Fernando
González Llort ha pasado los últimos días en Madrid. Libre. Y lo que
podría parecer algo banal para muchos, no lo es para él.
Perteneciente
al grupo conocido como Los Cinco, disfruta de la libertad desde hace
apenas seis meses después de haber pasado más de 15 años encerrado en
una prisión de Estados Unidos acusado de conspiración para cometer
espionaje.
Junto
a René González -en Cuba desde 2013-, es el único que ha podido salir
de la cárcel. Los otros tres, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y
Antonio Guerrero, llevan confinados desde que el FBI detuviera a los
cinco en 1998 y una jueza de Miami les sentenciara tres años después
tras un proceso judicial, todavía vivo, con más sombras que luces.
Considerado
todo un héroe en su país por su trabajo dedicado a neutralizar las
actividades de las “organizaciones terroristas” anticastristas, Fernando
agradece las muestras de apoyo y solidaridad que han servido para que
el caso de Los Cinco, “impregnado de la influencia de la política”, no
se quedara en el olvido. En pleno proceso de readaptación a la vida
fuera de prisión, su mensaje es claro: su lucha continuará y sólo
concluirá cuando sus tres compañeros vuelvan a casa.
¿Cómo está siendo su vuelta a la libertad?
Estoy
en un proceso para, después de 15 años de prisión, aclimatarme de nuevo
a la vida cotidiana. Pero me siento bien, me siento que estoy haciendo
algo útil, que estoy contribuyendo con mi pedacito a la causa de la
liberación de los compañeros y eso me hace sentirme satisfecho. Y, por
supuesto, mi libertad y la de René, ambos lo hemos dicho, no será
completa hasta que Gerardo, Antonio y Ramón no estén de regreso.
¿Cuál es la situación de sus compañeros que aún siguen presos?
Se
encuentran bien, muy optimistas, llenos de energía, confían en que
vamos a ganar esta batalla. Luego, desde el punto de vista legal, el
caso se encuentra en un impasse. La jueza tiene en sus manos un recurso
desde hace cuatro años y no ha decidido todavía. Los tres ya han
cumplido 16 años en prisión y Gerardo lleva todo este tiempo en una
prisión de máxima seguridad. Nos parece que ya ha pasado tiempo
suficiente para que la jueza tome una decisión que bien podría cambiar
su vida.
¿En qué se basa la apelación?
Fundamentalmente,
el recurso trata sobre las evidencias que ya existían en el momento del
juicio pero que se conocen ahora y que podrían haber afectado al
proceso. Concretamente, se está hablando de un grupo de periodistas del
sur de Florida que desde que se nos arrestó hasta que recibimos la
sentencia, producían material tendencioso respecto a nosotros y respecto
a todo lo que pudiera afectar a la imagen de Cuba y del Gobierno
revolucionario. Ese material se presentaba como periodístico, sin
embargo, después de determinados procesos se ha obtenido la información
de que estaban recibiendo pagos de una oficina del Gobierno de EEUU que
se dedica a la propaganda contra Cuba
¿Usted se considera un preso político de EEUU?
Considero
que nosotros cinco somos presos políticos de EEUU porque nuestro
arresto, la manera en que se encaminó todo el proceso y el juicio han
estado impregnados de la influencia de la política, más allá de las
consideraciones jurídicas o de las supuestas violaciones jurídicas que
hubiéramos cometido de las leyes de EEUU.
¿Usted o alguno de sus compañeros han sido maltratados alguna vez en prisión?
Nosotros
nunca fuimos maltratados físicamente. A nosotros no se nos dio ningún
golpe, no se nos torturó cuando fuimos arrestados por el FBI, pero sí
creo que sufrimos maltrato psicológico. Específicamente durante los 17
meses en los que se nos sometió a un régimen de aislamiento que nos
impuso unas condiciones de vida muy restrictivas y crueles. Fue un
intento de presión psicológica para tratar de quebrantar nuestra
voluntad de enfrentarnos a las acusaciones. No lo puedo interpretar de
otra manera. Después, en el año 2003, cuando ya estábamos los cinco en
diferentes prisiones de EEUU, se nos volvió a someter al aislamiento, y
aún mucho más restrictivo que el de Miami. No eran más que
consideraciones políticas. Ninguno de nosotros había violado el
reglamento, no había ninguna razón para que nos mantuvieran en esas
condiciones, sin embargo desde Washington llegaba la orden de aislarnos.
Sólo salimos del hueco cuando demandamos en la Corte Suprema a las
autoridades del centro de detenciones federales.
¿Qué hay de verdad en las acusaciones que les impusieron?
De
verdad está el hecho de que nosotros realmente estábamos vinculados con
el Gobierno de Cuba y que estábamos obteniendo información en
territorio de EEUU. Pero no la información que dice EEUU. Buscábamos
información sobre las acciones violentas que se planifican y se
financian desde territorio estadounidense contra Cuba y contra intereses
cubanos en terceros países. Son organizaciones que todavía están
activas en Miami y que, cuando tienen oportunidad, ejecutan sus planes.
