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Por Wilkie Delgado Correa*
El
12 de septiembre de 1998 marca una etapa, que dura dieciséis años
después, de la vida de 3 hombres que guardan injusta prisión en cárceles
de los Estados Unidos y que forman parte de los mundialmente conocidos
por los Cinco. Esta etapa no solo comprende las vidas de esos seres
excepcionales, sino incluye también las relaciones entre Cuba y los
Estados Unidos, tirantes desde hace más de cincuenta años y cuyas
manifestaciones más notorias han sido el bloqueo económico, financiero y
comercial y agresiones miles, que involucran estas últimas las acciones
terroristas contra Cuba, desarrolladas y planificadas desde el
territorio norteamericano por grupos pertenecientes a las mafias
cubanoamericanas.
Esta etapa de tan larga duración marca fundamentalmente un episodio
judicial, que aún se mantiene vigente en la Corte Federal de los Estados
Unidos, caracterizado por el más triste e indignante deselance, en el
cual la venganza política contra un país, Cuba, se descargó sobre la
existencia de cinco seres humanos, y en cuyo proceso la justicia,
simbólicamente representada con una venda que le cubre los ojos, fue
obligada a una ceguera y sordera funcionales para que no viera ni oyera
lo que era perfectamente evidente y audible durante uno de los juicios
más largo y trascendente de la historia en aquella nación.
Y aquello que campeó en los recintos judiciales a todos los niveles,
tuvo dos repercusiones en los medios de la prensa de la nación
norteamericana: en primer lugar, el escarceo de la jauría mediática
miamense, acuciada por el pago generoso a periodistas mercenarios por
parte del gobierno de los Estados Unidos, y en segundo lugar, por la
mordaza aplicada a la gran prensa del país para que un manto de silencio
no permitiera revelar el crimen que en nombre de la justicia se
cometió en la Corte Federal, en el Circuito de Apelaciones y en la Corte
Suprema de Justicia contra aquellos cinco prisioneros.
A partir de ahora, la fecha de un nuevo aniversario de la detención de
los Cinco, transcurrirán los días hasta noviembre, sin ningún otro hecho
connotado previsible en la sociedad norteamericana, que no sea el
famoso Día de Acción de Gracias, que se celebrará el día 27, o sea, el
cuarto jueves.
Como todos los años, ese día millones de estadounidenses celebrarán una
cena que forma parte de una de las tradiciones más antiguas de los
Estados Unidos. Esta celebración tiene su origen en la ofrenda que
hicieron los primeros colonos ingleses, que llegaron a bordo del
Mayflower en 1620 a tierras americanas. Sabemos lo que ocurrió
después, con la llegada de nuevas oleadas de inmigrantes, y quienes
invadieron los territorios indígenas y les arrebataron sus tierras y les
exterminaron de la manera más bárbara.
Pero en fin, las tradiciones son como las quiere cada pueblo y hay que
respetarlas. Así este acto primigenio, pudiéramos decir que de
confraternidad, con el tiempo devino en una celebración nacional, a
partir de que fuera proclamada oficialmente por el presidente Abraham
Lincoln en 1863, y que luego, en 1911, fue declarada oficialmente por el
Congreso.
Pero ahí no quedó todo, y mucho más recientemente, se instauró una
nueva ceremonia que tiene como protagonistas principales al presidente y
a una pareja de pavos.
Fue George H. Bush (padre), ¡vaya sensibles y humanos que son los
Bush!, quien oficializó esta ceremonia y a partir de entonces todos los
años se celebra con toda rimbombancia y protocolo.
Por lo tanto, es seguro que dos pavos que pasarán a ser famosos, cuyos
nombres aún no se conoce, tendrán el raro y especial privilegio de
recibir el indulto del presidente Obama, como ya ha venido ocurriendo
tradicionalmente. Los mencionados pavos se salvarán de ser cocinados en
la tradicional cena de Acción de Gracias, que conlleva al sacrificio de,
vaya Ud a saber, de cuantos millones de otros pavos. Es una verdadera
suerte la que tendrán estos pavos al recibir el indulto de Obama, ya
que, además de la vida, posarán en fotos con el presidente y recibirán
un espacio destacado en la prensa norteamericana.
También en ocasión de la fecha, Obama deberá, como presidente, ejercer
la facultad constitucional, realizable en cualquier momento que lo
considere pertinente, de conmutación de penas o de indultos, entre
cientos y decenas, respectivamente, de solicitudes al respecto.
