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Por Alejandro Jussin
Cada día hasta que lo logremos, sigamos reclamándole a los yanquis,
con lucha, con voces y con esperanza,
LIBERTAD A LOS 5 PATRIOTAS CUBANOS REHENES DEL IMPERIO!!!!
Para Alejandro Jusim de René González Sehwerer
Hermano Alejandro, poeta, carpintero y pintor (de paredes), por todo ello creador pleno:
Fue un gusto -o suerte, o ambas cosas- que me hicieran llegar tu poesía, y junto a ella tu entrevista, que de manos de esa heroína que es Marta Speroni terminó en mí poder. De antemano debo de darte las gracias, y expresarte mi admiración por esa vida consagrada a la justicia que comenzaste bien temprano, bajo las más difíciles condiciones. Para nosotros, que tuvimos la suerte de que nuestros padres nos entregaran una patria sin dictaduras, la epopeya de los revolucionarios sudamericanos enfrentados a tanta brutalidad siempre ha sido motivo de admiración y respeto.
Que hayamos recibido de la Argentina tanta solidaridad no nos extraña, pero no deja de honrarnos. No sabemos si es merecida, pero nos compromete a seguir hacia adelante, a no claudicar y a representarles en estas circunstancias del modo que merecen. A ello nos comprometen tus versos.
Un abrazo fuerte desde las entrañas del imperio, para usted y para Marta.
Hasta la Victoria Siempre.
René González Sehwerert
Palabras
pronunciadas por René González Sehwerert, Héroe de la República de
Cuba, en el concierto: ¡Por nuestros Cinco Héroes, 15 años de injusticia
basta! en la Tribuna Antiimperialista José Martí, el 12 de septiembre
de 2013, “Año 55 de la Revolución”.
Cubanas y cubanos; personas de buena voluntad de todo el mundo: Cuatro
hijos de esta tierra languidecen en prisiones norteamericanas por el
crimen de defender la vida humana, por resguardar nuestro derecho a la
tranquilidad y a la existencia. Sus voces nos llegarán hoy desde sus
encierros y los harán libres de odios y rencores. Nos traerán esa
alegría de vivir que les hizo asumir este sacrificio en primera
instancia. Nos recordarán que sus espíritus no pueden ser quebrados por
todo el encono que el gobierno más poderoso de la historia humana ha
dejado caer sobre ellos. Se les castiga con tal saña porque
-parafraseando a un poeta- emiten una luz que para sus acusadores
resulta insoportable. Ellos
no vinieron de otro planeta. En estas calles dieron sus primeros pasos
y disfrutaron de la maravilla de sus primeras letras. Absorbieron aquí
de sus padres el alma y la historia de nuestros antepasados. Aquí
amaron y fueron amados. Fueron, como muchos de ustedes, jóvenes que
aquí gustaron de un concierto. Sólo que, cuando fue preciso, dieron el
paso para proteger todo eso, y cuando fue aún más preciso dieron a sus
fiscales una lección moral imperdonable. Y ha sido por eso todavía más
preciso que soporten todo ese rencor; pero lo han hecho con altura, con
el corazón ligero, con una sonrisa en los labios en los momentos más
difíciles. Gerardo,
Ramón, Antonio y Fernando son esta noche los presos de nuestra
felicidad; pero pudieron ser hoy cualquiera de ustedes tal y como
cualquiera de ustedes pudo estar en su lugar. Ellos vibrarán con cada
nota de este concierto. Junto a los corazones de ustedes los suyos
palpitarán a la magia de la música. La felicidad de ustedes será la
felicidad de ellos, porque ha sido y es esa felicidad alimento de sus
almas, fuente de su resistencia y razón primera de su sacrificio. Pero
siguen presos. Privados de todo lo que es suyo. Arrancados de entre
nosotros por un odio irracional. Y, aunque ellos nos convocan a la
felicidad, no debemos olvidarlo porque de ella siguen siendo los presos. Y
cuando la música cese y regresemos a la cotidianeidad, no podemos nunca
dejar de pensar que les debemos y nos debemos el traerlos de vuelta a
casa, y nos debemos, todos, el regalo de ese enorme concierto con que
habremos de celebrar su regreso a la libertad. Muchas gracias (Ovación.) FOTO Omara García/AIN
Niños, jóvenes y representantes de organizaciones políticas y sociales se reunieron en el ICAP para dar inicio a la Jornada por la Liberación de Los Cinco. Elizabeth y Adriana, esposas de Ramón Labaniño y Gerardo Hernández, respectivamente, intercambiaron con los asistentes a este solidario encuentro.
