Claudia Morcom ha estado envuelta toda su vida en el trabajo por los derechos civiles y los derechos humanos.
Durante
temprana edad ya asistía a mitines en apoyo a las víctimas del caso
Scottsboro. Ella trabajó con el Comité Coordinador de Estudiantes para
la No-Violencia y el Gremio Nacional de Abogados en la década de los
1960 en Jackson, Mississippi.
Claudia Morcom fue la primera
mujer afroamericana en trabajar en un bufete integral de abogados cuando
se unió a la firma de Goodman, Crockett, Eden, Robb y Philo en la
década de 1960. Además, fue la Directora Regional del Sur del Gremio
Nacional de Abogados para la Asistencia Legal en 1964 y 1965. En 1966,
pasó a ser la Directora del Programa de Servicios Legales para los
Indigentes del Vecindario del Condado de Wayne. En 1983 comenzó a
desempeñarse como Jueza del Tribunal de Circuito del Condado de Wayne.
También participó como delegada ante el Consejo de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos.
La
Jueza Claudia House Morcom trabajó para establecer "la igualdad racial y
de género en todas las facetas de la sociedad a través de sus notables
logros en el campo del derecho".
5 de Noviembre, 2013
Estimado Presidente Obama,
Estoy
apelando a usted como colega, como abogado, como activista por los
derechos humanos y como alguien profundamente consciente de la historia
de injustos encarcelamientos en nuestro país. En concreto, le
estoy escribiendo esta carta para pedirle que libere a los cuatro
miembros restantes de los llamados "Cinco Cubanos" cuyo único delito fue
defender a su país contra ataques injustificados. Es un simple acto de
justicia que usted puede hacer fácilmente.
El
procesamiento y encarcelamiento de los hermanos Scottsboro y las
protestas para liberarlos fue uno de los factores que a temprana edad
influyeron en mi decisión de estudiar abogacía. Eso sucedió en una
época en que las mujeres, especialmente negras, raramente se inscribían
en facultades de derecho.
Como joven abogada que organizó la defensa legal de los viajeros de la libertad
en Mississippi, pude ver a primera mano cómo el odio puede contaminar
nuestro sistema judicial. En los años que trabajé en la Corte, traté de
que se hiciera justicia y oí a todas las partes, especialmente en casos
políticamente impopulares.
Desde que me retiré de la Corte, he
continuado abogando por los derechos humanos en nuestro país
representando al Instituto por las Libertades Civiles Meiklejohn y la
Asociación Internacional de Juristas Demócratas ante las Naciones Unidas
en Ginebra y Nueva York.
Debido a mi larga historia de
participación con el Gremio Nacional de Abogados he tenido la
oportunidad de interactuar con abogados, profesores de derecho y
estudiantes de todo el mundo. Estados Unidos siempre ha sido visto como
un defensor de la igualdad bajo la ley y, sin embargo, ha habido muchas
ocasiones donde hemos permitido durante mucho tiempo injusticias
racistas y sexistas para denigrar nuestras aspiraciones por la igualdad.
Durante
mucho tiempo he participado con el Centro de Estudios para la Paz y los
Conflictos, la Unión de Libertades Civiles Americana, Amnistía
Internacional, el Centro Legal para la Pobreza del Sur y muchas otras
organizaciones. Lamentablemente parece que la violación de los derechos
humanos y la justicia continúan generación tras generación.
Como
abogado, senador, profesor y organizador comunitario, usted también ha
visto todas las desigualdades en nuestro sistema, a nivel local, estatal
y nacional.
Usted tiene una oportunidad única en este momento
para tratar de demostrar realmente a los jóvenes de todas las razas,
edades y géneros que los Estados Unidos que han conocido en el pasado no
pueden continuar relegando a tantas personas a ciudadanos de segunda
clase.
Usted tiene la oportunidad de ser un ejemplo y cambiar el
curso del futuro. Un acto histórico que usted puede hacer para corregir
una enorme injusticia que no sólo es actual sino histórica es abrir un
diálogo con Cuba sin condiciones previas. Entonces, como ha sido
decidido por la Asamblea General de las Naciones Unidas durante 22 años
consecutivos, usted debe acabar con el embargo a Cuba. No sólo por la
justificación legal, sino por el mensaje humanitario que enviará a los
países de América Latina y el Caribe y a los amantes de la justicia de
todo el mundo. Para lograr este acercamiento histórico que solo Ud.
puede hacer posible, debe comenzar por liberar a los "Cinco Cubanos".
En
esos 194 días, El Nuevo Herald publicó 806 artículos, y The Miami
Herald 305 –un total de 1,111 artículos- que podían influir
negativamente en el proceso judicial, un promedio de más de cinco por
día, y sin un solo artículo a favor.
En el Condado Miami Dade no escampa, pero no me refiero a la lluvia sino al interminable diluvio de escándalos de corrupción
que se suceden y se entrelazan sin solución de continuidad. Uno
mayúsculo en ciernes y de trascendente implicación política comenzará a
tener lugar cuando el próximo 26 de octubre, obligado por una orden
judicial del Tribunal Federal del Distrito de Columbia, el Departamento de Estado
comience a publicar todos los documentos relacionados con el pago
ilegal por agencias federales a 44 periodistas en Miami durante un
período que abarca desde la detención de los Cinco en 1998 hasta su condena en 2001 (1).
El carácter mercenario de muchos periodistas del Sur de la Florida se conoce desde hace mucho tiempo, pero las primeras evidencias fueron publicadas en septiembre de 2006 por el columnista del Miami Herald Oscar Corral (2).
Los documentos federales obtenidos por este diario revelaron que por lo menos diez periodistas locales habían aceptado dinero del gobierno de Estados Unidos como pago de programas en las emisoras oficiales de Radio y TV Martí: Wilfredo Cancio Isla, Pablo Alfonso, Carlos Alberto Montaner, Juan Manuel Cao y Ninoska Pérez Castellón, entre otros.
Los pagos ilícitos a periodistas locales, realizados por la “U.S. Office of Cuba Broadcasting”, que tiene a su cargo a Radio y TV Martí, y por otras agencias federales, vulneraban la prohibición congresional de utilizar fondos federales para financiar propaganda encubierta
dentro del territorio de Estados Unidos; y no sólo era ilegal sino
inmoral que el mismo gobierno que procesaba a los Cinco pagase a
periodistas para crear la atmósfera mediática conveniente a su condena.
En septiembre de 2009, la “US Partnership for Civil Justice
Fund” (Asociación de Estados Unidos para la Justicia Social), a nombre
del Comité Nacional de Estados Unidos para la Liberación de los Cinco
Cubanos) interpuso una demanda en la Corte del Distrito de Columbia
contra la “US Broadcasting Board of Directors” (Junta de
Directores de las Transmisiones) debido a su sospechosa e ilegítima
negativa a la difusión pública del financiamiento del gobierno a los
periodistas.
La demanda era un paso más en el difícil camino hacia la obtención de
documentos probatorios del doble papel desempeñado por el gobierno,
como acusador y como manipulador mediático, en un juicio en el cual el
jurado no fue aislado y que, por tanto, estuvo bajo la influencia de un ambiente sobresaturado de falsas informaciones sobre Cuba y sobre los Cinco.