Si tenemos en cuenta que existen 2,3 millones de estadounidenses
presos, de los cuales unos 200 000 son reclusos en prisiones federales,
podemos entender que este último recurso sea solicitados por quienes más
méritos tengan para ser tomados en consideración, mediante un proceso
en el cual se incluyen las características o fundamentaciones de los
casos, relevancia de los solicitantes, así como las circunstancias
peculiares del caso para el derecho a la misericordia, y la tramitación y
recomendación de la Oficina del Fiscal del Perdón del Departamento de
Justicia, que finalmente pasa los casos a la disposición del Presidente
para su aprobación o negación.
Una jurista norteamericana ha señalado que los presidentes también han
utilizado la autoridad del perdón para corregir errores y rehabilitación
de recompensa en muchos casos destacados. Ningún sistema legal debería
tener que depender de la clemencia ejecutiva para hacer justicia, pero
no la nuestra.
En relación con los Cinco Héroes Cubanos, cabe señalar que quizás
ningún otro caso califique con más mérito para recibir el indulto
presidencial. Cientos y miles de solicitudes, a nivel individual e
institucional (personalidades, parlamentos, iglesias, sindicatos,
partidos, organizaciones, etc., se han dirigido a Obama con argumentos y
razones que prueban la relevancia de atenderlas como una prioridad de
interés nacional y como un acto de la más elemental justicia. Son tan
contundentes los hechos y circunstancias que se manejan desde los puntos
de vista del derecho, la ética, la política y los valores humanos, que
sería un crimen no atender la petición y no conceder el indulto.
Y habría que añadir que con ello, más que ejercer un perdón
presidencial, en el caso de los cinco cubanos presos, sería reivindicar y
honrar la justicia, y dar crédito y manifestar, con un acto de altura y
grandeza moral, el respeto por quienes en todas partes del mundo,
incluyendo en el propio seno de los Estados Unidos, han clamado por la
liberación. Así que en lo que resta de estos meses del año, estamos seguros que Obama indultará a una pareja de pavos por segunda vez.
En cuanto al indulto de nuestros 5 Héroes y de otros presos en cárceles
federales, queda la incertidumbre de que antes del Día de Acción de
Gracias, Obama se decida a ejercerlo en forma responsable y justa. Es
una gran oportunidad del presidente para una buena acción en fecha tan
significativa para la sociedad americana.
Ojalá Obama escuche la voz universal que reclama la justicia y la
libertad para Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino.
Merecen el indulto como nadie, aunque otros también lo merezcan recibir,
pues sus nombres están en las conciencias de millones de personas de
este mundo.
Unas preguntas nos asaltan en esta fecha del décimo sexto aniversario
de la detención de los Cinco: ¿Habrá hecho la tramitación y
recomendación correspondiente la Oficina del Fiscal del Perdón del
Departamento de Justicia, que finalmente pasa los casos a la disposición
del Presidente para su aprobación o negación? ¿Aprobará Obama el
indulto merecido de los tres antiterroristas cubanos que cumplen prisión
injusta en los Estados Unidos? Nosotros esperamos eso en el Día de
Acción de Gracias. (We expect that in the Thanksgiving Day) *Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba
Por Salim Lamrani Alan
Gross, agente estadounidense, cumple una pena de prisión de 15 años en
Cuba desde 2009. Por otro lado, tres agentes cubanos están encarcelados
en Estados Unidos desde 1998. Existe la posibilidad de un intercambio de
presos y el caso de Gerardo Hernández, uno de los tres cubanos,
condenado a dos cadenas perpetuas, se prestaría particularmente a un
acuerdo humanitario. He aquí las razones en 25 puntos.
1.
Durante los años 1990, tras el desmoronamiento de la Unión Soviética,
el sector radical del exilio cubano basado en Florida multiplicó los
atentados contra Cuba, particularmente contra la industria turística
–sector vital para la frágil economía cubana- Esos atentados con bombas
causaron decenas de víctimas. Ante la impunidad de la que gozaban esos
grupúsculos violentos por parte de las autoridades estadounidenses, el
Gobierno de La Habana decidió mandar a varios agentes a Estados Unidos
para que se infiltraran en esas organizaciones criminales e impidieran
la realización de actos potencialmente mortíferos.
2.
En junio de 1998, tras reunir las pruebas relativas a las actividades
terroristas de 64 exilados de Florida, el Gobierno cubano invitó a La
Habana a dos oficiales del FBI para entregarles el informe. En vez de
arrestar a los responsables de los actos criminales, el FBI decidió
arrestar a los cinco agentes de los servicios de inteligencia
infiltrados. Se trata de René González Sehweret, Ramón Labañino Salazar,
Fernando González Llort, Antonio Guerrero Rodríguez y Gerardo Hernández
Nordelo.