Esposas de Héroes conversan con los jóvenes
Por Linet Perera Negrín
En la Jornada Internacional, que comenzó ayer y hasta el 6 de octubre por los 15 años de la detención de los Cinco Héroes, Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, y Elizabet Palmeiro, esposa de Ramón Labañino, participaron en un conversatorio con las más jóvenes generaciones.
Los asistentes al diálogo en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) portaban cintas amarillas como demostración de apoyo a la convocatoria que lanzara el Héroe de la República de Cuba René González en esta jornada por el regreso de los luchadores antiterroristas cubanos.
Adriana Pérez aseguró que la lucha hay que llevarla en el corazón, porque saber que ellos salvaron más de una vida es suficiente para continuar.
La esposa del antiterrorista cubano Gerardo Hernández, pidió a los jóvenes que continuaran defendiendo la verdad de los Cinco.
La pregunta de uno de los alumnos de la secundaria Guerrilleros de América despertó en Palmeiro emociones al hablar sobre el periodo de separación con una mezcla de dolor y amor.
En la actividad estuvo presente también Giustino Di Celmo, padre de Fabio Di Celmo, víctima del terrorismo hace 16 años, e hijos de los mártires del criminal atentado a un avión cubano en Barbados en 1976. Ellos hablaron de su dolor y las consecuencias del terrorismo.
El ICAP también fue sede de una venta de textos relacionados con la lucha contra el terrorismo y el libro Enigmas y otras conversaciones de Antonio Guerrero.
La interpretación del cantautor Eduardo Sosa llegó para cerrar esta tarde de recuerdos y acciones, mientras las cintas amarillas fueron un llamado a la opinión internacional y un símbolo de que Cuba espera a sus hijos.
Con informaciones de Granma y Youtube
Por Manuel E. Yepe*
René
González es uno de los 5 héroes antiterroristas luchadores por la paz,
sentenciados -hace 15 años el 12 de septiembre- a infames condenas en
EE.UU., acusados de infiltrar las bandas de extremistas cubanos
auspiciados por la CIA y otras organizaciones dedicadas a promover la
subversión en Cuba desde el sur del estado de la Florida. Él
ha sido el único que ha cumplido su injusta sanción y, luego de una
complementaria reclusión domiciliaria en territorio de Estados Unidos,
le ha sido permitido regresar definitivamente a su patria. No obstante,
todos han decidido mantenerse firmemente identificados como “los Cinco”
hasta tanto, juntos todos, disfruten de libertad en Cuba y celebren el
cumplimiento del deber patriótico y humanitario. Desde
Cuba, René González ha convocado a sus compatriotas a una jornada
masiva de recordación por el aniversario, en la que los participantes
porten cintas amarillas o las coloquen en árboles y otros lugares
visibles con motivo del decimoquinto aniversario de su injusto encierro. Retoma
así la letra de la canción “Tie a Yellow Ribbon Round the Old Oak Tree
(Ata una cinta amarilla en el viejo roble)” de Irwin Levine y L. Russell
Brown e interpretada por Tony Orlando, que ocupó en 1973 los primeros
lugares en la preferencia popular. En la canción, un ex recluso le
comunica a su novia que, si desea reanudar relaciones con él, coloque
una cinta amarilla en determinado árbol frente a su casa. Al paso por el
sitio acordado, el ex reo descubre que cien cintas amarillas habían
sido atadas en el árbol. El
mensaje sencillo y directo de René tiene un significado común para los
pueblos de las dos orillas del Estrecho de la Florida: “dejen a los
cinco cubanos volver a casa porque unos y otros los queremos de vuelta
con los suyos”. Menos
de 12 horas después de que René lanzara esta idea ya los cubanos de
toda la isla buscaban no solo cintas amarillas sino todo lo que tuviera
