« Entradas por tag: gerardoMostrando 31 a 40, de 70 entrada/s en total:
Hemos
vivido unos días muy intensos desde el pasado 17 de diciembre. Las
horas no nos han alcanzado para responder tantos mensajes recibidos por
diferentes vías, y muy pronto, con la llegada de Gema, puede que
dispongamos aun de menos tiempo para comunicarnos. Pero deben saber que
no ha habido un solo día en el que no pensemos en todos ustedes, quienes
hoy disfrutan también esta victoria que ha representado el regreso de
los Cinco a nuestra Patria. Todos
y cada uno de sus esfuerzos solidarios contribuyeron para hacer posible
este triunfo. Por más de 16 años los Cinco soñamos con esta felicidad
que ahora vivimos. Ustedes lucharon por hacerla posible. Y hoy, con cada
muestra de amor que recibimos de nuestro pueblo, se multiplica la
gratitud hacia las hermanas y hermanos que nos apoyaron durante tanto
tiempo. En
nombre de los Cinco y de nuestros familiares, les deseamos un feliz y
muy exitoso 2015, y los felicitamos por el 56 Aniversario de la
Revolución Cubana. Un fuerte abrazo, Adriana, Gerardo (y Gema).
Queridos amigos de los Cinco Héroes Cubanos: En
Estados Unidos ha visto la luz el libro “Drawings by Gerardo Hernández
Nordelo: Humor from my Pen”, que recoge las caricaturas políticas
elaboradas por el Héroe Cubano durante 16 años de injusta prisión en
cárceles del imperio norteamericano. El
libro está editado en idioma inglés. Posee portadas y 59 páginas a todo
color. Con prólogo del destacado actor afroamericano, Danny Glover,
incluye palabras de Gerardo Hernández y de su esposa Adriana Pérez, así
como epílogo del Presidente de la Fundación Brownstone para la promoción
del arte, Gilbert Browstone. Promovido por la “Editorial Letra Viva”, el libro ya está a la venta en e-Book, pudiendo usted hacer su solicitud accediendo a Amazon. Como
libro impreso puede adquirirlo en los catálogos de las principales
librerías norteamericanas, como Barnes and Noble y Books and Books. Los ingresos de la venta del libro serán destinados en su totalidad a la causa por la libertad de Los Cinco. Gerardo
Hernández Nordelo fue condenado injustamente por un tribunal de Miami a
dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión. Durante todo el período
de su prisión, las autoridades norteamericanas le han negado la visa a
su esposa para visitarlo. Es Héroe de la República de Cuba. “Drawings
by Gerardo Hernández Nordelo: Humor from my Pen” ha de convertirse en
un instrumento eficaz de lucha por la libertad de Gerardo, Ramón y
Antonio. Para infomarse sobre la forma de adquirir el libro, puede escribir a: info@editorialetraviva.com Dearest friends of the Cuban Five: The
book “Drawings by Gerardo Hernández Nordelo: Humor from my Pen” has
finally been released in the United States, containing a collection of
political cartoons created by this Cuban hero during the 16 years of his
unjust imprisonment in various federal prisons within the U.S. empire. This
edition of the book has been translated into English and printed in
full color from cover to cover, and includes a prologue from the
well-known African-American actor Danny Glover, remarks from Hernández
and his wife, Adriana Pérez, and an epilogue from Gilbert Brownstone,
president of the Brownstone Foundation for art promotion. Published by “Editorial Letra Viva,” the book is already available for sale as an e-Book, and can be downloaded through Amazon. In
its printed form, it can be purchased through the catalogues of leading
U.S. bookstores, like Barnes & Noble, and Books & Books. All of the income from the sales of the book will be dedicated to the effort to free the Cuban Five. Gerardo
Hernández Nordelo was unfairly sentenced by a court in Miami to two
life sentences plus 15 years in prison. During his entire
incarceration, his wife has never been granted a visa to visit him. He
is a “Hero of the Republic of Cuba.” “Drawings
by Gerardo Hernández Nordelo: Humor from my Pen” has become an
effective tool in the struggle for the freedom of Gerardo, Ramón and
Antonio. For more information about how to acquire the book, please write to: info@editorialetraviva.com
Por Marlene Caboverde Caballero*
Cuando
supe que el médico de Jaruco, Rocteh Ríos Molina formaba parte de la
Brigada Internacional Henry Reeve que enfrenta la epidemia del Ébola en
Sierra Leona tuve la certeza de dos cosas: la primera que era un orgullo
para este pueblo que uno de sus hijos estuviera insertado en esa obra
de infinito amor, y lo segundo que se trataba de un héroe más de la
Patria y como tal era preciso que entre él y Gerardo Hernández, uno de
los Cinco surgiera y se consolidara una gran amistad. Así
se lo propuse primero a Rocteh, quien aceptó gustoso, y después a mi
suerte de ángel y puente, Alicia Jrapko del Comité Internacional a favor
de los Cinco en los Estados Unidos, quien mantiene permanente
correspondencia con nuestro Gerardo y además lo visita periódicamente en
la prisión de Victorville en California junto a su esposo, el fotógrafo
y activista Bill Hacwell. Alicia
se entusiasmó con la idea, que gracias a ella comienza a dar frutos
pues en la mañana de este lunes 24 de noviembre recibí el primer mensaje
de Gerardo al médico jaruqueño. Espero
que este enlace sirva para fortalecer a los 165 colaboradores cubanos
que retan a la muerte segundo a segundo en Sierra Leona y a los
restantes que laboran en otros países de África Occidental donde es
terrible el alcance del virus del Ébola. Antes
de compartir las palabras de Gerardo, quiero enfatizar que los galenos
cubanos en Sierra Leona están pendientes de la evolución de Félix Báez,
médico que contrajo el virus del Ébola y que ahora recibe tratamiento en
Ginebra. Según un mensaje enviado por el doctor Rocteh Ríos Molina,
“los dos compañeros que estaban en funciones de trabajo junto a Félix
Báez, Luis Escalona y Felipe Delgado son chequeados constantemente y se
vigila el más mínimo síntoma que pueda aparecer de forma constante.
Están bien los dos, y si no aparece nada a los 21 días, tiempo máximo de
incubación pues se les da de alta y se reincorporan al trabajo”.
También expresó en su mensaje más reciente: “COMO DIJO ALMEIDA: AQUI NO
SE RINDE NADIE. VINIMOS 165 A SIERRA LEONA Y NOS VAMOS LOS 165 SANOS Y
SALVOS. ESA ES NUESTRA CONSIGNA”. Mensaje
de Gerardo Hernández Nordelo, uno de los Cinco, al doctor de Jaruco
Rocteh Ríos Molina, Especialista en Medicina Interna y miembro de la
Brigada Internacional Henry Reeve que enfrenta la epidemia del virus del
Ébola en Sierra Leona: Querido hermano Rotceh: Pude
leer la nota que le escribiste a Marlene. Te agradezco tus palabras, y
me alegra mucho tener esta oportunidad de enviarte un saludo. Desde que
se dio a conocer la noticia de la partida de brigadas medicas cubanas
hacia África Occidental para combatir la epidemia de Ébola, hemos
tratado de mantenernos informados sobre la extraordinaria labor que
nuestros compatriotas han estado realizando. Por estos días prestamos
especial atención al estado de salud del doctor Félix Báez, cuya
evolución, afortunadamente, parece ser satisfactoria. No creo que pueda
contar con una vía más directa, así que aprovecho estas líneas para
tratar de hacer llegar a Felix nuestros mejores deseos por su pronta y
total recuperación. En
no pocas oportunidades, a lo largo de estos anos, a Los Cinco nos han
preguntado en que nos inspiramos para resistir tanto tiempo de injusta
prisión, tan lejos de Cuba y de nuestros familiares. Aun antes de
presentarse la actual crisis con el Ébola, siempre mencionábamos la
actitud los médicos y demás internacionalistas cubanos como fuente
importante de aliento, de orgullo, y de inspiración para nosotros. Ahora,
con esa lección extraordinaria de heroísmo que ustedes están dando al
mundo, nos sentimos aun más orgullosos, y no alcanzarían las palabras
para expresarles cuanto nos fortalecen con su ejemplo. Ustedes son hoy
nuestros héroes! A todas las compañeras y compañeros que integran las
brigadas medicas cubanas en África Occidental, les expresamos nuestra
inmensa admiración, y les pedimos que se cuiden mucho. Se que algún día,
cuando ustedes hayan ganado esa batalla por el bien de la humanidad, y
cuando para Los Cinco se haya hecho justicia, tendremos la oportunidad
de abrazarnos en la patria. Éxitos, hermanos! Hasta La Victoria Siempre! Gerardo Hernández Nordelo Prisión Federal de Victorville California. Noviembre 21, 2014.