El 2 de diciembre de 2009 publiqué un estudio (3) que realicé acerca
del comportamiento de dos órganos de prensa de Miami en el intervalo
entre el 27 de noviembre del año 2000 y el 8 de junio de 2001, que
corresponde al tiempo transcurrido desde el inicio del proceso contra
los Cinco hasta que fueron considerados culpables por el jurado.
En esos 194 días, El Nuevo Herald publicó 806 artículos, y The Miami
Herald 305 –un total de 1,111 artículos- que podían influir
negativamente en el proceso judicial, un promedio de más de cinco por
día, y sin un solo artículo a favor.
Si los resultados obtenidos con solamente estos dos periódicos los
extrapolamos al resto de los órganos de prensa, radio y televisión que,
igualmente y con la misma saña, contribuyeron a la atmósfera de odio en
el Miami dominado política y económicamente por una ultraderecha
visceralmente enemiga de la Revolución Cubana, podemos imaginar la increible sobresaturación mediática negativa que acompañó a los Cinco en un juicio que nunca debió celebrarse en esta ciudad.
Wilfredo Cancio Isla, uno de los periodistas inicialmente denunciados
por Corral, publicó en El Nuevo Herald y en el período mencionado, 123
artículos incendiarios. En su entusiasmo pagado llegó a publicar tres en
el mismo día (19 de enero de 2001). Algunos de los artículos de Cancio
son dignos de una antología de la infamia, como el que publicó el 4 de
junio de 2001, cuatro días antes de que el jurado anunciase su
veredicto, con el propósito evidente de influir sobre éste, y que tituló
“Cuba usa alucinógenos al adiestrar a los espías”.
Cancio intentó explicar la valentía y la firmeza ideológica de Gerardo, Ramón, Fernando, Antonio y René, con la acusación delirante de que el gobierno cubano utilizaba técnicas de hipnosis y alucinógenos para modificar la conducta de los Cinco y controlar sus mentes a larga distancia.
Pacientemente, año tras año, el Comité Nacional de Estados Unidos por la Libertad de los Cinco
Cubanos, con el apoyo de la organización de derechos civiles legales
“Partnership for Civil Justice Fund” y el periódico “Liberation”, va
desarrollando una batalla legal mediante peticiones basadas en la “Freedom of Information Act”
(FOIA por sus siglas en ingles) -ley federal que permite solicitor
información al gobierno acerca de sus acciones- para que las agencias
federales liberen los documentos que demuestran el contubernio secreto
entre el gobierno y los medios de Miami.
La ley obliga a estas agencias a entregar los documentos siempre que
no estén clasificados. Poco a poco han ido obteniendo evidencias vitales
para las apelaciones que tienen lugar actualmente. Más de 2,200
páginas de contratos entre el gobierno y periodistas mercenarios obran
ya en los archivos del periódico Liberación (4).
Sin embargo, lo que se sospecha constituye el grueso de los contratos
ilegales entre el gobierno y los periodistas de Miami y que compromete,
además, a los medios e instituciones a que éstos pertenecen, no ha sido
expuesto a la luz pública todavía. Por eso tiene una importancia
extraordinaria el fallo del Tribunal del Distrito de Columbia.
El Departamento de Estado deberá entregar todos los documentos en su
poder relacionados con el pago por agencias federales a 44 periodistas
de Miami, y tendrá que hacerlo entre el 26 de octubre de 2013 y el 31 de
marzo de 2014, comenzando en la primera de estas fechas. La información
que se obtenga puede ser decisiva para lograr que los tribunales
declaren nulo el juicio de los Cinco y por consiguiente sus condenas.
“Free of Information Act”, “FOIA”, está en vigor desde 1967 pero
sufrió modificaciones sustanciales a partir de 1982. Varias enmiendas y
órdenes presidenciales le quitaron filo y punta y convirtieron las
solicitudes de información en procesos lentos, difíciles y costosos.
Frente a la disposición judicial de liberar los documentos, el gobierno
tiene todavía, al menos teóricamente, alguna capacidad de maniobra.
Puede incluso, de acuerdo a una Orden Ejecutiva de 2009 del
presidente Barack Obama, reclasificar retroactivamente los documentos.
No es probable que lo haga pues no tendría justificación alguna
convertir simples contratos de trabajo de periodistas en secretos de
Estado. Quien mucho clasifica es porque mucho esconde, por lo que, en
este caso, una reclasificación de documentos sería una prueba fehaciente
de la mala intención del gobierno y tendría un costo político que no
creo que el gobierno de Obama esté dispuesto a pagar.
Se ha obtenido un triunfo enorme sin duda pero es mucho lo que
todavía tenemos que lograr aunque también es mucho lo que podemos hacer,
como ha explicado el compañero Ricardo Alarcón (5). Cada fragmento de verdad que se obtenga hará cada vez más evidente la injusticia cometida con los Cinco,
pero esta verdad solamente continuará abriéndose paso si va acompañada
de un fuerte y creciente movimiento mundial de solidaridad.
NOTAS (1) Andrés Gómez: “Decisivo fallo de un tribunal federal en el caso de los Cinco”, Opinión del Día, Radio Miami, 4 de octubre de 2013.
(2) Oscar Corral: “10 Miami Journalists Take U.S. Pay”, The Miami Herald, Sept. 8, 2006.
(3) Salvador Capote: “Los Cinco y la propaganda encubierta”, Cubadebate, 2 de dic. de 2009.
(4) Gloria La Riva y Benjamin Becker: “Puesta al descubierto la operación de propaganda financiada por el Gobierno en Miami”, Comité Nacional por la Libertad de los Cinco Cubanos.
(5) Ricardo Alarcón de Quesada: “¿Qué más podemos hacer?, Palabras en acto por la Jornada Cinco días por los Cinco, en el Insituto Superior Politécnico “José Antonio Echeverría”, La Habana, junio 4 de 2013.
Durante un discurso en el Club Commonwealth de San Francisco, el 18 de
octubre, 2013, Bill Richardson fue confrontado por Gloria La Riva,
coordinadora del Comité Nacional para la Libertad de los Cinco,
exigiendo la libertad para los Cinco. Cerca del fin de su presentación
de una hora en la sala llena de personas, y el programa emitido por
radio, se puede ver la intervención de La Riva en el video arriba.
ANTECEDENTES:
El 24 de febrero de 1996, el grupo terrorista Hermanos al Rescate (HAR)
invadió el espacio aéreo cubano con tres avionetas, después de haber
invadido el territorio cubano varias veces en los meses previos, a pesar
de múltiples advertencias por el gobierno cubano. El 24 de feb., la
fuerza aérea cubana derribó dos de los avionetas invasoras. Cuatro
pilotos de HAR murieron.
Tres
años después, Gerardo Hernández de los Cinco Cubanos, quien tuvo nada
que ver con el derribo, fue encausado con el falso cargo por el gobierno
EEUU -- durante la administración de Clinton -- de "conspiración para
cometer asesinato" relacionado al derribo de HAR. Cuba insiste en que
actuó para protejer a su pueblo y al territorio. Un jurado de Miami,
bajo la atmósfera inflamatoria anti-Cuba de esa ciudad, condenó a
Gerardo Hernández y al resto de los Cinco de todos los cargos. Como
resultado, Gerardo está sirviendo una injusta sentencia en la prisión
federal de Victorville.