este color para adornar a toda Cuba con este color. Un amarillo que,
además, es para la Santería el color de Ochún, deidad que, a su vez, es
para los católicos la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de los
cubanos y parte de la identidad nacional cubana cuyo día se celebra el 8
de septiembre. Esta
será una manera nueva de expresar algo que se ha manifestado en las
interrelaciones entre cubanos y estadounidenses por infinidad de años:
por difíciles que sean las circunstancias no puede haber animosidad
entre los dos pueblos. Son relaciones amistosas en los niveles más
cotidianos que se muestran en cosas como la afición por el beisbol, las
recíprocas influencias en la música popular y en muchos otros aspectos
de la vida cotidiana en ambos lados del Estrecho de la Florida. El
heroísmo de los cinco antiterroristas cubanos sirvió para que las
autoridades políticas y policiales estadounidenses contaran con
evidencias irrebatibles acerca de las acciones criminales que se urdían
en el sur de la Florida. Pero, por el control del ambiente policial y
político que tienen en el estado de la Florida las organizaciones de
extremistas anticubanos protegidas por la CIA, sucedió que, en vez de
ser arrestados los asesinos, lo fueran los luchadores por la paz
denunciantes. Luego
vino una tortuosa manipulación de los procesos judiciales que condujo a
absurdas condenas de hasta tres cadenas perpetuas sin que se hubiera
probado en todo el proceso judicial un solo muerto, herido o hecho de
violencia imputable a los acusados. A
ninguno de los pacifistas cubanos se le pudo probar siquiera el delito
de espionaje, por cuanto se evidenció en los juicios que ellos no habían
buscado ni obtenido ninguna información que pusiera en peligro la
seguridad de Estados Unidos sino información relacionada con los
preparativos terroristas de las organizaciones extremistas de emigrados
cubanos. Como
no podían ser acusados de algo suficientemente grave para cumplir los
objetivos políticos que se proponía la fiscalía, los cargos más
importantes formulados contra ellos se limitaron a la acusación de
“conspiración para cometer delito” para lo que no se requerían
evidencias concretas que jamás existieron. Para
evitar la reacción de la población estadounidense contra tan
escandaloso fraude legal, se aplicó en los mayores consorcios de la
información una rígida política de censura a la divulgación de los actos
judiciales y las condenas impuestas, que es precisamente el silencio
que pretende contribuir a quebrar la jornada de las cintas amarillas a
la que ha llamado René González. Septiembre de 2013. *Abogado,
periodista, economista y politólogo. Profesor adjunto del Instituto
Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Entre otros importantes
cargos, fungió como Director Nacional fundador del Sistema de
Información Tecnológica (TIPS) del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) en Cuba y Secretario del Movimiento Cubano por la Paz y
la Soberanía de los Pueblos. Imagen de Adán, tomada de Periódico Trabajadores
Alocución de René González, Luchador antiterrorista y Héroe de la República de Cuba, en la TV el 3 de septiembre de 2013
Queridos compatriotas:
Ante todo les pido excusas por irrumpir en este momento. Sé lo que significa este espacio para la familia cubana y les prometo que seré breve, pero es necesario que esta alocución llegue a la mayor audiencia posible.
Como se sabe, el próximo 12 de septiembre se cumplirán 15 años de nuestros arrestos. Todos los años se hace una jornada tanto nacional como internacional para demandar que se nos haga justicia, pero queremos que la jornada que se realizará este año entre el cinco de septiembre y el seis de octubre sea una jornada única, sea una jornada especial, protagonizada por ustedes.