*Periodista
de Radio Jaruco, donde lleva desde hace algunos años el programa Alas
de libertad, dedicado a los Cinco Héroes cubanos
Por Ricardo Alarcón de Quesada
En
mí artículo que aparece en la Nueva Réplica actualmente circulando
reproché al New York Times que no hubiese planteado el caso de Gerardo,
Ramón y Antonio en su Editorial del pasado octubre en el que se
pronunció por la eliminación del bloqueo norteamericano contra Cuba. Cuando
lo escribí no imaginaba que con ese documento el diario neoyorquino
iniciaba un importante debate, que dura ya un mes, e incluye varios
editoriales abogando por un cambio sustancial en las relaciones entre
ambos países. El más reciente del domingo 2 de noviembre, propone que
los tres sean liberados a cambio de que Cuba por razones humanitarias
ponga en libertad a Allan Gross sancionado aquí por participar en
actividades ilegales destinadas a derrocar al Gobierno revolucionario. Se
trata de una posición justa y razonable. Tiene razón el periódico
cuando define la liberación de los tres Héroes cubanos como un paso
indispensable para avanzar hacia la convivencia civilizada entre dos
países que son y serán siempre vecinos. Debería
agregarse a los argumentos del Times que ninguno de los Cinco fue
acusado de realizar espionaje y por tanto no eran “espías”. Como se
demostró en el juicio de Miami ninguno de ellos accedió o buscó
informaciones secretas relacionadas con la seguridad nacional de Estados
Unidos. Tampoco recibieron orientaciones para buscar ese tipo de
informaciones. Así lo reconoció, bajo juramento, el General James R.
Clapper quien fue testigo del Gobierno y cuyo testimonio aparece entre
las páginas 13089 a 13235 de las Actas Oficiales del Tribunal. Es el
mismo Clapper que hoy es el Director Nacional de Inteligencia de la
Administración Obama. También
es necesario recordar que la misión de los Cinco era tratar de frustrar
los planes terroristas contra Cuba que más de una vez han causado
muerte y daños también a personas residentes en Estados Unidos. Pero,
en todo caso, este Editorial del New York Times debe ser saludado como
un hecho de importancia trascendental. El muro de silencio que rodeaba
el caso de los Cinco ha recibido un golpe demoledor que ojalá sea
definitivo. Publicado en Democracy Cuba
Montaje fotográfico RCBáez
Por Nyliam Vázquez García Alicia y Bill coordinan en Estados Unidos las acciones del Comité
Internacional por los Cinco. Llevan una vida dedicada al regreso de
estos hombres
La
tarde antes del regreso a casa, Alicia Jrapko y Bill Hackwell volvieron
al apartamento de Josefina en la calle Universidad. Decidieron que se
tomarían ese tiempo para ordenar maletas, hacer unas llamadas
pendientes. Sobre las 6:00 p.m. tenían previsto reunirse con unos
amigos, repartir abrazos y a la mañana siguiente ya estarían tomando un
vuelo hacia los Estados Unidos. Fueron
días muy intensos en La Habana, no solo por recibir la Medalla de la
Amistad de manos de René y Fernando, sino porque para este matrimonio
dedicado a la lucha por la libertad de los Cinco, estar en Cuba
significa retroalimentarse, participar en actividades, relacionarse con
la gente. Nunca
el tiempo alcanza, así que cuando Alicia confirmó por teléfono que en
esas horas de tranquilidad conversaría con los lectores de JR, las dos quedamos satisfechas al saber que por fin lo habíamos conseguido. Alicia
abre la reja. El apartamento de Josefina, esta cubana del mundo, como
prefiere identificarse, porque no vive todo el tiempo en La Habana, está
rodeado de afiches de los Cinco, de fotos por doquier. Alicia y
Josefina se conocieron gracias a Gerardo y en el apartamento se respira
solidaridad. Seguimos hasta la cocina y allí nos acomodamos. Mientras
ella nos cuenta de Gerardo, de los avances del movimiento de
solidaridad, de las nuevas acciones, Bill pasa de una habitación a otra
ordenando las maletas. A veces ella le consulta algo, él se asoma y
responde, hasta que, avanzado el diálogo, se incorpora y complementa en
una mezcla de inglés con un poquito de español las reflexiones de su
esposa. Un día normal de Alicia y Bill«Muy temprano… la primera cosa que Alicia hace es mate», asegura Bill y ella se ríe reconociéndose en su voz. Se conocieron en 1995 en una Caravana de Pastores por la Paz, cuando esta había cruzado la frontera Búfalo-Nueva York. «No
nos habíamos visto nunca a pesar de que vivíamos en la misma zona. Al
regresar nos pusimos en contacto, Bill tomó muchas fotos en ese viaje,
me invitó a su casa, empezamos a salir, a conocernos más». Después, situaciones de trabajo hicieron que ambos comenzaran a laborar en el mismo sitio y en el 2001 empezaron a vivir juntos. «Recuerdo
que estábamos desempacando cuando ocurrió lo de las Torres Gemelas. Nos
mudamos juntos entonces. No lo voy a olvidar nunca», rememora ella. «Nosotros
trabajamos haciendo evaluaciones de programas de servicios sociales que
reciben fondos del Gobierno federal y a medida que estos programas se
van cortando por falta de fondos, nuestro trabajo también disminuye. La
oficina, que era grande, con personal y administrativos, cerró, así que
comenzamos a trabajar desde la casa y todavía lo hacemos así. «Como
estamos en la casa, entonces organizamos el día para trabajar por los
Cinco y en nuestras labores. Desde que nos levantamos nos conectamos con
el mundo y vamos haciendo las cosas que tenemos que hacer», apunta
ella. Se
reparten las tareas cotidianas, alternan las responsabilidades de
preparar la comida, hacer las compras, limpiar la casa… Ambos pasan
muchas horas frente a la computadora. A
Alicia le brillan esos ojos azules tan expresivos, pareciera que por
unos instantes deja de estar en la cocina del apartamento y se
transporta al sitio que más la complace junto a Bill. «Nosotros
disfrutamos todos los días de una caminata alrededor de un lago cerca
de la casa, son tres millas, un paisaje hermoso, con aves… esas tres
millas de caminata son para relajarnos y conversar tranquilos», dice. Bill
casi no habla español, pero lo entiende y cuando escucha siente un
aguijonazo. Salta enseguida y apostilla con un castellano de lujo: «No, no, conversar... es reunión». Ella
suelta una carcajada y él sigue: «Alicia dice: “Hoy... este, este,
este...» y apunta con el dedo para dejar claro que Alicia también
trabaja durante el paseo. Ella se defiende: «Sí,
porque cuando estamos en la casa, uno está en medio de algo y el otro
en otra cosa y no nos prestamos atención. Bill por ahí me dice algo, le
digo: “Sí, sí, sí”, pero no me enteré de lo que me dijo. En el lago, sin
teléfonos ni computadora conversamos: hoy vamos a hacer esto, tenemos
pendiente lo otro, qué vamos a cocinar esta noche», y vuelven a reír los
dos. Una vida por los cincoBill,
por ejemplo, cada día temprano recopila la información que puede ser de
interés de Gerardo. Antes también lo hacía para Fernando. Rastrea los
grandes medios, los blogs, agencias. Usa las alertas de Google para todo
lo relacionado con los Cinco y lo que encuentra lo coloca en una
carpeta para enviarlo. Una vez a la semana se llega al correo postal y
le envía un amplio volumen de información a Gerardo. Los empleados del
correo ya lo conocen, dice Bill. Alicia,
escribe, hace contactos, coordina las acciones del Comité Internacional
por la Libertad de los Cinco en Estados Unidos. Cuenta que en los
últimos años se han incorporado compañeros muy buenos y muy
comprometidos. «Nosotros
somos la cara del Comité, pero hay un grupo muy fuerte y comprometido
trabajando. Nos reunimos una vez a la semana a través de conferencias
telefónicas, porque vivimos en ciudades diferentes, y planeamos lo que
vamos a hacer. Tenemos un número de teléfono en común al que todos
llamamos a la misma hora», cuenta Alicia. Cuando
planeamos la jornada cada compañero asume diferentes responsabilidades,
por ejemplo logística, hospedaje, publicidad, diseño de carteles y
pancartas, programa en general, trabajo de cabildeo, transporte, etc.