La Administración Clinton fue cómplice de los vuelos provocativos de Hermanos al Rescate.
Pero Clinton no detuvo los vuelos ilegales. En cambio, su
inacción hizo posible que el terrorista José Basulto pudiera instigar
una provocación peligrosa y deliberada de los aviones de Hermanos al
Rescate. Y fue la administración Clinton que aprobó el procesamiento
contra Gerardo Hernández y todos los Cinco.
Ahora, en su nuevo
libro, "Cómo persuadir a un tiburón," Richardson culpa a los
antiterroristas cubanos, los Cinco Cubanos que estaban en Miami para
proteger a sus compatriotas de Cuba. Richardson, de una manera
deshonesta y oportunista, le culpa a Gerardo Hernández.
Un
extracto del libro de Richardson, dice: "Los Cinco Cubanos, claramente
son espías que habían hecho mucho daño -- el líder de ellos, Gerardo
Hernández, también proporcionó información a La Habana que llevó a la
caída de dos aviones civiles en el Estrecho de la Florida en 1996".
Contra
esta mentira flagrante, Gloria La Riva, del Comité Nacional, y Richard
Becker, de la Coalición ANSWER, decidieron desafiar la falsificación de
Richardson.
Gerardo Hernández se encuentra en una prisión federal
con una doble cadena perpetua, y su único "delito", junto con sus
cuatro hermanos, es haber protegido a la gente de los ataques
terroristas apoyados por los EE.UU. que se originan en Miami. Él ha
sufrido 15 años de prisión cruel y vengativa, por la falta del gobierno
de EE.UU. y sus agentes, Clinton, Richardson y otros, de actuar con
decisión contra los ataques terroristas contra Cuba. Hasta que la lucha
sea capaz de liberar a Gerardo, enfrentará cadena perpetua sin libertad
condicional. Los demás miembros de los Cinco también se enfrentan a
muchos años de prisión EE.UU.
Ayúdenos a exponer el delito de
privación de libertad de los Cinco Cubanos. Conozca más sobre la
persecución de Gerardo y todos los Cinco por los Estados Unidos; ¡Es
importante fortalecer esta lucha con los hechos y ayudar a organizar
eventos más amplios para arrojar luz sobre la causa de los Cinco y
conseguir apoyo para su libertad!
René probó que es un finísimo propagandista, rompiendo lanzas a favor de sus cuatro hermanos martirizados (Foto: Roberto Chile / Cubadebate)
“Se
nos acusó de haber conspirado para cometer espionaje y dañar la
seguridad nacional de los Estados Unidos. Se nos ha puesto al mismo
nivel de los peores espías que se hayan conocido sin que para ello
exista una sola prueba contundente y sin haber causado daño alguno, sólo
sobre la base de suposiciones. La nuestra quizás sea una de las
acusaciones de espionaje más ridículas en la historia de este país”.
Ya
sabemos que René —no hace falta el apellido— fue un increíble agentazo
capaz de insomnemente velar, durante años, el sueño de mi mamá, de mis
amigos y el mío propio.
Ah, pero aunque uno sea un viejecillo
convencido de que ya no puede creer en nada —como decía el poeta
Machado—, la vida te da sorpresas, según la conocida pieza popular.
Sí,
porque René probó que es un finísimo propagandista, rompiendo lanzas a
favor de sus cuatro hermanos martirizados. Y lo ha hecho mostrando una
capacidad esplendorosa, digna de envidia de casi todos mis colegas.
(¿Por qué no piensa en él la Asociación Cubana de Comunicadores
Sociales, a la hora de adjudicar su premio anual?).
René
desempolvó una canción —hit durante 1973—titulada Tie a Yellow Ribbon
Round the Old Oak Tree, o sea, “Ata una cinta amarilla en el viejo
roble”, que fue escrita por Irwin Levine y L. Russell Brown.
La
pieza estuvo en el lugar cimero de aceptación popular en los Estados
Unidos, Gran Bretaña y Australia. Y se convertiría en la canción
acariciada por mujeres suspirantes que añoraban el regreso del amado,
estuviese en menesteres militares o en la prisión.
En el mercado
estadounidense, se vendieron tres millones de grabaciones en sólo tres
semanas. La pieza ha tenido versiones lo mismo de un iraní que de un
chino. Fue himno de batalla entre los filipinos seguidores del asesinado
Benigno Aquino.
Y entonces uno, horrible traductor, se permite
brindar, a quien lea, una mala versión de algunos de los versos, siempre
en honor a René, y juntando manos por el regreso de sus esperados
compañeros:
Regreso al hogar. He cumplido mi condena. Ahora sabré qué es mío, y qué no lo es. Si recibes mi carta diciéndote que pronto estaré libre, entonces debes saber qué hacer.
Si todavía me deseas, oh, ata cien cintas amarillas en torno al viejo roble. Pero una sola cinta amarilla Es lo que necesito para saberme libre.
Texto
elaborado y leído por su autor, el licenciado Carlos Guillermo
Maldonado, en la conmemoración de los 15 años de cautiverio injusto a
los Cinco Héroes cubanos, realizada en el Auditorium Aura Marina Vides,
de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Estuvieron presentes el Embajador de Cuba en Guatemala, Lic. Roberto
Blanco, la cónsul Yulieth Dávila, la diputada Kenia Serrano, Presidenta
del ICAP y miembros de las misiones cubanas en Guatemala, junto a
miembros de la Escuela de Historia y del Grupo de Solidaridad con Cuba y
los Pueblos del Mundo, al cual pertenece, así mismo, el autor.
Guatemala, 09 de octubre de 2013.
El presidio político en el imperio
Por Carlos Maldonado*
La
privación de libertad es la respuesta de un Estado hacia una o varias
personas como castigo por la comisión de delitos, con diversos grados de
rigor y tiempo. Una pena basada en la impartición de justicia con el
fin de mantener la paz y la armonía en una sociedad democrática moderna.
Por lo menos esa es la intención más intuida.
No
obstante, esta propuesta, generalmente aceptada por la comunidad
internacional, existen Estados que utilizan desde las estructuras
jurídicas hasta los procedimientos más anómalos y violatorios de los
derechos humanos, o un híbrido de ambos, para perseguir y someter a sus
oponentes.
Dichos
entes, que se creen investidos de suprema potestad para ejercer
autoridad sobre los demás, se encumbran como consejeros/jueces/ejemplos a
seguir para los otros. Sean estos, personas individuales e incluso,
naciones.
¿Será
muestra de arrogancia, destino manifiesto, miedo, debilidad, racismo,
al tratar de callar a quien es diferente, por tanto, inferior para
esconder su brillo? ¿Una manera de salirle al paso a las voces que
molestan y hacen peligrar el estatus de quien dirige ese Estado?
La
libertad, un concepto inacabado por siempre estar el ser humano en su
búsqueda constante y al no alcanzarla plenamente, lo lleva a su
persistente perfección, yo la considero una utopía. Por ello, en las
presentes circunstancias, todos tenemos ataduras y todos atamos,
consciente o inconscientemente. Sin embargo, hay algo que nos pone
zancadilla para saltear las barreras en esta empresa: el concepto
erróneo de propiedad.