Quince años en la vida de un ser humano es mucho tiempo. Los hijos crecen, se convierten en hombres, en adolescentes; familiares fallecen y no están más con nosotros; y parte de la población cubana ha nacido en estos quince años.
Yo cumplí mi sentencia íntegramente, pero tenemos que impedir que eso suceda con mis cuatro hermanos por todo lo que implica y, aunque es duro decirlo, tenemos que recordar que eso para Gerardo implica que si los designios del gobierno norteamericano se cumplen, él moriría en la cárcel.
Durante estos años hemos tenido como protagonista del cariño al pueblo cubano. Ese cariño se ha manifestado de todas las formas posibles en las cartas, en los mensajes, en los dibujos de los niños y ese cariño es el que queremos que sea en esta ocasión el protagonista de la jornada.
Yo he tenido ocasión de sentirlo, de vivirlo, de palparlo, de experimentarlo en las calles de Cuba, de todas las formas posibles y en cualquier punto geográfico de la Isla y ese es el cariño que le estamos pidiendo que se manifieste en esta ocasión, donde ustedes lo hagan de la forma en que quieran, con toda la diversidad que nos caracteriza como cubanos y en la mejor manera que cada cual considere en su aula, en su centro de trabajo, en su barrio, en su proyecto comunitario, que puede ser capaz de manifestarlo.
Para la jornada se están preparando iniciativas que serán anunciadas, pero creemos que lo más importante es que cada uno de ustedes se una a esas iniciativas a su manera, de la forma en que considere que puede hacerlo.
Yo solo tengo para el pueblo una exhortación personal, que requiere de una historia. Yo quiero que este 12 de septiembre en el país se produzca un terremoto: un terremoto hermoso, un terremoto de amor, un mensaje del pueblo cubano al pueblo norteamericano a través de un símbolo que para el norteamericano medio es un símbolo de amor, es un símbolo de cariño y es un símbolo que ellos lograrán entender en su idioma; y ese símbolo es la cinta amarilla.
Quiero que el doce de septiembre el país se llene de cintas amarillas y que el visitante o el corresponsal extranjero que esté en la Isla no pueda ignorarlo. Que ese día la Isla de Cuba se sacuda y aparezcan cintas amarillas en los árboles, en los balcones, en las personas, como quiera que se les ocurra usarlas, en las mascotas, como ustedes lo decidan, que esas cintas amarillas llenen al país y que no pueda ser ignorado, que no pueda dejarse de reportar al mundo que el pueblo cubano está esperando por cuatro de sus hijos que están presos en Estados Unidos.
La cinta amarilla es un símbolo que ha entrado en la cultura del norteamericano, que se inició durante la Guerra Civil inglesa cuando las esposas de los combatientes los esperaban con cintas amarillas.
Luego fue transmitido a la Guerra Civil de los Estados Unidos y a través del tiempo con sus altas y sus bajas, ha ido cambiando de significación hasta que en los años setenta del siglo pasado una canción que hizo época la volvió a poner en la cultura norteamericana.
La canción es una hermosa historia de un preso que está al salir de la cárcel y que lo único que le pide a su prometida es que si aún lo ama, ponga una cinta amarilla en un árbol. A través de la letra, de la lírica de la canción, se va desarrollando la ansiedad de ese hombre que va a salir de la cárcel y su espera por saber si en el árbol va a estar la cinta amarilla y cuando él llega al lugar lo que ve en el árbol son cien cintas amarillas.
A partir de ese momento esa cinta se ha convertido en un símbolo para el norteamericano que espera a alguien en una misión en el exterior, que espera a un soldado, que espera a un ser querido y ese es el mensaje que queremos que ustedes le hagan llegar al pueblo norteamericano: que sepan que el pueblo cubano está esperando a cuatro de sus hijos. Que no es solamente la familia, que no es solamente quien los conoce personalmente, sino que hay un país, hay un pueblo que está esperando a cuatro de sus hijos injustamente encarcelados en los Estados Unidos.