Son muchas cosas». Uno
puede pensar que son muchísimas personas los que organizan las Jornadas
solidarias en Washington, incluidas las protestas frente a la Casa
Blanca, los talleres y todo cuanto ocurre, pero Alicia nos aclara: «Dedicadas igual que Bill y yo somos ocho personas». Primer acercamientoAlicia les escribió a los Cinco desde 2001, cuando se hizo público el caso. «En
2001, cuando nosotros supimos del caso, comenzamos a escribirles a
todos. Ellos todavía estaban en Miami. Nos llamó la atención que nos
contestaran. Yo pensaba “con toda la gente que les debe estar
escribiendo, no me van a contestar”. Pero sus respuestas llegaban,
recuerda Alicia. «Cuando
termina el juicio, los sentencian y los mandan a diferentes estados,
Gerardo va a California, que no hizo ninguna diferencia, porque la
correspondencia es rápida, no importa dónde estés». «Cuando
lo mandan a California, le seguí escribiendo. No lo conocía, yo
recuerdo que era en un Mundial de fútbol y él me hizo dos bromas: una
con la birome —la bolita esa que tienen las lapiceras, que es un invento
argentino, la primera marca de lapicera que hubo—. Él me hizo una
historia con la birome, ¡tan graciosa! Recuerdo que me reí mucho.
Tenemos miles de cartas archivadas de todos ellos», apunta Alicia. «La
otra con el Mundial de fútbol, recuerdo que perdimos y él me dibujó una
pelota con otra historia graciosa y ahí empezamos a comunicarnos más
seguido. Él me hablaba del mate, que él tomaba porque conoció a unos
argentinos cuando estaba en Miami. Nos escribíamos mucho, hubo un
acercamiento». Alicia
recuerda que en medio del intercambio epistolar algunos de los Cinco
les envían los formularios para las visitas a prisión: «Nosotros los
presentamos, pero solo nos aprobaron la visita con Gerardo». La primera visita a GerardoEn
12 años, este matrimonio lo ha visitado más de 60 veces. Tratan de
hacerlo cada dos o tres meses, porque la dinámica para llegar a la
prisión de máxima seguridad de Victorville, como antes a Lompoc, es
compleja. «Para nosotros fue muy emocionante. Fue en octubre de 2002. «Una
de las bromas de Gerardo fue lo de la edad. Imagínate cuando estás en
prisión y te comienzas a escribir con un matrimonio, no sabes si son
jóvenes o no. Por mi letra pensó que yo era una persona mayor, así que
lo primero que me dijo fue: “Me mandaron a la hija”». Alicia brilla al
regresar a esos momentos, a esa primera vez junto a quien hoy considera,
como a cada uno de los Cinco, un gigante. «Nosotros
no conocíamos a las familias, no conocíamos a Adriana, conocíamos muy
poco de todo esto, porque era muy nuevo. Ellos se enteraban de las
acciones que hacíamos y comenzaron a llamar por teléfono, porque los
teléfonos también tienen que ser aprobados en una lista. Recuerdo que
René llamaba al Comité —en ese momento Alicia formaba parte del Comité
Nacional en Estados Unidos— y lo escuchábamos. «Gerardo me llamó una vez y yo estaba en una reunión y puse el teléfono en altavoz y la gente le cantó Cuba qué linda es Cuba,
cosas del inicio que para ellos tienen que haber sido muy importantes,
porque estábamos en Estados Unidos, ellos sabían que habíamos empezado a
luchar para que se conociera el caso. Éramos un grupo pequeño, pero
éramos muy ruidosos», apunta. Un momento muy especial para Alicia y Bill fue cuando conocieron a los familiares. «En
2002, Bill hizo una exposición de fotografía en el teatro Mella y esa
fue la primera vez que todos los familiares vinieron a conocernos. Me
quedé muy extrañada. Gerardo sabía de la expo, de que veníamos y
recuerdo que a una cierta hora vino una persona que nos dijo que los
familiares de los Cinco vendrían a la exposición. Las madres, las
esposas… resultó muy emocionante porque realmente no nos imaginábamos
que iban a estar allí», asegura esta argentina que se deja la piel por
los cubanos. Una prisión de máxima seguridadGerardo
lleva 16 años tras las rejas. En Lompoc, adonde lo enviaron una vez
terminado el juicio y tras tres años del arresto en 1998, estuvo dos
años. En Victorville, como nos recuerda Alicia, Gerardo lleva una
década. «Las
visitas duran de 8:00 a.m. a 3:00 p.m., pero en realidad cuando llegas
tienes que llenar un formulario, tienes que esperar, luego te llaman, te
hacen pasar por una máquina, te lo tienes que quitar todo, zapatos,
cinto, todo lo que suene. No puedes llevar absolutamente nada, solo
monedas para comprar refrescos o papitas, cosas envueltas. Hay
microwave, por si compras una hamburguesa, pero son cosas que no son ni
naturales ni sanas. No permiten llevarles comida a los presos. Solo una
bolsa transparente con monedas para que se vea, es lo único que se puede
entrar», rememora Alicia. Para cuando termina ese proceso, según Alicia y Bill, ya perdieron como una hora. «Luego
los van llamando. De repente, por una puerta aparece Gerardo. Nos da un
abrazo y nos sentamos a conversar, por cuatro o cinco horas, en unos
asientos muy incómodos. En Victorville te ponen una mesita entre el
preso y los visitantes y sillas de plástico. Siempre estamos uno al lado
del otro y Gerardo de frente. Todos los presos se colocan a un mismo
lado de las mesas. Así pasamos el tiempo conversando, compramos algunas
papitas, algunas cositas para entretener. A las tres en punto se van,
nos despedimos, los presos hacen fila para volver a entrar, y las
visitas van saliendo poco a poco. Gerardo siempre levanta su puño en
alto en señal de despedida, es una imagen que no podemos borrar de
nuestra mente por muchos días. Para llegar a esas horas de comunicación personal, Alicia y Bill viajan seis horas en auto. «Si
quisiéramos y pudiéramos, podríamos ir todos los fines de semana. Las
visitas son sábado, domingo y lunes. Hay prisiones que establecen menos o
más días para las visitas, pero no podemos. Quedarnos en hotel, comer
fuera, una serie de gastos que no podemos hacer todos los fines de
semana», apunta Alicia. Gerardo también recibe visitas de los cónsules,
los abogados, algunos de sus familiares que reciben visa, algunos amigos
de otros países; es importante respetar sus tiempos también. «Lo
que hacemos generalmente: vamos un día antes, nos quedamos en un hotel,
vamos a la visita y cuando termina nos montamos en el auto y
regresamos. Es muy cansador, pero cada visita vale la pena y nos
reconforta. A veces salimos bien tempranito de la casa y tratamos de
entrar al menos par de horas ese día y al otro estamos las seis horas».
