho de que el seudónimo de Roque era “German”, parece claro que el
mensaje se refiere al regreso de Roque. Durante el juicio, no obstante,
los fiscales argumentaron que el mensaje felicitaba a Hernández por su
papel en el derribo.
Los fiscales también adujeron que la promoción de Hernández a capitán
en el Ministerio del Interior en Junio 6 de 1996 representaba otro
reconocimiento de su rol clave en el derribo. Pero el 6 de junio es el
aniversario de la fundación del Ministerio del Interior cubano, la fecha
en la cual rutinariamente las promociones son extendidas por el
servicio a los empleados del MININT que califican para ellas. Después de
cuatro años como primer teniente, Hernández había sido promovido
automáticamente.
Tal y como la Jueza Kravitch concluyó en su disenso durante
la apelación, los fiscales “no presentaron evidencia” para vincular a
Hernández con el derribo. “No puedo decir que un jurado razonable –dada
la evidencia- podría concluir más allá de una duda razonable que
Hernández estuvo de acuerdo con un derribo”
El cargo.
Lo que nos trae al asunto de por qué los fiscales decidieron acusar a
Hernández de conspiración para cometer asesinato. Ese no fue uno de los
cargos originales establecidos después de que los agentes cubanos
fueran arrestados el 12 de septiembre de 1998. Los fiscales solo lo
añadieron siete meses después, en mayo 7 de 1999.
¿Por qué la demora?
Agentes del FBI habían penetrado la red cubana desde tan temprano
como diciembre de 1996, y decodificado y traducido los mensajes
relevantes mucho antes de los arrestos.
Hay varias posibles explicaciones para la decisión de escalar el caso a través de la introducción del cargo de asesinato:
– Aunque los fiscales en 1998 alardearon de que el FBI habia roto una
“muy sofisticada” red de espionaje, periodistas y comentaristas
rápidamente se enfocaron en cuan poco sofisticada la operacion parecía.
Críticos comenzaron a descartar el caso como de “segunda clase”. Eso
cambió, por supuesto, tan pronto como el cargo de asesinato fue añadido.
-El FBI estaba bajo fuego de loso lideres exiliados de Miami por
fallar en acudar a alguien del derribo. Muy pronto tras los arrestos, el
congresista Lincoln Diaz-Balart llamo a la administracion de Clinton a
acusar a los agentes arrestados “por el asesinato de cuatro miembros de
Hermanos al Rescate” – aun cuando ninguna evidencia los conectaba con el
incidente.
El juicio.
El cargo de conspiración para cometer asesinato se convirtió en el foco central del juicio de siete meses.
¿Presentaron los fiscales un caso fuerte?
Ellosnolopensabanasí. Al concluir el
juicio, presentaron una petición de emergencia a último minuto para
evitar que los jurados votaran respecto al cargo de asesinato. Durante
las instrucciones al jurado, la Jueza Lenard había definido el nivel de
prueba requerido para condenar a Hernández de conspiración para
asesinar. En una petición a la Corte de Apelaciones del 11no Circuito
en mayo 25 de 2001, lo fiscales alzaron las manos: “A la luz de las
evidencias presentadas en este juicio” -la petición afirmaba- “las
instrucciones de la jueza presentan un insuperable obstáculo para los
Estados Unidos en este caso, y resultará con toda probabilidad en el
fracaso de la fiscalía”
La Corte de apelaciones rechazó su apelación, pero el jurado
condenó a los Cinco en cada uno de los cargos, incluyendo conspiración
para cometer asesinato.
El jurado.
Lo que nos trae al jurado, y al clima político en Miami en el momento del juicio.
Hay una tradicional hostilidad entre la comunidad exiliada de Miami
hacia cualquiera asociado al gobierno de Castro. Pero el clima fue aun
más toxico en la antesala del juicio:
-Elian Gonzalez, un niño cubano, había aparecido en las costas de La
Florida en noviembre de 1999. Tras una batalla emocional y legal entre
su padre en Cuba y su familia extendida en Miami, fue regresado a su
familia en Cuba, amplificando la rabia hacia Cuba entre muchos en Miami.