Cada
uno, en su fuero interno tenemos la noción de que somos dueños de algo o
de alguien. De mis bienes, de mi pareja, de mis hijos, de mi mascota,
lo cual no es más que la distorsión que nos dicta la forma de producir y
el lugar que ocupamos en dicha producción. Si somos propietarios de
bienes de capital, o sea la relación desigual entre los que tienen y los
que no, la reproducimos al creernos dueños del trabajo de los demás. De
su vida, su tiempo, sus cuerpos que es lo que prevalece en nuestras
relaciones cotidianas tanto entre personas, instituciones, países. Si
somos obreros, o una variante de ellos, minimizados al punto de
sentirnos propiedad de alguien. Por tanto, en nosotros cuaja el discurso
de colaborador, de buen empleado, de intelectual bienpensante. El que
no molesta, el que aguanta, el que permite, el que acepta las cosas
porque así son y así serán por siempre. Esa esencialidad que la
religión, en general, pinta de excelente forma.
Con
esa premisa, los grupúsculos que poseen la propiedad de capital y los
Estados que los representan han arruinado, degradado, envilecido la vida
de millones de semejantes y del planeta también. Creyendo que tienen el
derecho por destino manifiesto de apropiarse de vidas, propiedades
individuales, recursos de otros países, van por el mundo despojando,
acumulando, derrochando, desperdiciando en detrimento de la vida. Pero a
su vez, en muchas ocasiones, sin encontrar resistencia ya que los
explotados consideran también que los invasores llegan a sojuzgarlos por
destino manifiesto. No por casualidad, la cruz y la espada son caras de
la misma moneda. Las ideas sublimes del dios cristiano, para poner
ejemplo, encontró eco en las profecías de los originarios de estas
tierras recién descubiertas. Aunque habría que tener cuidado con las
interpretaciones que estuvieron a cargo de los ideólogos del invasor,
porque queriendo y sin querer se ponen palabras en bocas ajenas.
Esa
ha sido la historia de la humanidad a través del tiempo. Sin embargo,
si en algo hemos avanzado en el trato a las personas y el respeto a sus
derechos, es por la lucha de los que no se han dejado deshumanizar,
vender cuentas de vidrio y aceptar las imperiosas razones del invasor.
Empero, hoy siguen existiendo cadenas de hierro y rejas de acero, a las
cuales las acompañan otras invisibles y sutiles como las que atan a
través de la necesidad, el hambre, el chantaje, la ignorancia y el
engaño. Las promesas en una vida supraterrenal donde el sufrimiento será
un olvido total se mezclan con las de la fluorescente propaganda del
consumismo de lo tangible e intangible del mercado.
Por
ello, el vocablo libertad en comunidad de patronos, suena vacua; es un
fantasma en sus discursos cuando de sus manos pende el látigo y las
cadenas. Cuando el humano se libere de propiedad privada y ésta sea
entendida como un medio más para desarrollarse plenamente, podrá cantar
manumisión. Entonces vendrán sus hermanas la igualdad, la fraternidad a
sentarse en el trono de la historia donde seremos dioses. Ya no
tendremos necesidad de poseer para ser, sino desenajenándonos de la
propiedad pondremos nuestro mayor esfuerzo en vivir, en conocernos para
encontrar que a pesar de nuestras diferencias somos iguales y que cada
uno posee esa chispa divina que nos permite crear y transformar.
Mientras
ese conocimiento no se interiorice en cada uno de nosotros, muchos en
distintos partes del mundo, seguirán sufriendo cárcel y prisión.
Muchos, se degradarán y deformarán en la vivencia de sistemas que priman
la desigualdad, como la esclavitud, la servidumbre, el mísero salario.
Optarán entonces como hasta el momento, por el crimen; otros, por la
resistencia. Pero ambos, a pesar de caer en gran mayoría y abonar las
tumbas y las mazmorras de los propietarios han y seguirán cambiado con
su sangre y sus lágrimas la historia.
La
idea de libertad, avanza entonces. Idea que no tiene nada en común con
la de los traidores que dicen ser de liberación cuando son de retroceso,
de deseos de sentir en sus cuellos la bota del amo y para los
considerados por ellos inferiores, el látigo del verdugo. Porque hay que
ser lúcidos y enfáticos: no todos los que pregonan libertad, igual que
los que gritan en los montes patria, son sinceros. Unos quieren libertad
para enseñorearse sobre otros, quieren patria para sí mismos. No, o la
libertad es para todos, incluyendo a los actuales amos y verdugos, o no
es acorde con humanidad. O se anhela patria, como se espera el sol y la
lluvia, o ese deseo no es genuino.
Hoy,
miles sufren prisión por sus ideas, vejámenes e incluso son asesinados
en la más completa soledad, espectros que deambulan en el anonimato de
las cárceles clandestinas, sucumben sin conocer justicia y redención.
Aberraciones de un sistema mundial que se pudre y no repite el eco de
los nobles principios de los que nació.
De
esa cuenta, en las bartolinas de los que ensucian con sus bocas los
vocablos libertad y patria, se mantienen secuestrados, en limbos
judiciales, a reos que han tenido la entereza de defender la vida y la
paz para sus pueblos. Otros muchos más, yacen en las fauces frías y
negras de los mausoleos o en yermos anónimos, por soñar con naciones
felices y prósperas para sus hijos.
Este
es el ejemplo de millones de seres desconocidos e ignorados alrededor
del globo, presos por la deformación que provoca el sistema opresor de
la mercancía o por resistirse a aclamarlo, a los cuales hoy representan
cuatro héroes cubanos que permanecen, desde hace 15 años, en las
cárceles del Imperio y, otro, René González Sehwerert quien fue
sentenciado a 15 años de prisión, y a pesar de que fue liberado a los
12, en octubre del 2011, afirma categóricamente que, mientras sus
hermanos sigan en esa situación de injusticia, seguirá junto a ellos,
preso. De ahí, que a estos se les conozca como Los Cinco Héroes, por
Antonio Guerrero Rodríguez, ingeniero en Construcción de aeródromos,
poeta, con dos hijos, sentenciado a 22 años de prisión; por Fernando
González Llort, casado, graduado del Instituto de Relaciones
Internacionales (ISRI), del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y
el Ministerio del Interior, sentenciado a 18 años de prisión; por
Gerardo Hernández Nordelo, casado, graduado del ISRI, caricaturista,
sentenciado a dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión y por Ramón
Labañino Salazar, casado, tres hijas, graduado de Licenciatura en
Economía en la Universidad de La Habana, sentenciado a 30 años de
prisión.
Quince
años de cautiverio y torturas, donde la injusticia ha prevalecido sobre
la razón de su inocencia, por parte de la nación que pretende ilustrar
al mundo sobre la democracia y respeto a los derechos fundamentales del
ser humano, nos obligan a reafirmar el llamado del Apóstol de Nuestra
América, José Julián Martí Pérez, en una de las estrofas de su “El
Presidio Político en Cuba”, escrito durante su confinamiento en la isla
por parte de los españoles en 1871 por atreverse a querer su patria
liberada: “Volved, volved por vuestra honra: arrancad los grillos a los
ancianos, a los idiotas, a los niños: arrancad el palo al miserable
apaleador: arrancad vuestra vergüenza al que se embriaga insensato en
brazos de la venganza y se olvida de Dios y de vosotros: borrad,
arrancad todo esto, y haréis olvidar algunos de sus días más amargos al
que ni al golpe del látigo, ni a la voz del insulto, ni al rumor de sus
cadenas ha aprendido aún a odiar”.