Cuando comenta este detalle, recuerda que se hacen las visitas pensando
lo mejor, pero en alguna que otra ocasión a través de los años, después
de hacer todo el trayecto, ha resultado que la prisión está en Lockdown.
Es una situación que han vivido los familiares de los Cinco, lo cual es
aun más difícil porque además de ser sus familiares viajan desde La
Habana y por un tiempo limitado, es algo cruel por lo cual han tenido
que pasar. Gerardo«A
través de todas las visitas nos acercamos cada vez más a él y a sus
familiares. En un par de ocasiones tuve el privilegio de acompañar a
Carmen, su mamá. Hemos ido en varias ocasiones para pasar su
cumpleaños». Alicia
y Bill son quizá quienes han estado más cerca de Gerardo en los últimos
12 años. Su dibujo particular de Gerardo resulta especial. «Gerardo
tiene un sentido del humor increíble, es muy cierto. Él tiene el
sentido del humor de la persona que es seria y, cuando te hace una
broma, no te das cuenta y caes. Nosotros hemos caído muchas veces en la
trampa de los chistes de Gerardo, yo sobre todo. Él me dice cualquier
cosa y yo: «¿Verdad? Me lo creo, ¿viste?», cuenta Alicia con ese acento
argentino inconfundible. «Me
he puesto en contacto con muchos cubanos a través de Gerardo. Muchos
solidarios a través de Gerardo. Él le dijo a Josefina, “tienes que
escribirle a Alicia”. A Katrien —Katrien Demuynck, del Comité por la
Libertad de los Cinco en Bélgica— le aceptaron las visitas; nosotros los
acompañamos, luego ellos vinieron a nuestra casa, y nos hicimos amigos
de ellos a través de Gerardo y de muchos compañeros de la solidaridad,
en EE.UU., que se escriben con él y le piden información sobre el caso y
él les pide: “Comuníquense con Alicia”. «Él
me llama: “Mi herma, mi hermana”, yo lo llamo mi hermanazo. Tenemos una
relación muy familiar, él conoce la historia de mis hijos, cuál de
ellos se casó, cuándo cumplen años… siempre pregunta por la familia, se
acuerda de los cumples de mis hijos, realmente él está al tanto de
nuestras vidas, o sea, no solo nosotros de la suya».
La
III Jornada de Solidaridad cinco días por los Cinco, en Washington fue
superior a las anteriores y mostró la madurez del movimiento. En
el mensaje enviado por el Héroe con motivo de la Medalla de la Amistad a
Alicia y a Bill había una nota especial para su «secretaria». «Lo
de la secretaria es una broma. Se lo dice a todo el mundo, hasta a
personas que no conoce. A mí me dice así y a Bill le dice el segundo
secretario. Under quiere decir debajo, así le dice y quiere decir el que
está debajo del cargo de secretaria, o sea el segundo del comando. Nos
dice que nosotros somos el personal de la oficina, yo soy la secre y
Bill es el under. Bill vuelve a la carga, comenta de Tony, de los proyectos que han hecho juntos y del diálogo más reciente con el artista. Revive
la conversación. Hacía tiempo que no hablaba con Tony: «Bill, ¿cómo
estás? Solo tengo un minuto, porque cierran la prisión. Pero tengo
trabajo, otro proyecto para ti, te lo envío. Ok, bye». Tony, en la voz del esposo de Alicia, tiene un objetivo y él lo aclara: «El
punto es que Alicia y yo estamos más cerca de Gerardo porque lo hemos
visitado durante 12 años, pero también estamos cerca de los otros
compañeros, porque ellos saben que cualquier cosa que necesiten pueden
contar con nosotros». ¿Qué otra cosa podemos hacer?Alicia y su equipo siempre se hacen la pregunta que nos enseñaron los niños de La Colmenita en Abracadabra, que es de algún modo la pregunta que impulsa la solidaridad mundial. «Creo
que la gran mayoría de las personas se ha dado cuenta de que
dondequiera que hagas las acciones tienen que repercutir en EE.UU. y hay
que apoyar el trabajo en EE.UU. «Lo
hemos comprobado en los últimos tres años, sobre todo este último. O
sea, más participación, más aportes a la organización de estos eventos,
la participación de parlamentarios, intelectuales, personalidades como
Ramonet, Moráis, jamás nos imaginamos que estarían con nosotros, y en
ese sentido lo vemos como que hemos madurado», subraya Alicia en
referencia a las Jornadas de solidaridad internacional organizadas en
Washington. «Ya
empezamos a trabajar para la cuarta y tenemos que pensar bien lo que
vamos a hacer. Hay cosas que las vamos a hacer: rally frente a la Casa
Blanca, las visitas al Congreso, un concierto con algún grupo conocido,
pero las otras acciones las estamos pensando. Dentro de todo,
considerando el medio hostil en el que trabajamos, estamos contentos», y
otra vez la sonrisa, los ojos azules iluminados. Se
nos ha hecho tarde. Alicia y Bill ya deberían estar en la cita de
despedida y aún se concentran en el apartamento de la calle
Universidad. Regresan a casa con muy buena energía. Ellos no son los
únicos.
Por Nyliam Vázquez García
| Gerardo Hernández y Carmen Nordelo |
Un
día a Carmen comenzaron a borrársele los recuerdos. Fueron tiempos
difíciles para la familia y aún más para el hijo que le faltaba a su
regazo. Tan lejos, él no podía hacer lo que más ansiaba: llevarla al
médico, buscar sus medicinas, acompañarla, velar su sueño… no sé. Peor
aún, esa nueva circunstancia le negó, desde unos años antes, la visita
de su vieja. Ella ya no pudo cerrar las puertas del hogar en Arroyo
Naranjo, La Habana, cruzar el océano, desandar carreteras para llegar a
la prisión de máxima seguridad en Victorville, California.
¿Cuánto atormenta el dolor de una madre? ¿Cuánto pesa el sufrimiento de
un hijo? Han pasado cinco años desde que Gerardo Hernández Nordelo
recibió en prisión la fatal noticia. Su Mamucha no había aguantado. Él
no pudo despedirse y todavía a la tumba de Carmen Nordelo le faltan las
flores de su hijo y esas palabras que él habrá de decirle allí donde
debió estar aquel 2 de noviembre. Uno puede adivinar la lucha
silenciosa de una mujer, de una madre, por no perder la batalla, por no
faltarle a su muchacho. Ahora Mirta, la madre de Antonio Guerrero, nos
da todos los días una lección de lo que solo pueden hacer ellas. Seguro
Carmen se aferró a esa fuerza vital materna para guardar lo más cierto
de su vida: sus hijos y él, quien más la necesitaba. Para el libro
Retrato de una ausencia, Adriana contó que en momentos en que su suegra
no reconocía a nadie, la voz de su niño siempre fue un bálsamo.