-Aunque muchos en la prensa de Miami habrían sido por reflejo
anti-Cubanos en la mejor de las circunstancias, ahora sabemos que
algunos periodistas y comentaristas virulentamente anti Cubanos,
incluyendo algunos que escribieron acerca del caso antes y durante el
juicio, recibieron secretamente pagos por miles de dólares del gobierno
de los Estados Unidos a través de la Junta de Gobernadores de la
Oficina de Transmisiones a Cuba.
-Existía todavía rabia y frustración entre muchos en Miami porque
nadie había sido acusado por el derribo de los aviones dos años antes,
con algunos oficiales sugiriendo el encausamiento a Fidel Castro;
Gerardo Hernández, sería justo sugerir, se convirtió en el mejor
sustituto disponible.
Antes y durante el juicio, la defensa aplico por un cambio de venia
dado el clima de hostilidad en Miami. Esas solicitudes fueron todas
rechazadas.
En los años desde las convicciones, no obstante, un numero de
respetables organizaciones internacionales han elevado sus reservas
sobre si los acusados recibieron un juicio justo.
Amnistía Internacional, en un reporte de 2010, concluyo: “Una
preocupación central subyacente se refiere a la justicia de sostener el
juicio en Miami, dada la dominante hostilidad hacia el gobierno cubano
en el área y los medios y otros eventos que tuvieron lugar antes y
durante el juicio. Hay evidencia que sugiere que esos factores hicieron
imposible asegurar un jurado completamente imparcial”
Añádase el reporte del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias
de las Naciones Unidas en 2005: “El clima de parcialidad y de
prejuicios contra los acusados en Miami persistió y ayudó a
presentarlos como culpables desde el principio”.
Amnistía Internacional también cuestionó la “fuerza de la evidencia
sobre la cual Gerardo Hernández fue convicto de conspiración para
asesinar….[Amnistía] cree que hay dudas sobre si el gobierno cumplió con
el peso de prueba de que Hernández planeó un derribo de los aviones de
HAR en espacio aéreo internacional, y por tanto en la jurisdicción de
los Estados Unidos, lo cual era un elemento necesario en el cargo contra
el”
Repitiendo, nuevamente, la opinión de la Jueza Kravitch, los fiscales
“no presentaron evidencia” para vincular a Hernández con el derribo.
“No puedo decir que un jurado razonable -dada toda la evidencia- podría
concluir más allá de una duda razonable que Hernández acordó que hubiera
un derribo”.
El caso de Alan Gross.
Si es obvio que el caso contra Gerardo Hernández no
esta tan claramente cerrado como el Departamento de Estado quisiera que
creyéramos, tampoco sucede así en el caso de Alan Gross.
El 3 de diciembre de 2009, las autoridades cubanas arrestaron a Gross
y luego lo acusaron de “actos contra la independencia e integridad
territorial del estado”. Fue convicto y sentenciado a 15 años de
prisión.
Aunque el Departamento de Estado lo continua describiendo como un
humanitario dedicado a hacer el bien intentando ayudar a la pequeña
comunidad judía en Cuba a conectarse a la Internet, los hechos son más
complicados.
La comunidad judía cubana de 1500 miembros ha tenido generalmente
buenas relaciones con el gobierno de la isla. Y ellos ya tenían conexión
a Internet. Tal y como la Agencia Telegráfica Judía, el servicio global
de noticias judío, reportaría mas tarde: “los principales grupos judíos
en Cuba negaron haber tenido algún contacto con Alan Gross o algún
conocimiento de su proyecto”,
En 2008, Gross había firmado un acuerdo de un ano con Development
Associates Internacional, una firma conectada a la USAID, para importar
equipo de comunicaciones a Cuba, establecer tres conexiones WiFi -en
Habana, Camagüey y Santiago- y entrenar cubanos para que las usaran. Se
le pagaron $258 264.