Contamos con ustedes para eso, confiamos en ustedes. Queremos que sea una jornada distinta y también queremos que sea la última jornada y creo que este es el momento de traerlos a casa y para eso contamos con el apoyo de ustedes.
Muchas gracias.
(Transcripción Danay Portal/Cubadebate)
"...esa cinta se ha convertido en un símbolo para el norteamericano que espera a alguien: que sepan que el pueblo cubano está esperando a cuatro de sus hijos"
Una tradicional canción norteamericana ahora clamando lazos amarillos por Los Cinco. Interpretada por Frank Fernández, Kiki Corona, Amaury Pérez, Gretell Barreiro, Silvio Rodríguez, Luna Manzanares
Tie a yellow ribbon round the old oak tree
Por Claudia Fonseca Sosa Aunque
para René González las fechas convencionales no son tan importantes,
este 13 de agosto es especial. Luego de pasar tantos años recluido
injustamente en una cárcel estadounidense, finalmente puede festejar su
cumpleaños 57 en familia y en su amada Cuba.
René nació en la
ciudad norteamericana de Chicago, el 13 de agosto de 1956. Sus padres
cooperaban desde allí con el Movimiento 26 de Julio y tras el triunfo de
la Revolución se instalaron definitivamente en Cuba, hasta que en 1990
René regresa a Estados Unidos.
Ahora, tras renunciar a su
ciudadanía estadounidense, la jueza del Distrito Sur de la Florida, Joan
Lenard —la misma que lo sentenció en el 2001 a 15 años de prisión por
luchar contra el terrorismo—, modificó las condiciones de su libertad
supervisada y, felizmente, le permitió permanecer en la isla.
Sin
embargo, la felicidad de René no será completa en la celebración. No
estarán presentes físicamente ni Cándido su padre, ni su hermano
Roberto. También le faltan sus cuatro hermanos de lucha, Ramón Labañino,
Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Fernando González, quienes
continúan afrontando largas penas por "el delito" de defender los
intereses de la nación y del pueblo cubanos.
"No me voy a sentir
completamente libre hasta que mis cuatro hermanos no estén en la Patria
con sus familias", ha dicho René, quien al igual que sus compañeros
lleva en su pecho la condición de Héroe de la República de Cuba.
"El
caso de los Cinco —ha expresado— es un crimen que se comete frente a
toda la humanidad, es un crimen que se comete cada día del año y se está
cometiendo ya durante 15 años".
"Para nosotros está claro que no
serán consideraciones legales las que hagan que el Gobierno
norteamericano corrija esta injusticia. Esto es un caso político, las
leyes han sido solamente el adorno que se ha utilizado para llevar a
cabo una venganza: para vengarse de Cuba, para vengarse de nuestro
pueblo en el cuerpo de los Cinco".
Quiso el destino que su
natalicio coincidiera con el aniversario del líder de la Revolución,
Fidel Castro, a quien en un mensaje divulgado en octubre del 2011 le
agradeció por servirles de "inspiración". "Para nosotros es un honor
servir a la causa que usted inspiró en el pueblo de Cuba, ser seguidores
de usted, seguidores del camino que usted y Raúl abrieron, y nunca
dejaremos de ser merecedores de esa confianza que ustedes depositaron en
nosotros".
Tomado de Periódico Granma
Foto Arelys María Echevaría: René y familiares en visita a Mausoleo del Che
Intervención de René González
Sehwerert en el Primer Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de
la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 6 de
julio de 2013, «Año 55 de la Revolución»
Ante todo, buenos días, y un caluroso
saludo no solamente a esta Asamblea, sino a todos los otros períodos de la
Asamblea Nacional, que ha sido un puntal en la lucha por la liberación de los Cinco.
Para nosotros, el recibir el título
de Héroe de la República de Cuba, en sesión de esta Asamblea, primero, por
la manera en que se hizo, fue una sorpresa; segundo, fue uno de los momentos
más emotivos y que más nos honró durante el cumplimiento de esta misión. Y
también es un compromiso, un compromiso con ustedes y con el pueblo de Cuba.