Él le hablaba con toda ternura, quizá le contaba algún chiste y seguro
le repetía mil veces que estaba entero, que no se preocupara. La única
señal de que ella sabía a quién pertenecía esa voz llegada a través del
teléfono era la lágrima caprichosa que le surcaba el rostro. Esa, su
forma de decir, ya sin poder hablar: «Mijo, yo sé que eres tú».
¡Cuánto habría dado Carmen por ver a Gerardo libre, junto a la mujer
que ama, rodeado de sus sobrinos, en familia! ¡Cuánto habría dado
Gerardo por abrazar a su madre aunque fuera una vez más…!
Cualquiera, más allá de argumentos legales, podría entender tal dolor
alojado en el pecho. Quizá, también, podría quedar rendido ante la
valentía del hijo de Carmen. Cuando a la prisión solo le llegaban malas
noticias del deterioro de la salud de su madre, a él le preocupaba la
noticia, el momento en que fuera definitivo que ya no pudiera dar el
abrazo final. «Quería que fuera Adriana o alguien de su familia quien le
contara, y no los guardias de la prisión», recordó Alicia Jrapko hace
poco en un diálogo con JR. No quería darles a sus carceleros el gusto de
verlo triste o abatido. Ese día, hace cinco años atrás, fue una jornada
aparentemente normal en Victorville, pero en el pecho de un prisionero
había un motín. Con el alma deshecha, Gerardo hizo lo impuesto
por la rutina de una cárcel sin que nadie supiera que su mundo se movía
bajo sus pies, que en La Habana se despedía a Carmen y que su presencia
hacía falta en el reparto Alcázar para llorar unidos. ¡Cuánto habrá
añorado su hermana Chabela los brazos de ese muchacho, cuánto le habrá
apretado el pecho a su Adriana pensar en todos los sentimientos que
estaba experimentado su esposo el día de la muerte de su madre…!
Han pasado cinco años y seguramente cada nuevo noviembre se agolpan los
recuerdos. Vuelve la ansiedad. Gerardo tiene una deuda. Entre las
muchas cosas que tendrá pendiente, está ese diálogo silente e íntimo con
su vieja y esas flores germinadas en sus manos que aún le faltan a la
tumba de Carmen. Pero para que Gerardo cumpla, para que viva lo que debe
vivir, para que no le falte más a su familia, a su esposa, hay que
traerlo a casa, hay que seguir en la batalla por el regreso de esos
hombres que han pasado 16 años tras rejas que no les corresponden.
Cuando logremos que Gerardo esté aquí, con sus flores para Carmen, tal
vez con el rostro surcado de humedad, Cuba entera sabrá que no habrá
madres más felices, ni en el cielo ni en la tierra, que las madres de
los Cinco, mientras las hojas de los frondosos árboles del camposanto le
devuelvan un susurro: «Mijo, yo sé que eres tú». Fuente IslaMía:
http://islamiacu.blogspot.com/2014/11/mijo-yo-se-que-eres-tu.html
Comité Nacional EEUU por la Libertad de los Cinco Cubanos
En un editorial publicado en The New York Times, de lunes, 3 de nov. 3, 2014, inglés y español (en
el sitio web de domingo), el Comité Editorial hace un llamado para un
canje de presos, entre los tres miembros de los Cinco Cubanos todavía
encarcelados en EEUU, y Alan Gross, encarcelado en Cuba.
Esto
es un importante desarrollo. El editorial comenta que conmutar la
sentencia de los Cinco "sería justificable si se tiene en consideración
el largo periodo que han estado presos, las críticas válidas que han
surgido respecto a la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y
los posibles beneficios que un canje podría representar para lograr un
acercamiento bilateral." Urgen una resolución rápida para Alan Gross a
través de un canje humanitario.
El artículo detalla el caso de Gerardo Hernández, y la opinión
disidente de la jueza federal Phyllis Kravitch, que insistió que
la fiscalía del gobierno "no tenía fundamentos" para condenar a Gerardo
por el cargo de conspiración para cometer asesinato. Ella
formó parte del panel de 3 jueces de apelaciones que revocó las
condenas de los Cinco en 2005. Los casos de Gerardo y de Ramón Labañino y
Antonio Guerrero están en apelación activa de Habeas Corpus. (La importancia del proceso de apelaciones por Andrés Gómez).
Urgimos
a todas las personas a publicar este editorial del New York Times, como
señal del movimiento creciente por la libertad de los Cinco, y un
avance en la visibilidad mediática de su caso y lucha. Aunque todos los
elementos no fueron incluidos, por ejemplo la misión anti-terrorista de
los Cinco, no obstante, es un desarrollo importante.
Y
más importante, tenemos que seguir organizando, organizando,
organizando para esta gran batalla por la liberación de Gerardo, Ramón y
Antonio!
TAMBIEN lean el afidávit de Gerardo Hernández (español y inglés) de
marzo, 2011, parte de su apelación Habeas Corpus, detallando los datos
de su inocencia en el falso cargo de conspiración para cometer
asesinato. Es importante explicar la verdad de la misión de los Cinco.
No eran espías conspirando contra los EEUU, estaban trabajando para
detener los ataques terroristas contra Cuba. Deben ser liberados
inmediatamente!
THE NEW YORK TIMES Un canje de presos con Cuba
El Comité Editorial, Nov. 2, 2014 Hace
casi cinco años, las autoridades en Cuba detuvieron a Alan Gross, un
subcontratista del gobierno estadounidense que estaba trabajando en un
sigiloso proyecto para expandir el acceso a Internet en la isla. Aunque
un creciente número de líderes en Washington y La Habana parecen estar
ansiosos por comenzar a normalizar la relación entre los países, el caso
de Gross se ha convertido en el principal obstáculo para lograr un
avance diplomático.
Solo hay una manera viable de retirar a Gross
de una ecuación suficientemente compleja. La administración Obama debe
canjearlo por tres espías cubanos que llevan más de 16 años tras las
rejas en Estados Unidos.
En la Casa Blanca, la posibilidad de un
intercambio de presos con La Habana genera ansiedad, debido a las
críticas que surgieron en mayo, cuando Estados Unidos negoció la
liberación de un soldado secuestrado en Afganistán a cambio de cinco
líderes del movimiento Talibán. El gobierno estadounidense,
sensatamente, suele rehusarse a negociar con terroristas o gobiernos que
detienen a sus ciudadanos en busca de dinero o concesiones políticas.
En circunstancias excepcionales, vale la pena hacerlo. El caso de Gross
es una de ellas.
Gross viajó a La Habana cinco veces en 2009,
bajo la dirección de Development Alternatives Inc., que tenía un
contrato con la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados
Unidos. Fingiendo ser turista, transportó furtivamente equipos de
comunicación como parte de una iniciativa para proveerles a más cubanos
acceso al Internet. El Gobierno cubano, que lleva años protestando los
proyectos encubiertos para promover reformas democráticas en la isla,
condenó a Gross en 2011 a 15 años de prisión por actos que atentan
contra la integridad del Estado.
Durante los primeros meses de su
detención, funcionarios en la isla sugirieron que estarían dispuestos a
liberar a Gross si Washington suspendía los proyectos cuyo fin es
destituir al actual Gobierno cubano. Esas negociaciones no prosperaron, y
la postura de la isla se ha endurecido. Funcionarios norteamericanos
han concluido que para lograr la libertad de Gross, es necesario
repatriar a tres espías cubanos que fueron condenados en un juzgado
federal en Miami, en 2001.