El equipamiento incluía BGANS (Broadband Global Network Systems, los
cuales funcionan como un teléfono satelital burlando el sistema de
telefonía local y pueden también proveer señales de Internet y ser
usados para establecer sus propias conexiones WiFi, que les permiten
operar sin ser detectados por los servidores del gobierno) y al menos
una tarjeta SIM sofisticada especial, capaz de evitar que las
transmisiones telefónicas de satélite sean detectadas en un radio de 400
kilómetros. Tales tarjetas SIM no están disponibles para la venta
general en los Estados Unidos, y son más frecuentemente usadas por la
CIA y el Departamento de Defensa. A pesar de las restricciones
norteamericanas de viajes a Cuba, Gross hizo cinco visitas a Cuba solo
en el 2009. Nunca informó a Cuba de su misión, e invariablemente voló
al país con una visa de turista. Para contrabandear su equipo en el país
sin levantar sospechas, Gross algunas veces usó miembros inocentes de
grupos religiosos como “mulas”.
En diciembre de 2009, Gross había programado entregar los aparatos
BGANS a un profesor universitario en La Habana que había estado
utilizando un aparato similar entregado por los Estados Unidos para
enviar información sobre “la situación en Cuba” a sus oficiales de caso
en EEUU. Era realmente un doble agente trabajando para la seguridad del
estado cubana. Gross fue arrestado.
Cuando las autoridades cubanas arrestaron a Gross, descubrieron un
tesoro de reportes a sus jefes en Washington en los cuales él reconocía
la naturaleza peligrosa del trabajo que estaba haciendo. “Este es un
negocio muy peligroso en términos no inciertos,” -escribió en un
momento, y añadió que “la detección de las señales de satélite sería
catastrófica”.
Conclusión
Así que si Alan Gross no es tan inocente como
reclama, y Gerardo Hernández no es tan culpable como se le juzgó. ¿Hacia
dónde nos lleva eso?
La verdad es que -cualesquiera que hayan sido las violaciones de las
leyes de los países en que los dos hombres fueron arrestados- ambos Alan
Gross y Gerardo Hernández son dos víctimas humanas más de más de 50
años de una política fallida de los Estados Unidos hacia Cuba.
La continuación de sus encarcelamientos representa
-para ambas partes- el impedimento mayor para mejorar las relaciones
entre ambos países.
El gobierno cubano ha expresado su voluntad de discutir la suerte de
Alan Gross sin pre condiciones. Ha pasado el tiempo para que los
Estados Unidos, que es en última instancia responsable por la fallida
misión de Alan Gross a Cuba, haga lo mismo.
Grahame Morris MP, Cathy Jamieson MP, Len McCluskey, Kevan
Higgins, primer secretario de la embajada de Estados Unidos en Londres, Rob
Miller, Elizabeth Woodcraft
Delegación presenta informe final de la Comisión Internacional de
Investigación a Gobierno de los Estados Unidos en la Embajada de Estados Unidos
en Londres
Esta mañana una delegación de alto nivel que representan a millones de
personas de todo el mundo se reunió con funcionarios del Gobierno de Estados
Unidos para entregar el informe final de la Comisión Internacional de
Investigación sobre el caso de los Cinco Cubanos.
La delegación estuvo compuesta por representantes parlamentarios, sindicatos,
abogados y organizaciones no gubernamentales e incluyó dos miembros del
Parlamento británico Cathy Jamieson MP, y Grahame Morris MP. Len McCluskey,
secretario general del mayor sindicato del Reino Unido Unite, representa el
movimiento sindical global y abogada Elizabeth Woodcraft, que fue uno de los
coordinadores de la Comisión Internacional de Investigación, llegaron en nombre
de la comunidad jurídica. Rob Miller, Director de Campaña de Solidaridad con
Cuba, representó a los miles de simpatizantes y organizaciones que componen la
coalición internacional "Voces por los Cinco", que había organizado la Comision
Internacional de Investigacion sobre el caso de los cinco de marzo 2014.
La delegación se reunió con los diplomáticos de los Estados Unidos Kevan Higgins,
Primera Secretaria de asuntos políticos, y Daniel Madar, segundo secretario, y
principal tanto para los derechos humanos y las cuestiones de América Latina.
La delegación describió la posición de la Comisión Internacional de
Investigación y el rigor de sus investigaciones sobre el caso celebrada durante
dos días de intenso escrutinio en Londres. La Comisión había sido presidida por
tres eminentes jueces internacionales de Francia, la India y Sudáfrica.