3.
Tras un juicio denunciado por muchas instituciones jurídicas por sus
numerosas irregularidades, los cinco cubanos ganaron la primera
apelación en la Corte de Atlanta. El Tribunal estimó que no tuvieron un
juicio justo. Pero el Gobierno de Estados Unidos, a su vez, apeló esa
decisión y finalmente los cinco fueron condenados en total a cuatro
cadenas perpetuas más 77 años. El 13 de octubre de 2009 el Tribunal de
Florida, obligado por la Corte de Apelación de Atlanta a modificar las
sentencias de tres de los cinco detenidos, hizo públicas las nuevas
condenas. Así, la pena de Antonio Guerrero pasó de cadena perpetua y 10
años a 21 años más 5 años de libertad supervisada. El 8 de diciembre de
2009 la condena de Fernando González pasó de 19 años a 17 años y 9
meses. En cuanto a Ramón Labañino, se rebajó su condena a una cadena
perpetua más de 18 años a 30 años de prisión. Fernando González y René
González salieron de prisión tras cumplir sus condenas.
4.
Gerardo Hernández fue condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años por
conspiración para cometer un cuádruple asesinato. Se le acusa de estar
directamente involucrado en el incidente del 24 de febrero de 1996. Ese
día dos avionetas en las que se encontraban cuatro pilotos de la
organización terrorista Brothers to the Rescue (BTTR), basada
en la Florida, fueron derribados por las fuerzas aéreas cubanas tras
violar 25 veces el espacio aéreo cubano en 20 meses.
5.
José Basulto, presidente de BTTR, es un antiguo agente de la CIA que
participó en la invasión de la Bahía de Cochinos. Está gravemente
implicado en el terrorismo contra Cuba. Basulto admitió públicamente en
una entrevista televisiva en un canal de Miami haber participado en
varios atentados contra Cuba, incluso en el ataque de hotel con bazuca
en agosto de 1962.
6.
BTTR se fundó en 1991 para auxiliar a los cubanos que intentaban
alcanzar la Florida en balsas. En 1994, Washington y La Habana firmaron
acuerdos migratorios que permiten otorgar 20.000 visas al año a los
cubanos que desean emigrar. Esos acuerdos estipulan también que todo
candidato a la emigración encontrado en pleno mar sería automáticamente
devuelto a Cuba. A partir de esa fecha, BTTR perdió su razón de ser y
empezó entonces a organizar incursiones en el espacio aéreo cubano.
7.
Una cronología de los hechos permite entender los principales elementos
de esta historia. Durante los meses anteriores al grave incidente del
24 de febrero, las autoridades cubanas advirtieron varias veces a
Estados Unidos mediante notas diplomáticas y canales no oficiales de que
las reiteradas violaciones de su espacio aéreo constituía una amenaza
para la seguridad nacional y que las avionetas corrían el riesgo de ser
derribadas. Washington decidió ignorar esas advertencias.
8.
Varias veces, las avionetas de BTTR provocaron a las fuerzas armadas
cubanas en el espacio aéreo nacional e ignoraron las advertencias sobre
el riesgo de ser derribadas. Además de sus incursiones en la capital,
BTTR creaba interferencias entre la torre de control de La Habana y los
aviones comerciales que despegaban y aterrizaban en el aeropuerto
internacional José Martí, poniendo en peligro la vida de miles de
pasajeros cubanos y turistas extranjeros.
9.
El 13 de julio de 1995, BTTR sobrevoló el centro de la ciudad de La
Habana y lanzó 20.000 folletos, incitando a la población a sublevarse
contra el Gobierno.
10.
Ese mismo día, las autoridades cubanas transmitieron un correo a la
Administración Federal de Aviación de Estados Unidos enfatizando el
carácter ilegal de las incursiones en el espacio aéreo nacional y las
“graves consecuencias” que semejantes actos podían ocasionar si se
repitieran, aludiendo a la posibilidad de una respuesta militar.
11.
El Gobierno de Estados Unidos, en vez de tomar las medidas necesarias
para impedir esas graves violaciones del Derecho Internacional, dio todo
el margen necesario para que BTTR multiplicara sus incursiones, a pesar
de que rellenó varias veces falsos planes de vuelo que entregó a la
Administración Federal de Aviación.
12.
Gerardo Hernández no participó en ningún momento en las violaciones del
espacio aéreo cubano ni incitó a los miembros de BTTR a que cometieran
esos actos ilegales y peligrosos. Gerardo Hernández no disponía del
nivel jerárquico necesario en BTTR para impedir esos vuelos. Todo se
encontraba bajo el control de José Basulto.