Para efectuar un canje, el Presidente
Obama tendría que suspender el resto de la condena de los reos. Esa
acción sería justificable si se tiene en consideración el largo periodo
que han estado presos, las críticas válidas que han surgido respecto a
la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y los posibles
beneficios que un canje podría representar para lograr un acercamiento
bilateral.
El espía que más le importa al Gobierno cubano,
Gerardo Hernández, fue condenado a cadena perpetua. Hernández, el líder
de la Red Avispa, una agrupación que infiltró grupos de exiliados
cubanoamericanos en el sur de Florida durante la década de años noventa,
fue hallado culpable de conspiración para cometer asesinato. La
fiscalía acusó a Hernández de conspirar con autoridades en La Habana
para derribar aviones operados por un grupo de exiliados que solían
repartir folletos sobre la isla, incitando a una revolución contra el
gobierno. A sus cuatro asociados se les declaró culpables de delitos no
violentos. Dos han regresado a Cuba, y los otros dos van a ser liberados
relativamente pronto.
Un panel de tres jueces del Juzgado de
Apelación del Distrito 11 revocó los fallos en agosto de 2005, habiendo
determinado que un conjunto de factores impidieron que los acusados
tuvieran un proceso justo. Los jueces establecieron que, en vista de la
enorme hostilidad contra el gobierno cubano en Miami, y de cobertura
periodística vilipendiando a los espías, el jurado no podía ser
imparcial. Al revisar el caso posteriormente, todos los jueces de la
corte de apelación dieron revés a ese fallo y restituyeron los
veredictos. Sin embargo, jueces de esa corte señalaron otras
deficiencias en el proceso judicial, que llevaron a una reducción en la
condena de tres de los presos. La jueza Phyllis Kravitch escribió una
opinión disidente, argumentando que la acusación de conspiración para
cometer asesinato imputada contra Hernández no tenía fundamentos. Los
fiscales, según la jueza, no establecieron que Hernández, quien le
proveyó a La Habana información sobre los vuelos, había acordado con
autoridades en la isla que los aviones serían derribados sobre espacio
aéreo internacional. Si los aviones hubieran sido derribados sobre
espacio aéreo cubano, el acto no habría constituido un delito bajo la
ley de Estados Unidos.
El regreso de Hernández a la isla es una
prioridad primordial para el Presidente de Cuba, Raúl Castro. Los
líderes cubanos han celebrado a los presos como héroes y han protestado
que el proceso legal fue injurioso. Entidades independientes, incluido
un panel de Naciones Unidas que evalúa detenciones arbitrarias, y
Amnistía Internacional, han sido críticas del proceso judicial. La
percepción del caso en Cuba, donde los espías son vistos como víctimas,
desafortunadamente ha incentivado a que el gobierno de la isla trate a
Gross como una pieza canjeable.
A través de los años,
funcionarios estadounidenses han dicho que no están dispuestos a
intercambiar a los espías por Gross, dado que alegan que los casos no
son equivalentes.
Sin embargo, un canje podría abrir el camino
para reanudar lazos diplomáticos, lo cual permitiría que Estados Unidos
tuviera mayores oportunidades de fomentar cambios positivos en la isla
mediante la expansión de comercio, turismo y mayor contacto entre
cubanos y norteamericanos. De lo contrario, se perpetuará la enemistad
que ha reinado durante más de 50 años, continuando así un ciclo de
desconfianza y actos de sabotaje por ambos lados.
Más allá de los
méritos estratégicos de un canje, la administración tiene un deber de
hacer más por lograr la liberación de Gross. Su arresto se llevó a cabo
como consecuencia de una estrategia irresponsable, mediante la cual la
agencia de ayuda internacional estadounidense ha enviado a contratistas
privados para llevar a cabo misiones secretas en un estado policial que
está rotundamente opuesto a la agenda pro-democrática de Washington.
Gross
ha bajado más de 45 kilos de peso durante su detención. Está perdiendo
la vista en el ojo derecho. Tiene dolencias en las caderas. En junio, su
madre falleció. En mayo, luego de cumplir 65 años, Gross dijo que este
año será el último que pasa en cautiverio, amenazando estar dispuesto a
quitarse la vida si no recobra la libertad. Sus seres queridos han
tomado sus palabras literalmente, considerándolas como una advertencia
de un hombre desesperado. Si Gross muere estando en custodia, la
posibilidad de establecer una relación más saludable con Cuba
desaparecerá por varios años. Obama tiene que reconocer que esto es
enteramente evitable, pero hay que actuar pronto.
Imagen agregada RCBáez
Mijo, yo sé que eres tú
| Gerardo Hernández y Carmen Nordelo | Nyliam Vázquez García.― Un
día a Carmen comenzaron a borrársele los recuerdos. Fueron tiempos
difíciles para la familia y aún más para el hijo que le faltaba a su
regazo. Tan lejos, él no podía hacer lo que más ansiaba: llevarla al
médico, buscar sus medicinas, acompañarla, velar su sueño… no sé. Peor
aún, esa nueva circunstancia le negó, desde unos años antes, la visita
de su vieja. Ella ya no pudo cerrar las puertas del hogar en Arroyo
Naranjo, La Habana, cruzar el océano, desandar carreteras para llegar a
la prisión de máxima seguridad en Victorville, California.
¿Cuánto atormenta el dolor de una madre? ¿Cuánto pesa el sufrimiento de
un hijo? Han pasado cinco años desde que Gerardo Hernández Nordelo
recibió en prisión la fatal noticia. Su Mamucha no había aguantado. Él
no pudo despedirse y todavía a la tumba de Carmen Nordelo le faltan las
flores de su hijo y esas palabras que él habrá de decirle allí donde
debió estar aquel 2 de noviembre. Uno puede adivinar la lucha
silenciosa de una mujer, de una madre, por no perder la batalla, por no
faltarle a su muchacho. Ahora Mirta, la madre de Antonio Guerrero, nos
da todos los días una lección de lo que solo pueden hacer ellas. Seguro
Carmen se aferró a esa fuerza vital materna para guardar lo más cierto
de su vida: sus hijos y él, quien más la necesitaba. Para el libro
Retrato de una ausencia, Adriana contó que en momentos en que su suegra
no reconocía a nadie, la voz de su niño siempre fue un bálsamo.
Él le hablaba con toda ternura, quizá le contaba algún chiste y seguro
le repetía mil veces que estaba entero, que no se preocupara. La única
señal de que ella sabía a quién pertenecía esa voz llegada a través del
teléfono era la lágrima caprichosa que le surcaba el rostro. Esa, su
forma de decir, ya sin poder hablar: «Mijo, yo sé que eres tú».
¡Cuánto habría dado Carmen por ver a Gerardo libre, junto a la mujer
que ama, rodeado de sus sobrinos, en familia! ¡Cuánto habría dado
Gerardo por abrazar a su madre aunque fuera una vez más…!
Cualquiera, más allá de argumentos legales, podría entender tal dolor
alojado en el pecho. Quizá, también, podría quedar rendido ante la
valentía del hijo de Carmen. Cuando a la prisión solo le llegaban malas
noticias del deterioro de la salud de su madre, a él le preocupaba la
noticia, el momento en que fuera definitivo que ya no pudiera dar el
abrazo final. «Quería que fuera Adriana o alguien de su familia quien le
contara, y no los guardias de la prisión», recordó Alicia Jrapko hace
poco en un diálogo con JR. No quería darles a sus carceleros el gusto de
verlo triste o abatido. Ese día, hace cinco años atrás, fue una jornada
aparentemente normal en Victorville, pero en el pecho de un prisionero
había un motín. Con el alma deshecha, Gerardo hizo lo impuesto
por la rutina de una cárcel sin que nadie supiera que su mundo se movía
bajo sus pies, que en La Habana se despedía a Carmen y que su presencia
hacía falta en el reparto Alcázar para llorar unidos. ¡Cuánto habrá
añorado su hermana Chabela los brazos de ese muchacho, cuánto le habrá
apretado el pecho a su Adriana pensar en todos los sentimientos que
estaba experimentado su esposo el día de la muerte de su madre…!