Len McCluskey expuso las tres principales conclusiones del informe de la
Comisión: En primer lugar, que ningunas de las conductas de cualquiera de los Cinco
fue dirigida a los Estados Unidos de América o su Gobierno. En segundo lugar, el
informe del Comisionado instó al presidente Barack Obama para conceder indultos
humanitarios y liberar de inmediato a los tres prisioneros restantes. En tercer
lugar, que la concesión de este tipo de indultos presidenciales tiene el
potencial de contribuir sustancialmente a la normalización de las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba.
Len McCluskey, quien encabezó la delegación, dijo
"Estamos aquí representando a millones de personas de todo el mundo que ahora
están pidiendo al Presidente Obama a conceder indultos humanitarios para los
tres cubanos que quedan en poder ahora hace 16 años en cárceles de Estados
Unidos. Al mismo tiempo nos gustaría ver la liberación del contratista
estadounidense Alan Gross, que ha sido encarcelado en Cuba en los últimos cinco
años. Es hora de que estos cuatro hombres sean liberados y devueltos a sus
familias "
Cathy Jamieson MP dijo
"Este tema es ampliamente apoyado por los parlamentarios del Reino
Unido. Los diputados han planteado este caso en varias ocasiones durante muchos
años, sin embargo la presentación de preguntas parlamentarias, reuniones en la
Cámara de los Comunes y mociones parlamentarias. En 2013 126 diputados firmaron
una moción parlamentaria pidiendo derechos de visita y en apoyo a los Cinco.
Queremos ver a los Estados Unidos poner fin a esta tragedia humana tan pronto
como sea posible "
Rob Miller, Voces por los Cinco, dijo
"La última semana editorial en el New York Times refleja la opinión
internacional de que cualquiera que sea la historia de los dos casos,
cualesquiera que sean las circunstancias, 16 años es tiempo suficiente y ahora
es el momento de llegar, encontrar una solución, y enviar Alan Gross y los
restantes tres cubanos de vuelta a casa "
Kevan Higgins, Primera Secretaria de Asuntos Políticos, dijo que él dio la
bienvenida a la oportunidad de reunirse con la delegación y escuchar sobre el
caso. Él citó un informe de dos páginas enviada a través de Washington, que
reiteró la posición de Estados Unidos de que no había equidad entre el trabajo
de los tres cubanos que se dedicaban a 'espionaje' y el de Alan Gross, que fue
"puramente un trabajador humanitario '.
Había sin embargo, se intercambiaron discusiones y detalles interesantes y
fructíferas sobre diversas vías para mirar lo que podría ayudar en el avance
hacia las posibles soluciones a los dos casos.
Sr. Higgins aseguró a la delegación que el recurso de indulto humanitario y
las copias del informe de la Comisión sería entregado a tanto el embajador
estadounidense Matthew W. Barzun y al presidente Obama en Washington.
El informe de la Comisión Internacional de Investigación puede ser visto en
su totalidad aquí
No
es la primera vez que le escribo. Mis primeras cartas estaban llenas de
admiración por sus discursos y esperanzas por todas las posibilidades
que tendría para hacer justicia desde su posición de Presidente del país
más potente del mundo. Sucedieron años de decepción por sus acciones, o
más bien por falta de actuar justa y humanitariamente en el caso de los
Cinco Cubanos (The Miami Five) injustamente encarcelados en prisiones
de su país, pero hoy retomo la palabra para recordarle que aun Ud. tiene
la posibilidad de actuar dignamente.
Cuantas
personalidades que representan lo más puro y decoroso de nuestra
civilización se han dirigido a Ud. con el mismo mensaje: exhortándole a
ejercer un acto digno que ilumine con justicia y humanidad días oscuros
de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
Solo con firmar Ud. puede
conmutar las sentencias de Gerardo Hernández, quien cumple dos cadenas
perpetuas en la Prisión de Máxima Seguridad de Victorville, California,
Antonio Guerrero, quien está cumpliendo 22 años en la Prisión Federal de
Marianna, Florida y Ramón Labañino (conocido como Luis Medina), quien
se encuentra cumpliendo 30 años en la Prisión Federal de Ashland,
Kentucky.
Mientras Ud. se mantuvo en silencio, Fernando González y René
González cumplieron sus injustas condenas y solo el cursar del tiempo
permitió que disfrutaran en libertad el amor de sus familiares y del
pueblo cubano.
