Por Ricardo Alarcón de Quesada
Volvieron.
El 17 de diciembre, finalmente, Gerardo, Ramón y Antonio se encontraron
libres, en la Habana, con Fernando y René y con sus familiares.
Desde
que el Presidente Raúl Castro lo anunció en la red nacional de radio y
televisión la gente salió a las calles a celebrar lo que ha sido un gran
triunfo para Cuba. La victoria de todos y todas los que no se cansaron
de reclamar su libertad. En Cuba, pero también en Miami. Y en el mundo
entero.
Fue
una pelea larga y complicada. Dieciséis años es demasiado tiempo. Hubo
algunos momentos de alegría pero abundaron los de amargura y dolor.
Incontables fueron los héroes anónimos que no desmayaron en una lucha
cuesta arriba que exigía constancia y sacrificio.
Fueron
muchos, pero siento el deber de nombrar a dos: Roberto González
Sehwerert y Leonard Weinglass. Ambos soportaron dificultades inmensas
incluyendo graves quebrantos de salud y lucharon, literalmente hasta el
último aliento.
Roberto
aprendió a dominar el idioma y los enrevesados caminos del sistema
judicial norteamericano hasta convertirse en un especialista, tuvo la
alegría de abrazar a su hermano René ya libre pero murió empeñado, con
igual tenacidad, en rescatar a los que quedaban en prisión y eran
también hermanos suyos.
Lenny
dedicó todo su tiempo a esta causa sin pedir nada a cambio. Le entregó
su brillante carrera profesional y a costa de grandes sacrificios
personales los visitó en las prisiones, recorrió el mundo buscando
solidaridad y fue el centro principal de la batalla legal que no
abandonó hasta que su noble corazón dejó de latir. Se fue con la
tristeza de no alcanzar la tierra prometida.
Pero ambos, Lenny y Roberto, están con nosotros en esta hora de celebración que sin ellos habría sido imposible.
El
mismo día el Presidente Obama anunció el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas con Cuba y un conjunto de medidas, saludadas por
todos, para desmantelar el bloqueo e iniciar una nueva era en las
relaciones bilaterales.
Deberá
enfrentar la ya anunciada oposición de quienes harán cuanto puedan para
frustrar sus propósitos. Falta por recorrer un camino que puede ser
largo y plantea nuevos retos para el movimiento de solidaridad y también
para Cuba.
Sigamos
adelante con optimismo. Con nosotros estarán siempre los Cinco hermanos
que dieron insuperable ejemplo de la capacidad de resistencia de su
pueblo. E irán también, en primera fila, Lenny y Roberto.
31 de diciembre de 2014
Tomado de CubaDebate