Han pasado cinco años y seguramente cada nuevo noviembre se agolpan los
recuerdos. Vuelve la ansiedad. Gerardo tiene una deuda. Entre las
muchas cosas que tendrá pendiente, está ese diálogo silente e íntimo con
su vieja y esas flores germinadas en sus manos que aún le faltan a la
tumba de Carmen. Pero para que Gerardo cumpla, para que viva lo que debe
vivir, para que no le falte más a su familia, a su esposa, hay que
traerlo a casa, hay que seguir en la batalla por el regreso de esos
hombres que han pasado 16 años tras rejas que no les corresponden.
Cuando logremos que Gerardo esté aquí, con sus flores para Carmen, tal
vez con el rostro surcado de humedad, Cuba entera sabrá que no habrá
madres más felices, ni en el cielo ni en la tierra, que las madres de
los Cinco, mientras las hojas de los frondosos árboles del camposanto le
devuelvan un susurro: «Mijo, yo sé que eres tú». - See more at:
http://islamiacu.blogspot.com/2014/11/mijo-yo-se-que-eres-tu.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+Islamiacu+%28Islamiacu%29#sthash.SLR0t3Da.dpuf
Solo hay una manera viable de retirar a (Alan) Gross de una ecuación suficientemente compleja (con Cuba), afirma este lunes un nuevo editorial de la edición impresa del diario norteamericano The New York Times: La administración Obama debe canjearlo por los tres cubanos que llevan más de 16 años tras las rejas en Estados Unidos.El diario, que en octubre publicó tres editoriales a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU, reconoció que ”hace
casi cinco años, las autoridades en Cuba detuvieron a Alan Gross, un
subcontratista del gobierno estadounidense que estaba trabajando en un
sigiloso proyecto” para extender una red ilegal en la Isla. “Aunque
un creciente número de líderes en Washington y La Habana parecen estar
ansiosos por comenzar a normalizar la relación entre los países, el caso
de Gross se ha convertido en el principal obstáculo para lograr un
avance diplomático”, asegura el diario en el editorial que se publicó
simultáneamente en inglés y español, y se adelantó en la edición digital
en la noche de este domingo. Añade
que “en la Casa Blanca, la posibilidad de un intercambio de presos con
La Habana genera ansiedad, debido a las críticas que surgieron en mayo,
cuando Estados Unidos negoció la liberación de un soldado secuestrado en
Afganistán a cambio de cinco líderes del movimiento Talibán”. Sin embargo, el diario reafirma que “en circunstancias excepcionales, vale la pena hacerlo. El caso de Gross es una de ellas”. Gross
viajó a La Habana cinco veces en 2009, bajo la dirección de Development
Alternatives Inc., que tenía un contrato con la Agencia para el
Desarrollo Internacional de Estados Unidos. Fingiendo ser turista,
transportó furtivamente equipos de comunicación, añade el rotativo. “El
Gobierno cubano, que lleva años protestando los proyectos encubiertos
para promover reformas democráticas en la isla, condenó a Gross en 2011 a
15 años de prisión por actos que atentan contra la integridad del
Estado”, dice. Reconoce
que “durante los primeros meses de su detención, funcionarios en la
isla sugirieron que estarían dispuestos a liberar a Gross si Washington
suspendía los proyectos cuyo fin es destituir al actual Gobierno cubano.
Esas negociaciones no prosperaron”. The
New York Times asegura categóricamente que funcionarios norteamericanos
han concluido que para lograr la libertad de Gross, es necesario
repatriar a los tres agentes cubanos que fueron condenados en un juzgado
federal en Miami, en 2001. Sugiere que “para
efectuar un canje, el Presidente Obama tendría que suspender el resto
de la condena de los reos. Esa acción sería justificable si se tiene en
consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas
válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial
que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría
representar para lograr un acercamiento bilateral”. El
diario asegura que preso que más le importa al Gobierno cubano, Gerardo
Hernández, “fue condenado a cadena perpetua. Hernández, el líder de la
Red Avispa, una agrupación que infiltró grupos de exiliados
cubanoamericanos en el sur de Florida durante la década de años noventa,
fue hallado culpable de conspiración para cometer asesinato. La
fiscalía acusó a Hernández de conspirar con autoridades en La Habana
para derribar aviones operados por un grupo de exiliados que solían
repartir folletos sobre la isla, incitando a una revolución contra el
gobierno. A sus cuatro asociados se les declaró culpables de delitos no
violentos. Dos han regresado a Cuba, y los otros dos van a ser liberados
relativamente pronto”. Añade del The New York Times: Un
panel de tres jueces del Juzgado de Apelación del Distrito 11 revocó
los fallos en agosto de 2005, habiendo determinado que un conjunto de
factores impidieron que los acusados tuvieran un proceso justo.
Los jueces establecieron que, en vista de la enorme hostilidad contra
el gobierno cubano en Miami, y de cobertura periodística vilipendiando a
los espías, el jurado no podía ser imparcial. Al revisar el caso
posteriormente, todos los jueces de la corte de apelación dieron revés a
ese fallo y restituyeron los veredictos. Sin embargo, jueces de esa
corte señalaron otras deficiencias en el proceso judicial, que llevaron a
una reducción en la condena de tres de los presos. La jueza Phyllis
Kravitch escribió una opinión disidente, argumentando que la acusación
de conspiración para cometer asesinato imputada contra Hernández no
tenía fundamentos. Los fiscales, según la jueza, no establecieron que
Hernández, quien le proveyó a La Habana información sobre los vuelos,
había acordado con autoridades en la isla que los aviones serían
derribados sobre espacio aéreo internacional. Si los aviones hubieran
sido derribados sobre espacio aéreo cubano, el acto no habría
constituido un delito bajo la ley de Estados Unidos. El
regreso de Hernández a la isla es una prioridad primordial para el
Presidente de Cuba, Raúl Castro. Los líderes cubanos han celebrado a los
presos como héroes y han protestado que el proceso legal fue injurioso.
Entidades independientes, incluido un panel de Naciones Unidas que
evalúa detenciones arbitrarias, y Amnistía Internacional, han sido
críticas del proceso judicial. El
diario reconoce que a través de los años, funcionarios estadounidenses
han dicho que no están dispuestos a intercambiar a los cubanos por
Gross, dado que alegan que los casos no son equivalentes. “Sin
embargo, un canje podría abrir el camino para reanudar lazos
diplomáticos, lo cual permitiría que Estados Unidos tuviera mayores
oportunidades de fomentar cambios positivos en la isla mediante la
expansión de comercio, turismo y mayor contacto entre cubanos y
norteamericanos. De lo contrario, se perpetuará la enemistad que ha
reinado durante más de 50 años, continuando así un ciclo de desconfianza
y actos de sabotaje por ambos lados”, asegura. Y
remata: “Más allá de los méritos estratégicos de un canje, la
administración tiene un deber de hacer más por lograr la liberación de
Gross. Su arresto se llevó a cabo como consecuencia de una estrategia irresponsable.“ El
diario asegura que Gross ha bajado más de 45 kilos de peso durante su
detención. Está perdiendo la vista en el ojo derecho. Tiene dolencias en
las caderas. En junio, su madre falleció. En mayo, luego de cumplir 65
años, Gross dijo que este año será el último que pasa en cautiverio,
amenazando estar dispuesto a quitarse la vida si no recobra la libertad.