Los
Cinco Cubanos nunca han sido una amenaza para la seguridad de los
Estados Unidos, nunca se pudieron ofrecer evidencias por lo que se les
inculpa y Ud. lo sabe. El único delito cometido en este caso fue
prevenir actos terroristas contra Cuba por parte de los grupos
paramilitares cubanos de la extrema derecha en la Florida y de lo que
hay innumerables evidencias, y Ud. lo sabe.
¿Hasta
cuando tendremos los cubanos que abatir el odio e incomprensión de su
gobierno? ¿Hasta cuando permanecerá ciego su gobierno para apreciar que
el mundo entero (con excepción del no admirado país de Israel) reconoce
ilegal su bloqueo económico contra Cuba? ¿Hasta cuando más allá de no
aceptar la determinación de Cuba de construir su futuro a su forma, se
alinea con lo mas despreciable de la conducta humana representado en los
cubanos terroristas que pululan impunemente en la Florida?
Quisiera pensar que es la ultima vez que le escribo para pedirle que reflexione y actué con valentía y dignidad,
Celebrando el Día de los Padres en junio de 1991. Fotos: Cortesía de Adriana Pérez
¿Cómo nace un héroe? ¿De qué arcilla están hechos los hombres que
despiertan la admiración de sus semejantes y se convierten en
paradigmas? ¿Será que la diferencia la hace la propia vida y el entorno
en que crecen? ¿Acaso la diferencia la determinan los valores que les
inculcan la familia, la escuela y la sociedad en que se desarrolla su
existencia?
Preguntas interesantes que nos hacemos todos y Gerardo Hernández Nordelo, el cubano joven al que nos aproximamos con estas pinceladas, nos responde desde su injusta prisión con la sencillez habitual.
“Mi madre nació en las Islas Canarias, llegó a Cuba a la edad de 15
años, y fue una persona sin mucha escuela. Hasta sus últimos días
siempre se ocupó de las labores del hogar. Crió primero a sus hijos y
después a sus cinco nietos. Si bien no era mucho lo que podía aportar a
mi formación política, le debo en buena medida mis valores éticos y
morales. Era una persona muy humilde, tan carente de todo tipo de
maldad, que a veces se lo señalaban como defecto. Siempre fue muy
preocupada por los demás, mucho mas que por ella misma.
Junto a su madre y sus dos sobrinas en marzo de 1992.
«Se sabe que los hijos nunca somos una copia fiel de nuestros padres,
pero siempre he dicho que cuanto pueda haber en mí de humildad, de
bondad y cualquier otra característica que se desprenda de lo anterior,
se lo debo a ella, a su ejemplo, y a la crianza que me dio.
«Mi padre y ella se complementaban. El viejo no era muy dado a
mostrar afecto, pero su imagen de rectitud y su fuerte carácter
escondían un gran corazón. No tengo muchos recuerdos de salidas o paseos
con él en mi infancia, porque era una persona totalmente entregada al
trabajo. Desde que tuve uso de razón, y hasta que la enfermedad lo
obligó a retirarse, trabajó en el giro de las tenerías y para él no
existían los horarios. En los fines de semanas, si no tenía trabajos
voluntarios en algún lugar, su “descanso” era trabajar en algo de la
casa.
«En el hogar era la contraparte de mi mamá. La vieja ponía la
ternura, y él era el que establecía el orden. “Deja que venga tu padre”,
era una frase que yo nunca le quería escuchar a mi mamá. El viejo era
muy revolucionario, y desde temprano fue militante del Partido. Él y mi
hermana María del Carmen tuvieron mucho que ver en mi formación
política. Esta última, cuando murió en un accidente en 1998, era
Teniente Coronel de las FAR y profesora del Instituto Técnico Militar,
donde había estudiado.
«Durante mi infancia, hasta que empezaron a llegar los cuñados y
sobrinos, el núcleo familiar lo componían además mis padres y mis dos
hermanas, y de cada uno ellos aprendí algo. Sobre todo les agradezco el
haber sido una familia funcional, unida y sin grandes conflictos. Ni de
mis padres ni de mis hermanas recibí nunca un mal ejemplo que me
pudiera haber marcado o influido negativamente. Es algo en lo que uno no
se detiene a pensar con frecuencia cuando es un muchacho, pero después
se da cuenta de su importancia.
