Por
el enorme cúmulo de trabajo de estos últimos días, algunos artículos
publicados en las 3W nos han quedado "rezagados": tal, el que versaba
sobre el poema de Thiago de Mello que acabamos de publicar y, también,
esta entrevista que no queremos dejar de tener en nuestro espacio por
los Cinco:
La solución del caso de los Cinco está en manos de Obama
Iroel Sánchez
Así
opina el abogado José Pertierra. Históricamente, los Presidentes han
concedido miles de perdones y clemencias. Desde Kennedy a Obama han
concedido 4,828 perdones y clemencias en las últimas cinco décadas
José
Pertierra es cubano, viajó a Estados Unidos a los 9 años y se graduó en
leyes por la Universidad de Georgetown en Washington DC, ciudad donde
reside y tiene su bufete. Como profesional se ha especializado en casos
de Derechos Humanos e Inmigración. Representa al gobierno venezolano en
el caso para la extradición del terrorista Luis Posada Carriles y ha
seguido muy de cerca desde su mismo origen el caso de “Los Cinco”. A
propósito de cumplirse quince años del arresto en Miami de Gerardo
Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René
González, Pertierra accedió a responder este cuestionario.
Iroel
Sánchez: Suponiendo que tuvieras que explicarle a un norteamericano
promedio el llamado “Caso de Los Cinco”, ¿qué le dirías?
José
Pertierra: He estado tratando de explicarle este al pueblo
estadounidense desde hace años. El problema es que ha sido muy difícil
hacerle llegar el mensaje.
Los Cinco son inocentes de haber
conspirado para cometer espionaje contra los Estados Unidos. Fueron
condenados en Miami, a pesar de que la fiscalía no pudo presentar ni un
solo documento clasificado que hayan obtenido o tratado de obtener.
Fueron condenados, porque Miami es una ciudad sumamente parcializada en
contra de Cuba. El pueblo estadounidense se enteró, creo que por primera
vez, de ese fenómeno cuando el caso Elián. Solamente en Miami alguien
en su sano juicio puede pensar que hay que quitarle la patria potestad
al padre de un niñito de 6 años, únicamente porque el padre desea vivir
con su hijo en Cuba.
Predomina en Miami un odio enfermizo desde
que llegaron los batistianos, después del triunfo de la Revolución.
Lastimosamente es un odio que se hereda y que domina la conversación
sobre Cuba cotidianamente en la radio y la televisión miamense.
Solamente en Miami pudiera un jurado condenar a cinco personas que se
dedicaban infiltrar a las organizaciones terroristas del sur de la
Florida. Los Cinco lograron obtener evidencia para que el FBI arrestara a
los terroristas de Miami, pero en vez de arrestar a los terroristas, el
FBI arrestó a los Cinco.
Fueron condenados ante un jurado
sumamente parcializado y sentenciados a largas penas carcelarias.
Gerardo Hernández, por ejemplo, fue condenado a doble cadena perpetua
más 15 años, porque también lo condenaron por conspiración para cometer
homicidio: un cargo tan ridículo que la propia fiscalía quiso retirarlo
porque pensó que podía probarlo. Por razones misteriosas, la Jueza
Lenard no permitió el retiro de ese cargo y Gerardo fue injustamente
condenado a una cadena perpetua adicional sin evidencia alguna. Solo en
Miami puede haber ocurrido eso.
Contestando tu pregunta, le
diría al pueblo estadounidense que, aunque no se hayan enterado, Miami
funciona con sus propias reglas, prejuicios y odio. Le diría que los
Cinco hubiesen sido absueltos de todos los cargos—salvo de no haberse
inscrito como agentes de Cuba—si el juicio se realiza en cualquier otra
ciudad del país. Le diría que la fiscalía lo sabía y que por eso
insistió tan fuertemente para que la jueza denegara la solicitud de la
defensa para un cambio de sede. Le diría que los Cinco son inocentes y
que no recibieron en Miami el debido proceso de la ley, y que sus
derechos constitucionales fueron violados en Miami y que hay que
liberarlos inmediatamente.
I.S: Has seguido de cerca el tema de Los Cinco ¿Cómo ves la su situación en este momento y qué perspectiva ves de solución?
J.P:
La solución del caso de los Cinco está en manos del Presidente Obama.