GRACIAS.
*Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala, Colectivo “La Gotera”
El
pueblo cubano continúa siendo protagonista en la batalla por la
libertad de los antiterroristas injustamente prisioneros hace 15 años en
Estados Unidos. En una peculiar iniciativa se unieron los diferentes
clubes y asociaciones de vehículos de La Habana, que marcharon por todo
el malecón capitalino pasando frente a la Sección de Intereses de
EEUU en la nación caribeña con un claro mensaje de justicia para el
gobierno norteamericano: la libertad inmediata de Gerardo Hernández,
Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero.
Desfilaron
en el cierre de la jornada por los 15 años de injusto encierro de los
compatriotas cubanos, bici-taxis, coco-taxis, coches de caballos, autos
antiguos y otros vehículos. El litoral habanero se llenó de lanchas
pesqueras que también se sumaron con banderas cubanas, trompetas y lazos
amarillos a esta marcha.
Acompañaron
los vehículos mujeres con sus hijos pequeños como símbolo de la
privación de ser madres que sufren Adriana Pérez y Rosa Aurora
Freijanes, esposas de Gerardo y Fernando respectivamente. En su
representación ofrecieron testimonios Laura Rodríguez y la boliviana
Patricia Jiménez.
Laura
Rodríguez- pienso que independientemente de que ellos deben estar aquí
y no en una cárcel, no puede prohibirse a Adriana el derecho de
visitar a su esposo, privar a un matrimonio de ser padres es algo
criminal, más allá de un problema político o jurídico.-
Patricia
Jiménez- estoy aquí con mi hijo porque me siento identificada con
Rosita y Adriana, a ellas las han privado de tener hijos y yo por un
problema natural, demoré en quedar embarazada; entonces se lo que eso
significa para una mujer y para un matrimonio.
Después de tener a mi
hijo pienso en que él pueda darle un poquito de alegría a ellas, sé que
es muy duro y muy injusto no poder tener esa descendencia con el ser
amado.-
Con
franca alegría y compromiso los choferes de los distinto vehículos
manifestaron sus razones por protagonizar esta acción por los 5.
En
representación de los bici-taxis, Maikel Orlando Valle, explicó que
participar en la marcha de vehículos constituye el modesto aporte que
pueden hacer los cubanos por la libertad de Los Cinco, asimismo lo
manifestaron los choferes y presidentes de los clubes y asociaciones
de autos clásicos, Dodge, Fiat 125 y coches de caballos.
Con
una valoración de la actividad Olga Salanueva y su esposo René
González coincidieron en que esta acción, como la jornada por los 15
años de injusta prisión de los antiterroristas, ha sido protagonizada
por el pueblo cubano.
Ambos
resaltaron la incorporación a la batalla por la libertad de Gerardo,
Ramón Antonio y Fernando de los lancheros, quienes hicieron un hermoso
acto frente a la sesión de intereses de Estados Unidos en Cuba con el
debido respeto.
También
destacaron el impacto de las cintas amarillas, una iniciativa
impulsada por René que alberga la esperanza de adentrarse en el hermano
pueblo norteamericano.
Esta
jornada por los 15 años de injusta prisión de los antiterroristas
cubanos se ha manifestado de manera muy intensa dentro del pueblo
cubano y en el mundo. En Cuba la participación masiva del pueblo y
todas las generaciones, desde los niños, los jóvenes, adultos y los
abuelos han desarrollado novedosas iniciativas, las cuales a
consideración de todos y cada uno de los que defienden esta noble
causa, intenta logrando el objetivo de llegar al hermano pueblo
estadounidense para que ellos mismos, desde la razón, pongan fin a la
injusticia.
Concluyó
esta jornada pero la campaña por la libertad de Gerardo, Antonio,
Ramón y Fernando continúa hasta que el último de ellos regrese a Cuba.
El 12 de septiembre fueron varias las personas en el metro de Moscú y
en las calles de la ciudad que prendieron a su ropa una cinta amarilla,
o simplemente se la ataron a la mano para protestar por la prolongada
encarcelación de cinco ciudadanos cubanos en EE UU.
Fuente: Photoshot / Vostock-Photo
Estas cintas también se podían ver en los
coches y atadas a los árboles cerca de la embajada de Cuba en Moscú. Las cintas
amarillas son un signo de esperanza para la liberación de cinco luchadores
antiterroristas cubanos, cuatro de los cuales aún permanecen entre rejas en
Estados Unidos. Curiosamente, la cinta amarilla es un símbolo de esperanza para
el pueblo estadounidense. Su significado viene de una legendaria canción de amor
que fue todo un éxito en la década de 1970 titulada Tie a yellow ribbon
round the old oak tree (Ata una cinta amarilla al viejo roble). En esta
canción un preso que saldrá pronto de la cárcel le pide a su amada que, si
todavía lo ama y lo espera, ate a un roble cerca de su casa una cinta amarilla:
“Si no veo una cinta amarilla alrededor del viejo roble me quedaré en el
autobús…”. Y, al acercarse a la casa, ve centenares de cintas de ese color
alrededor del viejo árbol y regresa a casa.
El pasado 12 de septiembre se cumplieron 15
años desde el día en que fueron detenidos en Miami cinco patriotas cubanos:
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René
González. Éstos se infiltraron en organizaciones cubano-americanas que planeaban
actos terroristas en Cuba y entregaron la información recabada a La Habana. En
1998, todos ellos fueron detenidos y condenados a pasar muchos años en prisión.
René González fue el sentenciado a la pena más baja, 15 años. En su país son
reconocidos como héroes nacionales. En todo el mundo se ha emprendido una lucha
por la liberación de los ‘Cinco Cubanos’, se han creado más de 288 comités para
su liberación en más de 97 países, incluidos 106 comités en 30 países de
Europa.
El comité internacional por la liberación de
los cinco cubanos invitó a grupos solidarios de todo el mundo y a los amigos
del pueblo cubano a llevar cintas amarillas, prendidas o atadas, como símbolo
de la esperanza de que los héroes puedan regresar en un breve plazo a casa. El
autor de esta iniciativa en Cuba es el único miembro del grupo de los cinco que
se encuentra ya en libertad, René González. Pasó doce años en la cárcel y salió
en libertad condicional en 2011. En una intervención en la televisión cubana,
René González pidió que el 12 de septiembre el país se llenara de cintas
amarillas, de modo que todo aquel que visitara la isla viera que Cuba aguarda
con esperanza el regreso de sus hijos. Este día, no sólo en Moscú (donde se
realizaron piquetes informativos cerca de la Embajada de Estados Unidos) sino
en toda Rusia, desde Vladivostok a Kaliningrado, cientos de personas exigieron
la liberación de los ‘Cinco Cubanos’.
Además, en la Embajada de la República de Cuba
en Moscú se celebró una conferencia dedicada a conmemorar el 15º aniversario de
la detención de los cinco cubanos, a la que asistieron embajadores de casi
todos los países del ALBA,
incluidos Venezuela, Bolivia, Nicaragua, el vicepresidente del Consejo de
Defensa, representantes del movimiento ruso para la liberación de los cinco
héroes, ‘Venceremos’ y ‘Sociedad de Amistad Rusa-Cuba’. En la inauguración del
acto, Elena Lozhkina, coordinadora del Comité Ruso por la Liberación de los Cinco
Patriotas Cubanos, declaró que en la actualidad el movimiento por la puesta en
libertad de los ‘Cinco’ era uno de los más avanzados a nivel internacional. A
continuación reproducimos una breve charla que Lozhkina concedió a Rusia Hoy.