«Pero si bien el hogar y la familia influyeron considerablemente en
mi formación, pienso que mi paso por el Instituto Superior de Relaciones
Internacionales (ISRI) fue esencial en ese sentido. Allí no solo
tuvimos un claustro de profesores de lujo, sino que coincidí con un
grupo de compañeros de los cuales aprendí muchísimo.
«Algunos venían de la Facultad Obrera y eran mayores que los que
acabábamos de terminar el Pre. Había militantes del Partido, dirigentes
sindicales, y algunos hasta habían cumplido misiones internacionalistas.
“Los viejos”, como les decíamos, ingresaron al ISRI para ser
estudiantes a tiempo completo, y se convirtieron en verdaderos
formadores para aquel grupo de muchachos de menos experiencia que
veníamos de preuniversitario. Entre los jóvenes también los había con
tremenda trayectoria como líderes estudiantiles, Vanguardias Nacionales,
y la interacción con todos ellos fue esencial en mi formación.
«Fueron dos escuelas paralelas, la de Relaciones Internacionales, y
la de ética, política, ideología, moral, que fue el resultado de pasar
seis años de mi vida compartiendo todo tipo de experiencias con ese
grupo al que tanto agradezco y del que tan buenos recuerdos tengo.
«Siempre me inspiraron los héroes y mártires de nuestra historia, y
de manera muy especial los de la historia más reciente. Los jóvenes de
la Generación del Centenario, los combatientes de la Sierra y del Llano,
los de Girón… Me ha inspirado siempre el ejemplo del Che, por supuesto,
y los de Fidel, Raúl, Almeida…
«Me inspiran los héroes anónimos de nuestra Patria, los de ayer y los
de hoy, algunos que he tenido oportunidad de conocer, y otros que nunca
conoceré, pero sé que existen. Cuando uno se encuentra en una situación
como la nuestra, necesita inspiración desde que abre los ojos todos los
días, porque nunca se sabe lo que nos va a deparar la jornada, y lo
nuestro ya pasa de 15 años; así que, saquen la cuenta…
«Me inspiran las cartas y demás muestras de solidaridad que,
constantemente, recibimos. Me inspiran todos los patriotas, nuestros
combatientes internacionalistas, los médicos, maestros y demás
colaboradores que cumplen nobles misiones en los más diversos rincones
del mundo. Me inspiran los deportistas que defienden los colores de la
bandera. Los bailarines, músicos y artistas en general que recorren el
mundo poniendo en alto nuestra cultura.
«Me inspiran todos los cubanos que, aun residiendo fuera del país, no
se montan en el carro del odio ni se prestan para el jueguito de
denigrar y agredir a su patria. Me inspira el viejito que hoy a lo mejor
tiene que pasar trabajo vendiendo maní en una esquina porque su pensión
no le alcanza, pero sigue apoyando la Revolución, porque ve el vaso
medio lleno, y no medio vacío.
«Y créanme que no es muela. Cuando abro un periódico y leo lo que
dijo Viengsay Valdés sobre lo importante que es Cuba para ella, eso me
inspira. Cuando leo la historia de la muchacha que pidió un lote de
tierra lleno de piedras y de marabú, y hoy es una productora destacada
de alimentos, me inspira. Me inspiré cuando leí sobre el ponchero en Las
Tunas que en su negocio daba prioridad a las ambulancias y no les
cobraba. Todo eso me estimula, porque me reafirma en la convicción de
que uno no se ha sacrificado por gusto, y de que, aunque hayan algunos
que se desalienten, siempre habrá muchos otros cubanos dispuestos a
llevar la antorcha, y a poner su cuota de sacrificio no solo para
sobrevivir, sino para seguir resolviendo nuestros problemas, y para que,
con permiso de Pablo, esa sociedad que no es perfecta, se acerque cada
vez mas a lo que simplemente soñamos».