Con un plumazo puede liberarlos. La Sección 2 del Artículo 2 de la
Constitución de los Estados Unidos le otorga al Presidente pleno poder
—sin restricción alguna— para perdonar la condena de un preso o para
concederle clemencia ejecutiva y liberarlo inmediatamente.
Un
perdón es un acto ejecutivo que absuelve al acusado de todas las
consecuencias de su condena. Una clemencia mantiene la condena, pero
reduce o elimina la sentencia. Ambos mecanismos tienen como resultado la
liberación del preso.
Históricamente, los Presidentes han
concedido miles de perdones y clemencias. Por ejemplo, los Presidentes
Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush Sr., Clinton, Bush
Jr. y Obama han concedido 4,828 perdones y clemencias en las últimas
cinco décadas.
Los Cinco fueron procesados injustamente por el
gobierno de los Estados Unidos, porque son cubanos, y Washington
mantiene una relación muy tirante con la Revolución. Pero el Presidente
Obama ha dicho que está dispuesto a dialogar con todas las naciones. El
Presidente debiese estudiar las acciones del Presidente Woodrow Wilson
después de la primera guerra mundial, cuando perdonó a decenas de
socialistas, pacifistas y sindicalistas que habían sido condenados
injustamente durante la guerra. Un vocero del Departamento de Justicia
explicó en 1919 que el Presidente los había perdonado, porque “los
presos fueron víctimas de las pasiones y los prejuicios guerreristas, y
consecuentemente habían recibido largas sentencias que no estaban en
proporción a los delitos.”
Igual los Cinco fueron condenados a
largas sentencias que no estaban en proporción a las acciones que
cometieron. Vinieron a los Estados Unidos para acumular evidencia, que
Cuba posteriormente compartió con el FBI, sobre unos terroristas que
habían volado aviones, puesto bombas en hoteles y restaurantes en Cuba y
asesinado a muchos cubanos. No merecen estar presos. Al contrario, el
gobierno de los Estados Unidos debería agradecer la entrega de la
evidencia que, gracias a ellos, Cuba le proporcionó al FBI. También
debería darle una explicación al mundo de por qué Washington no ha
querido arrestar y procesar a los terroristas de Miami.
I.S:
Como jurista que trabajas en Washington DC ¿Qué conocimiento y
sensibilidad aprecias entre abogados y profesionales del derecho en
Estados Unidos acerca de este caso?¿Conocen las violaciones y
arbitrariedades que se han cometido contra René, Gerardo, Antonio,
Fernando y Ramón?
J.P: Lastimosamente, no se ha logrado
educar a los abogados estadounidenses sobre el caso de los Cinco. Son
muy poquitos los que lo conocen y una pequeñísima minoría la que conoce
las violaciones que ha cometido el gobierno contra esos cinco inocentes
compañeros. Es una reflexión de la sociedad estadounidense que los
medios televisaron en vivo y en directo el juicio completo de Jodi
Arias, una mujer que mató a su marido en Arizona, pero no reportan sobre
el caso de los Cinco. Que el caso O.J. Simpson haya también sido
televisado, comentado y revisado ad nauseam por los medios, pero nada
sobre los Cinco. Así es este sistema. Vale más el teatro que la
realidad. La farándula pesa más que la injusticia.
I.S: ¿Por qué la prensa de Estados Unidos continúa dando un tratamiento marginal al tema de Los Cinco?¿Es posible cambiar eso?
JP:
No es nada fácil cambiar el trato marginal que la prensa le da al caso
de los Cinco, pero sí es posible utilizar los medios alternativos para
hacerle llegar la historia de Los Cinco al público. Ya los medios
tradicionales no tienen un monopolio sobre la prensa. Ahora existe
Facebook, Twitter, los Blogs, el YouTube, y otras formas de
comunicación. Los jóvenes estadounidenses no leen la prensa escrita, y
no ven los noticieros nacionales. Se informan a través de los medios
alternativos y los programas de comedia noticiosa como, por ejemplo, el
programa de Jon Stewart. Hay que buscar la manera de penetrar esos
medios. Esta idea de René, la de cinta amarilla, es genial. Sintoniza
con la historia del propio pueblo estadounidense. Acá reconocen
enseguida lo que significa la cinta amarilla.