¿Cuáles son las medidas recientes más
importantes que ha organizado el Comité Ruso por la Liberación de los Cinco?
El 1 de enero de 2011, por petición del Comité
Internacional de Solidaridad, dio inicio una campaña el día 5 de cada mes para
los cinco cubanos pidiendo a la gente de todas las partes del mundo que escriba
cartas exigiendo la liberación de los presos cubanos a la administración del
presidente Barack Obama. El mismo enero de 2011, el comité tomó la decisión de reforzar esa medida con un
piquete informativo cada mes junto a las puertas de la Embajada de EE UU en
Moscú. Desde entonces, cada día 5 de cada mes llevamos a cabo un piquete en la
misión diplomática de Estados Unidos en Moscú. Para cada piquete se escribe una
declaración que se entrega a la Embajada de los Estados Unidos y al mismo
tiempo se envía por carta a la dirección postal de la Casa Blanca. Desde
octubre de 2011 se organizan vuelos solidarios por los ‘Cinco’ en globos
aerostáticos, tras sumarse al movimiento por la causa el piloto Ígor Naimilov.
También organizamos periódicamente caravanas de solidaridad en las calles de
Moscú. El año pasado efectuamos una campaña que, creo, es un punto de
referencia para todos los movimientos solidarios mundiales.
Antes de realizar la petición de liberar a los
‘Cinco’ sonaba en cinco continentes y, una vez llevada a cabo, se amplió a los
seis continentes, pues, en el invierno de 2012, Vladímir Koshelev y sus
compañeros situaron una pancarta en la Antártida al viajar allí como parte de
una expedición ruso-ucraniana-bielorrusa. También tratamos de informar de los
actos más significativos en el mundo, de los informes del comité internacional
y de las cartas de los héroes. Nos dirigimos a los partidos y a las
organizaciones con la petición de apoyar y suscribir las declaraciones.
Organizamos exposiciones con dibujos de los héroes y participamos en la publicación
y en la promoción de libros.
¿Cuál es la envergadura de este movimiento en
Rusia?
El proceso judicial contra los ‘Cinco’ provoca
indignación en diferentes capas de la sociedad de nuestro país. Quizá el abuso
judicial contra los cinco cubanos sea uno de los pocos temas con los que se
muestra solidaria la sociedad rusa casi al completo.
En la clausura de la conferencia, el Embajador
de la República de Cuba, Emilio Losada García, destacó que “condenando a los
miembros del ‘Cinco Cubano’, la justicia estadounidense es consciente de que
estos patriotas no tenían intención de causar perjuicios a la seguridad
nacional de los Estados Unidos, sino que intentaron detectar e informar a su
país de los preparativos de actos terroristas en territorio de Estados Unidos
por parte de grupos de ultraderechistas cubanos en el Estado de Florida”.
También señaló que la actividad de los ‘Cinco’ no sólo tenía como objetivo
proteger a su patria sino contribuir asimismo a la lucha contra el terrorismo a nivel mundial.
Tan
vital como el aire que respiramos es la honestidad para quienes nos
dedicamos al periodismo; la objetividad constituye actitud que dice
mucho de los que escogieron contar la vida, día a día, como si no
hubiera distinciones entre las 24 horas actuales, las anteriores o las
que están por venir.
En el juicio contra Gerardo Hernández,
Fernando González, Ramón Labañino, Antonio (Tony) Guerrero y René
González, cinco antiterroristas cubanos, otra infamia, denunciada desde
el 2006, dañó el orgullo de quienes ven en el periodismo mucho más que
una forma de vida.
Se trata del escándalo que involucra a
profesionales de origen cubano al servicio de la prensa norteamericana,
quienes recibieron sobornos para perjudicar a Los Cinco –como se les
conoce mundialmente-, mediante una campaña difamatoria, previa al juicio
donde fueron sentenciados a injustas y excesivas condenas.
La
opinión pública se ha enterado de cómo el gobierno de Estados Unidos se
valió del Buró de Gobernadores de Transmisiones (BBG) para financiar, en
secreto, a periodistas de influyentes medios de prensa de Miami.
Ellos
crearon un ambiente hostil contra Gerardo, René, Tony, Fernando y
Ramón, quienes fueron juzgados en Miami, la misma ciudad donde radican
los grupos anticubanos que ellos combatían.
Consecuencias: un
juicio bien distante de la imparcialidad, cargado de arbitrariedades y
violaciones a la propia legislación de los Estados Unidos.
Resulta
que muchos de los que defienden la libertad de expresión en la norteña
nación, no son más que mercenarios de los peores intereses de grupos
anticubanos de la Florida, cuyo brazo es tan largo que llega a los
salones mismos del Capitolio, en Washington.
El periódico
Liberation hizo público el contrato que vincula a profesionales de la
prensa de varios medios de Miami (entre ellos Radio y TV Martí) y
demostró la existencia de la doble moral de esas instituciones y su
personal.
Tales son los casos de Pablo Alfonso y Ariel Remos,
reportero y comentarista de los diarios El Nuevo Herald y Las Américas,
respectivamente, en la época del proceso contra Los Cinco.
Alfonso
recibió de la BBG casi 59 mil dólares por su labor, de noviembre de
1999 a diciembre de 2001, período de mayor tensión en el proceso de
acusación de los antiterroristas cubanos.
Hasta agosto de 2007, fecha en que parece se prescindió de sus servicios, se embolsilló más de un cuarto de millón de dólares.
Remos,
por su parte, cobró 10 mil 400 dólares de noviembre de 1999 a febrero
de 2001, y en total hasta casi terminado el 2006 le pagaron 24 mil 350
dólares.
A ellos se suman otros nombres del “gremio
periodístico” del sur de la Florida, como el de Wilfredo Cancio y Olga
Connor. También recibieron pagos de la BBG Helen Aguirre, Miguel Cossío y
el terrorista Carlos Alberto Montaner.
En esencia, el trabajo
de esos informadores consistió en crear una atmósfera adversa, a la que
se sumó la hostilidad habitual de Miami hacia todo lo que huela a
Revolución Cubana, para parcializar la decisión del jurado durante el
proceso contra Los Cinco.
Por suerte, son muchos más los que,
desde el quehacer cotidiano del periodismo, defienden la verdad de Los
Cinco, con la esperanza de que la justicia y la razón prevalezcan sobre
el odio y la mentira. Y esa lista es, por fortuna, interminable.
En
1767, antes de que Estados Unidos fuera independiente, ya pensaba en
apoderarse de Cuba. Es así que ese año Benjamín Franklin planteara la
necesidad de “colonizar el Mississippi para ser usado contra Cuba y
México…”
En
1805, el tercer presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson,
anticipándose casi 20 años a James Monroe y la doctrina que tomó su
nombre, le escribe en una carta que “es imposible no mirar hacia tiempos
distintos cuando nuestra rápida multiplicación nos expanda más allá de
los límites y cubra todo el norte sino el sur del continente”. Jefferson
sugería que Estados Unidos debía “tener las Floridas y Cuba”.