Quienes
visiten el «hueco» nacido de la sensibilidad humana y artística de Kcho
podrán testificar mejor la inmensa dignidad de cinco hombres a quienes
se les pretendió doblegar. No es lo mismo que se cuente lo vivido a que
cada quien lo viva; que sienta, aunque sea por breves minutos, el drama
de vivir de ese modo
Los
uniformes naranjas, las alambradas, el espacio reducido, el duro
protocolo de las cárceles de máxima seguridad estadounidenses. Dos
hombres visten las ropas de reos y siguen el ritual; desde afuera se
asiste a lo que Fernando González resumió como «una experiencia
horrorosa». Antes de que inicie la acción plástica, Kcho (Alexis Leiva
Machado) va de un lado a otro, ultima detalles. René y Fernando apoyan
con sus presencias, como antes hicieron con sugerencias al artista. Los
familiares de ellos y de Gerardo, Antonio y Ramón completan el cuadro
familiar al que todavía le faltan tres de sus miembros.
No agradezcan el silencio
convocó este sábado a muchos al Museo de Bellas Artes. Flashes,
grabadoras, periodistas, por doquier… Kcho y René entran a El Hueco, se
escapan, necesitan un segundo antes de que todo comience. Pero en El
Hueco recreado por el artista, como aquel donde los Cinco fueron
confinados durante 17 meses, las cámaras todo lo ven. Desde afuera es
posible asistir a ese último minuto. René ordena las piezas del ajedrez
de cartón. Es fácil adivinar el torrente de emociones: es un tablero
igual al que construyó hace 15 años atrás. Cuántos recursos usaron para
sobrevivir en tan difíciles condiciones. Mientras René parece que
acaricia el caballo o el alfil, Kcho le susurra, quizá le cuenta cómo
serán las cosas. Se abrazan en ese espacio simbólico y es un modo de
acercar a los tres hombres que nos faltan, Gerardo, Antonio y Ramón.
Afuera,
Fernando está seguro de que no es lo mismo que se cuente lo vivido a
que cada quien lo viva; que sienta, aunque sea por tan breves minutos,
el drama de vivir de ese modo…
Después
se escucha una voz amenazante: «Abra la boca, saque la lengua, sacúdase
el pelo y las orejas, vírese de espalda…». Dos hombres se ponen en la
piel de esos héroes que no claudicaron, y el uniforme naranja deja de
ser una imagen lejana. Las cadenas, los portazos de los carceleros, el
paso corto a que son obligados los reos esposados, el candado gigante
que les cuelga de la cintura. Siguen las normas. Como los Cinco, los
personajes no se quejan, pero tampoco van con la cabeza baja.
Los
videos de seguridad dan cuenta de lo que ocurre. René y Fernando saben
exactamente lo que viven quienes los representan. Se ven serios —cada
uno cumplió íntegramente su injusta condena—, pero Gerardo, Tony y Ramón
pueden en cualquier momento volver a celdas de castigo, porque aún
están tras las rejas de prisiones estadounidenses.
La
instalación reprodujo cada detalle: el piso de cemento sin pulir y
aparentemente mojado, el sanitario de aluminio, el óxido de la llave de
la ducha, las cucarachas en la pared, la cama de hierro empotrada, el
fino colchón, el rollo de papel higiénico, el banco fundido, la pequeña
mesa, el ajedrez y el diminuto lápiz… Todo dispuesto como fue entonces,
en un espacio que aprisiona sin necesidad de rejas, aunque están.
Sin
embargo, los hombres de la representación tampoco se ven derrumbados:
descansan en las incómodas camas, conversan, usan el tablero de cartón…
Nunca se convierten en lo que sus carceleros quisieron. Como tampoco lo
hicieron ni lo han hecho los Cinco más de 15 años después. Y Kcho,
cuando estuvo frente a todos, lo primero que hizo fue dedicarle la obra a
Fidel, por su espíritu de lucha.
Espacio para la reflexión
El
teléfono suena con insistencia. No voy a cogerlo, pensó (Kcho) en la
mañana de este sábado mientras lo absorbían los pensamientos sobre No agradezcan el silencio, que fue inaugurada en horas de la tarde.
«A
la tercera llamada levanté y era Antonio: “Estoy aquí celebrando porque
esto hay que celebrarlo. Dime de mis acuarelas. Aprendí en la cárcel…”
“Usted es tronco de acuarelista”, le dije… “Ahora voy a pintar el
juicio, así que tienes que hacer un tribunal…” “Vamos a hacerlo”,
respondí». Este intercambio de palabras entre dos grandes cubanos y
artistas fue narrado por Kcho durante la presentación al público de El
Hueco.