No podemos mencionar el apoyo que hemos recibido de esta
Asamblea, sin mencionar el nombre del compañero Ricardo Alarcón, quien durante
todos estos años la dirigió y ha sido un puntal en la lucha por la liberación
de los Cinco (Aplausos).
El caso de los Cinco es un crimen que se comete frente a
toda la humanidad, es un crimen que se comete cada día del año y se está
cometiendo ya durante 15 años; es un crimen que se comete con la misma
impunidad con que se miente al mundo para destruir a Iraq y apropiarse de sus
recursos, o con la misma impunidad con la que se hace arrodillar a un continente
para que le impida al Presidente de un país latinoamericano sobrevolar su
espacio aéreo.
El caso de los Cinco es un crimen deliberado, calculado,
metódico, no es un caso de justicia equivocada; no es el caso del personaje
aquel de Los Miserables que, por su celo con la Ley, le hacía la vida imposible
a una persona que no lo merecía. Este es el caso de quienes, representando la
Ley, representando la justicia de un país, decidieron utilizarla para proteger
a sus terroristas. Y, en este caso, quienes levantaron cargos falsos, saben que
levantaron cargos falsos; quienes mintieron en el estrado, sabían que estaban
mintiendo en el estrado; quienes chantajearon y amenazaron a los testigos,
sabían que estaban chantajeando y amenazando a los testigos del juicio; quienes
se burlaban de las órdenes de la jueza, sabían lo que estaban haciendo; quienes
arruinaron evidencias en el caso, sabían que estaban arruinándolas; quienes
aceptaron falsos testimonios, sabían que los estaban aceptando, y quienes
malinterpretaron e ignoraron las leyes que habían jurado sostener, sabían que
lo estaban haciendo.
Yo estoy aquí porque pudimos arrancarles —y repito,
¡arrancarles!— a los fiscales y a los jueces un año y medio de mi libertad
supervisada, y fue una batalla dura, difícil, en la que —hay que decirlo,
porque es triste— tuvo que morir mi padre para que yo pudiera dar la última
estocada en esa batalla, y tuve que renunciar al derecho natural de una persona
a tener la ciudadanía de su país de nacimiento, solamente así fue que se pudo
ganar esta batalla. Pero esto nos indica la obcecación del Gobierno
norteamericano con el caso de los Cinco: ellos están comprometidos a que Gerardo
Hernández muera en la cárcel, y si no lo sacamos antes de que cumpla la
sentencia, lo devolverán aquí como cadáver. Esa es la realidad dura y eso es lo
que el Gobierno norteamericano quiere hacer con los otros cuatro compañeros,
que cada uno de ellos cumpla sentencia hasta el último día.
Para nosotros está claro que no serán consideraciones
legales las que hagan que el Gobierno norteamericano corrija esta injusticia.
Esto fue un caso político, las leyes han sido solamente el adorno que se ha
utilizado para llevar a cabo una venganza: para vengarse de Cuba, para vengarse
de nuestro pueblo en el cuerpo de los Cinco. No va a ser la Ley la que
resuelva este caso, tiene que ser la presión internacional sobre el Gobierno
norteamericano. Hay que hacerles insostenible el continuar con esta injusticia;
hay que hacer que sientan todos los días el peso de lo que están haciendo; hay
que hacer que ese concepto que ellos usan tanto del costo-beneficio los lleve a
la conclusión de que es mejor que resuelvan este caso; cuando ellos lleguen a
esta conclusión, el espacio legal se abrirá y yo supongo que harán lo que les
sería más fácil, que sería aplicar las leyes, que es, en definitiva, lo que
hemos estado exigiendo. No hemos exigido otra cosa que no sea la
aplicación de las leyes norteamericanas que ellos, una y otra vez, se han
negado a aplicar. Pero va a ser una decisión política del Gobierno
norteamericano y ellos se las arreglarán para corregir este crimen.