Faltaban
13 años para el nacimiento de Carlos Marx, 112 para que triunfara la
Revolución socialista en Rusia, 121 para que Fidel Castro viniera al
mundo y 154 para que entrara victorioso a La Habana al mando del
Ejército Rebelde y Cuba iniciara su vida como nación verdaderamente
independiente. Los intentos de Estados Unidos de apoderarse de Cuba no
tienen nada que ver con el carácter socialista de su Revolución ni con
el liderazgo de Fidel, sino con una ancestral decisión de su élite de
dominar el Caribe al que consideran su “frontera sur” para lo cual,
controlar la “llave del golfo” era y es vital. El mismo Jefferson, años
más tarde, en 1820, precisó que Cuba era “la adición más interesante que
se podía hacer a nuestro sistema de Estados” y le dijo al secretario de
Guerra John C. Calhoun que debía “a la primera oportunidad, tomar
Cuba”.
De
esa manera, ya en el siglo XIX se comienzan a manifestar una serie de
acciones que eran expresión concreta de la voluntad intervencionista
antes manifestada. A mediados de siglo se efectuaron varios intentos
para apoderarse de la isla, patrocinados sobre todo por los sectores
esclavistas del sur. A John Quincy Adams, sexto presidente de la unión
norteamericana, se debe la idea de que Cuba debía mantenerse bajo el
débil dominio colonial español para que algún día pasara a control de
Estados Unidos “como una fruta madura”. En 1848, el undécimo presidente
James K. Polk ofreció a España comprarle Cuba por cien millones de
dólares, y un año después se realizaron intentos “independentistas” con
el objetivo de “asociar” Cuba a Estados Unidos. La oferta de compra
aumentó a 130 millones en 1854, pero España se mantuvo firme en la
posesión de su joya colonial más preciada.
La
lucha de los cubanos por su independencia se mantuvo incesantemente
desde 1868 y en 1898 el triunfo de los patriotas era inevitable. José
Martí había entendido el valor estratégico de su país en el marco
geopolítico ante el naciente imperialismo estadounidense que no
escatimaba en mostrar su voluntad expansionista. En mayo de 1895, un día
antes de morir, le escribió a su amigo Manuel Mercado una carta
premonitoria donde le decía “… ya estoy todos los días en peligro de dar
mi vida por mi país, y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo
ánimos con que realizarlo– de impedir a tiempo con la independencia de
Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con
esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
Sin
embargo, la oligarquía estadounidense comenzó a conspirar para
justificar una invasión a Cuba. El instrumento fue una dudosa explosión
(nunca aclarada hasta hoy) del acorazado estadounidense Maine surto en
La Habana en febrero de 1898. Después de culpar a los españoles del
incidente, declararon la guerra, interviniendo en la isla con tropas que
impidieron la victoria definitiva de los cubanos en su lucha. España se
vio obligada a conceder la Independencia a Cuba, pero ésta fue parcial y
mediatizada. Estados Unidos ocupó la isla hasta 1903, cuando retiró sus
tropas a cambio de un tratado que le permitía la intervención militar
en Cuba cuando lo entendiesen necesario para “garantizar el orden”. Este
tratado en forma de enmienda fue incorporada a la nueva Constitución
cubana. Asimismo, se apoderaron de dos territorios, uno en Guantánamo en
el oriente del país y otro en Bahía Honda al occidente, donde
instalaron sendas bases navales. En el primero aún permanecen
ilegalmente, toda vez que dicho acuerdo fue una imposición sustentada
por la fuerza de las armas y de la ocupación militar de un país que no
tenía gobierno. En 1903, Fidel Castro aún no había nacido.
La
subordinación de los gobiernos cubanos a Estados Unidos de lo que en el
transcurso de lo que en la historia cubana se llama la “república
mediatizada” se mantuvo a lo largo de sus 61 años de duración. A cambio
de un respeto irrestricto a los inversionistas estadounidenses, lo que
rayaba en la cuasi pérdida de la soberanía, el último dictador,
Fulgencio Batista, recibió un apoyo militar cuantioso, expresado en un
constante abastecimiento de armas, equipos y financiamiento para
sostener su gobierno despótico y autoritario mediante la represión y la
crueldad. Aunque el epicentro de la lucha del pueblo cubano para
derrocar la dictadura se desarrolló fundamentalmente en el oriente del
país, en toda la isla se fue construyendo un gran frente antibatistiano
bajo el liderazgo de Fidel Castro hasta que el 1° de enero de 1959 el
dictador huyó y las fuerzas revolucionarias tomaron el poder. El
movimiento triunfante se propuso desarrollar un programa de gobierno que
pregonaba principios democráticos, de justicia social, economía mixta y
crítica a Estados Unidos por el apoyo que había dado a Batista. Sin
embargo, habían transcurrido pocas semanas del triunfo revolucionario
cuando comenzaron a desatarse una ola de sabotajes, quema de cañaverales
y atentados con explosivos contra objetivos fundamentales de la
economía. Así, ya en el mes de marzo de 1960 el trigésimo cuarto
presidente de Estados Unidos, Dwight David Eisenhower, firmó una orden
ejecutiva por la cual ordenaba a la CIA preparar un proyecto encaminado a
derrocar al Gobierno revolucionario, utilizando para ello, todas las
fuerzas e instrumentos a su alcance. En una primera instancia, el
énfasis se puso en operaciones de carácter psicológico, presiones
económicas y políticas y el comienzo del entrenamiento masivo de cubanos
que habían pertenecido a las fuerzas militares y represivas de la
dictadura y que habían huido a Estados Unidos, pero paulatinamente
fueron dado pasos hacia un plan de invasión para lo cual fueron creando
condiciones a través de la inserción en territorio cubano de pequeños
grupos de sabotaje.
La
respuesta del Gobierno cubano fue la creación, el 28 de septiembre de
1960, de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) a fin de organizar
al pueblo para garantizar su seguridad y defensa, asimismo, el 6 de
junio de 1961 es instituido el Ministerio del Interior, cuerpo
especializado del Estado para enfrentar la acción agresiva y criminal de
Estados Unidos que ya en abril de ese año, bajo el gobierno del
trigésimo quinto presidente, John. F. Kennedy, había organizado una
fuerza invasora con apoyo logístico de las Fuerzas Armadas
estadounidenses que desembarcaron en Cuba por playa Girón, en el litoral
central del sur de la isla donde fueron derrotados en menos de 72
horas.
Esta
agresión había hecho patente la intención estadounidense de aniquilar
la Revolución Cubana a cualquier costo. La respuesta debía ser de la
misma dimensión y profundidad: la defensa y la seguridad de Cuba se
debía garantizar a cualquier costo; sin embargo la insuperable distancia
en cuanto a la capacidad financiera, militar y tecnológica de ambos
países intuía una lucha no equitativa que solo se podría librar a partir
de la conciencia, la convicción, la voluntad, la decisión y el valor de
un pueblo dispuesto a cualquier sacrificio para mantener su
independencia y su soberanía.