Kcho
contó su emoción, porque sintió extraordinario el ánimo de la voz que
le llegaba del otro lado de la línea; que Tony, en las condiciones en
las que pasa sus días, haya tenido ese gesto de amor, que solo habla de
la sensibilidad de sus hermanos y la propia.
Me
siento diferente después de haberlo escuchado, aseveró al hablar de
Guerrero, y exaltó la confianza de este en la victoria. Con la
espontaneidad que lo distingue y ante la presencia de decenas de
personas que acudieron al Museo, entre las que se encontraban Miguel
Díaz-Canel, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de
Ministros; Abel Prieto, asesor del Presidente cubano; Julián González
Toledo, ministro de Cultura, y Miguel Barnet, presidente de la Unión
Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), Kcho se refirió al
proceso de creación de esta colosal obra que, sin lugar a dudas,
contribuirá a fortalecer la solidaridad con Ramón, Antonio y Gerardo,
quienes aún permanecen presos injustamente.
No agradezcan el silencio
es un espacio para el amor, la paz y la reflexión, un espacio del arte
contra la injusticia, creado para reflexionar individualmente sobre el
hecho concreto del confinamiento en solitario al que los Cinco
estuvieron sometidos como castigo antes de ser llevados a juicio.
El
artista expresó que las sensaciones individuales, generadas por la
participación del espectador cuando visite la instalación, o cuando
decida pasar cinco minutos por la terrible experiencia vivida por los
Cinco, construirán un mensaje colectivo de denuncia, una acción del arte
contra la injusticia. Luego invitó a los presentes a entrar a El Hueco.
Una
llamada de Gerardo a su esposa Adriana paralizó por unos minutos a los
presentes. Aquí están todos, le decía ella: los familiares de los Cinco,
los periodistas, todos… Y pasó el teléfono a Kcho: Para mí es un honor
inmenso hablar contigo, me siento cada día más cubano, hermano. Te
estamos esperando y vamos a seguir batidos todos los días. Esta obra es
para Fidel y su espíritu de combate, le oímos decir a Kcho, quien afirmó
que Gerardo mandó saludos para el dedeté en su 45 aniversario y a la periodista Rosa Miriam Elizalde por la defensa de su tesis doctoral, apuntó.
Como
el recuerdo de una batalla que ganamos calificó René la sensación que
experimentó al entrar a la instalación. Eso fue lo que sentí, dijo, y
expresó: esperamos que la obra cumpla su cometido, que no es otro que
romper el muro de silencio que existe en el pueblo norteamericano
alrededor de los Cinco.
Siempre
digo que éramos felices antes de entrar al Hueco y los somos después de
haber salido porque Estados Unidos no tiene fuerza moral para quitarnos
esa felicidad. Queremos que las personas se sensibilicen, investiguen y
documenten sobre el caso, enfatizó René.
Nada
como experimentarlo en carne propia al menos unos minutos, dijo
Fernando, pues ello contribuirá a una mayor solidaridad y fuerza en la
lucha.
«Algo
debe andar muy mal en ese sistema para que un artista como Kcho tenga
que poner su talento para reflejar una experiencia horrorosa», manifestó
a los asistentes.
En un aparte con JR,
Fernando aseveró que es impresionante el trabajo que hizo Kcho al
reproducir una buena parte de lo que se siente al estar en un lugar como
ese. Reprodujo las circunstancias de la manera más fiel posible,
basándose en dibujos e informaciones nuestras. Vine antes de que se
terminara, pues tuvo la gentileza de mostrárnoslo, y le trasmitimos
algunas evidencias.
Las
acuarelas de Tony son la guía del recorrido en este espacio; y aunque
nos faltan tres, los Cinco se las agencian para estar unidos, para
hablarnos de su verdad, esta vez desde el arte, y seguir recabando el
imprescindible jurado de millones de personas que se necesitan para
traerlos de vuelta a casa.
Publicamos la conversación telefónica entre Gerardo y Kacho durante la inauguración de la muestra: Vea video hecho por Adán Iglesias en Juventud Rebelde