La identifican con
los prisioneros de guerra que tenían en Vietnam, con los rehenes que
tenían en Irán, y con los deseos humanitarios de los familiares de
cualquier preso. También el video que grabaron nuestros músicos. Silvio,
Amaury, Kiki y los demás cantaron en inglés una canción muy conocida
acá. La canción de Tony Orlando: “Tie a Yellow Ribbon”. Esa canción
llegó a ser número 1 en los Estados Unidos en 1973. Todos la conocen. A
través de la cultura, de los artistas, de los músicos, los escritores, y
los poetas, utilizando los medios alternativos le podemos llegar al
corazón del pueblo estadounidense. Un video de Silvio, Amaury, Kiki,
Frank Fernández y otros músicos cubanos con algunos músicos
estadounidenses sería todavía más fuerte. Ojalá que puedan lograr eso
I.S:
¿Cómo recibiría la opinión pública norteamericana un gesto del
Presidente Obama liberando a nuestros cuatro compatriotas que aun están
en la cárcel por combatir el terrorismo, al que muy probablemente el
gobierno cubano respondería con la excarcelación de un ciudadano
estadounidense que guarda prisión aquí por violar la soberanía cubana,
implementando los planes de “cambio de régimen” que financia Washington
contra la Isla?
J.P: Te lo digo muy francamente: ni fu, ni
fa. No creo que los temas de Cuba, los Cinco o incluso el de Alan Gross
están en el radar de la opinión pública estadounidense. Cierto es que la
liberación de los Cinco y de Alan Gross saldría en la prensa por
aproximadamente 48 horas. Pero después de eso, pasarían la página para
volver a concentrarse en el próximo escándalo sexual de algún
politiquero o algún video escandaloso que grabe Miley Cyrus. Este país
es así. Algo que muchos en Cuba no han logrado entender o aceptar,
porque es algo tan insólito
I.S: En estos momentos desde Cuba
se impulsa una nueva campaña por la liberación de Los Cinco que incluye
el llamado de René González, el único de estos antiterroristas que ha
podido regresar a Cuba, a utilizar un símbolo como las cintas amarillas
para dirigirse al pueblo estadounidense. Destacados músicos cubanos han
versionado la canción que en 1971 popularizó en Estados Unidos el uso de
la cinta amarilla para esperar a un ser querido. Escribiste un artículo
en que llamas a desatar un “huracán amarillo” que llegue hasta la Casa
Blanca ¿Qué relación ves entre lo que hagamos en Cuba y el hecho de que
se conozca esta enorme injusticia en Washington?
J.P: Arriba
te contesté esta pregunta, antes de que me la hicieras. Pero te
quisiera recalcar. La campaña de la cinta amarilla es una de las mejores
ideas que ha surgido alrededor del tema de los Cinco. No le vamos a
llegar al pueblo estadounidense con discursos o anuncios pagados en el
Washington Post. Tampoco con pancartas en Miami. Tenemos que llegarle
por el costado. Es decir, a través de la cultura y de los medios
alternativos usando símbolos que se entiendan acá. La batalla para
liberar a los Cinco pasa por el corazón de este país. Hay que llevarles
el mensaje al estadounidense de a pie en Kansas, en Iowa, en Indiana, en
Ohio, y en Illinois. En ciudades como Chicago, Boston, Washington y New
York. Así ganamos el caso Elián. Miami es una ciudad contaminada de
odio contra Cuba. Si hubiésemos batallado el caso Elián en Miami,
hubiéramos perdido. Lo ganamos, porque nos enfocamos hacia el pueblo
estadounidense y no hacia los cubanos de Miami.
Tengo la
confianza que la liberación de René marca una nueva etapa en esta lucha.
René es el rostro de los otros cuatro compañeros. Hasta ahora el caso
no tenía rostro, porque los Cinco estaban todos presos. Ahora uno está
libre y puede educar al público sobre el caso. Lo que fue Emile Zolá
para Dreyfus será René para los Cinco. Cada caso político necesita un
Emile Zolá. Ya los Cinco lo tienen. Se llama René.
(Fuentes: CubAhora / Cubadebate.cu)
Viernes, 13 de Septiembre de 2013
http://www.cubaperiodistas.cu/noticias/sept13/13/01.htm