Por Adalys Ray Haynes

Ramón Labañino Salazar. (Foto/Ismael Francisco)
Estoy desmontando el archivo de audio y textos que tengo sobre el
espacio radial que mantuve 10 años por la libertad de Los Cinco cubanos
antiterroristas que estuvieron prisioneros en Estados Unidos.
La Emisora Provincial Radio Victoria
en su revista estelar informativa Hablemos de… abría los micrófonos
para mi, y en ocasiones para otras colegas, a las 7:15 de la mañana y
desde ahí compartimos con la audiencia cuanto desde este oriental
territorio se hizo por el regreso de los héroes.
René, Fernando, Antonio, Gerardo y Ramón, regresaron a casa, los dos
primeros cumplieron su condena; y luego de una lucha solidaria mundial
acompañada por decisiones políticas de los gobiernos cubanos y
estadounidenses, el 17 de diciembre del 2014 regresaron los tres
cubanos que aún estaban detenidos con largas condenas.
Descubro que no todo es como pasar una página. Hoy desmontando el archivo me encuentro con el poemario Gaviotas Blancas,
de Ramón Labañino Salazar, unos de los cubanos prisioneros que llegó a
Cuba hace unos días, estaba condenado a 30 años y llevaba más de la
mitad de este tiempo en la cárcel.
El libro lo publicó Ediciones Holguín en el 2006, en el contexto del
II Coloquio Internacional por la liberación de Los Cinco y en contra del
terrorismo, que se desarrolló en la vecina provincia.
Estoy preguntándome si Ramón recuerda estos poemas, yo ahora descubro
que el texto que poseo está dedicado por su hija mayor Ailí Labañino
Cardoso y dice: “Para Adalys por todo el cariño que nos ha dado cada
vez que nos vemos y por tanto luchar junto a nosotros con tanta
abnegación”.
Aquí estoy frente a Gaviotas Blancas, recordando que estaba ahí como reportera cuando ocurrió el acontecimiento.
A la presentación asistieron Miguel Diaz-Canel, para entonces, primer
secretario del Partido en la oriental provincia de Holguín; Sergio
Corrieri, ex presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos
(ICAP), familiares de Los Cinco, víctimas del terrorismo y amigos de 37
países que participaron en el Coloquio.
Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón, agradeció el esfuerzo por la
publicación de Gaviotas Blancas. Fue la primera obra de este tipo de su
compañero.
Cuando regresé a Las Tunas compartí con las personas que nos
escuchaban cada mañana fragmentos del texto dedicado por el
escritor-héroe a sus cuatro hermanos, a sus cinco familias, al pueblo de
Cuba y a todos los hombres y mujeres que luchan por un mundo mejor.
Son 33 poemas con versos rimados, la portada tiene la ilustración —El
Guerrero— del artista plástico Cosme Proenza y la edición costa de 1000
ejemplares, que se agotaron en pocos días.
La dedicatoria de Ramón dice:
“Cada una de mis inspiraciones nace de la necesidad urgente e
imperiosa de expresar, de descubrir un sentimiento, una pasión, una
idea, incluso una soberbia. Muchas veces desperté a las tres de la
mañana para esbozar una rima, un verso libre, un concepto, y solo
después pude conciliar el sueño. De alguna forma ya había echado a volar
aquella paloma lírica que desesperada y ansiosa revoloteaba en mi
pecho, y solo entonces podía descansar en paz”.
Pidió perdón a los lectores por no entregar una poesía fina y culta, y
declaró que lo escrito era una parte de su alma virgen y desnuda.
Gaviotas Blancas es el poema de la página 65, firmado el 3 de marzo
de 2004 en la prisión de Beaumont en Texas, Estados Unidos. Lo comparto:
Gaviotas blancas vienen
como florecillas mensajeras
de que una verdad venidera
a la libertad me lleven
Y no es que resuenen
en el aire sus pícaras sonrisas,
es que llegaré yo a las brisas
de la libre mar de donde ellas vienen.
¡Libres ellas son,
libres ellas me tienen!
Ramón Labañino declaró que finalmente sus gaviotas blancas echaron a
volar, y yo aquí frente al texto y mi archivo me pregunto si él
recuerda estos poemas. Se lo voy a preguntar.
Fuente Tiempo 21