De
la carta antes mencionada que Martí dirigió a Manuel Mercado se extraen
dos enseñanzas capitales que son sustento de la doctrina cubana de
seguridad. Martí dijo… “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas, y
mi honda es la de David”. Martí señalaba que haber vivido en Estados
Unidos, le daba pautas para trazar los planes que habrían de llevarse
adelante a fin de impedir la potencial expansión estadounidense que
visualizaba, de no lograrse la independencia de Cuba. La referencia
bíblica posterior enfatizaba en su convicción de que el enfrentamiento
se iba a dar en condiciones desiguales.
Antes,
–en la misma carta–, Martí afirmaba que “En silencio ha tenido que ser,
y como indirectamente, porque hay cosas que para logradas han de andar
ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades
demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin”. La confrontación
planteada por la mayor potencia militar del mundo ha obligado a Cuba a
desarrollar acciones que en “silencio han tenido que ser” y que “han de
andar ocultas” si se quiere lograr el éxito en tal desigual combate.
Solo
un pueblo decidido a defender su libertad es capaz de parir hijos que
asuman las enseñanzas del apóstol en carne propia, a riesgo de su propia
vida y su propia felicidad. Eso son Antonio Guerrero Rodríguez,
Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino
Salazar y René González Sehwerert, los cinco héroes cubanos que en
silencio y de manera oculta vivieron en las entrañas del monstruo para
descubrir y prevenir los planes de grupos terroristas que conspiraban
para causar la muerte y le desestabilización de Cuba y con ello,
–parafraseando al apóstol– impedir a tiempo que se extiendan por las
Antillas y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de
América.
*
Venezolano. Magister en Relaciones Internacionales de la Universidad
Central de Venezuela. Consultor y Analista Internacional. Sus artículos
se publican en diversos periódicos e innumerables páginas de Internet.
Ha sido Director de Relaciones Internacionales de la Presidencia de la
República Bolivariana de Venezuela, Asesor de política internacional de
la Presidencia de Telesur y Embajador de la República Bolivariana de
Venezuela en Nicaragua. Ha publicado diversas obras y participado como
coautor en varias compilaciones.
El
amor de los Cinco Héroes cubanos, su dedicación y esfuerzo es el idioma
universal con el cual es necesario combatir el odio por el que fueron
encarcelados...
Cuando
has protegido la vida de cientos de personas sin importar el lugar del
mundo, dudo mucho que a alguien le interese en primera instancia de
dónde eres, cuáles son tus afiliaciones políticas o si eres religioso o
ateo; en ese momento todo lo que emana de ti son tus cualidades de
sacrificio y humanidad. El agradecimiento sería la reacción lógica de
quienes te conocen o fueron beneficiados por tus acciones, lo
universalmente correcto éticamente…, a menos que seas cubano y todo se
haya desarrollado en los Estados Unidos. Esa, es otra historia.
Proteger
puede ser un instinto, reacción o acto pensado con serenidad y
objetivamente; puede ser por amor, o sentido del deber, pero siempre
conlleva entregar una parte de ti en favor de los demás. Esas personas
que arriesgan sus vidas por otras tienen la grandeza y el respeto de
todos aquellos que los conocieron; sin embargo, las leyes aplicadas
desde un punto de vista cegado por el odio del hombre pueden transformar
las más sublimes acciones en meros hechos criminales.
Los
Cinco Héroes cubanos dedicaron su amor y esfuerzos también al pueblo
norteamericano, ese, que tal vez confió en un juicio imparcial en el
“mejor país del mundo”, porque su verdad omite la historia de agresiones
contra Cuba y aún cree en los principios de los padres fundadores de su
nación.
Gerardo Hernández, en su alegato de defensa, mencionaba: “Quienes
desconocen cómo se ha comportado históricamente el sector más radical
de la comunidad cubana de Miami, quienes no ven la televisión en español
ni escuchan la llamada “Radio Cubana”, tal vez pudieran haber pensado
honestamente que nosotros podríamos tener un proceso imparcial y justo
en esta ciudad. Lamentablemente hay muchas realidades que el pueblo
norteamericano aún desconoce”. Todo asunto referente a Cuba será
manipulado mientras sigamos el camino que comenzamos en 1959. Los
ciudadanos norteamericanos, abrumados de información contradictoria, que
a flashazos se les cuela en sus hogares, despiertan poco a poco de la
bruma que cubre nuestro territorio y nuestras relaciones.
“Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria”.
Así declaró Gerardo, inspirado en la frase del héroe de Connecticut
Nathan Hale. Tal expresión cobró fuerza en el banquillo. No es una frase
de Martí ni de Maceo, es de un estadounidense; de uno de los héroes de
la guerra de independencia de las 13 colonias que la historia recuerda
por su valentía al infiltrarse en líneas enemigas. Entonces, ¿por qué
erigir monumentos y condenar a aquellos hombres que realizan las mismas
acciones años después? El sentimiento de patriotismo no puede estar al
servicio de la política y la mentira de cobardes.
“¡Si
por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a
nuestros países del terrorismo, y evitar una invasión inútil a Cuba es
por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea!”. Palabras
exactas de Ramón ante una corte prejuiciada, que demuestran el interés
de proteger a los estadounidenses inocentes tanto como a los cubanos.
Esas acciones fueron silenciadas porque sería imposible condenar a
quienes protegen a sus acusadores, imposible enfrentar una mirada que se
sabe digna.
Eso nos lo recuerda René. “Es
realmente triste ser educado para odiar a algo que uno ni conoce
(Cuba). Y si se me permitiera la licencia, como descendiente de
norteamericanos laboriosos y trabajadores, con el privilegio de haber
nacido en este país y el privilegio de haber crecido en Cuba, le diría
al noble pueblo norteamericano que no mire tan al sur para ver el
peligro a los Estados Unidos”.
”Aférrense
a los valores reales y genuinos que motivaron las almas de los padres
fundadores de esta patria. Es la falta de esos valores pospuestos ante
otros, menos idealistas intereses, el peligro real para esa sociedad”.
Recordando
los cimientos de la misma nación que hoy los mantiene encarcelados, el
padre de René le envió una carta previa al juicio donde tenía la
esperanza de que se pudiera hallar un jurado donde afloraran los valores
de Washington, Jefferson y Lincoln. Pero cuando los mafiosos y
contrarrevolucionarios controlan el sistema de justicia es demasiado
difícil que la luz entre a la sala del tribunal, excepto la que traían
consigo nuestros compatriotas.
Mostrarles
la verdadera causa del encierro a los norteamericanos no basta
solamente. Recordarles la necesidad de su labor y la angustia de
millones por su regreso es lo que se impone. Lazos amarillos para
solidarizarnos por todo el mundo y pedir su regreso es un símbolo que se
aprecia en cada calle cubana desde que René convocara al pueblo en su
alocución, pero sobre todo debemos tener presente un idioma universal
para enviar este mensaje, uno que combata el odio por el que fueron
encarcelados: su amor por todos los que los rodean.
Tony no pudo ser más claro en su alegato sobre nuestros pueblos, cuando en un mensaje universal afirmó: “Yo
amo la isla donde crecí, me eduqué, y en la que viven mi madre, uno de
mis idolatrados hijos y muchos otros de mis seres queridos y amigos;
también amo a este país, donde en los últimos 10 años de mi vida he dado
y recibido verdaderas muestras de amor y solidaridad. Tengo la certeza
de que es inevitable, no solo un puente de amistad entre ambos pueblos,
sino entre todos los pueblos del mundo”.