Por Marlene Caboverde Caballero

Tenía
la seguridad de que volverían, porque mi mayor certeza se fundaba en
creer en la esperanza y el amor. Sin embargo, en la hora de abrazar esa
verdad no encuentro las palabras para dibujar el sentimiento que estalla
en mi pecho.
La
alegría es indescriptible. Es una victoria tan soñada, tan esperada que
habrá que construir las palabras o la manera de decirles hoy a Ramón
Labañino, Antonio Guerrero y Gerardo Hernández, cuánto nos conforta
saber que están de nuevo en casa.
Fueron
16 años de injusto encierro, de distancia, soledades y dolor, muros que
supieron anular nuestros hermanos. Pero igualmente gigantescas,
múltiples y diversas fueron las muestras de solidaridad, con la causa de
los Cinco en el planeta.
Es
que ellos no eran simplemente los Cinco antiterroristas cubanos, ellos
tuvieron la virtud de de convertirse en amigos, hermanos, hijos, padres;
en sangre y piel de cada una de las personas que aprendió a quererlos, a
reconocerlos, a valorarlos, a esperarlos.
La
bendita culpa de que hayan vuelto nuestros héroes la tienen los poemas,
las canciones, la música que cantó sus nombres y razones; la tienen
también los brazos de Graciela, las palabras de la Polilla cubana, la
ternura de Alicia, la bondad de Bill, el cariño de Wafi, la Luz de
Arleen, el amor de los niños y las maestras de nuestro Comité Alas de
libertad de Jaruco, el pueblo y los pueblos.
En
estos años la historia de los Cinco fue contada y multiplicada tantas
veces que al silencio no le quedó otro remedio que abrir la puerta. Y
fueron tantos los puentes de amor que construimos hasta las celdas que
los aprisionaron, que a la maldad fue preciso internarla en cuidados
intensivos para siempre.
Algunos
me preguntan qué sucederá con las Alas de libertad que construimos en
Jaruco para reclamar la libertad de los Cinco, respondo: Mientras en el
mundo exista una causa que defender, una risa que rescatar, una lágrima
que enjugar, las alas continuarán su vuelo.
Los
Cinco me lo enseñaron hace tiempo, cuando fueron capaces de quedarse
del lado de la verdad, de la vida, de su pueblo y del amor. Es mi deuda
eterna con ellos.
*Periodista
de Radio Jaruco, donde lleva desde hace algunos años el programa Alas
de libertad, dedicado a los Cinco Héroes cubanos