13.
El Departamento de Estado emitió varias declaraciones alertando a BTTR
de que sus avionetas corrían el riesgo de ser derribadas si persistían
en violar el espacio aéreo cubano.
14.
En enero de 1996, BTTR lanzó 500.000 folletos sobre La Habana incitando
a la población a rebelarse contra el Gobierno. El 15 de enero de 1996,
Cuba exigió otra vez que Estados Unidos pusiera fin a las repetidas
violaciones de su espacio aéreo.
15.
Tras las violaciones del espacio aéreo nacional en enero de 1996, Cuba
advirtió a Washington de que en caso de nuevos vuelos las avionetas
serían derribadas. La Habana reiteró esas advertencias a todas las
personalidades que visitaron la isla entre el 15 de enero de enero y el
23 de febrero de 1996.
16.
El 22 de enero de 1996, el Departamento de Estado alertó a la Agencia
Federal de Aviación: “Uno de esos días, los cubanos derribarán una de
esas avionetas”. José Basulto declaró repetidas veces en los medios
informativos que era consciente del peligro.
17.
En febrero de 1996, las autoridades cubanas enviaron un mensaje a sus
agentes en Miami indicándoles que de ninguna manera debían participar en
los vuelos de BTTR.
18.
El 23 de febrero de 1996, la Agencia Federal de Aviación transmitió una
“alerta Cuba” a varias agencias indicando que BTTR había previsto una
nueva incursión en el espacio aéreo cubano para el día siguiente. “El
Departamento de Estado indicó que sería poco probable que el Gobierno
cubano se quedara cruzado de brazos esta vez”.
19.
El 24 de febrero de 1996, el Gobierno de Estados Unidos advirtió a las
autoridades cubanas de que tres avionetas de BTTR acababan de despegar
de Miami y que era posible que entraran en el espacio aéreo cubano.
20.
Tras varias advertencias, las fuerzas armadas cubanas derribaron dos de
las tres avionetas en el espacio aéreo cubano, lo que constituye un
acto de autodefensa según el Derecho Internacional. Ningún país del
mundo –aún menos Estados Unidos– habría esperado a la violación número
26 de su espacio aéreo por una organización, que lanzaba llamados a la
sublevación, para tomar semejante medida.
21.
No obstante, Estados Unidos afirma que, según sus datos satelitales,
las dos avionetas fueron derribadas en la zona internacional, lo que
constituiría un crimen del que se acusa a Gerardo Hernández. La
publicación de los datos satelitales permitiría levantar toda ambigüedad
al respecto. Ahora bien, desde 1996, Washington se niega a publicar
esas informaciones por cuestiones de “seguridad nacional”, a pesar de
que los abogados de Gerardo Hernández lo han pedido reiteradamente.
22.
En ningún momento Hernández estuvo implicado en la decisión de derribar
las avionetas que tomaron las autoridades cubanas al más alto nivel.
23.
Para condenar a Gerardo Hernández, la fiscalía debía demostrar que
existía un proyecto ilegal de derribar las avionetas de BTTR en el
espacio aéreo internacional, que Hernández tenía un conocimiento preciso
de este proyecto ilegal y que brindó su apoyo a semejante acción. La
fiscalía no pudo presentar la menor prueba que demostrase la implicación
de Gerardo Hernández en ese incidente. Mejor aún, el fiscal reconoció
que “a la luz de las pruebas presentadas en el juicio, esto [probar la
implicación de Hernández] constituye un obstáculo insuperable para
Estados Unidos”.
24.
La jueza Phyllis A. Kravitch, de la Corte de Apelación de Atlanta,
expresó su punto de vista sobre el caso de Gerardo Hernández: “No es
suficiente que el Gobierno simplemente muestre que ocurrió un derribo en el espacio aéreo internacional, el Gobierno debe probar más allá de toda duda razonable que Hernández estuvo de acuerdo
con un derribo en el espacio aéreo internacional. […] El Gobierno no
presentó prueba alguna, ni directa ni circunstancial, de que Hernández
estuviera de acuerdo con un derribo en el espacio aéreo internacional.
En cambio los indicios apuntan hacia una confrontación en el espacio
aéreo cubano, lo que niega el requisito de que estuviera de acuerdo en
cometer un acto ilícito”.
25.
Por todas esas razones, Barack Obama debe usar sus prerrogativas como
Presidente de Estados Unidos e indultar a los tres agentes cubanos que
aún quedan en prisión. Ello tendría como efecto inmediato conseguir la
liberación de Alan Gross y de este modo pacificar las relaciones entre
Washington y La Habana. *Doctor
en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris
Sorbonne-Paris IV; es profesor titular de la Universidad de La Reunión y
periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo deEduardo Galeano.
Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
Articulo publicado originalmente en Opera Mundi
Por Marlene Caboverde Caballero*
"El gobierno no es una razón, tampoco es elocuencia, es fuerza. Opera como el fuego; es un sirviente peligroso y un amo temible; en ningún momento se debe permitir que manos irresponsables lo controlen." George Washington Estoy en Washington, Distrito Columbia, en los Estados Unidos. Camino por avenida Pensilvania. Estoy asombrada, pero no es mi propósito admirar los museos, las galerías, estatuas y anuncios de la gran capital.
Llego hasta el número 1600. Se trata de la Casa Blanca, una mansión de arenisca gris con seis pisos y rodeada de un césped impecable, árboles y jardines hermosísimos. Cuenta con más de un centenar habitaciones, decenas de muebles y gran cantidad de objetos de alto valor patrimonial. Pero esos detalles también carecen de importancia para mí.
Mi propósito es, de alguna manera, hacerme oír en el ala oeste donde hay un despacho de cuatro puertas y forma ovalada. Supongo, que el Presidente está detrás de ese escritorio, fabricado con madera del buque británico Resolute, que lee y firma documentos “importantísimos” que ya otros rubricaron una y otra vez.
Llego y despliego mi tela donde los guardias de seguridad podrán leer Obama give me five. A mí alrededor muchas más personas llevan pancartas, letreros, altavoces. Quieren hacerse escuchar. En inglés, francés y español corean una y otra vez Libertad para los Cinco, Free the Five.
Otra manifestación, le informan al Presidente Barak Obama en su despacho. Imagino que sale y recibe al grupo, y se asombra al ver que son actores, escritores, sindicalistas, abogados, estudiantes, obreros, pacifistas.
Prefiero pensar que los emails y las cartas enviadas por nosotros y otras personas del mundo hablando de los cinco cubanos jamás llegaron a sus manos, que ni siquiera ordenó borrarlas, destruirlas, olvidarlas.
Estamos frente al Presidente de los Estados Unidos. Todos queremos hablar a la vez, pero es la amiga argentina Alicia Jrapko quien toma la palabra y echa a volar un discurso que conmueve hasta las piedras. Bill, su esposo, toma las fotos para la historia.
Imagino que hace pasar a la comitiva a la mansión presidencial y durante varias horas debate con nosotros el asunto que nos hizo coincidir en la Casa Blanca el 5 de junio de 2013: la libertad de Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Gerardo Hernández y Fernando González.
Presumo que queda pensativo, preocupado, que sus secretarios anotan fechas, acuerdos y decisiones que él dicta en la medida que crece su interés y nuestro entusiasmo.
Después, Danny Glover le cuenta la historia de Cardenal y Gerardo en Victorville; Alicia y Bill le muestran postales, dibujos, pinturas, libros y poemas creados por los Cinco y sobre los Cinco, y cierra el encuentro Mighty Gabby cantando Free Them (Libérenlos). Quiero creer que entonces a Obama se le mueven los pies y también el corazón.
Luego, el Presidente de los Estados Unidos firma el indulto para los presos antiterroristas cubanos y prepara una refriega para quienes les mantuvieron tanto tiempo tras las rejas.
Imagino que después nos encaminamos hacia la salida y por primera vez pensamos que aquellos jardines coloridos le quedan de maravilla a la Casa Blanca.
Justo antes de salir, nadie sabe cómo ni de dónde, brota la música de Lennon. Todos cantamos abrazados y hasta el propio Obama repite con el músico de Liverpool:
Imagina que no hay paraíso, Es fácil si lo intentas, Ningún infierno debajo de nosotros, Arriba de nosotros, solamente cielo, Imagina a toda la gente Viviendo al día...
Imagina que no hay países, No es difícil hacerlo, Nada por lo que matar o morir, Ni religiones tampoco, Imagina a toda la gente Viviendo la vida en paz
Imagina que no hay posesiones, Me pregunto si puedes, Ninguna necesidad de codicia o hambre, Una hermandad del hombre, Imagina a toda la gente Compartiendo todo el mundo...
Tú puedes decir que soy un soñador, Pero no soy el único, Espero que algún día te nos unas, Y el mundo vivirá como uno solo.
Mientras tanto, yo, bien bajito, repito a Silvio: Ojalá, Ojalá, Ojalá…
*Periodista cubana, trabaja en la emisora Radio Jaruco y es una de las fundadoras del Comité “Alas de Libertad” de esa emisora, por la Libertad de los Cinco
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Rosa C. Báez
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