Frente a tal obcecación los caminos trillados no van a ser
los que nos lleven a la justicia. Y quiero poner un ejemplo de algo que vi en
Pinar del Río y que para mí simboliza el espíritu de lo que debe ser la lucha
por los Cinco.
En un lugar histórico en Pinar del Río, a unas pocas
yardas del Mural de la Prehistoria, vive una compañera campesina, es una gente
humilde, en un pequeño bohío. Por esas cosas que se producen cuando un turista
visita un sitio como el Mural de la Prehistoria, a veces ellos se dan su vuelta
y se llegan a ese bohío. Esta compañera, Raíza, quien es una campesina humilde,
a la que nadie le asignó ninguna tarea, a la que nadie le dio un plan de
trabajo, ella solita un día se sentó y dijo: «Bueno, y si los turistas vienen
aquí, ¿por qué este bohío no se convierte en un lugar por los Cinco?» Y la
compañera puso en su bohío el sitio de los Cinco y recibe a los turistas y les
habla de los Cinco.
Yo creo que ese es el espíritu que todos tenemos que
mostrar si queremos arrancarle a mis hermanos de las garras al imperio; tenemos
que innovar, tenemos que atrevernos, y esa es una vocación que requiere, más
allá de la jornada de trabajo, de sentimientos, requiere de que vayamos un
poquitico más allá de la tarea y de que cada vez que tengamos una oportunidad
hagamos llegar a quien podamos el conocimiento del caso de los Cinco, porque
hasta que este caso no resuene en el centro de poder en el que esta injusticia
se cocinó, mis cuatro hermanos van a continuar presos. Es hacia ahí hacia donde
debemos dirigir nuestros esfuerzos.
Yo les puedo decir, a nombre de mis hermanos —y ustedes
seguro que lo saben— que la dignidad de ellos nunca va a ser comprometida; si
hemos resistido hasta ahora ha sido porque llevamos esta lucha hasta un plano
moral que los fiscales norteamericanos jamás podrán alcanzar, no lo entienden,
no lo pueden comprender, no llegan a ese plano y nunca nos alcanzarán en ese
plano, que, en definitiva, es el plano que representa la lucha moral que todo
el pueblo cubano, durante 50 años, ha estado librando contra el imperialismo
que les paga a esos fiscales.
Pero, dicho eso, no es suficiente, tenemos que traerlos,
tenemos que hacer que estén con sus familias, como estoy yo, con sus esposas,
con sus hijos, con sus madres y con su pueblo. Necesitamos que esa moral que
los ha sostenido sea también parte del refuerzo que requiere la Revolución en
estos momentos, y para eso tenemos que seguir trabajando.
Hace ya varios años que Fidel nos dijo: «¡Volverán!», pero
cuando Fidel dijo eso no estaba haciendo una premonición en el vacío, nos
estaba invitando, nos estaba conminando a que lucháramos por traerlos, porque
si no los traemos no pueden volver, y eso es lo que tenemos que hacer.
Nosotros necesitamos que estén aquí con su pueblo, con su
familia y que estén ya.
Muchas gracias.
(Ovación.)
Amigos:
Una gran pérdida la de Bernie Dwyer. Su calidez humana se manifestó en sus
compromisos sociales con total claridad, y su lucha contra la enfermedad que al
final terminó con su vida fue un ejemplo de voluntad y coraje. Fue una amiga
entrañable de Cuba y de nosotros cinco.
Un abrazo y toda nuestra simpatía para sus seres queridos. Otra persona que
se nos va sin que haya podido vernos a todos libres. Le debemos la victoria por
la que tanto se sacrificó y que no pudo ver en vida.
Cariños.
Olguita y René.
Varios Autores
René
González visitó este viernes la sede de la Red Universitaria en
Solidaridad con los Cinco. Dialogó con estudiantes cubanos y
norteamericanos
Aún
con la voz entrecortada por los días de esa gripe «mala» que no lo
abandona, René González, uno de los cinco antiterroristas, llegó este
viernes al Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría
(Cujae), sede de la Red Universitaria en Solidaridad con los patriotas
cubanos.