No
hay nada de real en las acusaciones que le hacen a Gerardo, a Ramón y a
Toni de conspirar para cometer espionaje y, mucho menos, hay algo de
real en la acusación que se le hace a Gerardo de conspiración para
cometer asesinato. Algo que el propio Gobierno de EEUU reconoce. Al
concluir el juicio, los mismos fiscales elevaron una petición a la Corte
Superior pidiendo que les permita cambiar la acusación porque no podían
probarla y, sin embargo, paradójicamente, el jurado regresa con un
veredicto de culpable. ¿Cómo se puede comprender? La única explicación
posible es que el juicio se realizó en Miami.
¿Esas organizaciones cuentan con la complicidad o, incluso, el apoyo del Gobierno de EEUU?
Yo
no puedo decir que Washington, en este momento, les brinde apoyo. Lo
que sí creo es que EEUU ha sido demasiado permisivo con ellas. Además,
los individos que forman parte de estas organizaciones fueron formados
en las escuelas del Gobierno estadounidense en los años 60. Estuvieron
vinculados a la CIA y a otros órganos de las fuerzas especiales
estadounidenses y de la comunidad de Inteligencia de EEUU.
¿Hasta qué punto EEUU trata de controlar Cuba?
No
puedo decir que EEUU tenga espías en Cuba, pero asumo que así es.
Tienen una comunidad de Inteligencia bien poderosa, con muchos recursos y
yo parto de que mantienen ese tipo de operaciones en Cuba. Antes las
realizaban agencias de Inteligencia y hoy, de cara a la opinión pública,
las hacen la agencia para el Desarrollo. Siguen siendo acciones
destinadas a subvertir el orden en Cuba y en otros países. EEUU va a
seguir tratando de crear las condiciones que permitan influir de alguna
manera en la destrucción del proyecto social que tenemos nosotros. Es
nuestra tarea de cubanos evitar que eso suceda. En Cuba hay una
experiencia histórica de más 50 años de enfrentamiento y neutralización
de las actividades subversivas que provienen tanto de las organizaciones
privadas como del Gobierno de EEUU. Nos adaptaremos a los nuevos medios
que se utilicen y estoy seguro de que vamos a salir victoriosos.
¿Existen presos políticos en Cuba?
Creo
que en Cuba existen presos por actuar a favor de los intereses de una
potencia extranjera que está abiertamente trabajando por destruir
nuestro proyecto social en el que estamos involucrados los 11 millones
de cubanos. En Cuba hay personas que están presas porque se alían a ese
Gobierno extranjero y reciben instrucciones y pagos para actuar en
función de su política exterior. Uno puede discrepar de medidas que
pueda tomar el Gobierno revolucionario de Cuba, pero yo creo que para
ninguno cubano con dignidad sería una opción aliarse a un Gobierno que
históricamente no ha deseado nada bueno para Cuba, que se ha tomado la
tarea de tratar de destruir lo que nosotros hacemos.
¿Qué Cuba ha encontrado al regresar a casa?
Me
he encontrado a una Cuba en proceso de renovación, en proceso de
cambios, de estructuras y de esfuerzos por alcanzar los mayores niveles
de eficiencia en economía. Una Cuba en la que se lucha por salir
adelante en el mundo en el que vivimos hoy, que es un mundo muy
complejo. Una Cuba en la que hay expresiones en economía diferentes a
las que yo había dejado, con una iniciativa privada a pequeña escala,
que le imprimen características un poco diferentes a la vida, a la
ciudad. Sin embargo es el mismo pueblo, con el mismo nivel de
compromiso, con el mismo nivel de deseo de salir adelante, de cambiar lo
que necesite ser cambiado, de perfeccionar nuestra sociedad, de hacerla
cada vez más eficiente y también más justa y salir adelante con nuestro
proyecto social.
¿Usted se considera un héroe?
Yo
no me considero un héroe, yo me considero una persona que puesta en
ciertas circunstancias hizo lo que vio en ese momento que era su deber.
¿Se arrepiente de algo?
Sigo
creyendo que era mi deber actuar de esa manera. No lo veo como una cosa
excepcional, no veo que hayamos hecho otra cosa que no hubieran hecho
millones de cubanos puestos en la mismas circunstancias.
Tras 15 años encerrado, ¿aún se puede creer en la justicia?
No
creo que exista sistema judicial, como sistema creado por los humanos,
que sea perfecto. En cada sistema siempre va a haber errores, cosas que
se pueden hacer mejor. Lo que sucede con el de EEUU es que está
totalmente inclinado a favor de un sector minoritario de la población.
Además, el sistema judicial también se utiliza en EEUU, y con excesiva
frecuencia, para acallar manifestaciones de lucha social. Lo que
nosotros pedimos ya no es justicia, porque justicia a estas alturas ya
no existe. Nosotros pedimos el derecho de estos tres compañeros a
disfrutar de la libertad porque nunca debieron estar ni un minuto en la
prisión. Justicia se debería haber hecho hace muchos años. Son 16 años
de su vida alejados de su familia, separados de sus hijos. Eso no se
recupera.
Sergio León / Público
Tomado de Alternativa Latinoamericana