Sus seres queridos han tomado sus palabras literalmente,
considerándolas como una advertencia de un hombre desesperado. “Si
Gross muere estando en custodia, la posibilidad de establecer una
relación más saludable con Cuba desaparecerá por varios años. Obama tiene que reconocer que esto es enteramente evitable, pero hay que actuar pronto”, concluye.
Moscú,
8 sep.- El premio internacional Paloma de Plata será entregado a
Adriana Pérez por la delegación rusa que asistirá al X Coloquio
Internacional por la Liberación de los Cinco Héroes en La Habana el 11 y
12 de septiembre. Con
ese acuerdo reconocemos la lucha por la excarcelación de los
antiterroristas condenados en Norteamérica por tratar de impedir
acciones violentas contra su país, afirmó Larisa Gorchakova, presidenta
del Consejo Central de la Unión Internacional de Líderes Mundiales.
Pérez es la esposa de Gerardo Hernández, quien al igual que Ramón
Labañino y Antonio Guerrero continúa encarcelado porque monitoreaba
grupos extremistas que en territorio estadounidense fraguaban atentados
para provocar terror y muertes en Cuba.
Junto a ellos actuaban René y Fernando González, quienes ya regresaron a
la isla tras cumplir totalmente sus sentencias de 15 y 17 años,
respectivamente.
Gorchakova destacó en declaraciones a Prensa Latina que ese
reconocimiento se ha conferido solo a mujeres destacadas de 40 países, y
Pérez es la primera latinoamericana en recibirlo.
La información fue brindada durante un encuentro de la delegación en la
sede de la misión diplomática cubana en Moscú con Lena Lozhkina,
coordinadora del Comité de toda Rusia por la Liberación de los Cinco, y
funcionarios de la embajada.
Al informar acerca del programa de actividades públicas que se realiza
en diversas regiones del país más extenso del planeta como parte de la
jornada de solidaridad con los antiterroristas, Lozhkina realtó el
incremento de iniciativas basadas en el empleo de Internet.
Destacó el esfuerzo de prestigiosos maestros Globonautas rusos que han
volado con un aerostato portador de información acerca de los Cinco
-como se les conoce en todo el mundo-, no solo en Rusia sino en diversos
países europeos.
Próximamente se proponen llegar al Polo Norte y llevar una
gigantografía que recoge muestras de solidaridad y respaldo en diversos
territorios a la lucha por la excarcelación de Gerardo Hernández, Ramón
Labañino y Antonio Guerrero , informó.
A los 80 años de edad, el coronel (retirado) Valentín Kripín es el más
veterano de todos los integrantes de la representación rusa al coloquio,
y afirma que volver a Cuba después de 52 años es un viejo sueño que ya
le parecía imposible.
Desde que llegué a la isla en octubre de 1962 con el grado de teniente
de las tropas que fuimos a apoyar durante la Crisis de los misiles a ese
pueblo valiente y heroico, mi segunda patria quedó sembrada en mi
corazón, expresó.
Ahora me enorgullece regresar y participar en este encuentro del que
saldrán nuevas iniciativas para lograr que la verdad se abra paso, y al
fin sean liberados estos héroes de la lucha contra el terrorismo,
concluyó el veterano condecorado en Cuba como combatiente
internacionalista.
Como colofón de la velada fue proyectada una entrevista doblada al ruso
a Fernando González, realizada por el periodista Semen Senderov, del
canal global RT. (PL)
Tomado de Radio Sana Cruz
Por L. Eduardo Domínguez, Ladyrene Pérez Padre
Michael Lapsley, Vicepresidente del Consejo de Iglesias de Sudáfrica,
Olga Salanueva y René González. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate. “Cuando lo visito hablamos de la Cuba actual. También de
Sudáfrica, y al final acabamos hablando de todo un poco. Para mí es una
fuente de inspiración”, afirmó en La Habana el pastor sudafricano
Michael Lapsley.
Como parte de las actividades por la XVI Jornada Mundial de Solidaridad con los Cinco,
que se celebra del 4 de septiembre al 6 de octubre, Lapsey participó en
un encuentro en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
Dialogó don Fernando González, René González -dos de los Cinco que están de vuelta en casa-, y familiares de los Héroes que cumplieron o cumplen largas condenas en EEUU.
Michael Lapsley es
vicepresidente del Consejo de Iglesias de Sudáfrica, fiel amigo de Cuba y
luchador por la causa de los cinco antiterroristas cubanos. En el encuentro en el que también estaban la esposa de Ramón,
Elizabeth Palmeiro, la mamá de Tony, Mirta Rodríguez, y la esposa de
René, Olga Salanueva, el pastor compartió experiencias de sus visitas a
las cárceles donde a lo largo de estos años han mantenido encerrado a
Gerardo.
“Desde la primera vez que fui a visitar a Gerardo, siempre me recordó
a los líderes sudafricanos que pasaron décadas de su vida en prisión y
que no estaban encarcelados por ser malas personas, sino porque creían
en una causa humana, en la justicia, en la paz”, aseguró el pastor
anglicano. Comentó que en su última visita a Gerardo conversaron sobre la lucha
que se libra diariamente en diversas partes del mundo por su libertad y
la de sus hermanos, y señaló que el Héroe cubano siempre le pregunta por
su país, la situación en el mundo y la tierra de Mandela. Lapsley resaltó la importancia que tienen los grupos de solidaridad
alrededor del mundo para la liberación de Ramón, Tony y Gerardo, y
ratificó su compromiso con la continuidad de la lucha. Al referirse a Gerardo, confesó que siente una inmensa preocupación
por él, y el lugar donde lo tienen retenido, pero a la vez resaltó que
esas mismas condiciones lo hacen ser un gigante. “La última cárcel que visite es nueva, pero es deprimente. Está llena de criminales que han perpetrado crímenes terribles.
Gente que está encarcelada porque no es seguro que estén libres. En esa
misma cárcel está Gerardo, quien al igual que mis camaradas, Fernando y
René, son gigantes”, concluyó. Por último transmitió el agradecimiento de Gerardo a todos los que
han participado, dentro y fuera de Sudáfrica, en la batalla diaria por
su liberación y la de sus hermanos. “Gerardo nunca se olvida de dar las
gracias a todos aquellos que se muestran solidarios en Sudáfrica y en
todas partes del mundo”. El Padre Michael Lapsley es fundador de la Asociación de Amistad con
Cuba y presidente de la Filial de la Sociedad Amigos de Cuba (FOCUS), en
Ciudad de Cabo.
Ha sido un gran defensor por la libertad de los antiterroristas
cubanos desde el inicio de la Campaña por los Cinco y ha visitado en
siete ocasiones a Gerardo, desde su primer encuentro en el 2003. Lapsley nació en Nueva Zelanda. Se ordenó como ministro anglicano en
Australia. Viajó a Suráfrica y en la década de los 70, fue uno de los
pocos hombres blancos que estuvo a favor de la lucha contra el
apartheid. Lo expulsaron del país. Sufrió un atentado en el que perdió
ambas manos y le causó daños irreparables en un ojo. En 1992 regresó a
Suráfrica, al que sigue considerando su país, para asistir al arzobispo
Desmond Tutu en la Comisión de Verdad y Reconciliación.
|
René González y Fernándo González, Héroes de la República de Cuba. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate. |
|
Olga Salanueva y René González. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate. |
|
|
.Sobre mí |
Rosa C. Báez
Lectura, coleccionismo, música, política,
»
Ver perfil
|
|
|
.Calendario |
|
Mayo 2024 |
|
|
DO | LU | MA | MI | JU | VI | SA | | | | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 |
|
|
|
|