René
volvió a esa universidad. Para recordar aquellos años en que pasaba a
recoger cada noche a su esposa Olguita, estudiante del centro. También
para agradecer a los miembros de la Red y a todos los que batallan cada
día en esta causa.
Junto
a pioneros que obsequiaron sus canciones y poemas, recordó que cuanto
han hecho los Cinco no es más que el reflejo de lo que han visto en el
pueblo cubano. «La moral en tiempos difíciles nos sirvió de inspiración.
Todavía hoy lo es para mis cuatro hermanos que continúan resistiendo
por ustedes», comentó.
Al
ser interrogado sobre los momentos más complicados que enfrentó en su
preparación, contestó que lo más complejo fue convertirse en la persona
que no era y ver la reacción de sus seres queridos ante el nuevo hombre
que nada tenía que ver con los valores siempre sostenidos por él.
Una
pionera le preguntó cómo pudo infiltrarse en EE.UU., a lo que René
respondió: «Diciendo mentiras enseguida te “adoptan”. Ellos creen todo
lo malo que se diga de Cuba aunque uno por dentro tenga que reírse de lo
que expresa».
Para
Olga Salanueva también hubo preguntas. Habló entonces del sufrimiento
que vivió junto a Irmita e Ivette, sus dos hijas, con el arresto y la
negación de visas para visitar a René, quien convidó a redoblar los
esfuerzos a favor de los Cinco. «Pensemos cada día qué se ha hecho y qué
más podemos hacer por el retorno de nuestros hermanos.
«Tenemos
que aprovechar los espacios internacionales y tratar por todos los
medios de que la solidaridad siga dando el empuje que necesita la causa,
sobre todo en territorio norteamericano», afirmó.
A
propósito de su interés por la sensibilización del pueblo
estadounidense, el héroe conversó con estudiantes de cuatro
universidades de esa nación que reciben clases en la Cujae. Indagó en
sus pensamientos sobre Cuba y en las impresiones que tienen sobre su
pueblo. En tono muy ameno, dejó claro que ambos pueblos somos amigos y
debemos luchar contra la injusticia.
Los
viajes de agradecimiento por la geografía cubana no terminan. René y su
familia desean recorrer tantos lugares como sea posible para reconocer a
los amigos y potenciar la lucha por traer a casa a Gerardo, Ramón,
Antonio y Fernando, una pelea que no termina hasta que todos estén aquí y
ellos no tengan que sentirse libres por René ni él preso por ellos,
como afirmó el patriota.
Fuente Juventud Rebelde
El
periódico Juventud Rebelde publica este domingo el siguiente mensaje
del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas a los Cinco, hombres
de intachable estirpe martiana, que influyen cual padres en las nuevas
generaciones.
Queridos Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y René:
Las
cualidades de los padres quedan en el espíritu de los hijos, como
quedan los dedos del niño en las alas de la fugitiva mariposa. José
Martí.
Cuando El Maestro escribió estas palabras, quizá no
imaginaba que casi un siglo después esta tierra vería crecer a cinco
hombres de estirpe martiana que, guiados por su ejemplo, hoy mantienen
una conducta intachable ante la ignominia y la injusticia cometida
contra ellos.
Inspirados en su tenacidad, gallardía y altruismo
han crecido y se forman cientos de miles de cubanos, que no miramos de
qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber.
Irmita,
Ailí, Tonito, Laurita, Gabriel, Lisbeth e Ivette podrían haber escrito
estas líneas, pero sepan que en ellos va el sentimiento universal de
muchos hijos agradecidos de este mundo, incluso de aquellos que, al
decir de Gerardo, están aún por nacer.
En este día tan especial, reciban el cariño de 11 millones de cubanos y de todos los padres amorosos de la Patria.
Un fuerte abrazo,
Buró Nacional Unión de Jóvenes Comunistas
Fuente Agencia Cubana de Noticias
Imagen agregada RCBáez
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